‘Mary Shelley’, notable película de época para temas aún muy actuales

En pantalla

Mary Shelley ha tenido varios rostros en el cine. Especialmente atractiva ha sido la historia de la noche en la que en una mansión alquilada por Lord Byron, en el verano de 1816 a orillas del lago Lemán en Ginebra, se gestó la que se convertiría en la novela que la haría inmortal, Frankenstein o el moderno Prometeo. El director británico Ken Russell se recreó en el delirio, el morbo y el exceso en Gothic (1986) y Natasha Richardson era esa Mary Shelley de cabeza bulliciosa y de tan solo 18 años.

El checo Ivan Passer realizó una más sensible aportación con Verano atormentado (Haunted Summer, 1988) con Alice Kriger, y lo hizo el mismo año que se estrenaba otra buena adaptación, la de la coproducción española Remando al viento de Gonzalo Suárez con Lizzy McInnerny. Y aunque mucho más breve, se hace imposible olvidar a Elsa Lancehester en el prólogo y epílogo del clásico La novia de Frankenstein (1935), en la que además ella misma encarnaba a la criatura, la costilla de Adán, que el Dr. Frankenstein había «fabricado» como compañera para su creación. En Mary Shelley que se estrena ahora entre nosotros, el papel ha recaido en Elle Fanning, con nulo o poco parecido a la original, de una belleza mucho más luminosa pero un trabajo del que la norteamericana sale inmune gracias a que es una de las mejores actrices de su generación.

Mary Shelley 2018

( ©Filmax )

Es el segundo largometraje de la directora saudita Haifaa Al-Mansour, y se estrena en el año del 200 aniversario de la publicación la obra. Para su puesta en escena y narración el modelo que ha seguido es el del cine británico. Vestuario y decorados impecables que nos meten en la época, entre las calles londinenses y los parajes escoceses, y una notable muestra de cine académico, sin prisas en querer avanzar su narración o evitando recrearse en los momentos que podrían ser más escabrosos o impactantes.

Su principal concesión, o gancho, de cara a la galería es haberla hecho mucho más romántica y el haber contado con un elenco de jóvenes actores muy bien plantados. Douglas Booth como el poeta Percy Shelley, la inglesa Maisie Williams (Arya Stark en Juego de tronos) como Isabel Baxter, la hermana de Mary, y Elle Fanning.

Se permite sus concesiones biográficas, pero recoge perfectamente los temores que llevaron a la escritora a alumbrar su monstruo. Se ha visto en la novela una crítica a los avances de la ciencia o al desafío a las reglas naturales (o de Dios) para crear vida, pero a la vez era el intento desesperado para vencer a la muerte de una Mary Shelley (que vio morir a varios de sus hijos, aunque en la película solo sea uno), o los sentimientos de culpa por el hecho de que su madre hubiera fallecido al darle a luz.

A la vez, hizo sentir a su criatura el dolor al rechazo, como sufrió ella en carne propia, enfrentándose a la sociedad y a la familia (su padre incluso era un eminente político, pensador anarquista y escritor, William Godwin) al contraer matrimonio con un hombre casado, el seductor poeta Percy Shelley, en una relación que no sería precisamente un camino de rosas.

Mary Shelley 2018

( ©Filmax )

Fue feminista, cómo pudo, a su modo en esos tiempos decimonónicos, aunque la primera edición de Frankenstein tuvo que publicarla poniendo el nombre de su esposo (nadie creería o se habría tomado en serio el que una mujer hubiera escrito semejante relato). Por ello en la era actual del #MeToo, lo que no hace tantos meses atrás hubiera pasado más desapercibido, adquiere más actualidad y relevancia. Al igual que la odisea de la misma cineasta Haifaa Al-Mansour que tuvo que rodar su primera y única de momento película de ficción en Arabia Saudita, La bicicleta verde, oculta tras los velos, ante la desaprobación de sus conciudadanos si salía a rodar, en determinados barrios, debiendo refugiarse en furgonetas y dar las instrucciones a través de walkie-talkies.

Su Mary Shelley, una coproducción entre el Reino Unido, Irlanda y Luxemburgo, mantiene el foco de atención en temas universales y es una película que gustará a los amantes de la literatura, del cine bien hecho o de los admiradores y conocedores de la propia obra de la filósofa y escritora británica. Se hizo con el galardón a la mejor película en el BCN Film Festival de Barcelona, dedicado a la literatura, historia y biografías. Y ganó con toda justicia (solo tuvo una rival de peso, la francesa Cambio de reinas, que ganó el premio del jurado de la crítica, y que también se estrena este mes, el viernes 27 de julio. Actualización: estreno pospuesto hasta el 28 de septiembre).

Estrenada en cines: el viernes 13 de julio de 2018.

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