Capturando la temperie Capturando la temperie

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La meteorología en el cine

Dorothy (Judy Garland) vive en Kansas, en pleno corredor de los tornados. Un buen día uno de ellos arrasa su pequeña cabaña y… así nace El Mago de Oz, de Victor Fleming (1937). De no ser por el tornado la película no hubiera existido. Ni esa ni muchas otras cintas clásicas. Sin ir más lejos su remake de 1985, Oz, un mundo fantástico, y sobre todo la precuela de la original, que llegará a los cines en 2013 y se llamará «Oz, un mundo de fantasía» de San Raimi, y que en su cartel anunciador también muestra un pavoroso tornado.

 

Cartel de "Oz, un mundo de fantasía", que llegará en 2013. Crédito: Disney.

Cartel de «Oz, un mundo de fantasía», que llegará en 2013. Crédito: Disney.

 

Efectivamente, la meteorología, o más bien, los fenómenos meteorológicos, son protagonistas claves en muchas de las tramas de películas muy conocidas. No hay pelis de miedo sin una tormenta nocturna, con rayos y centellas. No hay película que se desarrolle en alta mar con un temporal fuerte, lluvia y viento. No hay película que trate el tema del calentamiento global sin desastre climático con medio Nueva York enterrado en hielo o sumergido bajo el agua… Hielo, nieve, viento, agua, calor…han tenido su papel en el apasionante mundo del celuloide.

No sólo me refiero a que en el título hagan referencia a estos fenómenos -aunque algunas cumplen también esto- sino que busco cintas en las que la meteo sea la verdadera protagonista. Así, a bote pronto y googleando un poco (¡gracias IMDB!), se me ocurren unas cuantas, a ver si entre tod@s completamos una buena lista. También las pediré por twitter con el hashtag #meteoPelis

Huracán sobre la isla, de John Ford (1937).- Aventura romántica de un hombre injustamente encarcelado que, al escapar, tiene que enfrentarse contra uno de estos monstruos.

Cayo Largo, de John Huston (1948).- Todos presionados por el miedo, ya sea a las armas de fuego o al poder destructivo de la naturaleza.

El resplandor, de Stanley Kubrick (1980).- Asesinatos y terror sicológico en mitad de una opresiva tormenta de nieve. Casi ná.

El día de mañana, de Roland Emmerich (2004).- Bueno, ya sabéis, catastrofismo al más puro estilo Hollywood. Buenos efectos especiales, eso sí.

Cantando bajo la lluvia, de Stanley Donen y Gene Kelly (1952).- No tanto por la trama como por la celebre escena del baile bajo la lluvia, en donde añadieron leche al agua para que contrastara más en el plano.

En fin, la lista podría ser mucho más larga, pero os dejo a vosotros que la sigáis, o aquí en los comentarios o bien por twitter, con la etiqueta #meteoPelis

¡Gracias!

 

Más calor, más barbacoas: la meteorología y la cesta de la compra

Los supermercados, grandes superficies, tiendas de ropa, zapaterías y hasta las heladerías, viven con un ojo en el cielo. Ahora que el otoño ha llegado, pero el verano se resiste a dejarnos y nos regala el famoso veranillo de San Miguel, muchos empresarios casi desean que entre el frío y la lluvia de una vez. Y que sea para quedarse. Está en el corazón de su negocio aprovisionarse de material, mantener un stock acorde con la previsión de ventas. Y el pronóstico del tiempo atmosférico, de la temperie, es absolutamente decisiva para tomar estas decisiones.

El otro día leía que uno de las grandes superficies de EEUU, Tesco, recibe 3 informes meteorológicos diarios. Y con cada uno de ellos actualiza su previsión de stock. En tiempo real. Diez grados más que los actuales suponen un 300% más en carne para barbacoas. 45% más de lechuga. 25% menos de coles. Y si no la tienes o si te sobra, es dinero que pierdes. O por no poder afrontar la demanda o por no vender las existencias que has comprado.

 

Pantalla de Tesco_Connect. Big Data y meteorología para optimizar procesos.

Pantalla de Tesco_Connect. Big Data y meteorología para optimizar procesos.

