Capturando la temperie Capturando la temperie

Tenemos todo el tiempo del mundo para ti

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La meteorología en los juegos virtuales

Desde hace mucho tiempo me ronda la cabeza una idea: ¿por qué no incluir parámetros meteorológicos en los juegos de ordenador? Juegos, evidentemente, hay de muchas temáticas. Algunas serán más aptas que otras para esa inclusión. Quizá un sencillo comecocos o un juego de matar marcianos no sea el mas adecuado (aunque… ¿por qué no meter conceptos de space weather, como meteoritos, erupciones solares o explosiones estelares?) O a lo mejor en el Tetris tampoco tiene mucho sentido (salvo si dificultamos el juego haciendo que las fichas no se vean del todo por la niebla o sean más resbaladizas con hielo o nieve…)

Cada vez más, los juegos tienden a ser realistas. Puestos a ello, hagamos que la temperie sea parte del juego, que las condiciones meteorológicas, incluso las climatológicas, decidan pequeños avances o retrocesos en la dinámica de la partida. Que pueda ser empleada por algún jugador para sacar ventaja, o enviar dificultades a los demás. Quizá mi equipo de fútbol en el FIFA juegue mejor con viento y frío, o mi coche del F1 2013 vuele en mojado, evitando así las limitaciones de mi monoplaza… (de qué me suena esto…).

Hay muchos ejemplos, seguro que en tu juego favorito puedes introducir, de una forma u otra, una variable meteorológica, hasta en los Angry Birds hay pantallas en las que el viento hace de las suyas… Pero quizá sea en los juegos de simulación a gran escala (como e-Republik, por ejemplo) en donde podríamos hacer algo grande. Desde jugar a ser Dios, y mandar huracanes, tornados y sequías a nuestros contrincantes, a, simplemente, usar la meteorología en tiempo real, y dejar que la atmósfera decida quién lo pasa mal, obteniendo datos globales y aplicando criterios sobre cómo los jugadores se ven afectados.

Pantallazo de Algor, un proyecto del grupo HAROSA, UOC.

Pantallazo de Algor, un proyecto del grupo HAROSA, UOC.

 

Para finalizar, algo más cercano y mucho más útil, un proyecto de la UOC que me chiva una buena amiga por twitter y que tiene que ver con la búsqueda de rutas de distribución eficientes. Algunas empresas logísticas del Estado ya lo están empezando a usar, y de esta forma optimizan el tiempo que un paquete tarda en llegar a su destino. Todo el juego, llamado Algor, se basa en un algoritmo de búsqueda de rutas, aplicable a muchos otros ámbitos. Puedes hasta competir contra el propio algoritmo. Y lo que Anita –especialista en ideas– con mucho criterio y siguiendo nuestra filosofía, me hace llegar, es que mezclar la meteo en tiempo real con este algoritmo quizá fuese una opción más realista aún y un buen modelo de negocio. Desde luego, un día lluvioso o con nieve esas rutas serán más lentas, y eso el algoritmo, que yo sepa, no lo tiene en cuenta.

Desde aquí nuestra disposición a colaborar en este o cualquier otro proyecto en donde la meteo pueda ser un factor decisivo.

 

Félix y la sonda más cara de la historia

Es el tema del día y de la semana. Y seguramente lo sea del mes y del año. Félix y RedBull hicieron historia ayer. Sí, lo dos, pues que tanto uno como el otro son los protagonistas principales de la hazaña. Emocionante la tarde de ayer domingo, con más de 8 millones de espectadores en esa nueva tele que es YouTube y un seguimiento estratosférico en redes sociales.

Más allá de discutir si esto es la acción de marketing más extrema del mundo (que seguramente lo sea), un hito histórico (que también) o un espectáculo para masas a nivel global (sin duda lo es), yo lo quiero enfocar desde el punto de vista de la meteorología, y aprovechar el evento para contar algo que llevo tiempo queriendo contar: Qué es, cómo funciona y para qué sirve una sonda o globo meteorológico.

Y es que la ascensión de ayer de Félix batió otro récord, además de los que no voy a volver a repasar. Ser la sonda meteorológica más cara de la historia.

