Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Correr tiene glamour (2): Brad Pitt en…

¿Qué os creíais? ¿Que sólo seríamos tipos contrahechos y películas donde unos gángsters persiguen a una muchacha que lleva impreso en la frente «no duraré más de dos escenas»?

El cine tiene mucho de todo. Hoy toca ese típico ejemplo de mozo atlético al que unas pocas clases de un especialista convierten en un Steve Ovett. Sí, que corre como Dios con prisas. Ese mozo es [modo fanrarria on] Brad Pitt [modo fanfarria off].

En 1990 protagonizó un tremendo peliculón llamado Across the Tracks. Nuestro gremio de educadores lingüísticos llevó a la excelencia su arte el título con Triunfo Amargo. Unos se dedican a aprender idiomas viajando mientras otros aducen que hay todo un sector cultural de dobladores cuyo sustento depende de cosas así.

En esta película Brad Pitt (al que conocemos tanto que podríamos llamar familiarmente Brazpí) encarna al hermano deportista de otro que acaba de salir del reformatorio. Tras mucho metraje, entablan una tormentosa relación basada en ver quién progresa más en el atletismo de pista del High School. Perdón, del instituto.

Si eres un corredor popular varón y tienes algún trauma relacionado con cómo te queda la ropa; si tu zancada es más un balanceo pendular; si -como quien esto escribe- eres torpe descendiendo senderos y tropiezas con la piedra o raíz más nimia, puedes mirar este trailer lleno de condescendencia, criticar la moda de los noventa o criminalizar al sistema norteamericano.

Si Brazpí te parece un adonis; si encuentras en cada guión un mundo lleno de metáforas y tensiones o si cualquier cosa que tenga relación con correr, simplemente, te apasiona, abre los ojos.

Dedicado a los que levantáis las rodillas en cada zancada.

¡ESPARTANOS!

Vamos a hacer amigos, que es de lo que se trata. Tengo en mi buzón de correo una invitación promocional, como prensa especializada que somos, sobre el asunto: Arnold Schwarzenegger presentará Reebok Spartan Race este domingo en Madrid.

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¿Qué os parece?

Quizá os quedéis con ganas de saber algo más. Los tiros, amigas, van una vez más por el concepto de LO MÁS aplicado al mundo de salir a correr. Explico, para recién llegados o quisquillosos: ya no se trata de que hagamos ejercicio de la manera más simple y fabulosa posible, o sea, corriendo.

Ahora tienes que correr un super maratón con treinta mil participantes por las calles de Londres o Chicago. O defenderte decentemente con las ultimérrimas Apps que relacionarán tu esfuerzo con un GPS, un registro cardiaco y una red social. O correr la prueba ultra de montaña con más metros de desnivel. Quizá son los síntomas de una sociedad sin referencias propias y en búsqueda permanente de otras externas, mitológicas.

Dicen:

El circuito de carreras de obstáculos más prestigioso del mundo del running, un auténtico fenómeno deportivo en EE.UU., cruza el Atlántico dispuesto a conquistar Europa. Nuestro país será uno de los puntos estratégicos del desembarco, con una primera prueba que sé celebrará en 2014 en un escenario aún por determinar.
¿Quiere decir eso que uno no puede dejarse tentar por el gran desafío de los espartanos desde este mismo momento? ¡No, para nada! Con motivo del célebre Arnold Classic Europe, Reebok Spartan Race ofrecerá a los locos del deporte una oportunidad única de conocer en primera persona la magia de este singular evento.

¿Ah, que no eres un espartano? ¿Ni un loco del deporte? Mecachis… y ¿dónde crees que vas si no te has dejado abducir aún por una locura?

Vamos con ello. Que hay más.