 

Afinar con el almacén es la clave de muchos negocios, en los cuales tienes que guiarte por parámetros para responder a la demanda de manera óptima. Y en este sentido estar bien informado del tiempo, sea el inmediato (meteorología) o el estacional (climatología) es vital. Tesco tiene el sistema TescoConnect, que almacena todos esos datos y los comparte con todos los proveedores. Los grandes centros tienen unos 12.000 productos distintos que suministran 700 empresas diferentes. Las simulaciones que hacen para controlar y optimizar su stock son dignas de la NASA. Tardan 3 días en ejecutar una simulación histórica de su stock para optimizar situaciones futuras.

Entiendo que aquí, en nuestro país, empresas como Carrefour, El Corte Inglés, Alcampo, Mercadona, etc. tendrán algo parecido, eso que se ha dado en llamar Big Data, el aprovechamiento de cantidades de datos ingentes para ser aprovechados en la optimización de procesos. ¡Y, si no lo tienen, deberían! Si alguien está enterado de ello, os agradecería alguna referencia, me parece muy interesante y un posible nuevo modelo de negocio para empresas de meteorología.

 

Reflexiones tras la catástrofe

Tras la tempestad viene la calma, y, con ella, debería venir la reflexión. El pasado viernes fue un día muy triste en la historia de nuestro país. Diez personas perdieron la vida en Málaga, Almería y Murcia por diferentes motivos relacionados con el episodio de lluvias intensas. Hay tres desaparecidos y muchas familias deshechas. Docenas de personas sufren heridas y muchas más lo han perdido todo, absolutamente todo, debido a las inundaciones.

Tras sacudirme la tristeza y el asombro por las imágenes que hemos visto, la reflexión que me queda es la siguiente. Ni con todos nuestros satélites, ni con todos nuestros superordenadores, ni con nuestros grandes avances tecnológicos, hemos sido capaces de evitar esta situación. La naturaleza sigue siendo más fuerte que nosotros, y a la primera oportunidad que se le presenta nos lo demuestra con tiranía.

 

Desesperación el viernes pasado en Vera, Almería (EFE)

Desesperación el viernes pasado en Vera, Almería (EFE)

 

Como todos sabéis, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET ahora, antiguo INM) es la responsable en nuestro país de velar por nuestra seguridad en aspectos meteorológicos y climatológicos. Es la responsable de emitir avisos para alertar de riesgos meteorológicos. Los colores indican el nivel de riesgo para la población. Y los criterios están claros.

La reflexión principal deja sitio a otras preguntas que se me vienen a la cabeza, y que os expongo para debatir.

– ¿Qué hubiera pasado sin avisos?

Efectivamente, a toro pasado la destrucción ha sido mucha y es muy fácil señalar culpables. Pero pensemos que, quizá, sin esos avisos, el número de víctimas sería mayor. El suceso de Gandía, con un desplome o downburst (como este en Camp de Turia en Septiembre de 2004 que tuve la oportunidad de documentar) que arrasó la feria local, tirando al suelo una noria y diferentes atracciones se produjo con la zona desalojada, sin estar abierta al público, precisamente por esos avisos. Sin duda, de no haberse emitido los mismos, la catástrofe allí hubiera sido horrorosa. Pensemos en esto.

– ¿Se emitieron con suficiente anticipación?

Los avisos o alertas rojas, de riesgo meteorológico extremo (fenómenos meteorológicos no habituales de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto), se emitieron demasiado tarde, en mi opinión. Y no sólo en la mía, sino en la opinión de muchos otros. Desde el jueves 27 por la mañana la situación era muy clara, y así lo indicaba en mi blog. («Las inundaciones de zonas bajas y barrancos pueden ser repentinas -flashfloods- y muy peligroso atravesar vaguadas«). Otros meteorólogos oficiales de la AEMET, de sobrada reputación, incluso llamaron a título personal a familiares para que tuvieran precaución (Ver la Nota final). Meteorólogos de diferentes medios, SSW, y aficionados a la meteorología (que no por aficionados saben menos de esto), también anunciaron lo que se nos venía encima. A las 22:11 del jueves (aún faltaban 10 horas para el primer desastre de Málaga), ESTOFEX avisó de forma clara: «Life-threatening flash flooding is likely!»  («Son posibles inundaciones rápidas con peligro para la vida»), que al fin y al cabo, y desgraciadamente, fue lo que pasó.

