¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Periodismo sesgado de hace 7 siglos

Una lectura para el fin de semana. El capítulo 15 de El justiciero cruel. Pedro I de Castilla y el nacimiento de las dos Españas, la obra de divulgación histórica que acabo de publicar junto con mi hijo Ignacio Escolar, segunda parte de nuestra La nación inventada. Dedicamos el capítulo a Pedro López de Ayala, el cronista que se pasó de bando en la guerra civil castellana del siglo XIV y que acabó escribiendo la versión única del conflicto, la de los vencedores. Sesgada, claro.

El cronista López de Ayala

«Como los juglares y los poetas épicos, los cronistas medievales eran una curiosa mezcla de publicistas y periodistas de su tiempo mucho antes de que ninguno de esos dos oficios existieran. Las crónicas son un género de la historia y de la didáctica, pero también un antepasado de la comunicación institucional y del periodismo político partidario, un antecedente lejano del publirreportaje y del advertorial. En cuanto informadores, se esperaba de los cronistas un conocimiento profundo de los asuntos de los que escribían, buena memoria a ser posible, mucha capacidad de documentación en todo caso y la mayor cercanía en el tiempo y en el espacio a los asuntos y personajes sobre los que escribían. En cuanto publicistas, se daba por descontado que las virtudes de sus biografiados brillarían intensamente en sus textos, y que sus defectos quedarían solo esbozados o directamente ocultos.

La imparcialidad, la ecuanimidad, la equidistancia y el espíritu crítico no eran conceptos muy en boga en aquellos tiempos. Los cronistas –como los juglares y los poetas épicos– hacían comunicación, sí, pero también y a veces sobre todo propaganda. Acababan convirtiéndose en la persona que más sabía sobre el rey del que informaban, en el equivalente al actual periodista especializado, pero ejercían más de jefe de prensa o de dircom de su personaje, de panegirista o hagiógrafo, que de observador crítico.

Gran parte de lo que ha llegado a nosotros sobre Pedro I y sobre Enrique II sale de una sola fuente de información: Pedro López de Ayala. Gran parte de lo que sabemos o creemos saber sobre los defectos y los crímenes de Pedro y sobre las virtudes y los éxitos de Enrique surge en las crónicas escritas por López de Ayala acerca de los cuatro monarcas a los que sirvió: Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III. ¿Era ecuánime Ayala, es creíble? ¿Hay en su trayectoria vital y profesional motivos para desconfiar de él?

Ayala era de familia noble. Su padre, Fernán López de Ayala, fue un caballero que sirvió a Alfonso Onceno y a Pedro I y se pasó al bando de Enrique, tras haber estado entre los nobles sublevados. Su tío abuelo, Pedro Gómez Barroso, un cardenal y estadista, consejero de Alfonso XI. Los tres fueron muy longevos para la época. El cardenal vivió 75 años, el padre 80, Pero (o Pedro) también 75. Tan larga vida, les cundió para hacer muchas cosas.

«Fue este don Pero Lopez de Ayala alto de cuerpo, é delgado, é de buena persona: hombre de gran discrecion é autoridad, é de gran consejo así en paz, como en guerra», dice un texto casi contemporáneo a él. «Fué de muy dulce condición, é de buena conversación, é de gran consciencia», añade. Hay que precisar, de todos modos, que el que así escribía, Fernán Pérez de Guzmán, era sobrino del propio López de Ayala y tío del escritor Iñigo López de Mendoza, el marqués de Santillana, del que Ayala fue tutor.

Ayala fue historiador, poeta, traductor, militar y político. Había nacido en tierras alavesas, probablemente en Quejana, en 1332, un año antes que el futuro Enrique II, dos años antes que el futuro Pedro I. Sobrevivió a ambos de muy largo. Iba para eclesiástico, y lo formaban como tal con su tío abuelo cuando parece que la muerte de un hermano mayor obligó a la familia a cambiar de planes: dejó la corte del cardenal y se fue a la del rey, donde estaba ya su padre, y desempeñaron uno y otro diversos oficios elevados para Pedro I. Fernán, el padre, fue el militar que tomó la comarca vizcaína de Las Encartaciones para Pedro I cuando este buscaba y perseguía a Nuño, aquel niño de muy pocos años que era señor de Lara y de Vizcaya. Pedro, el hijo y cronista, fue doncel de Pedro I en 1353, y siete años después iba al mando de la galera del rey, la Uxel, cuando la flota castellana cercaba Barcelona, en la Guerra de los Dos Pedros. No fue la única encomienda distinguida que le hizo el rey, pues en 1360 era alguacil mayor de Toledo.