Se trata de una carrera promocional más corta que las habituales (sólo 1.000m, en contraste con los más de 10km a los que están acostumbrados los devotos de este tipo de pruebas), abierta a 300 aguerridos deportistas (los primeros privilegiados que tendrán ocasión de disfrutar el espectáculo) y, por supuesto, repleta de algunos de esos temibles obstáculos (habrá un total de 10) que ponen a prueba la dureza de los participantes, quienes podrán encontrarse con impedimentos como: El Paso de Hércules, redes, barra de equilibrios, lanzamiento de jabalina, carga de sacos, La Jaula de Monos, escalada con cuerda, muro resbaladizo, salto de brasas y El Foso de los Gladiadores, entre otras muchas sorpresas que nos encontraremos en nuestro fascinante camino entre la salida y la meta. Las inscripciones podrán realizarse en la misma línea de salida, antes de cada una de las tandas.

Por añadidura, Arnold es tan Arnold que ha superado con creces al personaje cinematográfico y se ha convertido en un personaje californiano.

 la presentación en sociedad de Reebok Spartan Race contará con un padrino de lujo, el actor y campeón mundial de culturismo Arnold Schwarzenegger, quien junto a los responsables del proyecto se encargará de dar la salida a la prueba

 

¿Puedes resistirte a opinar? Venga, dale, que es viernes.

#RunnerRunner… ¡Tú qué sabrás!

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Desde el próximo día cuatro en sus cines. ¿Cómo dices que se llama? ¿#Runner Runner? ¡Qué bien que hayan utilizado esa etiqueta!

¿Será un canto al esfuerzo personal y a esos tipos que entrenan de noche?

¿De verdad te han dicho que es un peliculón sobre un maratón?

¿No será una historia de estas, épica, sobre alguien con un reto personal gigantesco como perder treinta kilos?

¿Una promesa? ¿La que hace Will Kipsang meses antes de su récord del mundo de maratón en Berlín, en plena temporada de lluvias en Kenia?

No.

Porque correr no es rentable en términos de un buen pelotazo en las pantallas. Debe ser una de esas líneas argumentales que están fantásticamente bien para construir un ejemplo de demencia (Forrest Gump) o quizá de rebeldía (The Loneliness of the Long Distance Runner). El que corre deja entrever un cierto desajuste, según los guionistas. Pero hasta ahí, piensan.

Aun así, la literatura sí ha encontrado varios hilos argumentales potentes. Cuando correr es escapar con vida (Stephen King) o cuando es un respaldo -casi una excusa- en la que un personaje se apoya, como en Marathon Man, donde Dustin Hofmann construye quizá el mejor personaje de corredor.

Haruki Murakami también está por ser llevado a las pantallas. Al tiempo. Tranquilos, fans. Será un film bonito, de género, que circulará muy bien en los circuitos. Kilian Jornet queda estupendo en los festivales de documentales y sus Summits son la expresión de la belleza silenciosa de la pantalla.

Pero así, a lo grande, en plan peliculón, correr no encaja. La Prueba del Valor (The Games, 1970), con Charles Aznavour haciendo de maratoniano,  me pareció en su día otro intento sin un hilo sorprendente. Quizá correr es algo demasiado evidente que lleva metafóricamente a terminar bien. Uno intuye que el protagonista que invierte toneladas de esfuerzo en entrenar, de modo irremediable acabará con su esfuerzo recompensado en pantalla. Si algún director intentase lo contrario, dejarle como uno más de esos millones de deportistas que practican sin recompensa, sin poder llegar a la élite, podría acercarse a la brutal esencia cinematográfica de qué es correr. A su esencia literaria. Algo como lo que Miguel Alcantud cuenta en su documental sobre el comercio en todo el mundo de niños con aspiraciones futbolísticas.

Lo mismo un director que corre dos o tres veces a la semana lo sabría reflejar. Sería el sueño de correr hasta romperse uno por dentro.

Correr es salir y tener la certeza que no compensará detenerse. Llegaremos a casa siempre, apenas existe la posibilidad de que caigamos por el camino. Solamente salimos a corretear o a entrenar, no a luchar contra los persas. Atravesaremos cinco fases del sufrimiento. Ninguna es mística. Nos cuesta empezar, nos duelen las articulaciones, el corazón se resiste a explotar, sufrimos la tortura mental del «por qué sigo» y soportamos con placer los dolores del día después. Del momento después.

Nota al margen. Carros de Fuego no era una película sobre running. Blade Runner tampoco. #RunnerRunner, menos.

