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Mi amigo Crisanto, un hombre de la Transición

Anoche me tocó moderar un acto cargado de emoción, ciencia y tecnología (en este orden). Fue el homenaje a mi amigo Crisanto Plaza, presidente de honor del C@SI (Club de Amigos de la Sociedad de la Información) que él fundó hace 25 años. Crisanto fue clave en la fundación del semanario Cambio 16, en 1971. Le conocí el primer día que llegué a aquella redacción vacía, recién contratado como director ejecutivo del semanario que pretendía nada menos que acabar con la Dictadura franquista. Casi lo conseguimos.

Crisanto Plaza, un hombre bueno y sabio.

Muerto el tirano, Crisanto también fue clave en la modernización de la economía y la sociedad españolas. En mi casa pude ver en sus manos un folio, casi milagroso, lleno de garabatos que pronto nos ayudó a disfrutar de la Constitución del 78. En aquel folio, Crisanto había escrito tres palabras: «inflación, déficit y… ¡contraprestaciones!». Pronto, Adolfo Suárez, Fernando Abril Martorell, José Luis Leal, Blas Calzada, Joaquín Leguina, Felipe González, Manuel Fraga y Santiago Carrillo le pusieron música al folio que habían escrito José Luis Leal y Crisanto Plaza, con la bendición del profesor Fuentes Quintana. Allí estaba la esencia de los Pactos de la Moncloa: ajustar los desequilibrios económicos (vencer, sobre todo, la espiral de precios y salarios) a cambio de compensar a la sociedad con contraprestaciones en forma de escuelas, viviendas, sanidad pública, pensiones, etc. Sin aquel duro ajuste (aceptado por todos los líderes políticos recién elegidos en 1977), no hubiera sido posible acordar en paz la Constitución del 78, la más larga y próspera de la historia de España. Ahora todos se apuntan el tanto de ser los autores originales de los Pactos de la Moncloa. Está bien que presuman. Como un mindundi, yo estuve personalmente muy cerca de los auténticos autores: José Luis Leal, Blas Calzada, Fernando Abril Martorell y Crisanto Plaza. Doy fe.

Con Crisanto Plaza, José Luis Leal y Joaquín Leguina, antes de una cena/debate tradicional del C@SI.

Ponentes del acto de anoche en el Instituto de Ingeniería de España: José Luis Leal, Javier Nadal, Luis Camarena, Crisanto Plaza, Julio Linares y Carlos Mira.

Julio Linares, ex consejero delegado de Telefónica, y Javier Nadal, ex director general de Telecomunicaciones, fueron ponentes de lujo. Luis Camarena, sucesor de Crisanto en la presidencia de nuestro club, Carlos Mira, presidente de Arthur D.Litle y CEO de HALO Space, y José Luis Leal, ex ministro de Economia en el Gobierno de Suárez/Abril Martorell, glosaron con brillantez y cariño la vida y la obra de Crisanto Plaza, «un hombre de la Transición», ante un público entregado.

Miembros del Club que fundó Crisanto en el acto de ayer.

Gonzalo Bavé, un espontáneo del Club, saltó al escenario para leernos una loa en verso, con rima consonante, como su homenaje personal a Crisanto.

El espontáneo Gonzalo Bavé lee su loa a Crisanto.

Mi homenaje personal a Crisanto va a consistir en copiar y pegar, a continuación, las palabras que le dirigió anoche el ex ministro José Luis Leal,  jefe de Crisanto y mío en Castellana 3, en plena transición hacia la Democracia. Soy incapaz de mejorar su intervención.

CRISANTO PLAZA

por José Luis Leal

«No es una tarea fácil presentar a Crisanto y recordar lo mucho que ha contribuido a la modernización de España. Lo ha hecho a su manera, callada, incansable, lúcida y decidida. Además de un hombre sabio, Crisanto ha sido, y continúa siendo, un gran modernizador, preocupado siempre por la estrategia, por la consolidación de la sociedad civil, por el futuro de nuestro país, al que tanto ha contribuido con su buen hacer. Me centraré, parar abreviar, en tres momentos importantes de su vida…y de la nuestra.

El primero data de hace muchos años, de cuando le conocí en París en los inicios de la década de los años sesenta del pasado siglo. Ambos éramos estudiantes; Crisanto ampliaba estudios de economía en el ENSAE  (Escuela Nacional de Estadística y Economía Aplicada), una prestigiosa escuela superior especializada en econometría y que ha sido uno de los crisoles de la alta  administración económica de Francia. Vivíamos en la Ciudad Universitaria de París, donde Crisanto compartía habitación en el pabellón de Estados Unidos con un joven abogado norteamericano, Kiril, un hombre valiente que participó en las peligrosas marchas en los estados racistas del Sur de su país para protestar contra la discriminación de los negros.