Pero en 1366, ¡sorpresa! Cuando se desata la guerra entre los hermanastros, Pedro López de Ayala y su padre abandonan a Pedro I y se pasan al bando del pretendiente Enrique. «Viendo que los fechos de don Pedro no iban de buena guisa, determinaron partirse dél», cuenta el propio Ayala, hablando de sí mismo en tercera persona. En otra de sus obras, Libro Rimado de Palacio, es más directo en sus reproches a Pedro I: “Por el rey matar omnes, non llaman justiçiero, / ca sería nombre falso: más propio carnicero”.

Enrique lo recompensó con la largueza que acostumbraba. A Pedro lo hizo alférez mayor del pendón de la Banda. Esta era una orden de caballería nueva, secular, no religiosa. La había fundado Alfonso XI para distinguir a los nobles leales y señalar por tanto con su ausencia a los levantiscos. Era muy significativo que Enrique se la otorgara a Ayala, que era un noble desleal al rey legítimo, Pedro I.

Le fue mal a Ayala en la primera gran acción de guerra en la que participó como enriquista. Fue en la batalla de Nájera, el sábado 3 de abril de 1367. Los ejércitos de Pedro I, reforzados por soldados ingleses del Príncipe Negro, entre ellos sus célebres arqueros, aplastaron a los de Enrique de Trastámara, al que apoyaban los mercenarios del francés Bertrand du Guesclin. Ayala cayó prisionero. Por fortuna para él, su captor fue el Príncipe Negro. De haber caído en manos de Pedro I, probablemente hubiera sido ejecutado sin contemplaciones, como traidor a su rey. El Príncipe Negro, más pragmático, retuvo a Ayala seis meses, hasta que cobró de la familia un buen rescate.

De Enrique recibió Ayala muchas mercedes más. Lo nombró alcalde mayor y merino primero de Vitoria y luego de Toledo; le concedió los señoríos de Arciniega, Torre de Valle de Orozco y Valle de Llodio; lo designó miembro del Consejo Real; lo envió a Francia para negociar una de las alianzas contra los ingleses…

Ayala subió aún más alto en la escala del poder con los siguientes Trastámaras. Fue camarero y copero mayor de la corte del hijo de Enrique, Juan I, y su embajador para delicadas misiones internacionales, y finalmente su canciller mayor, la distinción mayor en su larga carrera política. Fue después miembro del Consejo de Regencia de Enrique III durante su minoría de edad. Antes, en 1385, participó en primera línea en otra gran batalla, la de Aljubarrota entre tropas castellanas y portuguesas. También llovieron las flechas de los arqueros ingleses sobre el bando de Ayala, también estaba en el bando perdedor, también cayó prisionero, «quebrados dientes y muelas». El cautiverio fue esta vez de al menos un año, quizás de dos, primero en el castillo de Leiria y después en el de Óbidos. Fue liberado y volvió a Castilla después de que insistieran mucho ante los portugueses tanto el rey de Castilla y el de Francia, Carlos VI –que lo tenía en gran estima, como consejero suyo y francófilo militante en la Guerra de los Cien Años–, como la mujer de Ayala y de que se pagara un caro rescate, 30.000 doblas. La esposa del cronista, por cierto, se llamaba Leonor de Guzmán, como la madre de Enrique II.