No todo es correr: Periferia Negra

Unos erais colegas de rodajes de madrugada. Otros vinisteis directamente desde el entrenamiento. Muchos no tienen idea de ponerse unas zapatillas, pero me pareció que casaban perfectamente con los corredores. Anoche nos juntamos una treintena larga de asistentes para algo diferente. Presenté -entre amigos- mi libro de relatos Periferia Negra (Ed Falsaria).

Foto: Melisa Tuya.

No todo va a ser correr, ¿no?

Y es que durante el último año me planteé reunir relatos cortos, cuentos o fragmentos cercanos a la microficción. Personajes o historias que podían salir del día a día, a lo mejor de este blog ya viejo y otoñal.

El asunto derivó en cierto éxito. Concursos que desembocaban en antologías donde nos premiaban en calidad de finalistas. En estas recopilaciones aparecieron algunos de mis mejores partos como La Veintiocho Sesenta (Boxing Day, Ed. Lucky15), Un Final Feliz según Sarah (Relato Breve 2.0, Fund. Imprimátur), o Mayor, 36 (Un Cúmulo de Circustancias, Ed Marlex). El sueño de un fan del libro en papel, y al que se le extravían los ficheros para el ebook por las mil carpetas de documentos.

La guinda a todo este proceso fue resultar vencedor en un concurso de microrrelatos que organizaba la red social/Editorial Falsaria. Vencí en aquellos Microcrímenes y ahí empezó a gestarse mi libro recopilatorio. Falsaria me brindó la ayuda profesional que todo texto precisa. Aquí lo tenéis ahora.

Las tripas del proceso o los contenidos de Periferia Negra serán juzgados por los lectores. Lo más importante de todo ha sido el camino hacia esta obra. Conocer a compañeros de ‘generación breve’. He dado con un grupo como los ahora imprescindibles Ernesto Ortega, Esnaola o David Vivancos, blogueros convertidos en ficcionistas como Dani Díaz (Ni Libre Ni Ocupado).

¿Correr y escribir?

He de reconocer que salir a quemar suelas ha aportado un quintal de ideas.

Ayer me preguntaban sobre usar el running como inspiración. Siempre se habla de los escritores que maravillan después de haber tirado de musas más crápulas. Los escritores malditos que escriben acunados por el bourbon no trabajan tan lejos de los que oxigenamos nuestro cerebro a golpe de zapatilla. Correr genera endorfinas suficientes como para inspirarte, escribir o pintar.

Eso sí. No sé, todavía me lo pregunto, cómo Murakami aceptó a dar por bueno su manuscrito «¿De qué hablo…».

Periferia Negra no va de correr.

Casi.

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Foto: Pablo Lorente.

Podéis adquirirlo en la web de Bubok disponible en este enlace (papel/ebook).

También podéis escribirme a @_spanjaard via twitter y me enorgulleceré de poder quedar con vosotros y ofrecéroslo en mano.

Un saludo.

Libro: Periferia Negra
Editorial: Editorial Falsaria
ISBN: 978-84-686-3882-9
Páginas: 105

¿En qué consisten las famosas pruebas de material de running?

Prueba de material. Cualquiera que haya estado metido en alguna empresa donde se presenten nuevos productos habrá leído u oído (incluso presenciado) algo de esto.

Aunque, claro, no es lo mismo trabajar en un laboratorio farmacéutico especializado en la vía rectal que pasen por tu entorno los chicos de Salomon, Asics, o Hoko y sus mallas reductoras del norte cantábrico. Cuando en el mundo del corredor se lee ‘probaremos unas zapatillas como las que usa el mismísimo Mo Farah’ algo se mueve en el estómago. Es la emoción.

Recientemente me preguntaban sobre qué modo había de hacer pruebas de material. ¿Cómo se organiza todo esto?

Confluyen varios factores, pero lo que la marca quiere es la visibilidad. De ahí en adelante, la experiencia, la cercanía y credibilidad, o la sesera a la hora de elaborar información de utilidad, todo cuenta. O pertenecer a un entorno laboral especializado, por supuesto. 

Uno. Te convocan.

