«Muchos pacientes mejorarían antes si tuvieran tan buena compañía«, fue lo que pensé al ver esta noticia del pasado mes de diciembre: Un soldado y su perro son heridos en Afganistán y se recuperan en el mismo hospital.
El soldado Brown pertenece a la 89ª Brigada de Policía Militar del Ejército de los Estados Unidos, desplegada en Afganistán. A principio de mes, cuando estaba con el perro militar Rocky, sufrieron los efectos de una explosión y resultaron heridos. Tras ser evacuados, están ingresados en un centro hospitalario militar de Washington, donde se recuperan en la misma habitación. Su brigada ha difundido su historia en su perfil de Facebook, y ha conmovido a los internautas. Una foto de Rocky siendo atendido ha sido compartida más de 114.000 veces, mientras que la imagen del perro y el soldado Brown ha sido compartida ya casi 2.000 veces.
Fue una noticia viral, replicada y comentada en todo el mundo. La gran mayoría de esos comentarios eran positivos y algunos apuntaban a que ojalá ellos hubieran podido tener la visita de sus perros.
Poco más tarde me topé con otra noticia en la que ese deseo era realidad. Fue en la web de Sr.Perro y hacía referencia a un hospital canadiense:
A veces la mejor medicina, la que más beneficios puede aportarnos en ciertos momentos, no la pueden ofrecer los médicos… pero al menos sí pueden permitir que suceda. En un hopital de Ontario los pacientes pueden recibir a unos visitantes realmente especiales para ellos, ¡a sus perros o gatos!.
Todo surgió para celebrar la memoria y la vida de Zachary: este joven, enfermo de cáncer, pudo contar con la compañía y el apoyo de uno de sus perros, algo que siempre le daba energía y ganas, algo que le aportaba unos beneficios difíciles de conseguir con la medicina tradicional. Él murió pero su legado, gracias al tesón de su familia, es este: conseguir que otros enfermos puedan ser visitados por sus perros y sus gatos para así encontrarse mejor.
Hoy es el Día internacional del cáncer infantil, día de reivindicaciones y visibilización positiva y huyendo de lo lastimoso. Un día en el que yo me planteo que para esos niños hospitalizados, las visitas controladas y breves de sus animales de compañía podría ser una manera estupenda de insuflarles risas y fuerzas. Ya entran con relativa frecuencia perros de terapia, como recojo hoy en el reportaje Trenes, hospitales, playas… los lugares a los que quieren ir los dueños con sus perros.
Mirad lo que cuenta la directora de Yaracan, cuyos dieciocho perros visitan hospitales desde hace un lustro:
Los perros de Begoña Morenza llevan cinco años trabajando en hospitales: «estamos en el hospital de Torrejón trabajando en el área de salud mental, con pacientes de psiquiatría. Esta semana hemos empezado en otro hospital acompañando a un peque que está en oncología infantil y ahí estamos con él, en su habitación». A Morenza le parecería «estupendo» establecer un régimen de visitas caninas: «son un miembro más de la familia. Para pacientes que tienen que estar ingresados un largo periodo, que su perro pueda estar un ratín puede aportarles mucho bienestar».
E igual que con los niños hospitalizados, con los adultos cuando el tiempo en camas es prolongado y es preciso subir el ánimo. Ellos son miembros de nuestra familia. Con animales a los que se exija un control veterinario y una buena higiene e incluso en zonas habilitadas para que no interfieran en el ritmo del hospital, seguro que muchos pacientes se beneficiarían.
Y como dice Ainhoa, para poder despedirnos de ellos si llega el caso:
@20m @melisatuya yo perro y soy enfermera, siempre pienso que es horrible que alguien no pueda despedirse de ellos en su etapa final…
— Ainhoa Jiménez (@Ainhoa_Jimefun) febrero 15, 2016
¿Qué os parece a vosotros? ¿Os gustaría que se permitiera esa medida?