¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Umberto Eco y la invasión de los idiotas

El titular del diario La Repubblica lo dice bien: «Muere Umberto Eco, el hombre que lo sabía todo». El último humanista murió anoche en Milán, padecía cáncer, tenía 84 años.

Filósofo, semiólogo, pensador, profesor… el gran público descubrió a Eco (¡qué apellido más certero para alguien que deja una obra de tanto impacto y reflejo!) gracias a su magistral El nombre de la rosa, un ensayo de semiótica y de historia medieval disfrazado de novela policiaca y luego convertido en película de éxito con Sean Connery interpretando al protagonista, Guillermo de Baskerville. Vendió millones de ejemplares en todo el mundo, y Eco se convirtió en una estrella comparable a las del pop o las del cine. (Muchos años después, intenté traerlo a España de ponente principal a un congreso sobre comunicación y tuve que desistir porque su caché quintuplicaba nuestro presupuesto total).

De El nombre de la rosa, el personaje que más me interesa no es Guillermo de Baskerville, sino su antagonista, Jorge de Burgos

«un monje encorvado por el peso de los años, blanco como la nieve; no me refiero sólo al pelo sino también al rostro, y a las pupilas. Comprendí que era ciego. Aunque el cuerpo se encogía ya por el peso de la edad, la voz seguía siendo majestuosa, y los brazos y manos poderosos. Clavaba los ojos en nosotros como si nos estuviese viendo, y siempre, también en los días que siguieron, lo vi moverse y hablar como si aún poseyese el don de la vista»

Jorge de Burgos, guardián y a la postre verdugo de la biblioteca de la abadía donde se desarrolla la trama, es un homenaje a Jorge Luis Borges, y el título de la obra a estos memorables versos de El Golem del escritor argentino

«Si, como el griego afirma en el Cratilo,
el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.

Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales». (…)

A los que os gustó El nombre de la rosa, os recomiendo El péndulo de Foucault y sobre todo, Baudolino. Y a los que aún no conozcáis al semiólogo, os invito a asomaros a Apocalípticos e integrados, un ensayo premonitorio (se publicó en 1964) sobre la influencia de los medios de comunicación de masas en la sociedad de su tiempo, y su generación de una cultura popular también masiva, y la reacción apocalíptica o integrada de la vieja ‘gran cultura’.

Además de sus obras, Umberto Eco deja infinidad de frases sentenciosas y polémicas que también reflejan su pensamiento. Os gavillo dos recientes, sobre la comunicación de masas actual, tan diferente a la que él estudió en Apocalípticos… hace más de medio siglo. Una:

“El fenómeno de Twitter es por una parte positivo, pensemos en China o en Erdogan. Hay quien llega a sostener que Auschwitz no habría sido posible con Internet, porque la noticia se habría difundido viralmente. Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”.

Y otra:

«Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas».

Umberto Eco, 1932-2016. ¿Apocalíptico o integrado? ¿O quizá ambas cosas?

PD. Por cierto. Ni a Borges ni a Eco les dieron el Premio Nobel, y eso sí es una gran injusticia.

6 comentarios

  1. Dice ser enseñanzas de la vida eliminan barreras

    “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.

    Prefiero dar derecho de hablar a legiones de supuestos idiotas que no sonotra cosa que gentes que trabajan para mantener el sistema que negarles el derecho de expresarse creyendo que lo sé todo y soy la idea perfecta. NO hay más qeu mirar el mundo, reflejo de grandes pensadores desde la antigüedad, para darse cuenta de la riqueza de la multiplicidad de ideas. La vida libre enseña a valorar del primero al último de los ciudadanos, piensen comos piensen, sientan como sientan, porque todos somos idiotas en algún tema, incluso yo en este.