Normalmente, suelen organizarse a través de tiendas de running que sirven más o menos base de operaciones de un comercial. O un comercial que decide lanzarles una propuesta.  Hace unas horas eran los muy dinámicos gestores de la tienda de Running Company de Madrid quienes tenían allí material de unas zapatillas de Skechers. O la prueba de los chicos del salmón de la montaña en la tienda TrailXtrem. Pues bien. Los departamentos de prensa se ponen en contacto con unos y otros juntaletras del gremio y nosotros tenemos que acudir, probarlas, atender a la información con la que se nos predispone a favor del modelo, y calzárnoslas.

Así en frío es algo corporativo pero podéis ver el vídeo elaborado por Running Co.

Sobre qué resulta después, todos habéis leído crónicas sobre qué fabuloso es tal material o lo tremendas que son las zapatillas de cual marca. Creedme. Con una prueba de material así, lo más que uno consigue es estar incómodo durante la primera media hora, disfrutar de una maravilla tecnológica la siguiente media hora… hasta la hora de la tortura. Todo es muy psicológico y los resultados son relativamente fiables. Una prueba de material tiene que llevar al menos 200km detrás en zapatilleo. Luego veremos un ejemplo.

Parecido sistema es cuando la casa comercial monta un furgón o una plataforma itinerante, y se organizan en un  como si fuera un puesto de patatas fritas. Este ejemplo vale para quienes conozcan el norte europeo. Pero podrá valer. Hace no demasiado era Salomon (mediante uno de sus comerciales, el duro montañero Juanma Agejas) quien montaba el quiosco por la zona centro. Pero ejemplos hay a porrillo, máxime cuando las marcas (como este ejemplo citado) están tirando de esta otra manera de sacar el producto a la calle o al campo, mediante campus, meetings con la élite o simples pruebas.


Foto; ondozibi.com

Dos. Te pones a ello.

Recibes el ofrecimiento de un departamento comercial y te encuentras con el material. La bella zapatilla. O las magníficas mallas de «có-mo-voy-a-po-ner-me-yo-es-to». O que, al estar presente en múltiples saraos informativos o por tu palique, ese amigo de un amigo te ha hecho llegar la riñonera en cuestión.

Antes decíamos que en muchos sitios llegabas, corrías y tenías que poner caras. O disimular (si te llevas a casa una contractura). Lo suyo es dedicarle un mes entero y decidir primero qué terrenos -uno o varios- y ritmos -si tienes más de uno- llevarás. Si las condiciones son propicias, si probarás la mochila en monte o camino, si tiene sentido probar esas zapatillas rápidas durante una semana de entrenamiento en barro. Todo eso.

Y a correr, es la parte que más nos gusta. Y por la que nos hemos dejado querer hasta recibir ese material. Las sensaciones se apuntan o se recuerdan. O pasan a vídeo. O se discuten. Todos estos pasos tienen que ir algo dirigidos salvo que prentendamos simplemente correr con unas zapatillas gratis. Digamos que los primeros doscientos kilómetros de información, como recomienda siempre Mayayo en su muy recomendable blog de montaña, tienen que dar una batería de información suficiente.

Y que sea útil para cuando la compongas. No se debe olvidar este extremo. Tu revisión de zapatillas la van a indexar y reutilizar, reenviar y quizá recompensar.

Tres. A escribir y a compartir.

Vamos a ver. No todos vamos a saber escribir como Ser13gio, probador de Raidlight, gurú de las montañas y excorredor de élite en desiertos y pistas rocosas. Pero intentamos dar una estructura a lo que tenemos apuntado a papel y bolígrafo (sigo dudando de los bloc de notas de mi not-so-smartphone, soy un viejo).

Escribir de una manera sencilla, huir de cierta jerga, es mi consejo. ¿Es el mercado de la zapatilla de correr un creciente laboratorio donde ya no se pisa?

Luego está cómo lo quieras compartir. Al tuitear o mandarlo por cualquier medio ya podrás destripar la información, apuntarte a un bando u otro e incluso intentar dar un golpe de estado en la corriente dominante de ese material. Esto ya es cosa tuya, como hace Antonio. Volar no vamos a volar aunque un probador habitual diga esto:

 

Pero es cierto que ahí está la gracia del asunto. Una píldora como ejemplo. Nos lanza inmediatamente a buscar qué se cuece tras ese material. El gran Ser13gio. Dadle material, que os lo destripe.

