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La señora Benita y sus geniales compañeras de residencia

Por Eugeni de Domingo

En varias ocasiones, he acompañado a un amigo a ver a su madre ingresada de hace tiempo en una residencia y he podido dialogar con alguna de ellas que están en su misma situación. Es admirable cómo algunas – tres o cuatro – de la docena de personas que acoge el centro, están en disponibilidad de comentar, e incluso acaloradamente, de temas de actualidad desde la política corrupta o los documentales que ven por la televisión. Cada una de ellas tiene algo que contar, porque se encuentran muy a gusto cuando ven a otra persona asidua en las visitas que no sea su propia familia y se explayan explicando su vida, como Marta que se marchó de su pueblo a la edad de trece años, por no poder aguantar el ambiente de su casa cuando su padre se volvió a casar. Al no tener familia ella misma se ingresó.

ancianosAntonio, que a los nueve años le sacan de su casa para ir a vivir a una gran ciudad y con idioma diferente, dejando a sus amigos y pasando muchas noches llorando. Sus padres murieron en la guerra por un bombardeo. Celestina, siempre con un carácter alegre, todavía hace punto moviendo las agujas con rapidez, no le falla la vista y, además colabora con las cuidadoras y enfermeras en las fiestas disfrazándose si hace falta, para alegrar a sus compañeras.

Por otra parte también deprime, el ver a algunos residentes que no son conscientes de  lo que están pasando y, están sentados con la mirada fija sin ver, o durmiendo con la cabeza sobre el pecho, atendidos por cuidadores eficaces. La señora Benita, que lleva cinco años aquí y hoy han venido sus hijos a visitarla para decirla que pasarán a fin de mes a recogerla para que pase la Semana Santa con ellos.

Lo que ella ignora, es que quizá no vuelva a ver a sus amigas porque sus hijos han venido a visitarla, pero también para hablar con la Dirección y explicar que este mes es el último de su estadía. No les queda otro remedio, de momento, o puede ser definitivo, porque los dos se han quedado sin empleo. Ella por el cierre de la agencia de viajes y él, por ser autónomo y único trabajador, ha tenido que cerrar el negocio por falta de pago de sus clientes. Triste momento tener que recurrir a lo último que hubieran pensado. Depender de una jubilación de sus mayores.

2 comentarios

  1. Dice ser Almudena

    La verdad es que algunas personas de edad se conservan de maravilla, yo les admiro, por ser inquietas, pienso que eso tiene su premio.

    21 marzo 2013 | 15:07

  2. Dice ser david barrena

    Hola, muy buenas, probablemente Benita, en vez de una plaza concertada (subvencionada en parte por la administración pública), tenía una plaza privada en la residencia, teniendo que pagar una cuantía, que probablemente duplicara el importe de su pensión. Por lo tanto es inviable, que esta familia, pueda pagar la plaza en la residencia.
    Actualmente la ley de la dependencia está paralizada y las personas dependientes no pueden acceder a los recursos que les corresponden, Unidades de Estancia Diurna o Residencias. Ya que las administraciones se acusan mutuamente, de quien es culpable de esta situación, mientras que estas personas, tienen que dejar las residencias o centros de día, por los antes citados problemas económicos. De la misma manera, los centros y residencias van muriendo lentamente, por impagos sistemáticos de las administraciones y la paralización de la Ley de la Dependencia.
    Esta es la realidad de muchos de nuestros mayores y de los centros que los atienden. (no sabemos por cuanto tiempo)
    Muchas Gracias y un saludo.

    21 marzo 2013 | 16:15

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