Cuidado, que quede claro que, aún con las alertas rojas emitidas la noche anterior, la catástrofe podría haberse producido. Que nadie se engañe, pero nos queda la duda de si de podía haber hecho algo más.

¿Qué protocolo se establece para cada nivel de alerta?

Cada nivel de aviso lleva consigo un procedimiento a desarrollar. Un procedimiento que es costoso, en personal, en medios terrestres, en movilización de efectivos. Esa movilización supone dinero. Mucho, en la mayoría de los casos. ¿Están afectando los recortes a esas movilizaciones? Si alguien es capaz de contestar a esta pregunta, por favor, estaríamos muy agradecidos. Por cierto, los radares de Murcia y Valencia dejaron de funcionar ese día, manteniendo «a ciegas» la zona cero. Son una herramienta imprescindible para el seguimiento de estos episodios severos. Pero si cuando se producen, no funcionan, ¿para qué los queremos? Hoy funcionan perfectamente. Hoy que no llueve.

– ¿Llegan estos avisos al gran público?

A pesar de que la propia AEMET nos dice que estos avisos se difunden a Protección Civil y las autoridades estatales y autonómicas y por su servicio radiofónico, ¿llegan realmente a la sociedad? Porque la misma tarde del viernes en todas las televisiones pudimos ver las alertas rojas…cuando ya el daño estaba hecho. Creo que en este sentido los canales de comunicación pueden mejorarse, y mucho, usando canales más ágiles, como las redes sociales, un medio directo e inmediato de comunicación. Twitter en este sentido podría haber sido una herramienta muy útil. Muchos hicimos el seguimiento en directo de todo el episodio, alertando con horas de antelación las zonas afectadas. Si a nivel particular pudimos llegar a miles de personas, ¿qué no haría la AEMET, con el apoyo de todas las instituciones oficiales? Ese día se hubiera alertado de forma más directa, más operativa. ¿Para cuándo vuestro canal de twitter AEMET? ¿Para cuándo?

– ¿Quién evita la irresponsabilidad de la población?

Dicho todo esto, los incidentes más graves son imposibles de prever. Se producen en un instante, una rotura de un muro, un cuace desviado o lleno de escombros, un arroyo sin desbrozar o, más grave, urbanizaciones o cámpings situados en zonas inundables. Al final ese es el punto donde se producen las víctimas. Y se producen en segundos, normalmente. He llegado a ver fotos y vídeos de personas subidas en un puente a punto de derrumbarse haciendo fotos, otras nadando en una calle a contracorriente de la avenida de agua… Las personas también tenemos nuestra responsabilidad, debemos ser prudentes, usar el sentido común. Pero no lo hacemos. Incluso con el mejor servicio meteorológico del mundo, con el más intachable, ocurrirían desgracias. Somos así.

– ¿Emitirá la AEMET algún comunicado explicando la situación?

Eso esperamos todos. No me cabe la menor duda de que en este momento trabajan en el informe oficial, siempre han emitido uno tras episodios como este, y este caso es muy grave. Esperemos que no sólo expliquen la situación desde el punto de vista técnico, sino también las decisiones tomadas en cada momento y si existen responsabilidades a depurar.

 

Chubascos de mantequilla y mermelada

Me llega un proyecto impactante y divertido de un diseñador francés llamado Nathan Brunstein. Se trata de Jamy, una tostadora que puede imprimir en el pan, y mediante calor, el estado del tiempo. Y me ha hecho pensar en el uso de las cosas cotidianas y su aplicación para conocer el tiempo, su pronóstico: nuestro coche, nuestra ropa, los edificios que nos rodean, las carreteras por las que circulamos, el mismísimo cielo, podrían ser usados.

¿Ideas locas? Puede ser, pero ya existe ropa inteligente que repele la lluvia, o te da información meteo, edificios que cambian de color dependiendo de la temperatura y otras cosas por el estilo… ¿qué otras se te ocurren?