Una sonda meteorológica no es más que una serie de sensores que miden datos en la atmósfera y los emiten por radio según un globo lleno de helio lo sube a la estratosfera. Os suena, ¿no? Ni más ni menos que lo que ayer hizo la cápsula Red Bull Stratos de la marca del toro rojo. Evidentemente era para otro menester, pero según ascendía el super globo sonda de Félix (los meteorológicos son mucho más pequeños), iba recogiendo datos de su entorno, iba conociendo qué pasaba, que se cocía meteorológicamente hablando a su alrededor. Datos en tiempo real de temperatura (llegó a medir casi 70 bajo cero), presión atmosférica, humedad, vientos, etc que según se alcanza altura en la columna atmosférica, configuran un perfil sobre como está la atmósfera en ese punto. Ha realizado un sondeo.

Globo sonda meteorológico subiendo hacia la estratosfera

Globo sonda meteorológico subiendo hacia la estratosfera

 

Y esto es básico para la predicción meteorológica. Los modelos o ecuaciones se basan en estos datos para resolver las ecuaciones de la atmósfera. Par saber cuál será la temperatura de mañana, si lloverá o si el viento será fuerte. Realizar sondeos es vital para pronosticar el tiempo con exactitud. No sólo vale saber qué tiempo hace en superficie, realmente lo importante, lo que más nos afecta, pasa allí arriba, por donde Félix paseó ayer. Hay que conocer si arriba una capa es seca o húmeda, si los vientos aprietan fuerte de oeste, si la temperatura es más o menos fría. Lo que pasa en superficie es un reflejo de lo que allí arriba acontece.

Pero claro, no vale con hacerlo en un solo punto. Si suelto una sonda meteorológica en Jaén, por ejemplo, sabré las condiciones en la vertical de Jaén y alrededores, pero no las de Vigo. Habrá que tirar una sonda en Vigo también. Cuantas más sondas se tiren más datos hay, y las ecuaciones se resuelven mejor. Para que os hagáis una idea, en el mundo se lanzan miles de sondas, pero aún así, la mayoría de las zonas se quedan sin datos. Estas son las de toda Europa. Fijaos, en España hay sólo ocho estaciones de radiosondeos, que lanzan dos globos sonda diarios, uno a las 12 de la noche y otro a las 12 de la mañana. Eso quiere decir que las ecuaciones extrapolan los datos para el resto de regiones y el resto del tiempo… quizá así entendáis porqué a veces los pronósticos fallan tanto. Si en vez de siete globos se lanzaran 70 y si en vez de cada 12 horas el lanzamiento fuera horario, las ecuaciones serían mucho mejores. Pero claro, eso supone más presupuesto, algo que en estos tiempos se recorta cada vez más… Hay experiencias para que los aviones del todo el mundo puedan ser usados como sondas. Desde luego sería un avance considerable, pues hay miles de ellos, muy habituales y en casi todo el mundo…

Como curiosidad… ¿qué pasa con las sondas que se lanzan? Bueno, suben y suben, enviando sus datos por radiofrecuencia, hasta unos 30Km, en donde alcanzan el punto de ruptura y el globo explota debido a la baja presión y su expansión (ayer también pudimos ver esa expansión, aunque de forma controlada), y los instrumentos terminan por caer (son reutilizables), normalmente en zonas deshabitadas, aunque de vez en cuando alguien encuentra los aparatitos

Vamos a dejar para otro post cómo es esa atmósfera que nos envuelve y cómo cambian las condiciones atmosféricas, algo que desde luego ya conocíamos muy bien gracias a estos globos mucho antes de que Félix subiera en el ascensor-sonda más caro de la historia

 

La Casa Tierra, la más afortunada del barrio

Mantener nuestra casa habitable en mitad del espacio no es tarea fácil. El barrio donde nos ha tocado vivir, el Sistema Solar, es un barrio peligroso. Cometas, asteroides, rayos cósmicos, chatarra espacial, vientos solares, etc, son los malos del barrio. Barrio que domina el Sol, siempre presente, guardián y juez de lo que por aquí ocurre. El decide cuáles son las casas habitables y cuáles de ellas permanecerán vacías. En algunas, las más cercanas a él, -como Casa Venus o Casa Mercurio– se olvidaron de poner el aire acondicionado y el calor es abrasador. Eso sin contar con que el aire que rodea esas casas es venenoso. Imposible vivir allí. Otras, más alejadas y cercanas a otros barrios, le quedaron demasiado grandes y frías. El camino es largo y nadie, salvo algún satélite loco, visita esas zonas.