Durante su largo cautiverio portugués, Ayala escribió dos de sus obras fundamentales: el Libro Rimado de Palacio y el Libro de Cetrería o Libro de la caza de las aves. La primera, una obra satírica y didáctica, es en ocasiones muy crítica con los políticos, pese a que el propio autor lo era –“Si estos son ministros, sonlo de Satanás / ca nunca buenas obras tú fazer les verás”– y con los judíos. El fomento del antisemitismo ya había sido años atrás una de las estrategias de Enrique de Trastámara contra Pedro I, protector y amigo de los judíos. El propio Ayala contribuyó a ello. Cuenta en su crónica que en una entrada de Enrique en Nájera en 1360, mucho antes de la gran batalla, los soldados del Trastámara “ficieron matar a los judíos”. Y añadía el cronista: “Esta muerte de los judíos fizo facer el Conde don Enrique porque las gentes lo hacían de buena voluntad”. Como al pueblo le gustaba que se hiciera, lo de Enrique no estaba mal, parece decir Ayala. Esta permisividad del cronista con las matanzas de judíos ya se había advertido en cómo cuenta la que llevan a cabo las tropas del pretendiente en Toledo, durante la rebelión nobiliaria.

El proyecto de redactar sus crónicas probablemente es ulterior al cautiverio. A finales de siglo las tendría acabadas, y las revisaría al final de su vida, ya en el XV y con el reinado de Pedro I muy lejano y los Trastámara definitivamente asentados en el trono. En 1388, Juan I había pactado en Bayona con Juan de Gante, marido de Constanza, la segunda hija de Pedro I, la renuncia de ésta a sus derechos sucesorios a cambio de casar a su hija, Catalina, con el primogénito de Juan I, el futuro Enrique III. Las dos ramas sucesorias de Alfonso Onceno se unían, y se instauraba para el heredero de la corona el título de Príncipe de Asturias, vigente aún hoy. Ayala también estuvo allí, en las negociaciones del Tratado de Bayona.

Ayala estuvo, en resumen, en muchos de los grandes acontecimientos históricos de su época, y fue incluso protagonista de algunos de ellos. Sabía de lo que hablaba, conocía bien la materia. ¿Le da eso más credibilidad a lo que cuenta o la pierde porque en los asuntos más polémicos o controvertidos estaba claramente alineado? ¿Informaba o manipulaba? ¿Hacía periodismo o hacía propaganda?

Las crónicas de López de Ayala están entre las obras literarias más relevantes del siglo XIV en castellano. Se han publicado mucho desde entonces, agrupadas bajo el título de Historia de los reyes de Castilla o Crónicas de los reyes de Castilla, o bien separadas, con el nombre de cada rey. Tienen una alta calidad literaria: Ayala relata bien, engarza, relaciona, hila, cambia de plano, va y viene sin perderse entre un mar de acontecimientos simultáneos en distintos lugares. Evoluciona el género de la crónica, que hasta él era apenas una enumeración cronológica de hechos. Le añade criterio, intención, psicología, interpretación… Pero, ¿es Ayala una fuente limpia, donde solamente hay agua, o es un charco que además de información contiene muchas otras materias que pueden intoxicar a quien beba de ella sin prevención?

Hay disparidad de opiniones, pero lo cierto es que, por su trayectoria personal y por lo que se atisba en muchos de sus textos, López de Ayala es un cronista sospechoso de parcialidad. Como hemos adelantado, había militado en el bando petrista, al más alto nivel cerca de Pedro I, y se había pasado con armas, conocimientos y bagajes al enriquista. Cayó prisionero en Nájera, y probablemente fue uno de los que se libró de la ira de Pedro y de la muerte gracias a lo pactado en Libourne. Fue uno de los jefes militares máximos del ejército de Enrique. Ocupó más tarde varios cargos relevantes en la corte del nuevo rey y en la de otros Trastámara. Escribía cuando su antiguo rey ya había muerto y el nuevo era el vencedor… Parece, en conclusión, juez y parte, y en una lectura atenta de la crónica se le nota, como se ha apuntado varias veces, páginas atrás.

Tan sospechoso se sabía Ayala, que él mismo parece ponerse una venda antes de que se le hagan heridas: «E por ende de aquí adelante yo Pero López de Ayala, con la ayuda de Dios, lo entiendo continuar así lo más verdaderamente que pudiere de lo que vi, en lo cual non entiendo decir si non verdad», escribe en el Proemio a sus crónicas, en las primeras páginas de su texto.