 

Vaya, a desayunar bien que hoy hace fresquito y llueve

Vaya, a desayunar bien que hoy hace fresquito y llueve. Diseño: Nathan Brunstein

 

Jamy es sólo una idea, un diseño, un proyecto inspirador, pero te hace pararte a pensar en las inmensas posibilidades que la tecnología nos ofrece. Sí, hoy una tostadora me hizo pensar. 🙂

 

NOTA.- Para los fans de las tostadoras permitidme poner un link a una de las escenas más desternillantes de Red Dwarf mi serie favorita, donde la Talkie Toaster nos dice «I toast, therefore I am» (Tuesto, luego existo). Está en inglés, sorry…

 

El timo de la luna azul

Bonito nombre, ¿verdad? Esta noche, la última del mes de agosto de 2012, podremos disfrutar de un fenómeno conocido como luna azul. En inglés se sale: Blue Moon. Brutal, ¿no? Pero me temo que muchos que han leído o escuchado la noticia se llevarán un chasco. El calificativo de la Luna de esta noche no tiene nada que ver con el color del cuál la veremos.

Resulta que a alguien se le ocurrió darle ese nombre a la cuarta luna de un trimestre. Me explico. Cada estación tiene tres meses y, por lo tanto, tres lunas llenas. Los granjeros nativos americanos llamaban a estas lunas con nombres como la Luna de los Cazadores, la Luna de la Cosecha, la Luna de la Nieve, etc…

Luna eclipsada, más oscura de lo normal. Nunca azul. Foto: Nutdanai Apikhomboonwaroot

Luna eclipsada, más anaranjada de lo normal. Nunca azul. Foto: Nutdanai Apikhomboonwaroot

Muy raramente, cuando una luna llena coincide en día 1 ó 2 del mes, puede darse el caso de que vuelva a repetirse a finales de mes. Hay que tener en cuanta que el ciclo lunar no coincide exactamente con un mes, sino que es algo menor. Cuando esto pasa, estamos ante la segunda luna llena en el mismo mes, la cuarta del trimestre, y a esta luna se le llama Luna Azul. En lo que llevamos de siglo este hecho se ha repetido en:

  • Noviembre de 2001
  • Julio de 2004
  • Junio de 2007
  • Diciembre de 2009
  • Agosto de 2012

Y las siguientes serán en:

  • Julio de 2015
  • Enero de 2018
  • Marzo de 2018
  • Octubre de 2020
  • Agosto de 2023
  • Mayo de 2026

Y es una Luna maravillosa, plena, la reina de nuestras noches y musa de poetas. Como todas las lunas llenas que las nubes dejan ver. Y teñida del mismo color que siempre, más anaranjada en el horizonte y más blanca en el cénit. Como siempre.

No será azul, avisados estáis.

¿Qué es una noche tropical?

Estamos en los días más calurosos del año, no hay que ver mas que las máximas para comprobar cómo los 40ºC son alcanzados en varias capitales españolas sin problema. Calor abrasador de agosto, incluso por encima de lo normal en alguna zona. Pero no sólo por el día el mercurio quiere salirse del termómetro. Las noches son tremendamente cálidas, incluso en algunos casos, como el de Madrid, y a pesar del cambio de ubicación de la estación de Retiro, algo que podría influir en los datos, batiendo récords de mínima más alta. La expresión noche tropical está de moda y ya en todos los informativos se utiliza.

Pero… ¿qué es en realidad una noche tropical?

Una vez más, no disponemos de una definición oficial meteorológica, sino que el término parece ser más bien periodístico. Y, claro, aparecen diversas interpretaciones. Esta es mi opinión personal acerca del tema.

 

A la caída del Sol el calor sigue apretando... Puesta de sol en Formentera en 2010. Foto ER.

A la caída del Sol el calor sigue apretando… Puesta de sol en Formentera en 2010. Foto ER.

 

Por un lado, no parece muy lógico llamar tropical a una noche europea… Por mucho calor que haga en Valencia, Cádiz, Sevilla o Santander, no son zonas tropicales. Más bien deberíamos llamarla noche cálida, o casi mejor noche excepcionalmente cálida (NEC). Pero aceptemos el calificativo y demos por sentado que todo el mundo sabe que no estamos en el trópico.

