Resumen de la gala de Gran Hermano en la que Milá arremetió contra Mariano Rajoy

Me imagino a Rajoy en calzoncillos y con una camiseta vieja sentado en el sofá. En la barba, restos de migas de la cena, en una mano el mando de la tele y con la otra rascándose un poco el huevamen.

Y me lo imagino viendo Gran Hermano, gran fan de Desiré. Y pienso en el salto que debió pegar cuando Milá le dijo «se acabó la broma con la Sanidad Pública, señor Rajoy, se acabó la broma«.

«Pero eshto que esh», diría mientras cambiaba con disimulo a Antena 3…

Sí, amigos, es una de las cosas que sí me gustan de Milá, que coge su popularidad y la pone al servicio de causas nobles, cosa que muchos otros no hacen.

Pero en fin, unámonos a la petición de Milá, pidamos Sanidad Pública y que Rajoy vea la tele con pantalones.

Y empecemos por el principio, que es lo suyo.

En un primer momento pensé que Milá iba vestida de menstruación, con ese vestido rojo que podía verse desde la Estación Espacial Internacional, pero viéndola después, regalando cosas a los expulsados como para montar un bazar chino, entendí que no era un disfraz de regla, sino de Papá Noel.

Dijo Milá que el guión de anoche tenía 66 páginas. Para mi que le pusieron los nuevos testamentos en letra comic sans cuerpo 12 para putearla un rato.

Álvaro por su parte, en la casa, iba vestido de maruja viuda a la puerta de la casa en las fiestas del pueblo viendo pasar a los rapaces y las rapazas. Y pudimos volver a ver además sus maravillosas cicatrices, que parecía que llevaba dos lomos de cerdo crudos en los hombros.

Por eso hace falta Sanidad Pública de calidad, porque a este hombre a falta de bisturíes le operaron con un cuchillo jamonero sin afilar.

De los vídeos de esta semana deduje que NO SOPORTO A SUSANA. Sé que a vosotros os gusta, pero a mi me da un tufillo a mala pécora…

A mi favor está la amistad Susana-Igor de esta semana, que ahora se quieren como si fueran la abeja Maya y Willy. ¿Alguien puede de verdad pensar que estos dos se tienen una sincerísima amistad de donarse riñones? NO.

El banco de los ex concursantes y los familiares parecía un tren indio en plena operación salida. Milá les dijo que se sentaran algunos en las escaleras del escenario, más que nada para que no murieran de calor.

Ay, dios, en la sala de expulsión a punto estuvo estado Desi de enseñarnos el monstruo del lago Ness sobresaliendo de las aguas. Es que claro, se pone faldas pero no guarda la anaconda en la jaula y eso puede llevar a que el bicho asome la cabeza. Es como en la escena de cruce de piernas de Instinto Básico, pero añadiendo un badajo a la ostra.

 Y en esa primera expulsión se fue a la calle… ¡JUAN CARLOS!

Sí, amigos, el hombre guapo con los piños separaos como para que pase un camión adelantando a otro se fue a la calle (otra vez).

En ese momento se abrieron los teléfonos para que la gente votara a su favorito, de forma que los dos menos votados se irían a la calle después. Sí, Gran Hermano estaba en un plan de cargarse gente que ríete tú de la peste negra.

En la casa, Raki lloraba como una posesa. Y no me extraña, porque esta chica es como la Santa Compaña, persona que se le acerca, persona que pasa a mejor vida.

Y antes de que los que aún estaban dentro de la casa, Milá les dijo que se fueran de nuevo para la sala de expulsiones. Eso parecía un paritorio con tanta expulsión. Sin epidural.

El caso es que Milá anunció que un grupo de espectadores podrán entrar en la casa en la final para estar con los concursantes. Toma ya.

Pusieron un vídeo de Desi y el pollito caedor. Cantando. Madre del amor hermoso. Me sangraban los oídos como para que viniera Amaia Salamanca a meterme un par de tampones por las orejas.

Milá se pasó la noche diciendo que volvía el vértigo, que volvía el vértigo… Creo que se refería al vértigo que te da cuando te quedas dormido y se te cae la cabeza. Porque madre del amor hermoso que coñazo de gala.

Se cerraron los teléfonos y Milá les dijo a bocajarro que uno de ellos se iba a ir en ese mismo momento.