Ese “non entiendo decir si non verdad” ¿es un mero formalismo enfático previo, que solían usar todos los cronistas? ¿Es una declaración de principios fiable? ¿Es un excusatio non petita accusatio manifesta? Muchos especialistas que han estudiado a fondo la obra de Ayala creen que es de fiar en lo que relata, apenas le han encontrado fallos o contradicciones en el relato de hechos, o detalles desmentidos por otras fuentes documentales independientes. En una edición de las crónicas hecha mucho tiempo después, en la segunda mitad del siglo XVI, el historiador aragonés Jerónimo Zurita asegura: “Y aunque siguió [Ayala] la parte del rey Don Enrique contra el rey Don Pedro su hermano, y fué su privado, y se vio por él en grandes peligros y trabajos, no se puede con razon decir que hubiese cosa verdadera que no osase escribirla, ni ninguna agena de la verdad que cuente él en sus Relaciones y Memorias”. Las sospechas, sin embargo, surgen en otras cosas. En cómo magnifica a menudo lo que le perjudica a Pedro y cómo minimiza lo que le perjudica a Enrique. En la desproporción de trato a uno y a otro. En la falta evidente de ecuanimidad. En algunos silencios. En algunos sucesos inexplicados: ¿por qué el sanguinario Pedro I –tal y como lo retrata López de Ayala– perdona en tantas ocasiones a su hermanastro? Si era un tirano implacable, un asesino despiadado ante la más mínima deslealtad, ¿cómo es posible que las rebeliones que organizan desde que toma el trono su hermanastro Enrique y su primo Fernando fuesen perdonadas?

Hay docenas de ejemplos de su sesgo, ya hemos destacado algunos en los anteriores capítulos. Desde atribuir el abandono de Blanca de Borbón por Pedro I sólo a la pasión de este por María de Padilla hasta hacer suyas una y otra vez las reivindicaciones de los nobles sublevados. Desde adjudicar a hierbas mandadas dar por Pedro varias muertes en la cama (Alburquerque, Blanca de Borbón) hasta el diferente tratamiento narrativo que hace a las matanzas ordenadas en Toledo por los dos contendientes: a la de Pedro, con 22 víctimas mortales, le da López de Ayala una gran relevancia; la de Enrique, con 1.200 víctimas, judíos mayores y niños, pasa casi inadvertida en su relato. De cómo carga las tintas contra Pedro I por la muerte de su primo, el infante Juan de Aragón y Castilla, a cómo pasa de largo sobre otro asesinato casi simétrico: el de Fernando de Aragón y Castilla, hermano de Juan y víctima probablemente de gente de su otro primo, el Trastámara.

Un ejemplo más, muy curioso. Ayala describe pormenorizadamente en su relato a los dos contendientes. A Pedro I así:
«E fué el Rey Don Pedro asaz grande de cuerpo, é blanco é rubio, é ceceaba un poco en la fabla. Era muy cazador de aves. Fué muy sofridor de trabajos. Era muy temprano é bien acostumbrado en el comer é beber. Dormía poco, é amó  mucho mugeres. Fué muy trabajador en guerra. Fue cobdicioso de allegar tesoros é joyas».

Y a Enrique así:
«E fué pequeño de cuerpo, pero bien fecho, é blanco é rubio, é de buen seso, é de grande esfuerzo, é franco, é virtuoso, é muy buen rescebidor é honrador de las gentes».

Ambos blancos y rubios, grande de cuerpo Pedro y pequeño Enrique. Pero Pedro con algún defecto (ceceante, mujeriego, codicioso), y Enrique, todo virtudes y atributos positivos.

La crónica de Pedro López de Ayala sobre Pedro I tiene en total 333 capítulos. En el título de 17 de los capítulos se menciona directamente a Pedro matando a alguien o mandando matarlo. El último capítulo, sin embargo, en el que relata cómo Pedro I acude engañado a la tienda de Du Guesclin y es matado por su hermanastro Enrique, lo titula Ayala así: “Como el Rey Don Pedro salió de Montiel, é murió”. Enrique no aparece matando, y se diría que Pedro ha fallecido de muerte natural.»