Una noche tropical, o una NEC, es una noche en la cual el termómetro no baja de una determinada temperatura. Es decir, la mínima está por encima de un umbral. No tiene nada que ver con la amplitud térmica, esto es, la diferencia entre esa mínima y la máxima diurna. La máxima será más o menos alta, se podrá llegar a los 30ºC o a los 40ºC, pero eso no define lo que es una NEC.

Es el umbral mínimo lo que la define. Ese umbral se toma normalmente en 20ºC. Una mínima -normalmente alcanzada al amanecer- igual a superior a 20 grados centígrados define esa noche tropical. Así de simple. Aunque creo que deberíamos ir algo más allá. No sólo en que, quizá, dependiendo de la zona, ese umbral debería cambiar (no es igual una mínima de 21ºC en Soria o Teruel que en Valencia o Cádiz) sino que lo que realmente queremos dar a entender con una noche tropical es que se abandona la zona de confort térmico de nuestros cuerpos. Que hace demasiado calor para dormir, por ejemplo. Esa es la esencia de las noches tropicales. Y para medir ese confort, tenemos que echar mano de la sensación térmica, un valor que no sólo depende de la temperatura, sino de la humedad y del viento.

De esta forma, no es lo mismo 22ºC con baja humedad (30%HR) que esos mismos 22ºC con una humedad relativa del 90%. En el segundo caso, la sensación que tendremos no será confortable, precisamente. Equivaldrá a varios grados más, y tiene más sentido el calificativo al que hacemos mención.

Aún nos quedan un par de noches excepcionales, noches de calor e insomnio, noches tropicales o cálidas, así pues, paciencia para las que no puedan disponer de aire acondicionado. Es verano y estamos en España.

Diez características del levante y del poniente en Cádiz

El viento – o más bien su dirección en determinadas regiones de nuestro país- decide la mayoría de las veces cómo serán tus vacaciones. Pero no siempre de la misma forma. Dependiendo de si viajas a Vigo, Santander, Valencia, Almería, Málaga o Cádiz, ese mismo viento y esa misma dirección definen una serie de características diferentes. Veamos diez de ellas para la zona de Cádiz, haciendo énfasis en que este comportamiento no es válido en Valencia, por ejemplo, sino más bien todo sucede al contrario.

Veamos antes dos fotografías realizadas durante mi estancia en las playas de Vejer de la Frontera (Cádiz), más concretamente en El Palmar, desde donde escribo esta entrada. Una muestra un día de levante y la otra uno de poniente.

 

Viento de levante en la playa de El Palmar, Cádiz. Foto ER.

Viento de levante en la playa de El Palmar, Cádiz. Foto ER.

 

La misma playa tres días antes, con viento de poniente. Foto ER.

La misma playa tres días antes, con viento de poniente. Foto ER.

Las banderas.-

Lo primero que miras cuando sales de casa. Las de la playa, las de los chiringuitos, las de alguna casa cercana. Con levante apuntan al oeste, hacia el mar. El viento viene del interior, cálido y seco. Con poniente el viento llega del mar, fresco y húmedo, y las banderas apuntan hacia el interior, hacia el este.

El cielo.-

El cielo de levante es turbio, su azul es sucio, lleno de polvo y tierra, el aire pesado, bochornoso, y al Sol le cuesta atravesar tanta capa de aire enrarecido, sobre todo al atardecer. La puesta de Sol no suele ser muy vistosa, pues el disco solar se oculta y deja de ser visible. Con poniente el cielo es azul limpio, y el aire transparente. La visibilidad es muy elevada y el Sol brilla intensamente hasta la hora de la puesta, sacando los colores más vivos a todo el paisaje.

Los insectos.-

Con levante los insectos se ponen muy pesados. Moscas y mosquitos se multiplican, aparecen de la nada. Las libélulas pueblan las plantas y las pequeñas palmeras. Las noches son una auténtica pesadilla debido a las picaduras y los insecticidas son complemento imprescindible para esas noches de insomnio y calor. Con poniente, ni rastro de mosquitos y a dormir tapado con sábana

La piscina.-

Imprescindible en esta zona con levante, la playa no es una opción. El problema es que se ensucia, se llena de arena, pero aún así es la mejor opción, junto con algo de césped. Tanto dentro como fuera de casa el bochorno es insoportable, el mejor sitio es a remojo. Con poniente y apenas 24ºC la piscina casi ni apetece. Sólo, quizás, a mediodía, cuando el sol aprieta. Pero de ninguna forma a primeras o últimas horas, como con levante.