Crisanto había conocido a un alto funcionario francés, Jean Simonet, que había participado en la liberación de París con las tropas del General Leclerc junto con los miles de españoles exiliados que se habían unido a ellas. Quizá fuera esto lo que le llevó a aceptar la propuesta que le hizo Crisanto de ayudar a los jóvenes españoles que no tenían acceso a los canales oficiales de becas para completar sus estudios en Francia por no formar parte del “establishment” franquista. El argumento básico era que la dictadura no sería eterna y que sería beneficioso para nuestros dos países el que algunos de los futuros cuadros de la democracia, cuando esta llegara, hubieran mejorado su formación y adquirido un buen conocimiento de la sociedad francesa. A este argumento se añadía la posibilidad de acceder a profesores que enseñaban en las universidades españolas, que no compartían las ideas del Régimen y que podían seleccionar y recomendar a alumnos brillantes, independientemente de sus inclinaciones políticas.

Jean Simonet encontró la financiación necesaria y se abrió un cupo adicional de becas, las llamadas “becas Simonet”, que beneficiaron a más de 100 estudiantes, entre los que se encontraban personas que tuvieron mucho que decir en la economía y la sociedad española en la Transición y después,  como es el caso de Juan Tomás de Salas, fundador de la revista Cambio 16, que tanto influyó en los tiempos iniciales de la democracia y en la que Crisanto colaboró desde su inicio, Joaquín Leguina, primer presidente de la Comunidad de Madrid, Carlos Romero, ministro de agricultura en el primer gobierno de Felipe González, Ana Cabré, actual directora del Centro de Estudios Demográficos de Cataluña, y muchos otros que han contribuido de manera significativa a la modernización de España.

El segundo momento tiene una fecha precisa: el 10 de septiembre de 1977. Enrique Fuentes Quintana, vicepresidente económico del primer gobierno de la democracia, me había propuesto la Dirección General de Política Económica, de nueva creación y esa fue la fecha a la que me incorporé a mi nuevo trabajo. Nombré inmediatamente subdirector de la Dirección a Crisanto pero nos encontramos con el problema de no tener donde comenzar nuestros trabajos pues la Dirección sólo figuraba en el papel. Afortunadamente nuestra eficaz secretaría encontró unos pisos vacíos en los que se había albergado la extinta Subsecretaría de Planificación, en la calle Orense, y allí nos instalamos el puñado de funcionarios que iniciamos la aventurara. El encargo que me hizo Enrique Fuentes, nada más llegar, fue el de redactar un programa de ajuste para la economía española, pues había que hacer frente a la inflación desbocada y al déficit de la balanza de pagos, entre otros problemas.

Crisanto insistió desde el principio en que había que evitar los ajustes “tecnocráticos” del FMI, que había que dar a nuestro país una esperanza en el futuro, que la democracia podía enfrentarse y solucionar los problemas que el franquismo no fue capaz de resolver.  Tomamos la precaución de contactar con dos amigos del Partido Socialista para explorar (sin decir para qué, pues teníamos el encargo de trabajar con la máxima discreción) los límites de lo que su partido podría aceptar si se planteaba una negociación. Pensábamos que el trabajo que se nos había encomendado debía ayudar a buscar un acuerdo lo más amplio posible entre los partidos y para ello eran fundamentales las llamadas contrapartidas al esfuerzo que había que pedir a los españoles. Y ese fue el germen del documento que sirvió de base, dos meses más tarde, a la firma de los Acuerdos de la Moncloa. Del reducido equipo que redactó la versión final del documento formó parte alguien al que muchos de vosotros conocisteis bien por formar parte de este Club, Blas Calzada, una personalidad inolvidable por su inteligencia y brillantez. El Club puede estar orgulloso de que, además de él, otros cuatro de sus miembros (Crisanto, Luis Escauriaza , José Antonio Martínez Soler y yo) participaran de una u otra forma en el documento que sirvió de base a un acontecimiento tan importante para nuestra democracia como fueron los Acuerdos de la Moncloa. La ausencia de tensiones sociales durante el tiempo que duró el ajuste permitió la redacción de una Constitución de concordia que ha sido decisiva para el progreso de España.

