La directora de casting de Gran Hermano confiesa: «este año hay perfiles con más experiencia de vida»

¿Qué será, qué será?

¡Hola a todas y todos!

¿Cómo van las vacaciones? Teniendo en cuenta que yo estoy currando como un desgraciado, no, no quiero saber qué tal van las vacaciones. Cuando estéis de vuelta en el tajo con más síndrome postvacacional que Paquirrín trabajando en una obra, me lo contáis y lloramos juntos.

El caso es que Pepa Álvaro, directora de castings de Gran Hermano ha hablado sobre la selección de este año. Antes de seguir, una cebolleta historia del abuelo Gus: He estado en la casa de Guadalix muchas veces para hacer reportajes y artículos, presentaciones, ruedas de prensa… La primera vez que estuve allí mi guía fue Pepa Álvaro.

Y después de este momento remember eres más viejo que usar el culo para cagar (y fino y elegante, Gus, eso también), vamos a ver qué ha contado del casting de este año. Se lo ha contado, por cierto, a Mireia Marrón, en el blog de Mediaset Que no salga de aquí.

Dice Pepa Álvaro que siempre buscan «algo que nos sorprenda, un perfil diferente que nunca se haya apuntado anteriormente». No les arriendo la ganancia, porque después de 17 GHs no sé si queda alguien así. Bueno, lo mismo mi abuela, que nunca se ha presentado porque ella es más de apuntarse a Gandía Shore.

Quieren a «alguien que disfrute del concurso, de la experiencia, que para él vaya a ser un camino feliz, no una tortura». Pues espero que no se presente Ignacio González, que lleva mal lo de estar encerrado y se les puede deteriorar, el pobre.

«Es prácticamente imposible encontrar a alguien que no haya visto Gran Hermano nunca, muchos dicen que sí, que nunca lo han visto, pero es complicado», dice Pepa. La cantidad de gente que dice que no ve Gran Hermano es inversamente proporcional a la cantidad de gente que dice que ve los documentales de La 2.

Me hace gracia la gente que pretende ir de cultureta y superior moral e intelectualmente diciendo que no lo ven y catalogando malamente a quienes lo hacen. Ay, señor, cuánto prejuicio de postureo.

Peeeero, en cualquier caso sería «un perfil muy interesante, alguien virgen de reality, alguien que no busque la fama, que no busque el después, si no el durante». ¿Sabéis quién se me ocurre? Gente currante, con la vida hecha, madres o padres de familia. Vamos, gente que no le queden más ovarios que volver después a su casa, ja ja ja.

«Nos somos detectives, confiamos mucho en la gente, pero procuramos que el casting sea largo, lo más largo posible y están involucradas muchas personas, psicólogos, médicos, redactores… y vamos a hablar con sus familias, con sus amigos…», dice la directora sobre la posibilidad de que la gente mienta en los casting.

Pues la verdad, yo haría un meta reality y haría los casting con detectores de mentiras que dieran calambre. O mejor, con cocodrilos adiestrados que se comieran a los mentirosos. O aún mejor, con Mercedes Milá recién levantada y sin café que les mirara fijamente. Eso sí que tiene que acojonar.

«Cada jueves va a haber una pequeña revolución, no podemos contar nada más», dijo Pepa… um… ¿Qué será, qué será? ¿Tendrá que ver con las nominaciones? ¿Con la forma de expulsión? ¿Con más participación para el público?

«Tendemos a coger a gente un poco más joven, pero este año estamos intentando coger a concursantes con más experiencia de vida para que puedan aportarlo en la casa», dijo. ¡VIVAAAAAAAAAAAAAAAA!

Sí, sí y sí. Lo eché mucho de menos en GH 17, donde la media de edad era muy parecida, así como en gustos y costumbres. Anda que no han dado juego la gente más mayor que ha entrado a la casa.

Pepa está curada de espanto: «Ya no me sorprende absolutamente nada. Cada año me veo a 30.000 personas. 17 años trabajando en esto, la intuición y la práctica te dice si una persona sirve o no», dijo. Joder. 30.000 personas. Y yo me agobio cogiendo el bus. Esta mujer interroga a más gente que San Pedro después de la peste bubónica.

«Lo importante es la química que haya entre ellos, que eso sí que es una lotería», dijo sobre lo que pasa después, cuando están en la casa y eso explica por qué a veces hay muebles: «Personas que aparentemente no son muebles llegan a un grupo de gente muy fuerte y acaban siendo muebles aunque en su vida de fuera no lo sean».

En fin… ¿Hay ganas de Gran Hermano?

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