Somos inconformistas, qué le vamos a hacer.
Nos pasamos ¾ del año soñando con la llegada del verano, con la piel morena, con la arena de la playa… y luego, cuando llega junio, empezamos a quejarnos del calor, del sol, de que se duerme mal, de que “ya nos gustaría poder volver a dormir tapaditos, como en diciembre”.
Por eso, de junio a septiembre tienes una misión doméstica importantísima: convertir tu hogar en tu refugio fresquito a estas olas de calor insufrible.
Tu Aire Acondicionado puede hacer parte del trabajo, pero no deberías apostarlo todo a este as en la manga, pues tu factura eléctrica se puede ver mucho más resentida al enfriar tu casa en verano que al calentarla en invierno.
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Si estás deseando encontrar tu casa más fresquita cuando llegues del trabajo cada día de este verano, toma nota de las siguientes 5 ideas para transformar y adaptar tu hogar frente al calor, que te ayudarán a ahorrar en tu factura de la luz y a vivir, trabajar y dormir mucho mejor pese a las altas temperaturas:
#1 La pintura, el aliado anti-calor más económico
Todas las paredes necesitan un mantenimiento periódico, con un lavado de cara basado en una buena mano de pintura nueva.
Por eso es una gran idea sustituir aquellas paredes de colores más oscuros -que guardan y difunden el calor por toda la casa- por otros colores más fresquitos, tanto a la vista como por su menor retención térmica.
Buenos ejemplos son los tonos pastel suave, los colores turquesa o el tan de moda matiz menta.
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#2 La madera, tu gran aliado estructural
Nos encantan los techos de madera por su estética campestre y bucólica. Pero además de embellecer y desestresar cualquier espacio, la madera es un material flexible y versátil, capaz de regular la humedad ambiental gracias a su porosidad y resistencia.
Solo necesitas llevar a cabo un buen mantenimiento de la misma, con los tratamientos adecuados a cada momento del año y tipo de exposición climática a la que se enfrenta, para que funcione como el perfecto aislante térmico que es.
#3 Ventanas y puertas, cuando más grandes, mejor por la noche
Ya sabes que, durante el día, lo mejor es mantener bajadas las persianas para evitar que los rayos de sol penetren en tus estancias.
Pero cuando el sol se retira, es buena idea abrir y dejar a la brisa y las corrientes de aire pasearse por su casa y refrescarla. Una gran idea para esto es realizar una reforma que amplíe en lo posible el tamaño de tus ventanas, convirtiéndolas en ventanales o, directamente, en puertas.
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#4 El ladrillo visto, un truco cerámico muy fresquito
Por su composición, el ladrillo almacena la temperatura y es un perfecto aislante para las altas temperaturas.
Por eso es una idea genial incluir una pared de ladrillo visto en un salón o dormitorio que estén expuestos a estas durante el verano.
#5 Textiles de temporada: evita envolverte en más calor
Muchas veces empleamos las mismas telas a lo largo de todo el año en nuestro hogar, y esto es un error fácil y muy barato de evitar.
Los cobertores de camas y sofás pueden sustituirse por materiales como la seda, el satén, el lino, la gasa o el algodón fino, que no acumulan tanto calor como otros tejidos más rugosos y calurosos de los que tanto disfrutamos en invierno.
Hazte con juegos de verano y juegos de invierno para cubrir tus muebles de descanso, y prueba a enfriar los primeros con trucos como introducir la funda de la almohada en el frigorífico un rato antes de acostarte.
¡Verás cómo te resulta mucho más fácil conciliar el sueño así!
¿Tienes tus propios trucos para no pasar calor en casa este verano?
¡Compártelos en los comentarios! 😉
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