La playa.-

Imposible con levante. La arena se levanta y pincha en las piernas y el cuerpo. Se mete en los ojos. Las toallas y pareos son imposibles de usar, y las sombrillas vuelan y se convierten en peligrosas velas con pincho… El poniente sin embargo es el viento que te hace ver la puesta de sol en la playa abrigado con una sudadera

El sonido del mar.-

Con viento de poniente y a más de un kilómetro tierra adentro el mar se oye perfectamente. El sonido del azote de las olas rompiendo en la playa se transmite por el aire y se interna en tierra, y, desde muchos metros es absolutamente apreciable. Con viento de levante imposible oír el mar, y si las fiestas y música de alguna casa cercana del interior.

La temperatura.-

Una de las mayores diferencias entre el levante y el ponente se produce en las temperaturas. El viento de levante, al atravesar todo el este de Andalucía, pierde humedad y gana temperatura, haciendo subir la misma en la zona oeste. El aire recalentado y seco hace que con levante no sea nada agradable pasear a mediodía y que por la noche sea complicado conciliar el sueño. El poniente llega fresco y húmedo del mar, conservando el aire a menos temperatura y haciendo más agradable tanto noches como días.

La humedad.-

Derivado de la procedencia del viento la humedad es más o menos alta. Algo más baja a pesar de la cercanía del mar con levante, y se dispara con poniente, debido al recorrido marítimo del viento.

El humor.-

Curiosamente parece que el levante pone de peor humor que el levante poniente, pero no es extraño viendo los anteriores puntos. Calor, bochorno, día sin playa con uno y fresquito, dormir bien y espectaculares puestas de Sol con el otro. Mejor humor con poniente.

El viento.-

Definitivamente, cuando el levante es fuerte poco o nada se puede hacer que no sea refugiarse en casa o ir de tapas. Las rachas mantenidas pueden llegar a los 60 ó 70 kilómetros por hora, con rachas de más de 100 Km/h.

Así pues, ya sabes lo que te espera cuando te dicen por aquí: «ojo que viene una buena levantera«, o porqué al poniente siempre le llaman ponientito rico… 🙂

 

Los arco iris gemelos o hermanados, al descubierto

Todos conocemos los arco iris. Un día de campo, de repente se nubla, y la tormenta aparece. El Sol ilumina por un lado y las nubes negras y las cortinas de precipitación acechan por otro. En un momento dado la lluvia comienza, pero el sol sigue luciendo. De repente alguien grita: “¡Mirad, un arco iris!”. Y todos disfrutan del bello espectáculo de color celeste que supone el fenómeno.

Los arco iris son un fenómeno casi inédito en el sistema solar. Muy pocos planetas son capaces de producir la maravillosa combinación de la luz solar – común a todos- reflejándose y refractándose en las pequeñas gotas de lluvia. No precipita agua líquida en ningún planeta. Quizá nubes de helio o de cristales de hielo sean capaces de producir algo parecido, nunca igual. El arco iris es una marca genuina terrestre, nuestro bello tesoro colorido envidia de nuestros vecinos estelares. A veces son dobles -el de abajo primario y el de arriba secundario- y, entre ellos, se produce el sorprendente efecto de la banda de Alejandro, esa zona más oscura entre ellos. Puedes leer más datos técnicos aquí.

Arco iris gemelo en Almansa (Albacete), el 31 de Mayo de 2009. Foto: Antonio Jiménez.

Arco iris doble y gemelo en Almansa (Albacete), el 31 de Mayo de 2009. Foto: Antonio Jiménez.

Detalle del arco iris gemelo. Foto Antonio Jiménez.

Detalle del arco iris gemelo. Foto Antonio Jiménez.

Pese a que durante cientos de años los hemos estudiado concienzudamente, los arco iris aún guardan secretos. Sabemos que los hay dobles, primarios y secundarios, supernumerarios, completos y parciales, más o menos nítidos, anchos o estrechos… y gemelos. La razón de estos últimos no se sabía. Son los más raros de ver, los más extraños. Pero jugando con ordenadores y simulaciones esta razón ha sido descubierta recientemente. Parece que el tamaño diferente de las gotas de lluvia hace que las más grandes, pertenecientes quizá a un chubasco más intenso, se achaten, se vuelvan como mini hamburguesas líquidas, y refracten y reflejen la luz de forma anómala. De esa manera producen esta rara avis de los arco iris, los gemelos o hermanados.

