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Entradas etiquetadas como ‘Adolescencia’

La agonía de nuestros pueblos

Por Pedro Serrano

Un pueblo de Málaga (Europa Press).

Un pueblo de Málaga (Europa Press).

Los pueblos se nos mueren poco a poco. Los pueblos pequeños son entes moribundos que solo reviven en verano con la llegada de algunos de sus hijos pródigos. Los pueblos se secan porque no hay sabia nueva, porque no hay vástagos que ocupen el lugar de aquellos que se mueren de esa enfermedad incurable que es la vejez.

Yo, que viví mi infancia y adolescencia en el pueblo, cuando acudo a él y paseo por sus calles, a veces, no puedo evitar un escalofrío al contemplar sus casas tan muertas como sus antiguos dueños. Cuando camino por sus calles, un chorro de emociones y recuerdos emergen de lo más profundo de mi memoria y, por unos instantes, en mi mente vuelve a bullir aquella vida que un día lo habitaba.

Pero, al salir de mis ensoñaciones, de nuevo me digo: “¡Cuántas casas vacías! ¡Cuántas sepulturas llenas!” Las campanas están mudas; ya no hay campaneros ni motivos para tañerlas. Solo la cigüeña, fiel a su pueblo y a su torre, se atreve a romper el silencio con su sonoro y monótono crotoreo. Solo a las cigüeñas y a nuestros políticos parece no importarles la agonía de nuestros pueblos.

Ahora manda el niño y el adulto obedece

Por Marta

En una sociedad como la nuestra hace 25 o 30 años si te regañaban en el colegio en casa te decían: ‘Algo habrás hecho’. Ahora en muchos casos si al niño/a le regañan en la escuela al que se le cae el pelo es al profesor, porque el papá o la mamá de turno van al colegio indignados a reclamar los ‘derechos’ de sus hijos.

Una niña de Primaria en una clase. (ARCHIVO)

Una niña de Primaria en una clase. (ARCHIVO)

¿A qué estamos jugando? En mi opinión estamos creando verdaderos tiranos para el futuro, por supuesto que un profesor nunca debe pegar a un niño ni gritarle, pero si enmendarle y corregir sus aptitudes negativas, a la vez que debe fomentar y aplaudir las positivas.

En cuanto a otro ámbito, el jurídico, tenemos una ley del menor ‘estupenda’ que exime a los menores de cualquier responsabilidad penal hasta los 18 años.

Hay un cambio de papeles que se sienta delante de un juez a un padre por darle una colleja a un hijo pero que exime a un chico de 13 años por matar a un profesor. Un cambio de papeles completamente absurdo en el que en muchos casos manda el niño y el adulto obedece.

Cómplices silenciosos

Por Javier Lozano

Escena de acoso escolar. (GTRES)

Escena de acoso escolar. (GTRES)

La violencia y/o el acoso entre adolescentes no es un fenómeno nuevo aunque lo bauticemos con términos anglosajones como el ‘bullying’. Los comportamientos como la filmación de esos episodios de violencia y su difusión a través de las redes sociales sí son algo más novedoso.

Sin pretender demonizar el medio, es cierto que en ocasiones los ‘espectadores’ de las escenas violentas están más pendientes de la grabación y de jalear el evento que de intentar que éste se pare. Tampoco esto es nuevo, aunque no nos guste. La verdad es que cada vez existe menos predisposición a convertirse en héroes cuando la cosa no va con nosotros y todos en mayor o menor medida acabamos siendo cómplices silenciosos.

Recientemente nos impactaron las imágenes en los medios de una adolescente golpeada en Sabadell. Tristemente son hechos habituales. Aunque en ocasiones la filmación promueve ese tipo de situaciones, también habilita el camino de la denuncia.

La tendencia de los adolescentes maltratados es no explicar a sus padres o profesores estos episodios. Pero todavía es más lamentable que, en muchos casos, el único camino que les queda al adolescente y a sus padres es la denuncia.

Por desgracia, la aconsejable y beneficiosa cooperación conjunta de los centros escolares, educadores, padres y la propia Policía en la detección y tratamiento preventivo de estas situaciones suele encontrar dificultades en los intereses individuales de las partes, que aplican la socorrida e inútil táctica del avestruz que únicamente reaccionará cuando lo peor ya haya pasado.