Por Xènia Escolar Grau
Ayer llegó a mi correo el primer catálogo de juguetes navideño. Pero, un año más, sin sorpresa: muchos juguetes diferentes pero solo 2 colores para el total de páginas: el tradicional rosa y azul, todo un clásico.
Yo no me fijaba en esto hasta que un día unos hermanos a los que cuidaba empezaron una discusión:
El niño, de solo tres años, quería un juguete que estaba fotografiado en la parte rosa del catálogo. Su hermana, cuatro años mayor, se encargó de hacerle saber que eso no era un juguete que él pudiera elegir. Él enseguida lo encontró lógico, “estaba en la parte de niñas”.
Nos planteamos a menudo el por qué del sexismo que todavía podemos detectar en nuestra nueva y querida sociedad moderna. Definitivamente puede que tenga algo que ver con no ampliar nuestra paleta de colores.