Música para corredores. Tu podcast (VIII)

Se amontona el trabajo. Mirar si bajan las temperaturas. Qué nos ponemos para ese trote suave. Comprar isotónico de marca comercial o fabricar uno propio… Y el tiempo vuela.

Para todo esto, un nuevo podcast. MÚSICA PARA CORREDORES. POWERSONGS para Septiembre.

TEMAZO 1. Podcast del 19/Sep/1. The Kinks. Los chicos que tuvieron la mala suerte de sacar disco en plena efervescencia Beatle. Pero tuvieron píldoras energéticas y nosotros vamos a enchufarnos una para arrancar a correr. Horror, hablo como un monitor de spinning. «I got my baby home».

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TEMAZO 2. Podcast del 19/Sep/2. Mi amigo jota-erre me pasó este enlace. Unos tipos norteamericanos que en los pretéritos años ochenta le daban a la guitarra con alegría y denuedo. Zero Boys y su canto a las civilizaciones. O frenas para escucharlos o aceleras para huir de ellos. Definitivamente una powersong.

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TEMAZO 3. Podcast del 19/Sep/3. Abueloooooo. Los fans de la década de los 80, aquellos niños que veíamos la Vuelta hoy somos curtidos runners con melancolía por canciones como esta. Llévate de nuevo a Azul y Negro a tu sesión de running. Educación general musical.

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TEMAZO 4. Podcast del 19/Sep/4. Siniestro Total rescató del olvido un tascucio tremendo que había a la vuelta del mercado de la calle Barceló. El Kwai, regentado por el exboxeador aficionado asturiano tío Constante, es uno de esos sitios donde (a) un runner nunca pisaría o (b) unos runners machacantes montarían sus post. Ha llegado la época del corredor cervecero. ¿Lo sabías?.

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TEMAZO 5. Podcast del 19/Sep/5. Cuando el Maratón de Madrid subía por la calle Goya y luego se entraba al Retiro y se bajaba a todo trapo por Bravo Murillo, sí, igual que en 2014 (¡sporpresa!), en las discotecas se pinchaba a los Technotronic sin parar. Fijaos si además adoptásemos esos ritmos y esas lycras. Sería el retorno del pasteleo de las pistas.

Con esto nos volvíamos tontos perdidos. Escuchad y corred.

«Puto maratón»

Un Madrid no olímpico en cinco ejemplos.

1. Carrera del barrio de la Elipa. Madrid. El pelotón sube festivo por el carril de ascenso mientras los coches bajan en sentido contrario. Por el suyo. Con las ventanillas bajadas, el conductor vocea: «Ya está el puto maratón«.

2.  Salida de la A-1 para Alcobendas, Plaza Norte y zonas de oficina. Setenta metros de empujones, acelerones, frenazos. Tres carriles. Me rodean un generoso monovolumen con un ocupante que fuma,

3. La portada de la prensa deportiva de Madrid destaca que Cristiano Ronaldo, que será eternamente madridista, según el presidente de ACS, quiere marcar otros doscientos goles. Javier Gómez Noya ha sido campeón del mundo de triatlón y está varios toques de ratón hacia abajo.

4. El aire de la capital es añil. A pocos kilómetros, un pantano de la región almacena 300.000 metros cúbicos de lodos tóxicos y está abandonado desde la denuncia de 2005.

5. La carrera del ejemplo primero estuvo en un tris de no ser celebrada. La coincidencia con la última etapa de la Vuelta Ciclista a España puso en suspenso la carrera que celebraba su edición XXXV. La asociación de vecinos que organiza la carrera popular,  Asociación de Vecinos La Nueva Elipa, lleva 20 años solucionando la papeleta del deporte del distrito. Veinte. Veinte.

Como escribía Jacobo Rivero en Nodo50.org, la asociación de vecinos logró la transformación de los campos de tierra en campos de césped artificial. Mantuvo un club deportivo infantil para que unos 600 niños y niñas del barrio pudiesen jugar al fútbol. Ayer organizaban una carrera por trigésimo quinta vez, con tres euros de coste.