Se han quedaron más jodidos que si les hubieran dicho que tenían que probar unos nuevos supositorios de calibre 80 mm.

¡¡Y SE FUE A LA CALLE NACHO!!

Es de esas expulsiones que te dejan más indiferente que un gato de escayola.

Pero la parca aún rondaba el concurso y uno más debía ser expulsado.

Y mientras otro era echado de la casa como el que echa una tenia en un día de colitis, Juan Carlos llegó al plató.

Se mascó la tragedia. Bueno, no es que se mascara, es que se mascó, se saboreó, se pasó de un carrillo a otro y luego se engulló.

El caso es que Juan Carlos salió de la puerta pantalla, pero las escaleras no se habían desplegado. Si el muchacho no se llega a dar cuenta la hostia que se da es como para ir comulgado diez años. Afortunadamente el muchacho lo vio y esperó a las escaleras.

Dijo Mila que quedaban claras tres cosas: que no tiene problemas para dormir, que Igor y Susana le sobraban para la convivencia y que Raki es su debilidad.

Y Milá, celosa, le dijo «¿conmigo te meterías en la cama y echarías un polvo y con ella no?». JA JA JA. Juan Carlos, acojonado, dijo que No.

Y es que claro, se te pone la Milá a agarrarte las manos y a mirarte a veinte centímetros y te dice eso y se te ponen los huevos como las orejas de Mickey Mouse.

«Me entiendo muy bien contigo, así que si quieres tenemos un rollo«, le dijo después Milá a Juan Carlos. Yo pensé que antes de que acabara la gala violaba al muchacho encima de la mesa.

Y el siguiente en irse a la calle fue… ¡¡¡ÁLVARO!!!

Chaaaaaaaaaaaaan, chaaaaaaaaaaaaaaaaaa, el pollito volaba hacia Guadalix.

Y mientras, Nacho llegó al plató. Es un tipo que pasará sin pena ni gloria por Gran Hermano.

Empezando por el hecho de que los ojeadores de la NBA que vieron la gala en la que entró se han sacado los ojos con un sacacorchos y ahora son felices.

A Nacho le pusieron por teléfono a su hermana: «Lo que tienes que hacer es disfrutar y a la mierda lo que diga el resto», le dijo.

El caso es que a Nacho le han nominado. Y nominado. Y nominado. Es como un imán para las nominaciones. Si las nominaciones se pudieran canjear por euros el muchacho se compraba una casa en la playa.

Con la tontería ha estado nominado ocho veces, pero le ha salvado el hecho de que siempre había alguien más odiado a quien echar. Así que ya sabéis: rodearos de gente odiosa.

«¿Tú eres jugador de baloncesto?», le preguntó Milá por su nulo ratio de canastas. A ver, que no es que el chaval sea malo, es que le llevas a sobrevolar el océano pacífico, lanza una pelota al mar y le cae en el desierto de Almería.

Aprovecho para comentar que el director de las galas, Álvaro, debe estar más frustrado que un predicador en un puticlub. Milá no le hace ni puto caso.

Amos no me jodas. Lo de la canción del tiburón en el jardín, con el DJ con una cabeza de tiburón de goma puesta y el bailecito fue surrealista. Esto es no tener sentido del ridículo ninguno. ¿Esta canción no se bailaba ya en el antiguo Egipto?

Álvaro fue el último en llegar al plató. «Te quiero MercedeeeeEEeeEEEEeeeEEEs«, gritaba al llegar al plató, mientras levantaba los brazos y nos enseñaba unos sobacos que parecían una tarta de selva negra. Que mata de pelo sobaquera, como para reforestar a un calvo.

Nos pusieron un vídeo de él riéndose y daba un miedo que te cagas. Es la típica risa que esperarías oír de un tipo que te ata a una silla y se te acerca con un cuchillo.

El público le ovacionaba como si acabara de cantar el Nessum Dorma mejor que Pavarotti. Él dijo que le daba vergüenza. Él, que llevaba una camiseta de macarra de gimnasio tuneada para una señora con rulos.

Y poco más, porque apenas le preguntaron nada al muchacho de los pelos oxigenados.

Y así quedó la cosa.

¡¡ACORDAOS QUE EL MARTES ES LA FINAL Y QUE LA VEMOS JUNTOS Y EN DIRECTO!!

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