Sólo a determinada distancia de la garita del Sol, situada justo en el centro del barrio, se sitúan las casas habitables. La Casa Marte es bastante fría, y desde luego, habitantes como nosotros es complicado que tenga. Pero no ser los únicos habitantes del barrio es algo que nos obsesiona, y curiosos, y la semana que viene llamaremos a la puerta para ver si alguien contesta.

Además, el barrio es atacado de vez en cuando por tormentas, que envían oleadas de energía eléctrica venenosa desde la propia garita del Sol, en forma de llamaradas solares. Esas olas eléctricas mortales afectan a todas las casas y provocan cortocircuitos desastrosos. A todas menos a una…

A nuestra casa. La Casa Tierra está muy bien hecha. Roza la perfección, es una obra maestra, diría yo. Tiene sus aires acondicionados, sus parques y jardines y sus cañerías de agua perfectamente diseñadas. Su aire es limpio, y el entorno maravilloso. Y tiene un escudo protector casi mágico para esas olas venenosas. Se llama magnetosfera (si no has visto el vídeo de la NASA que acompaña a esta entrada te lo recomiendo, si sabes inglés sin problema, y si no, ¿a qué esperas? 😉 )  y desvía el oleaje maligno a otras zonas, nos protege . Y además, para tranquilizarnos, nos deja las relajantes auroras polares, el mayor espectáculo en la mejor tele del barrio, nuestros cielos.

Podríamos decir que el Sol deja que nos desarrollemos, nos ha elegido para ser la Casa mimada del barrio, los frescos del barrio, los más afortunados y felices poseedores de la Casa más bonita.

 

 

Y así debería ser. Pero no lo es.

Los ocupantes de esta casa no somos conscientes de lo que tenemos. La maltratamos. Ensuciamos su aire, sus reservas de agua y sus jardines. No cuidamos como es debido nuestros maravillosos salones, pasillos y alcobas. Estamos haciendo retretes donde debería haber campos con flores. Estamos acabando con las reservas de agua y parece que el termostato se ha roto. Se diría que muchos piensan que hay otras Casas donde ir, pero no. Es la única habitable para una especie como nosotros.

Y nos la estamos cargando. No somos conscientes del daño que le estamos haciendo a sus cimientos, y el espíritu de Gaia, que habita en él, nos mira mal. Y con razón.

¿Vamos a hacer algo? #EsPorElla

 

Las nubes más altas y que brillan por la noche: las noctilucentes

Una de las manifestaciones más espectaculares de nuestras compañeras atmosféricas, las nubes, son las llamadas nubes polares mesosféricas, también conocidas como nubes noctilucentes (nocti, de noche, y lucentes, de lucir, brillar). Definitivamente, son las nubes más altas, mucho más que nuestros queridos y más visibles cirros. Son nubes que se forman por vapor de agua presente en esas capas más cercanas al espacio, entre los 76 y los 85 kilómetros de altura. Una barbaridad de altura considerando que los más altos cumulonimbos (las nubes de tormenta) llegan hasta los 24-26 Km de altura, como mucho.

Antes de detallar lo que son, mirad que maravilla. Es una foto tomada desde la Estación Espacial Internacional (ISS)

Nubes noctilucentes sobre la planicie del Tíbet, el pasado 13 de Junio. Foto: NASA

Nubes noctilucentes sobre la planicie del Tíbet, el pasado 13 de Junio. Foto: NASA

La altura de estas nubes hace que, en ciertos momentos, tengan una característica única. Brillan de noche. Aparecen como capas luminiscentes en los cielos nocturnos de las zonas polares. El sol, pese a no ser visible ya y haberse ocultado ya por el horizonte y dejar sombras en el terreno, aún llega a iluminar el cielo sobre nuestras cabezas, y es ahí donde se encuentra ese vapor de agua condensado. A esa altura son cristales de hielo, por supuesto. Y ahí se produce el maravilloso efecto. La luz hace que esos cristales, esos cirros mesosféricos, luzcan e iluminen el cielo, como una neblina fantasmagórica azulada. Desde la ISS pudieron disfrutar de este espectáculo hace unas semanas. Si te apetece conocer detalles más técnicos visita este link de la NASA.