Pero las instalaciones se han privatizado por la entidad que optó a los Juegos de 2020. Han salido a concurso y se ha cedido su gestión a una empresa. Mientras, nos insistían. Y sonreían.

Puto maratón.

¿Habla alguien del 20º clasificado de alguna carrera? Te los presentamos

Usain Bolt, Eusebio Cáceres, Haile Gebre… parad. Parad. Los medios de comunicación hablamos habitualmente de los atletas que acaparan ya los titulares. Vencen, deslumbran, nos obnubilan y quizá a más de uno os hayan motivado a empezar a correr.

Pero ¿se conoce la densidad real de este complejo y magnífico deporte? ¿Alquien conoce, pongamos el caso, al que llegó en mitad de una serie clasificatoria de un campeonato regional?

¿Quién demonios es Iván Palero o a qué se dedican José Povedano o Manoli Panizo? Como se suele preguntar en tu oficina o en el bar, «¿cuánto les ha sacado el primero?». Habitualmente son historias anónimas que interesan al círculo de amistades y poco más. Pero son atletas. Consumen atletismo. Vibran con las retransmisiones y sostienen las audiencias. Compran el calzado que los famosos desarrollan de acuerdo con las marcas deportivas. Además, ya decimos, son participantes en carreras, saltos, lanzamientos.

Dado que 20Minutos lleva ese número tan simpático en su cabecera, veamos quién está en esa vigésima posición de alguna de tantas pruebas. Recordemos que, en definitiva, alguien que llegue el puesto veinte permite que los diecinueve anteriores no sean los últimos.


Foto: Kataverno.
Mónica Valdepeñas fué la vigésima clasificada femenina en la cronoescalada del Kilómetro Vertical de la Barranca. Os resumo. A Mónica le llevó 1h24 recorrer un kilómetro. Pero se trataba de mil metros ¡de desnivel!. Esto es, la diferencia entre la altitud de la salida y la meta suponía correr hasta reventar superando mil metros hacia arriba.

La toledana, perteneciente al club Atletismo Las Lagunas, llegó con unos 21 minutos de diferencia respecto de la vencedora pero se trata de esos atletas que sostienen las pruebas. La participación de corredores como Mónica es crucial. Los organizadores no serían nada sin ellos. En semanas se le pudo ver en otro kilómetro vertical, el que ascendía por piedras y sendas casi inexistentes a Peñalara. Otra cima de más de dos mil cuatrocientos metros con la que Mónica ha cumplido el ritual de ascender a toda velocidad.


El vigésimo clasificado del maratón de Valencia de 2011 fue Carlos. Un tipo duro que no pudo acercarse a los tiempos de escándalo de los profesionales africanos. Pero hay que añadir que Carlos, perteneciente al club Cárnicas Serrano (tan en boca de todos estos días) tiene otro trabajo. Saca tiempo para hacer siete y más sesiones y poder marcar un espectacular tiempo de 2h28 en meta. Lo tiene que sacar de los turnos de duro sacrificio que le deja su trabajo en la Unidad Militar de Emergencias.

En efecto. este corredor es uno de esos soldados que han estado todo el verano buscando el cuerpo de algún ahogado o extinguiendo incendios por todo el territorio. No dudamos de la utilidad social de las hazañas de Bolt o de las declaraciones de Yelena Isinbayeva. Qué duda cabe que uno termina aprendiendo de todo y de todos.

Para hacernos una idea, si bien está lejos de los brutales cronos de los vencedores, Carlos está en el rango de ritmos de las primeras clasificadas femeninas a nivel internacional. Por establecer una comparación, corrió a más de 18 km/h durante cuarenta y dos kilómetros por hora. Láncense con unas zapatillas y cronometren un kilómetro. Multiplíquenlo por cuarenta y dos. Carlos Alcalá no es profesional pero evalúen ahora su importancia en el mundo del atletismo popular.

Lo dicho. Podremos seguir glosando los saltos de altura de Bondarenko o la zancada de Alison Felix. Pero recordemos una cosa. Sin ese corredor anónimo, los de arriba vivirían carreras fantasma.