    20 febrero 2016 | 21:21

  2. Dice ser Juanjo

    Prefiero que no le hubieran dado el Nobel. Antes sí me hubiera parecido una injusticia, pero sabiendo que la filantropía de estos premios tiene mucho de culpabilidad y que algunos de sus premiados son de dudosa ralea (Kissinger, Obama , la UE o Thatcher) comparo que ni Borges ni Matute ni Eco los premiaran, y lo que antes me daba rabia ahora me da un alivio…
    De puta a puta taconazo; le respondo el exabrupto de los imbeciles con otra frase lapidaria de Italo Calvino: «El mundo será cada vez más feo». El mundo es cada vez más frío, cruel y por qué no decirlo, infinitamente más gilipollas; la juventud no puede recordar tiempos mejores, pero los hubo. Qué imbecil y que niño muerto. No podemos bromear sobre Dios, ni sobre Yahve, ni Mahoma, nuestra capacidad de debatir y ensayar está coartada por lo políticamente correcto -que no deja de ser un totalitarismo ideológico de mesa camilla de salón a lo Ana Rosa Quintana; pero totalitarismo, porque pobre de ti cómo te salgas del renglón o te dé por criticar y aciertes-
    Otra frase demoledora (creo que de Calvino pero no estoy tan seguro) es aquella que dice que la gente piensa que para hablar solo hace falta tener boca. Y no es así. Ése es el triunfo de la estupidez en la red; no es democracia sino estulticia. Es necesario saber comunicar lo que quieres con precisión, argumentarlo, defenderte, analizar y muchísimas más tareas mentales que brillan por su ausencia en los numerosos comentarios que recibe este blog o muchos del 20 minutos. ¿Significa es que quien lo critica -verbigracia yo, pero hay otros- son de una pasta especial que se cree con poder para juzgar a los demás? Pues no. Oye, a todos nos encanta ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Por mi parte espero no dejar de aprender de los demás, de lo que dicen, cómo lo dicen; pero es que muchos comentarios no dan para mucho. Sí, podríamos culpar al sistema educativo y al sistema en sí (porque le interesa un ciudadano ignorante y tal), pero tan orgulloso que es el ser humano por su intelecto y toooooodo lo que se esfuerza por demostrarlo (sobre todo en internet porque afuera el panorama es aún más desolador) y hay que ver lo poquito que hace por superar sus limitaciones.
    Einstein, que se gastaba un sarcasmo de cuidado zanjó el tema así: «Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.»
    En fin, hoy pintan bastos. Un saludo.

    20 febrero 2016 | 23:03

  3. Dice ser mejor ser todos también idiotas

    En esta vida me tuvieron por genio de las matemáticas en el colegio, por filósofo interesante en el instituto, ejemplo a seguir por compañeros en algunos momentos y en otros… pues no tanto…, vencedor, sin apenas haber practicado, en partidas de damas y ajedrez ante los que se vencían y hacían burla de los vencidos, me llamó maestro un longevo carpintero, albañiles también pidiendo consejo… He hecho cositas en este mundo que ni siqueira formarían parte de la imaginación de muchos. Y nunca, NUNCA, me sentí superior a nadie y JAMÁS dejé de sentir profundo respeto por los demás, fuera cual fuera su condición social, su profesión, su nivel de estudios; pienso que el individuo no es en sí del todo responsable de su destino como la sociedad que lo limita o no pone a su disposición herramientas para que desarrolle sus potenciales capacidades, ideas, sueños. De todos aprendí y quise aprender, en nadie quise dejar huella porque jamás me sentí más importante. Y cuanto más aprendía, cuanto más conocía, más me daba cuenta de lo poquísimo que sabía y lo que podría llegar a saber en mi existencia. Angustia existencial pasajera. Afortunadamente la vida me ha ofrecido la experiencia, gratísima, de reconocer en los demás siempre algúna cualidad positiva en base a sus conocimientos o circunstancias que despertaran en mí el deseo de comprender aún más lo complicado, relativo y circunstancial que es el espíritu humano y su conocimiento en relación al espacio y tiempo que le rodea. El autoconocimiento es aún más difícil de alcanzar. Ese sólo es para espíritus valientes, libres superiores, generadores de verdades soñadas por poetas. Y aún así seguramente descubran en la luz de un atenue luna sumergida bajo nubes de tormenta la razón de su honesta incapacidad de ser indispensables y portadores de la verdad única y perfecta.

    20 febrero 2016 | 23:34

  4. Dice ser Gonzalo

    He aquí el ejemplo de la invasión de los idiotas.
    Salve Umberto.

    21 febrero 2016 | 01:21

  5. Dice ser qué hermosa la humildad

    Gracias por tu sinceridad, 4. Eso te honra.

    21 febrero 2016 | 11:30

  6. Dice ser streghina

    Se ha ido uno de los grandes italianistas contemporáneos. Todos los que amamos la lengua y la cultura italianas vamos a echarlo mucho de menos, pero siempre nos quedará su legado.

    21 febrero 2016 | 15:59

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