Una demostración más de nuestra atmósfera y su interacción con el Sol, la estrella que nos da la vida. Un verdadero espectáculo que yo ya he puesto como fondo de pantalla 🙂

 

El tránsito de Venus, en fotos

Es una experiencia que sólo se puede vivir una vez en la vida. Bueno, realmente dos, ya que como os contaba en un anterior post, Venus transita por el Sol un par de veces cada 120 años, aproximadamente. Ya lo hizo en 2004 y lo hace mientras escribo estas palabras. Acaba de empezar su viaje aparente entre nuestro planeta y la estrella que nos da la vida. No será visible en nuestro país, salvo en algunas zonas del noreste peninsular cuando amanezca…

Aquí os dejo unas fotos que estoy recopilando en tiempo real, según voy recibiendo información de webcasts y agencias espaciales desde sus feeds de twitter. La fuente principal es la NASA, y su Solar Dynamics Observatory.

 

Venus transitando el Sol. Foto NASA/SDO

Venus transitando el Sol. Foto NASA/SDO

 

Venus desde Svalbard. Fuente ESA, @esascience

Venus desde Svalbard. Fuente ESA, @esascience

 

Venus cruzando el Sol de izquierda a derecha. Fuente NASA.

Venus cruzando el Sol de izquierda a derecha. Fuente NASA.

 

Composición de varios canales de observación. Fuente SDO.

Composición de varios canales de observación. Fuente SDO.

 

Disco completo con Venus transitando. Fuente NASA/SDO

Disco completo con Venus transitando. Fuente NASA/SDO

 

Y para ver las fotografías y vídeos más actualizados, seguid este link: http://venustransit.gsfc.nasa.gov/

 

Auroras y luminiscencias desde la ISS

Me llega un vídeo, ideal para un domingo relajante, realizado desde la Estación Espacial Internacional (ISS) que muestra nuestro planeta desde su punto de vista. En esta maravilla podemos observar nuestra atmósfera desde el espacio, y, en ella, espectaculares auroras y luminiscencias.

 

 

Las auroras ya las hemos tratado aquí, pero ese brillo que tiene el cielo nocturno es más complicado de ver, y su explicación no es tan sencilla. De hecho yo me conformo con disfrutar del efecto y no intentar entenderlo, me temo que por mucho que trato de hacerlo no lo pillo… Os dejo la definición a ver si vosotros me lo traducís.

Y para los que quieran entender más en profundidad estos fenómenos, no dejéis de pasar por este blog. Una verdadera clase de climatología espacial de Alex Rivest.

 

5 de Junio: Tránsito de Venus por el Sol

El próximo día 5 de Junio, la semana que viene vamos, podremos contemplar un espectáculo en nuestros cielos. El planeta Venus pasará por delante del Sol y durante 7 horas parecerá que un pequeño agujero aparece en su superficie. Desgraciadamente no será visible de forma completa desde nuestro país (nos pilla prácticamente de noche, sin ver el Sol) pero no os preocupéis, las imágenes darán la vuelta al mundo, será una de las noticias del día. Y del siglo, pues no volverá a producirse este hecho hasta Diciembre del año 2117

Tránsito de 2004. Créditos: de:Benutzer:Klingon, Foto Jan Herold, Wikipedia

Tránsito de 2004. Créditos: de:Benutzer:Klingon, Foto Jan Herold, Wikipedia

 

El tránsito de Venus por el Sol es muy curioso, se produce dos veces en años cercanos (la última vez hace 8 años, en 2004, ver foto) y no vuelve a producirse en más de 100 años. La próxima vez que ocurra, posiblemente ningún ser vivo de los que habitamos el planeta en este momento podamos ser testigos. Ahí es nada, da vértigo, ¿eh?

Visibilidad de Venus en su tránsito solar. Fuente NASA.

Visibilidad de Venus en su tránsito solar. Fuente NASA.

 

Para los afortunados que puedan seguirlo en directo (ver mapa de arriba), el consejo principal es el de siempre. No se puede mirar al Sol de forma directa, NUNCA. Se corre riesgo que perder la vista irremediablemente. Hay que hacerlo con gafas especiales para ello, no vale con radiografías, ni gafas de cine de 3D, ni cristales ahumados ni nada que no esté específicamente diseñado para observar el Sol.

Mientras esperamos el momento, os dejo un enlace con más información y un vídeo explicativo, de la NASA claro.