Presidentes y primeros ministros a la carrera

Ayer era Mariano Rajoy. Antes lo fue Jose María Aznar. Entre medias, Jose Luis Rodriguez Zapatero. Todos los presidentes españoles posteriores al boom del correr le dan a la zapatilla en mayor o menos medida. Aquí los tienes. Presidentes y primeros ministros al trote. Nosotros no tenemos Primer Ministro. Lo sé. Dad tiempo al tiempo.

Para sonreir, para llorar o para correr (como aquellas breves que tenía una revista del papel couché).

 

¿Es cómodo para sus agendas? ¿Movidos, como decía Bernardino Lombao en entrevista ayer a un diario madrileño, a abandonar ‘otras mariconadas’? ¿Imitan a otros grandes como Bush Jr o Cameron?

Sea por la razón que sea, lo cierto es que los años ochenta  fueron todavía mal momento para introducir la zapatilla en el Palacio de la Moncloa. Las primeras carreras populares pillaban tarde, quizá, a una generación de políticos surgida de ‘otro Spanish way of Life’.

Nuestros compañeros de trabajo, representantes políticos y presidente del gobierno todavía vivían en esa cultura del Ducados y de los ceniceros presentes en todas las mesas. Testigo es la mítica foto que hizo Marisa Flórez a los dos presidentes de la España moderna.

¿Hemos ganado en este particular, con políticos deportistas? ¿Hemos ganado en algo?


Campeonatos del Mundo de Atletismo (I): De Helsinki 1983 a Moscú 2013

Entre el 7 y el 14 de Agosto de 1983 la antigua Unión Soviética ganaba veintitrés medallas. Una menos que el total del archienemigo norteamericano. La antigua República Democrática Alemana reinaba en las disciplinas de velocidad y lanzamientos, situándose en el puesto más alto del medallero. Ocho títulos mundiales, siete de ellos en una categoría femenina de la que años más tarde se contarían historias cruentas. Era la edición inaugural de los Campeonatos del Mundo de Atletismo. El gran circo mundial que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) añadía al ínterim entre juegos olímpicos y campeonatos continentales.

Comprender el pasado reciente (y no tan reciente) del deporte es fundamental para disfrutar de su presente. Por eso y  por que -en definitiva- es el deporte que todos amamos, comenzamos una serie de reportajes en 20Minutos donde conoceremos más sobre este evento planetario.

Treinta años después es la vieja esfera moscovita la que organiza los Mundiales. La primera edición estaba llena de simbología; era el año previo a los Juegos de Los Angeles’84. Los segundos Juegos en los que la política había decidido inmiscuirse sin remedio, tras los de Moscú’80. Rusos contra americanos, como en las películas de la Guerra Fría. Hoy nos preparamos para los Campeonatos del año posterior a los Juegos de Londres’12.

¿Ha cambiado el atletismo? ¿Los Campeonatos siguen apelando a los mismos principios?

Algunas cosas son totalmente diferentes y otras peligrosamente paralelas.

Helsinki’83 supuso una antesala. El año previo a la confirmación de esa generación angelina. Reinaban los dioses norteamericanos de la velocidad como Carl Lewis y Calvin Smith. El vallista estadounidense Greg Foster subía como la espuma mientras que no había humano capaz de batir a aquel tipo con barba y zancadas gigantescas llamado Edwin Moses. Se dió un dominio absoluto en el foso de salto de longitud con el triplete Lewis, Grimes y Conley, y se destrozaron las posibles evidencias de cualquier comparación entre los tipos más rápidos del planeta. Tanto las alemanas del Este como los explosivos norteamericanos. Si no, recordad el vídeo del relevo 4×100 femenino.

 

Moscú’13 proporciona al mundo un crisol de naciones muy diferente. Antillanos que copan la velocidad pura, africanos y árabes de reluciente pasaporte y nacionalizaciones monetarias. Incluso aquel chispazo de brillantez que Kenia aportaba al mediofondo, con el malogrado Kipkoech o Boit, está hoy eclipsado por el cuerno etíope y eritreo. Los lanzamientos no están copados ya por rusos y alemanes.