17 comentarios

  1. Dice ser ROSAURA CAFA

    COMO AHORA , LOS PODEROSOS SE ENCARGAN DE QUE LA VERDAD NO SALGA A LA LUZ , APLASTANDO A LOS MEJORES CON TODA SU FUERZA Y ENCUMBRANDO A LOS QUE LES CHUPAN LO QUE SEA . LO CUAL NO QUIERE DECIR QUE TODOS LOS ENCUMBRADOS SEAN IDIOTAS SIMPLEMENTE ALGUNOS QUE VALEN SE HAN ADPTADO A CHUPAR POR SER EL UNICO CAMINO VIABLE. ESTO SE DEBIERA ENSEÑAR EN LAS ESCUELAS, ADAPTAROS CHUPAR Y TREPAR Y LUEGO DESDE AHÍ HACED LO QUE PODAIS POR VUESTROS SEMEJENTES, AUNQUE SEA POCO, DESDE ABAJO ES PRACTIVCAMENTE IMPOSIBLE CAMBIAR EL MUNDO.

    10 noviembre 2012 | 09:37

  2. Dice ser Gherad

    Para periodismo sesgado 20minuticos.

    El libro este q publicas con «historiante» aficionado ya está clasificado como Ciencia Ficción?

    10 noviembre 2012 | 09:52

  3. Dice ser Que fuerte...

    ROSAURA CAFA,estoy de acuerdo contigo y si ha de ser asi, que se enseñe en las escuelas ya… Saud.

    10 noviembre 2012 | 10:34

  4. Dice ser gargamel08

    No sabía yo que hace 7 siglos, ya existiera el «XX minutus»

    10 noviembre 2012 | 11:09

  5. Dice ser manuel

    La verdad es que una vuelta al pasado nunca está demás, ayuda a encontrarse con uno mismo. Precisamente hoy he salido a desayunar al bar de siempre y después he deambulado largo rato por una especie de feria medieval con diversos puestos de chacinas, quesos, etc… con los tenderos vestido de la época. He comprado un queso de Madridejos, exquisito por cierto, a un vendedor que iba vestido de monje… Habían cubierto todo el suelo de paja…y aunque no había caballos yo he creído oír hasta los relinchos… ¡Qué bonita España, qué hermosura!. Nuestra historia, se cuente como se cuente, siempre es algo lindo, hermoso, cálido….tal vez inmerecido, un regalo de los dioses que diría Cela.

    10 noviembre 2012 | 11:18

  6. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Pues yo creo que la historia no tiene nada que ver con la histeria , la histeria de los cuatro de siempre que entran en este blog a decir tonterias dandose tono.

    Clica sobre mi nombre

    10 noviembre 2012 | 11:28

  7. Dice ser alejandra

    De dar noticias sesgadas , tu diarío y tú sois auténticos maestros.¿Verdad Arsenio?

    10 noviembre 2012 | 11:38

  8. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Si no me publicas los comentarios me lo voy a repensar.

    10 noviembre 2012 | 14:08

  9. Dice ser Enrique

    No sigo su blog, pero viene bien recordar estas cosas de las que usted habla. Opiniones, las hay para todos los gustos, y las fuentes son a veces difíciles de localizar o consultar. Por eso, dan pena algunos de los comentarios, que sin duda serán fieles lectores de otros que citan como fuente fiable la biblia y tienen un ejército de becarios que les escriben la docena de tochos que publican anualmente.

    Como el Pisuerga pasa por Valladolid, le recomiendo una ojeada a los manuscritos de Rafael de Floranes, ¡tan olvidado y que no ha citado!, tan útiles, y que se recogieron en el CODOIN.

    http://catalog.hathitrust.org/Record/008434662

    Un saludo cordial.

    10 noviembre 2012 | 14:20

  10. Dice ser ferxan007

    Sobre periodismo segado de ultarizquierda hay que preguntar en la secta cadena del payasete y la sociata

    10 noviembre 2012 | 14:40

  11. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Ya se que no me va usted a publicar este comentario pero pienso ponerlo por mil sitios, aunque no venga a cuento

