Un burro boicotea el directo de Gran Hermano y casi deja al programa sin prueba semanal

Un burro con cara de guasa (Another Seb/FLICKR).

Hola amigas y amigos de las cosas del reír y del entretenerse. Amigos de lo profundo y lo serio, daros una oportunidad para no tomaros la vida como si fuera una esquela de divertida.

El caso es que anoche Gran Hermano se convirtió en un hotel de 1818 y no porque Maico huela como si viviera en esa época, si no porque ha comenzado la prueba semanal, en la que cinco de los concursantes son «señores» y el resto, doce, son «sirvientes».

La verdad, ya puestos a retroceder en el tiempo yo me habría ido a la edad media, al tiempo de los siervos de la gleba y los derechos de pernada. A lo loco.

El reparto de los roles se hizo mediante un complicado algoritmo informático de computación cuántica que consistía en buscar una aguja entre la paja del establo que les han construido en la sala de pruebas.

El primero que encontrara la aguja sería un señor y elegiría a los demás. Y la encontró Hugo.

La mayoría de los compañeros habrían preferido que la aguja la hubiera encontrado el de la Matanza de Texas y la hubiera usado para asesinarlos uno a uno. Hugo despierta mucho cariño. Lo que pasa es que ese cariño según despierta sufre un paro cardíaco y se queda tieso.

En cualquier caso, es mentira. Según confesó Sandra Barneda en una de las publis el burro del cercado encontró la aguja (como de unos 30 cm de largo) y comenzó a comérsela. Así que el equipo del programa tuvo que quitársela y esconderla de nuevo.

Claramente el burro está hasta los testículos de cargar con cosas y quería ser un señor y que le sirvieran. Que el programa no reconociera su triunfo es un claro caso de especismo. ¿Dónde está el PACMA cuando hace falta?

El Súper dejó claro que los «clientes se dedicarán sólo a pedir y a disfrutar» y los demás harán «todo el trabajo». Esto es importante, porque Hugo eligió como señores a Rubén y Maico, lo que les encantó.

Y también eligió a ÑamÑam y Pilar. PUF.

A ÑamÑam la ha jodido viva, porque un día en el que la china no limpia algo es un día perdido. ÑamÑam es como el Batman de la suciedad, tiene todo tipo de aparatos para luchar contra la suciedad. ÑamÑam viaja a Gotham y en dos días te la deja que parece un pueblo de Andalucía con las fachadas blancas.

Así que eso de dedicarse sólo a pedir le va a causar un trauma del 15. ÑamÑam va a acabar con un sentimiento de culpa que a su lado Nerón tenía la conciencia tranquila.

Por otro lado está Pilar (a la que Hugo la eligió por una purita campaña de ganar aliados) que quería como fuera cuidar del burro. Recordemos que Pilar tiene un burro en su casa al que adora.

¿Esto habría sido un caso de ponerle los cuernos a su burro? ¿Y qué resulta de eso? ¿Un cierburro? ¿Un burriervo?

En otro orden de cosas, hablemos de Rubén, que es prácticamente una cosa. Concretamente un consolador, porque sólo sirve para follar. Uy, perdón, proporcionar placer carente de sentimientos.

Miriam volverá a la sala de encuentros el jueves, así que a Rubén se le van a caer los palos del sombrajo, porque lleva la semana intentando olvidar las hostias como panes de hogaza de a kilo que le dio la gallega al despedirse.

Mientras, intenta olvidar a su efímero amor con Mina, que a su vez se hace la mujer madura a la que no le interesan los yogurines. Lo que pasa es que Mina actúa como si se comiera seis yogurines, quince petisuís y ocho danoninos para desayunar.

«Me pongo nerviosa bailando con él, pero no porque me ponga. Si tuviera su edad estaría loquita por él», dijo Mina. No, te pones nerviosa porque la técnica de baile de Rubén es la del los ballets rusos de la escuela Diághilev y ella es más de las tres etapas clásicas.

«Le sigo este juego de tonteo y tal pero tampoco soy tonta», dijo Mina. Si no es tonta, es que como se te ponga a tiro lo dejas seco.

BONUS: Juan se ha hecho una baraja del tarot con un brick de leche. Si alguien podía creer lo más mínimo en algún rigor del tarot esto es ya la puta repanocha.

Hola, me he hecho una baraja del tarot con trozos de cleenex encontrados en una zona de prostitución de un polígono industrial y acierto siempre.

Las cartas son energía, alega Juan en su defensa. Lo que pasa es que eso no son cartas. Pero da igual, para Juan hay en ellas tanta energía que se las puedes meter por el culo a un Gusiluz y se ilumina.

3 comentarios

  1. Un burro. pues como metáfora viene cojonuda eh, saludos

    18 octubre 2017 | 13:14

  2. Dice ser el juego

    te leo pero no te sigo. y al seguir leyéndote sigo escribiendo para decirte que te sigo leyéndo aunque no te siga.
    no obstante, te leo (la palma de la mano).

    pero pa qué? si no te sigo.

    muy bonito este gh. único.

    19 octubre 2017 | 13:04

  3. Dice ser ceborrinche

    un campeón el burro , si señor

    19 octubre 2017 | 23:14

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