El tercer momento se sitúa en el núcleo de lo que este club representa y coincide con la entrada de Crisanto en Telefónica como director de estudios. Desde ese puesto impulsó dos aspectos fundamentales de la estrategia que hizo de esta compañía nuestra principal empresa multinacional: la expansión fuera de España, especialmente hacia Sudamérica, y la adaptación al auge de los teléfonos móviles. La mundialización de Telefónica distaba mucho de ser una obviedad en aquella época; se necesitaba la visión estratégica y de futuro a la que Crisanto tanto contribuyó. En cuanto a la telefonía móvil, conviene recordar la previsión de los grandes expertos del momento, que pensaban en un futuro de no más de un millón de abonados en todo el mundo. Crisanto, sin embargo, vio y predijo muy pronto que el crecimiento de la telefonía móvil iba a ser un fenómeno imparable a escala mundial, como así fue.

El pensamiento estratégico es algo fundamental a la hora de tomar decisiones en todas las sociedades y su ausencia puede comprometer el porvenir de cualquier industria o empresa. Para quien tenga dudas sobre ello es necesario recomendar la lectura del libro que escribió Crisanto, su “Ensayo sobre la regulación tecnológica” cuyo subtítulo reza:” la era digital en Europa”. En este libro Crisanto propone una revisión de la teoría económica en lo que concierne al tratamiento del capital y plantea algunos problemas básicos de la regulación tecnológica. Estaba bien situado para hacerlo desde su posición de miembro de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, de la que formó parte entre 2003 y 2011. En su libro, Crisanto es muy crítico sobre la manera en que Europa ha regulado el mercado de las telecomunicaciones, tristemente marcada por la ausencia de una visión coherente del futuro:  los criterios utilizados han sido más jurídicos que económicos y, puede añadirse, políticos de corto plazo. Estas cuestiones, y muchas otras, han sido tratadas en este club y no voy a extenderme sobre ellas: Crisanto y vosotros sois los protagonistas.

Las ideas y planteamientos de Crisanto han influido muy positivamente en estos tres momentos importantes de nuestra vida colectiva y lo han hecho también, y muy especialmente, en los veinticinco años de este club que hoy conmemoramos. Durante su ejemplar presidencia Crisanto ha sido capaz de fomentar la participación, de explorar nuevos horizontes, de abrir el club a nuevas ideas y planteamientos; en definitiva, de guiarlo y prepararlo para los nuevos tiempos.  Y entre todos habéis sido capaces de consolidarlo y convertirlo en una institución en un país, como el nuestro, poco dado a crear asociaciones y mantenerlas en el tiempo.

Hay muchos otros aspectos de la personalidad de Crisanto que merecerían un comentario y que van de su profundo conocimiento de la filosofía clásica y moderna a la demografía o la Historia en general y la de España en particular, como tantas veces hemos tenido ocasión de comprobar durante su presidencia. Pero la talla de un gran hombre – y Crisanto lo es – no termina con su aportación intelectual, con sus ideas y consejos. Para apreciarla hay que descender a la vida de todos los días, a su relación con los demás, a su humanidad en definitiva. Siempre he admirado la manera que tiene Crisanto de relacionarse con las personas, la forma de dirigirse hacia ellas, el respeto que siempre ha mostrado hacia el otro, cualquiera que sea su procedencia, edad o estatus. Me recuerda con ello la pintura de Velázquez, su tratamiento igualitario de reyes, mendigos y bufones, el realismo humanista de la gran tradición de la pintura española.

En los momentos de desánimo, cuando los valores en los que una sociedad se sustenta parecen resquebrajarse, es bueno volver a lo fundamental, a las relaciones que nos unen y hacen posible no solo la convivencia sino también la construcción del presente y del futuro de cualquier sociedad. En todo ello, en el análisis de los fundamentos en los que se basa el mundo tal como lo conocemos e interpretamos, en las ideas y actitudes que configuran el presente de nuestras sociedades y condicionan su futuro, haremos bien en escuchar a Crisanto pues su sabiduría puede servirnos de guía en este tiempo de incertidumbres y peligros. Lo digo desde el conocimiento que procura una vieja amistad. Muchas gracias.»

Aznar pierde otra oportunidad para pedir perdón

Soy un ingenuo. Llegué a pensar (¡pobre de mí!) que, al cabo de 20 años de infamia y vileza, José María Aznar, Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos (trío de psicópatas) pedirían perdón, por fin, aunque fuera con la boca pequeña, a las víctimas del 11M y a los demócratas españoles por el daño que han causado con sus mentiras. Aznar y su Gobierno mintieron a sabiendas para ganar las elecciones del 14M y, tras su derrota, deslegitimaron la alternancia en el Poder y quebrantaron el espíritu de la Transición y el imperio de la Ley, que es la base del Estado de Derecho. De aquellos polvos, estos lodos. Rompieron la Democracia.

