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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

¿Crees que solamente hay un tipo de maratón?

Maratón. Prueba atlética que se disputa sobre la distancia oficial de 42 kilómetros y 195 metros. También está la coña de «en mi pueblo corremos un maratón para las fiestas». Pero este lado simpático lo dejamos para otros posts o para RunerEnfurecido.

Lo normal, hasta los años en que todas las ciudades estaban asfaltadas y el boom de los años 70 se extendiese, era que las viejas pruebas atléticas se corrieran por las polvaredas magníficas de las ciudades del mundo civilizado (Boston, la London Poly, el barrio de Yonkers). ¿Puedes imaginar cómo estaba Amsterdam en 1924? Pues ya tenían maratón. Ver foto.

Luego llegaron las máquinas que bituminaban todo. Si te dejabas, asfaltaban hasta las tapaderas de las alcantarillas. Y todo lo que significó «maratón» era ruta, ruta y más ruta. Maratones sobre recorridos asfaltados y lo más convenientes posible. Es lo que hoy conocemos como el fenómeno de participación en deporte de masas posiblemente más generalizado del mundo occidental.

No. Ir a ver el fútbol no es participar en deporte.

Pues bien. En los noventa se inició un goteo de viejas piernas de liebre. Tiraban al campo. Más bien al monte, como las cabras. Se empezaron a organizar pruebas de 42 kilómetros, metro arriba o abajo, por roquedos, pastos, crestas, sendas o pistas de montaña. En España teníamos el Aneto Extreme, allá por 1996 corríamos los primeros canchales de la sierra de Guadarrama en distancia maratón, Catalunya tenía la de SantLlorenç Savall y luego se terminó desbordando todo.

Incluso hoy día de las pruebas ultra se acomoda una versión suave de ‘únicamente’ 42km, para que podamos acomodarnos en largas excursiones deportivas como las experiencias alpinas por Suiza (están Davos, Interlaken, etc.)

Se habían convertido los míticos y terribles sufrimientos del maratón, la distancia de la muerte, el muro, el mazo y toda la colección de literatura publicada, todo, en una marcheta, en un hobby naturalista.

Un paso más allá ha sido la recentísima posibilidad de correr cada uno por donde le diese la gana. Los GPS y la autonomía de las mochilas de hidratación te hacían libre. ¿Corremos un maratón? ¿El viernes por la noche?

Y últimamente no es raro combinar varias como saludable y relajada manera de estar más tiempo amortizando nuestro preciado tiempo y su equivalente en los precios de inscripción. Pudiendo estar ocho horas por un circuito en el que te miman y lleva y traen, ¿por qué ceñirse a estar cuatro en una ciudad?

Con estas, las próximas semanas tengo dorsal para tres eventos parecidos pero muy diferentes:

1. Rock’n Roll Maratón de Madrid. Todo asfalto. Todo calor y todo ciudad. El 28 de Abril.

2. El Soplao (Cabezón de la Sal). Otros 43km por praderas, pistas y monte de la zona de Saja. El 18 de Mayo.

3. Maratón del Anochecer (San Sebastián de los Reyes). 43km por pistas de tierra y caminos del entorno del Jarama. 25 de Mayo.

Todo maratón, tan poco maratón.

Ya iré contando.

 

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Foto: Geheugen Van Nederland.

3 comentarios

  1. Dice ser rss noticias

    vaya vaya
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    10 abril 2013 | 12:58

  2. Dice ser Manu

    Pues que quieres que te diga , correrte 3 maratones en un mes y poco es de todo menos sano… tanto si corres de manera amateur como si eres profesional…

    10 abril 2013 | 17:39

  3. Dice ser Aumento de mamas

    Pues no sabía que había más tipos.

    11 abril 2013 | 00:13

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