China es más que una simple medalla de bronce y vive una resaca complicada después de sus Juegos Olímpicos y de acusaciones. Sobreviviendo a todos, Reino Unido convirtió la tradición de las carreras de estrategia en un equipo demoledor, con especialistas sólidamente asentados en todas las pruebas. Incluso la creciente Europa presenta banderas de decenas de viejas repúblicas que fueron agrupadas por el régimen que construyó el estadio olímpico Luzhnuki.

Una cosa no ha cambiado. Y es que este deporte sigue relacionado inevitablemente con los éxitos de Estados, regímenes y banderas.

Las consecuencias de la tensión a la que someten a los atletas los negocios y las instituciones gubernamentales trae al recuerdo viejos ejemplos. En los años 50 los países comunistas vuelcan en el deporte el esfuerzo del prestigio internacional. De manera inmediata EEUU comienza a invertir en tecnología del entrenamiento y, en décadas, la cosa se pone más que fea. Las prácticas de doping sistemático ensombrecen las décadas de los 70 y 80.

Pero la historia se repite. La federación turca hace pública esta semana un listado con una treintena de sus atletas pillados en prácticas dopantes. El mes de Julio supuso la tormenta desatada sobre la velocidad afroamericana. Jamaica es sospechosa de una red sistemática de trampas farmacológicas. Los grandes sprinters estadounidenses eran conejos de indias voluntarios de un sistema drogado. La Operación Puerto se cierra en España con opiniones encontradas, trayendo a la memoria los sistemas institucionales de fármacos y deporte de Grecia o Italia.

¿Tiene armas el atletismo para reponerse a todo ello?

Con estas premisas y por el bien de la afición a este deporte, es necesario apelar a su pureza. ¿Podrá vencer el deporte a la trampa institucionalizada? Es el deporte rey y hay que pensar que tiene que sobrevivir a sus problemas. La misma federación internacional anuncia que cada día se estrecha más el cerco a los tramposos. El escaparate de los campeonatos del mundo ha dado siempre escenas de brillo inusitado. Helsinki’83 supuso la oportunidad también de disfrutar de Robert de Castella y su victoria en un maratón con aquel sabor casi de los setenta.

Se necesita creer en los atletas. Voces desde todos los rincones, de las escuadras de atletas de los cinco continentes, denuncian que la trampa solamente podrá emborronar el evento. Correr, saltar o lanzar son actividades que se pueden acercar a la perfección máxima también con limpieza.

Helsinki significó un adiós a los viejos conceptos del atletismo amateur. Cuando el dinero pudo compensar oficialmente los entrenamientos diarios de los atletas se cerró una herida. ¿Se abrió otra con la pugna mediática por el récord y los premios en metálico? El tiempo ha ido dando respuestas que no siempre han gustado. Ni a público ni a los gobernantes del atletismo mundial.

Los campeonatos mundiales de Moscú están girando hacia una nueva etapa en la que tendremos que creer. Sospechas de que los controles antidroga serán mucho más serios podrían aumentar las listas de bajas previas al campeonato. Igual que los sospechosos dolores de rodilla del pelotón ciclista, el anuncio de controles sanguíneos a todos los participantes podrían haber desencadenado casos como el de Turquía. La diferencia con la etapa oscura del deporte es que el planeta deberá observar y saber diferenciar. En esto también serán unos Campeonato Mundiales diferentes. La sociedad participará y criticará a través de los medios de la información.

Pero la información deportiva deberá ser crítica. Va a serlo. Tanto si Asafa Powell o Tyson Gay son cazados por drogas, como si los héroes actuales deslumbran con tiempos o marcas de otra galaxia. Si solamente se escucha al titular de la prensa cuando se bata un récord o se consiga una medalla, el espectador tendrá una imagen mutilada del gran espectáculo. Observar la foto de felino que proyectaba Greg Foster sobre una valla ha de mostrar al mundo la belleza del atletismo. Negar que estuvo implicado en casos de dopaje sistemático será quedarnos con el periodismo deportivo más fácil.

Y el atletismo no es fácil.