    Ante nla situación que atraviesa España , y viendo que el gobierno no hace nada en absoluto para promover la creación de empleo sino todo lo contrario ,y encontrando cada día hechos y noticias que asi lo prueban como la noticia de que Lineas Aéreas Iberia va a echar a la calle a casi cinco mil obreros , que el Imserso ha recortado el plan de vacaciones para los ancianos. lo que da trabajo a más de un millón de personas, entre agencias , transportes de personas , empleados de hoteles, además de dar vida a los comercios de pueblos enteros esos pueblos en un tiempo en que sin ese turismo, personas que no paran hacer compras por doquier, y que hacen que en vez de que el gobierno tenga que pagar más paro, cobran contribuciones, y viendo que esas nefastas noticias parecen ser el pan nuestro de cada día, yo creo que los sindicatos deberian de cantares por hacer algo util por el obrero y creo que lo primero que deberian hacer no es una huelga de esas que no sirven para nada si no una huelga de no pagar a los bancos las hipotecas en un mes o mas, segun se viera. Esto debe empezar a funcionar , de alguna forma , que ya no se puede seguir así .

    Clica sobre mi nombre

    10 noviembre 2012 | 14:46

  12. Dice ser aún falta libertad

    Kate Moss parece lleva bien lo del topless.
    https://www.youtube.com/watch?v=sTFmBAw2iII
    Sobre la libertad del periodismo y los medios de masas… Internet es un mundo y lo que venden por tele y papel otra bien distinta. El presidente del país má spoderoso del mundo gobierna gracias a Internet… En fin… Ahora falta tocar a China un poco para que no nos coma.

    10 noviembre 2012 | 17:03

  13. Dice ser Paco Barde

    Lo tuyo es de premio macho, el artículillo, no el libro.
    Que tu vengas ahora a criticar algo que lleva el ser humano en los genes es la rapanocha, precisamente tu, director del medio informativo (que medio informa) más manipulador y tergiversador que hay en España (y me atrevería a decir que en Uropa toda), y el que ‘notifica’ más sesgadamente que los desaparecidos ‘El Álcazar’ y ‘Pravda’.
    Colega, tienes un jeró más duro que un chusco de pan del año 21.
    Quizá hubiera sido más honrado el endosarnos por la directa que has escrito un libro y quieres que lo lean: ‘Señoras. Señores. He escrito un libro, junto a mi churumbel, que es la leche de entrentenido y que dices verdades de las mías, verdades como puños (en las napias, esto lo añado yo mismo)’.
    Rétote a que me digas el nombre de un vencedor ( o de un vencido) de guerras o paces, parchís o dominó, furgol o balón-lo-que-sea, Fórmula 1 o Súper GTX, elecciones y erecciones, premios o diplomas …., que cuente las cosas como son y no como quieren que sean.
    Joer con el ‘periodisto’ Escolar, se nota que después de escrito no lees lo que has dejado para la posteridad. Sesgado, dice el pollo, y se queda más ancho que largo. Como si sus pedos olieran a jazmín con un poso de barril de roble añoso en la garganta al tragarlo.

    10 noviembre 2012 | 19:10

  14. Dice ser ¿Sesgado?

    ¿Sesgado dice?

    JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJJAJA….

    Esa sí que es buena, Don Arsenio.

    Y utiliza la palabra «sesgado» aquél que:

    1) Banea a aquellos foristas que no siguen la «línea» del ideario de este medio.

    2) Que cierra algunas «noticias» (Vgr. La inmigración) para que la gente no «opine» como quiere opinar (porque, claro, como por estos lares se profesa una tendencia pro-inmigracionista, no se tiene a bien que alguien opine de manera «diferente» -y, como digo la inmigración, también menciono el tema de la ERE de 20 minutos, que me acuerdo perfectamente que cerraron la noticia-).

    3) Que tiene una inclinación patológica hacia el PP (en lugar de preocuparse en informar sobre las cosas).

    Y así un largo «etcetera»…

    10 noviembre 2012 | 20:33

  15. Dice ser Pepa

    No he llegado, dame tiempo. Prefiero ir por orden.

    11 noviembre 2012 | 19:20

  16. Dice ser arologia

    No entiendo nada. Dentro de lo que cabe, 20minutos es el diario que menos tergiversa y manipula.
    Desgraciadamente todo en general está lleno de basura, y este sitio es al menos, el que menos tiene.

    Por cierto, pinchad en mi nick.

    12 noviembre 2012 | 00:24

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