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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Mamá, ¿te quedas con los niños?

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Él no pregunta.

-«Volvemos a tiempo de echarte una mano con la cena», consulta de hija a madre.

-«Bueno, hija, pero mira que iros a correr el día de Nochevieja…».

Ella llama a su madre. Es un día señalado porque en el calendario dice San Silvestre. Podría decir domingo normal de Abril o tarde de jueves de verano. Cualquiera de las fechas vale. La hija quiere correr porque tiene dorsal desde hace semanas.

Y tiene derecho a ello porque, precisamente, en todas las tiendas de deporte, en las webs de estilo y salud, en los centros de ocio se está exigiendo a la mujer que se incorpore de manera urgente al mundo del running. Otra exigencia más que la mujer moderna se echa a la espalda.

Normalmente, el marido no tiene tantas variables en la cabeza. Hay una carrera. Encaja dentro de la preparación del maratón o de otro evento y es un clásico al que no va a faltar. Además, ahora que ella también corre… ¿dónde está la pega? ¡Si es la situación soñada!

Si el marido no es corredor o no comparece o se declara objetor de conciencia es un debate más complejo. Lo dejaré para otro día si me quedan ganas.

¿Cuántas veces os habéis encontrado con un diálogo parecido?

Por lo tanto será ella la que tenga que dejar todo preparado. Apenas serán tres horas entre ir y volver. Pero no es esa la pega. Todo apunta a que la responsabilidad de la organización de la familia sigue recayendo sobre la mujer.

– «Claro, le dejas los niños a tu madre o, si quieres, a la mía, y a las ocho estamos de sobra»

– » O sea, ¿mis hijos y a tu madre? Tú no has entendido nada ¿no?» – Porque el tiempo y la carga son de ella. Además de otro saco de sutilezas que no alcanzamos a comprender porque somos varones.

– «Vale, vale, pues a mamá» – intenta ser cariñoso y llama a su suegra mamá. Él acorralado.

Y va ella y empieza a cuestionarse si está haciendo lo correcto o abusando de alguien. Ella se devana los sesos preguntando y sopesando si está bien para los niños. Google le da más de tres millones y medios de resultados al teclear «dejar a los niños con los abuelos». Si es justo con los abuelos. Si es necesario todo esto cuando simplemente le apetece ir a correr una San Silvestre. Las nuevas oleadas de pruebas deportivas están sacando poco a poco a las mujeres de sus escondites. Aún lejos de las cifras del resto del mundo, pero son más y más visibles. Ya son unas amazonas bellas y valientes que desafían clima y mirones y kilómetros y corren y van al gimnasio y trabajan mientras piensan y estiran un poco mirando el reloj de refilón y calculando si les dará tiempo a hacerse una cera o ponerse con los deberes de los niños.

Todo cuesta más. Un veintidós por ciento más, en concreto y en España.

Según la última Encuesta de Estructura Salarial (de 2010) la brecha salarial entre hobres y mujeres se situó en un 22,55%, cifras por encima de la media de la UE. Esto quiere decir que ellas tienen que trabajar un 22% más horas para conseguir el 100% del salario de ellos. No ayuda a organizarte si, además, se crece en empleos parciales y más precarios. Con el ánimo así y el cuerpo para nada, ¿quién va a salir a correr con peores horarios de trabajo y ese arte?

Las redes. Menos mal.

Se depende cada día más de las redes familiares. La más inmediata, los padres o abuelos, está en estos momentos sosteniendo el tiempo de la generación de los hijos. Según la FUNCAS, más de un tercio de las abuelas y más de una cuarta parte de los abuelos cuidan a sus nietos al menos una vez a la semana.

– «Pero hija, ¿a correr?» Mujer, si fuera al cine o a cenar…

Esa es otra. La diferencia entre generaciones es otro de los escalones que la mujer corredora se encontrará al incorporarse a la vorágine de las carreras. Cuando teníamos todo consumido y en los colegios se enseñaban los valores de igualdad, llega la edad. Todo se desmorona con la edad. Mis excompañeras de guerrero ardor feminista se han transformado en algo que no alcanzo a conocer. ¿Está ganando terreno el tétrico discurso conservador de ‘la mujer, en casa‘?