 

El baile más caliente: tornados en el Sol

Según vamos conociendo más secretos acerca del llamado tiempo del espacio, o temperie espacial, más nos sorprendemos. Si ya nuestro planeta es rico en fenómenos meteorológicos complejos, algunos aún por entender de forma completa, cuando salimos de nuestra atmósfera, las cosas se complican. Y se ponen más interesantes aún. Sobre todo con lo relacionado con la estrella más cercana, la que nos da la vida, la que decide, en último extremo, las condiciones climatológicas de nuestro planeta: el Sol.

Para su estudio, la NASA cuenta con un observatorio situado en pleno espacio, para así evitar contaminaciones y distorsiones de nuestra sucia atmósfera. Es el Solar Dynamics Observatory, o SDO, que semana a semana nos acerca a nuestras terrícolas vidas lo que allá ¿arriba? acontece… Totalmente recomendable darse una vuelta por el enlace cada cierto tiempo…

Tornado solar. Foto: (NASA/SDO/AIA/Aberystwyth University/Li/Morgan/Leonard)
Tornado solar. Foto: (NASA/SDO/AIA/Aberystwyth University/Li/Morgan/Leonard)

 

Si hace unas semanas nos sorprendía con unas fotografías (arriba) publicadas en Discovery, y un vídeo de un gigantesco tornado de plasma solar del tamaño de la Tierra (sí, has leído bien, del tamaño de La Tierra), esta semana lo hace con una magnífica fotografía de un baile solar de dos mega remolinos, intercambiándose material entre ellos.

El más caliente de los bailes duró un día entero, y nunca antes se había fotografiado con tanta claridad. Fantástico, gracias SDO. De aquí podéis bajar la foto en alta resolución.

Baile de espirales intercambiando fluídos solares. Foto SDO.

Baile de espirales intercambiando fluídos solares. Foto NASA/SDO.

 

 

El experimento ATREX

Ayer la NASA efectuó el experimento ATREX. Las siglas significan Anomalous Transport Rocket Experiment, y consiste en el lanzamiento de 5 cohetes a la alta atmósfera, separados por 80 segundos de lapso de tiempo entre ellos. Cada cohete va equipado con trazador químico, el trimetil-aluminio (TMA), totalmente inofensivo, pues se convierte en óxido de aluminio, dióxido de carbono (en cantidades insignificantes) y vapor de agua al reaccionar con el oxigeno, y tiene la peculiaridad de que brilla, se pone incandescente al reaccionar con el oxigeno. Estos trazadores sirven para comprobar, a esas alturas de entre 80 y 100 Km cómo se comportan los vientos y cómo pueden afectar a las misiones espaciales, entre otras cosas.

Ya os he hablado del Jet Stream y de las turbulencias que provocan. Pues bien, mucho más arriba, en el límite con el espacio, parece ser que hay otro, donde se producen vientos de una fuerza extraordinaria (entre 350 y 480 kilómetros por hora) y con estos cohetes y sus trazas se pueden estudiar de mejor manera. Es una zona eléctrica, pues allí se encuentra la ionosfera, y es una parte de la atmósfera que aún guarda muchos secretos. Con experimentos como este avanzamos en el conocimiento de nuestro planeta y nuestra atmósfera, y de paso tenemos acceso a imágenes tan increíbles como estas, que para nada deben ser tomadas como algo preocupante, sino como avances científicos con una explicación clara.

Trazas de los cohetes ATREX, Foto Jack-Fusco, vía SpaceWeather.

Trazas de los cohetes ATREX, Foto Jack-Fusco, vía SpaceWeather.

 

El TMA brillando en los cielos, ayer de madrugada. Vía NASA.

El TMA brillando en los cielos, ayer de madrugada. Vía NASA.

La aurora boreal: cómo capturarla

Bueno, realmente no podemos capturarla, es una forma de hablar, es decir, es imposible capturar algo libre y bello, inconmensurable, etéreo, eléctrico, aún no del todo bien entendido y que se escapa a nuestra completa comprensión, pero sí que he sacado varias conclusiones sobre cómo afrontar este sueño global que compartimos muchos de ver una aurora boreal.

Lo primero que hay que decir es que si yo he podido verla, es posible, se puede. No es algo disparatado o fuera de toda lógica. Hay que planificar bien algunas cosas y tener fe, querer hacerlo. Vamos con unos consejos que os facilitarán las cosas.

