Billy Wilder, el mejor en el difícil arte de escribir comedias

Cápsulas de cine

A finales del pasado año, la web Vulture realizó una encuesta entre 40 especialistas del gremio para elegir «a los mejores guionistas de toda la historia del cine». Solo o en compañía (de I.A.L. Diamond) el austríaco-estadounidense Billy Wilder fue considerado el mejor. Y así será por mucho que pase el tiempo.

Sus guiones eran pura dinamita y puro ingenio. Una visión sarcástica de la condición humana y unos diálogos afilados y precisos que forman parte del mejor legado del cine. Puede que las vestiduras y peinados de sus personajes les delate, pero sus historias podían aplicarse al pasado, al presente y al futuro. No pasan de moda porque lo que cuenta trasciende a modas y épocas. El equilibrio genial estaba en sacar el máximo partido tanto del guion como de los personajes, en lograr que por muchas veces que veamos sus grandes obras vuelvan a maravillarnos extrayendo nuevas visiones y detalles que se nos habían escapado. Es como si su cine se reinventara con cada nuevo visionado. Además, el «toque Wilder» (para quien Ernst Lubitsch fue su principal modelo) incluía una mesurada proporción de drama y comedia.

Billy Wilder

( Billy Wilder, con el Óscar al mejor director por ‘El apartamento’ (1960), acompañado de Gina Lollobrigida y Audrey Hepburn ©A.M.P.A.S. )

La segunda posición en esa lista la ocupaban cineastas en activo, los hermanos Joel y Ethan Coen. El tercero sería Robert Towne (Chinatown), Quentin Tarantino el cuarto y Francis Ford Coppola quinto. Enalteciendo a otros especialistas en la comedia, y entre el top ten, se situaban séptimo Charlie Kaufman, octavo Woody Allen y novena una mujer, Norah Ephron (guionista Cuando Harry encontró a Sally y también directora en Algo para recordar).

La mitad de la lista la conforman especialistas en el género de la comedia, o al menos en proporcionar buenas dosis de ella en sus libretos. Billy Wilder llegó a ganar cinco premios Óscar, más otro de honorífico. Dos de ellos como director (por El apartamento y Días sin huella) y los otros tres como guionista (las dos antes citadas más El crepúsculo de los dioses). A pesar de ser un genio en cuestión de comedia, solo una de ellas, en su momento, consiguió el reconocimiento absoluto de sus colegas de la Academia de Hollywood.

A menudo se dice que es más fácil hacer llorar que reír. También está menos reputado. Entre las numerosas reivindicaciones que nos dejó la pasada entrega de los Óscar, el cómico, director y productor Seth McFarlane, creador de Padre de familia o realizador de Ted, ponía en evidencia otra carencia de estos premios  a través de su cuenta en Twitter: «Hay otro gran problema con los Óscar del que nadie habla: el 99% es drama. Hasta que una película como La boda de mi mejor amiga (Bridesmaids) o Aterriza como puedas (Airplane!) gane como mejor película o al menos sea nominada, todo está ostensiblemente incompleto». Y es que la comedia, y sobre todo hacerla bien, continúa siendo un asunto muy serio. O quizá es que se han olvidado de una de las frases memorables de Wilder: «Si vas a decirle a la gente la verdad, hazlo con gracia o te matarán».

 

2 comentarios

  1. Dice ser Darken

    El título lo define bien, Wilder era simplemente el mejor y sabía hacer comedia como nadie. Unas cuantas curiosidades del director:

    https://rodajesdepeliculas.blogspot.com.es/2016/02/billy-wilder-detras-de-las-camaras.html

    12 marzo 2018 | 13:36

  2. Dice ser Mantícoro

    En mi opinión, ostenta el mejor final de la historia del cine:
    ¡¡Nadie es perfecto!! (Con faldas y a lo loco).

    Magistral, señor Wilder.

    12 marzo 2018 | 14:42

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