¿Qué piensan las mujeres cuando sus hijas salen a correr?

Me gustaría por un momento (corto) estar en la cabeza de la madre que dice ese «Vale que quieras salir por ahí pero, hija, ¿a qué vas a ir tú a correr?» Estar dentro para saber por qué se ataca así a la autoestima de una persona.

¿Es que soy mitad humana mitad mesa camilla y tengo que estar decorando mi casa? ¿Por qué mis hermanos pueden salir a hacer rafting embutidos en sus trajes de neopreno con su barriga y sus muslos morcilleros?, ¿Pueden ellos quemar la crisis de los cuarenta sobre una bicicleta de doble suspensión en los Picos de Europa y yo no puedo salir a correr?

No me preguntéis qué piensan las mujeres cuando sus madres les reprochan el dónde van. No me he atrevido a sacar el tema. Lo hice una vez y me describieron un perfil de machismo, sexismo y de discurso de culpabilidad. Intenté recuperarme pero, desde aquel día, miro a las abuelas con otros ojos.

Pero, por lo que más queráis, no hagáis lo mismo cuando seáis madres o abuelas.

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Foto: CarreradelaMujer.com

7 comentarios

  1. Dice ser yonomebajo

    Yo todavía no soy madre (logicamente, abuela tampoco). Pero este domingo está la carrera de la mujer, en la cual participaré y he arrastrado a otras 5 amigas a correr también.
    Y si algún día soy madre y tengo que dejar a los niños con «la red más inmediata», los dejaré (o me hago una super-mamá y me los llevo a cuestas en la mochila)
    De todas formas debo ser muy joven (que en realidad no tanto) pero ya no oigo reproches de esos que comentas. La mujer que quiere correr, no tiene excusa a dia de hoy.

    28 febrero 2013 | 08:39

  2. Dice ser AreaEstudiantis

    Muy bueno el post!!! Aunque creo que depende un poco de la edad de las abuelas.

    http://areaestudiantis.com/

    28 febrero 2013 | 09:27

  3. Dice ser Coton de Tuléar

    Si son suficientemente grandes podrían correr en familia. Los niños también tienen que hacer deporte.

    28 febrero 2013 | 09:40

  4. Dice ser Yo

    Menuda gilipollez de artículo, no he podido ni terminarlo de lo vomitivo que es, un insulto a la profesión de periodista, ¿y encima esta bazofia ha sido escrita por un hombre? madre mía, lo que hay que leer…

    28 febrero 2013 | 09:46

  5. Dice ser spanjaard

    Estimado lector, ¿quieres un caramelo de menta para el mal sabor de boca?

    Atte.

    28 febrero 2013 | 10:41

  6. Dice ser Lico

    Pues dame un caramelo a mi tambien por que estoy de acuerdo con Yo. Vaya articulo mas lleno de estereotipos del año la pera. Si tu pareja tiene una aficion no tienes tu pues te haces cargo de los niños y ya esta ella o el lo hara la proxima vez que tu quieras hacer algo con los amigos. Lo vuelvo a decir es un articulo penoso y bastante trasnochado. Es como ver un anuncio de lavadoras de hace 40 años.

    28 febrero 2013 | 11:44

  7. Dice ser madre superiora

    Mi experiencia corriendo con un grupo de madres con varios hijos es que los maridos estaban encantados de que hicieran deporte, pero muchas veces no iban a entrenar o nunca se hacía post-entrenamiento o estiramentos por razones como éstas y pongo ejemplos reales:
    – Tengo que hacer comida para 12 personas, porque vienen mis cuñados y mis suegros.
    – Tengo que ir a la exhibición de judo de mis hijos.
    – Tengo a la niña con gastroentiritis.
    – No tengo con quien dejar a los niños.

    Afortunadamente la cosa va cambiando, pero también os digo que si un tío tiene acordado un entrenamiento con amigos, ya se pueden caer los tabiques de la casa que no va a cambiar de planes, y habitualmente una mujer CON HIJOS, se pone en segundo lugar.

    28 febrero 2013 | 20:54

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