La mejor zona del mundo.-

Tendremos que viajar. En nuestras latitudes no podremos ver una aurora. Así pues hay que subir al norte, por encima del Círculo Polar Artico o bajar muy al sur, por debajo del Antártico (en ese caso las auroras se llamarán australes, no boreales). Viajar a Saariselkä, en Finlandia, como ha sido mi caso, no sale muy caro. El billete a Ivalo (a 25 Km. de distancia sale por unos 400 €, menos de lo que mucha gente piensa. El alojamiento y manutención tampoco es caro. Por unos 1.000 €, todo incluido, puedes pasar 10 días por allí. Si empiezas a ahorrar ahora, puedes llegara al año que viene. Evidentemente puedes irte a Noruega, Suecia, Rusia, incluso a Greoenlandia, Alaska, etc, son muy buenas zonas, pero el viaje será más caro.

La mejor estación.-

Sin lugar a dudas el invierno es la mejor estación, los meses que van desde Diciembre a Marzo son los mejores para mirar los cielos nocturnos (la aurora no se ve con luz diurna). Yo suelo elegir Febrero, pues el balance entre horas de luz y horas de noche permite realizar actividades por el día y disfrutar de las auroras -si se producen- por la noche. Pero si tu objetivo es ver auroras, mejor ir en Diciembre o Enero, hay más noche y por lo tanto más tiempo para vigilar el cielo.

Sol de Febrero en Laponia a mediodía. Ya no sube más...

Sol de Febrero en Laponia a mediodía. Ya no sube más...

El equipo.-

Necesitaremos cámaras, tanto de vídeo como de foto, para capturar el momento. Es necesario hacer exposiciones largas, en el caso de mis fotos casi todas tuvieron un tiempo de entre 30 y 50 segundos con el diafragma abierto. Hay que llevar una cámara que soporte esta opción, claro, y un trípode, imprescindible, ya que a pulso la foto saldría movida. En el caso de la cámara de vídeo, lo mismo. Abrir diafragma al máximo ya que la escena será muy oscura. Y muy importante, tener esto preparado y listo para ser usado desde el primer minuto. La aurora no avisa sobre cuando se produce, hay que estar atento siempre y no perder tiempo en preparar el material, si aparece. Es posible que mientras lo hagas la aurora desaparezca.

Y necesitaremos abrigo. Y mucho. Durante las dos horas que permanecimos extasiados contemplando el espectáculo estuvimos a pie firme y a la intemperie a 24 grados bajo cero. Ropa térmica, forros, botas apropiadas, gorros, etc, etc… Todo esto no es problema, hay empresas especializadas en darte todo el equipo y blogs que te lo cuentan todo. Especialmente recomendable el de Julián Amorrich, El blog de Finlandia.

Suerte y ausencia de nubes.-

Definitivamente esto es lo más importante. Lo demás podemos controlarlo, esto no depende de nosotros. Podemos haber elegido la mejor zona y el mejor día y tener todo listo, pero si el cielo está cubierto de nubes no veremos absolutamente nada. Las nubes tapan la aurora, que se produce siempre por encima de ellas. O vamos a una zona muy alta o elegimos una zona que acostumbre a tener cielos despejados. Pero en el último momento la meteorología será la que decida. En nuestro caso tuvimos mucha suerte. De los 9 días que estuvimos en Laponia, sólo dos vimos los cielos despejados, uno de ellos por el día y otro por la noche. Estas horas nocturnas coincidieron con la aurora de Saariselkä

Paciencia.-

Sin ella no conseguiremos nada. Y no me refiero a la que tenemos que tener en el momento de estar allí, sino a lo largo de los años. Si es tu sueño, entiende que tienes que luchar por él siempre. Ver esta aurora nos ha costado tres años de volver allí, en 2009, 2010 y 2012. El primero no vimos nada, apenas una mancha verde una noche, y el segundo pudimos admirar una aurora pequeña durante 40 minutos que sólo nos hizo desear con más ganas ver una más grande. Este año la aurora estuvo durante dos horas retorciéndose y vibrando encima de nuestras cabezas como nunca hubiera imaginado que lo haría.

Cuando juntas todo esto puede que llegues a conseguir vivir un momento mágico, como el que compartí con mis compañeros de viaje, Isa, Sus y JJ, y que ya nunca en nuestra vida olvidaremos. Aquí está: la aurora del pasado 15 de Febrero en Saariselkä.