Una razón más para amar nuestra Casa Tierra y sus maravillosos y únicos tesoros.

 

Porqué no terminan de convencerme las aplicaciones de meteorología para móviles

Muchas veces me preguntan por mi aplicación favorita del tiempo para el móvil. Hay multitud, y desde luego, existe demanda por parte de los usuarios. En primer lugar, y a riesgo de ser repetitivo os repetiré una de mis frases favoritas: “El tiempo influye en mayor o menor medida en todas y cada una de nuestras actividades”. Por otro lado, el uso de móviles está mayoritariamente extendido.

La unión de esa necesidad y esa herramienta es definitivamente ganadora, y de ahí el auge de este tipo de aplicaciones. Todos los móviles de última generación incorporan este tipo de información de serie, pero, aún así, quien más o quién menos tiene dos o tres aplicaciones más de meteorología instaladas.

Pues bien, volviendo a la pregunta os diré que mi respuesta es: “Ninguna aplicación me gusta”. Y la razón es que todas las aplicaciones del tiempo fallan en algún momento. Y me explico.

Tabletas y meteo, buena combinación.

Tabletas y meteo, buena combinación.

Una de las características que debe cumplir este tipo de aplicaciones es informar del tiempo actual y, sobre todo, ofrecer pronóstico para los siguientes días en cualquier ciudad o localidad que sea de nuestro interés. Esos son muchas localizaciones. Cientos, miles, docenas de miles. Los pronósticos a granel sólo los pueden realizar máquinas, ordenadores. Poder responder con precisión –y a la vez– el tiempo que va a hacer en Trujillo, Suances, Vejer de la Frontera, Llanes o en cualquiera de los más de 8100 municipios españoles (por no contar con el resto del mundo) no es tarea fácil. Se tienen aproximaciones, pero la calidad se resiente. Por eso las predicciones fallan. No pueden personalizarse y son tendencias, algunas mejores que otras, es cierto. Pero no ofrecen garantías suficientes de acierto a más de dos o tres días. Por no decir que la información ofrecida es en ocasiones escasa y poco detallada. Por eso no me fío de esas aplicaciones. No me gustan y no las recomiendo. Sólo las diferencio por el diseño que emplean. Ahí si que veo un gran potencial, en comprobar cómo cada una de ellas usa el diseño y la imaginación para presentar el tiempo de forma diferente.

Pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión… 😉

 

El mítico rayo verde existe

Estás en la playa tras un magnífico día de sol y calor. El Sol está a punto de ponerse y todo el mundo está pendiente. La luz ya es tenue y en el horizonte el astro rey se sumerge en el océano y parece que se apaga. En el último momento, cuando apenas el último rayo queda visible se produce un momento mágico. El amarillo se torna en verde por un instante y muchos piensan que ha sido un sueño o lo han imaginado.

Y no. El rayo verde existe. No es un mito. Es un fenómeno óptico muy difícil de ver, que precisa de unas condiciones determinadas, pero es real, y yo lo he visto. Se necesita un horizonte muy lejano y liso, que permita ver la puesta hasta el final y con muchas capas atmosféricas encima, y claro, ausencia de nubes. En el momento de la puesta, del último rayo, la luz no es tan fuerte y esas capas atmosféricas, esas capas de aire, pueden actuar como un prisma, y convertir ese amarillo anaranjado en verde. Y no sólo en verde, sino en azul, un rayo más complicado de ver aún.

En esta fotografía de  Juan José Manzano, del Grupo de Observadores Astronómicos de Tenerife, podemos ver ambos en todo su esplendor.

El rayo verde. Y el azul. En Tenerife. Foto Juan José Manzano.

El rayo verde. Y el azul. En Tenerife. Foto Juan José Manzano.

 

Aquí osdejo algunas fotografías del efecto, ojo no todas son rayos verdes, algunas son auroras boreales, que no tienen nada que ver y su origen es diferente.