Los pseudoperiodistas Pedro Jeta Ramírez y Federico Jiménez Losantos sembraron El Mundo y la COPE (pecaminosa radio de los obispos) de falsedades, calumnias y odio al servicio de Aznar, del crecimiento de sus audiencias crédulas y de sus cuentas de resultados. Por intereses espurios, por dinero, por soberbia, por pura maldad y… porque podían. ¡Vergüenza para los tres conspiranoicos, incapaces de pedir perdón por tanto daño causado!

Homenaje a las víctimas del 11M ayer en Atocha

Mi hijo Erik Martínez Westley, Rodolfo Ruíz, ex comisario de Vallecas, y yo depositamos unos claveles en Memorial del 11M en Atocha. Un encuentro emocionante con mi amigo Rodolfo.

TV3 emitió anoche un reportaje espléndido sobre el 11M. No pude hablar en catalán. La meva pronuciació no és bona.

¿VOX o Amnistía? Lo tengo claro: Amnistía

Entre VOX y la Amnistía, me quedo, sin dudarlo y aunque no me guste, con la Amnistía. Los !Viva Franco! que, brazo en alto, se oyen en las manifestaciones frente a la sede del PSOE en Madrid, en presencia de Santiago Abascal y Esperanza Aguirre (como delegada de Aznar y Ayuso), me producen algo más que repelús. Me asustan.

Os recomiendo leer «La España de Franco» de Chaves Nogales, probablemente el mejor periodista español del siglo XX.

El PP y VOX están jugando con una bomba de relojería de consecuencias insospechadas. También, con un boumerang que golpeará al pobre Feijóo y, cuando pasen las elecciones europeas del año 2024, le llevará de regreso a su Galicia natal. Menos mal que nuestra Democracia, anclada firmemente en la monarquía parlamentaria de la Constitución del 78, es sólida y aguanta bien los ataques de los neofranquistas de VOX (que llaman Felpudo VI al Rey) y de algunos otros nostálgicos totalitarios emboscados aún en el PP.

Imposible olvidar «Los santos inocentes» cuando veo a los manifestantes rabiosos y violentos, ciegos, contra una Amnistía cuyas causas y efectos desconocen.

Mientras tanto, Ayuso, marcando el paso a Feijóo, de la mano de Aznar, en el papel de Trump, está exultante. Solo cuando la mayoría del PP vuelva al centro derecha podrá aspirar, sin VOX, a ocupar algún día la Moncloa. Con VOX ya se ha visto que es imposible. ¿Por qué no lo entienden y lo asumen de una vez? De ahí su desesperación, su rabia mal disimulada, su violencia contenida, y sus mentiras repetidas de que han ganado las elecciones. En Democracia, señores del PP, si respetan la Constitución y las leyes, deben saber que las elecciones las gana quien puede formar Gobierno con los votos del Congreso donde reside la soberanía popular. No insistan con sus mentiras repetidas en la línea Trump.  Solo crearán frustración entre los suyos.

Ayuso, pupila de Aznar, el «pinocho» de ETA en el 11-M.

La crueldad de la Dictadura de Franco, el dictador felón, perdura en el recuerdo imborrable de muchos demócratas. Gritar ¡Viva Franco!, a estas alturas, no llevará nunca a los PP a buen puerto. Lo saben, pero no se atreven a atar corto a Abascal, su doberman. Lástima. Con lo bien bien que sentaría a la Democracia la posibilidad de la alternancia en el Poder…

El 18 de julio… ¡Vuelve VOX! ¿Dónde nació?

Hoy 18 de julio me llega este logotipo de VOX, sabiamente retocado por un colega asustado que sabe mucho de Historia:

Logotipo de VOX retocado por un colega que sabe mucha historia.

Y Antonio Guerrero me envía este mensaje por Facebook:

Mensaje de Antonio Guerrero en Facebook. No le lo podía creer. Necesitaba un doble chequeo.

Le dije: «No me lo puedo creer. Es demasiado. Me gustaría saber más ¿Será un bulo?»

Antonio me replicó con dos enlaces:

1.- El origen de VOX en Wikipedia.

2.- Eugenio Espinosa de los Monteros, un diplomático español que llegó a capitán general de Baleares y que fue embajador del dictador felón ante Adolf Hitler en Berlín, llevaba el mismo apellido que el portavoz de VOX en el Congreso. ¿Serán parientes?

Las coincidencias existen, pero dos a la vez… Gracias, Antonio.

Si olvidamos los horrores del pasado, corremos el riesgo de volver a sufrirlos.

Y para no olvidar el Golpe de Estado del 18 de julio contra la Democracia que dio Franco, el general felón y genocida, el historiador Ángel Viñas ha publicado hoy un excelente artículo en eldiario.es que os recomiendo. También os recomiendo su libro «La otra cara  del Caudillo» que ya va por la 5ª edición en Crítica.

Un consejo (que solo sirve para quien lo da):

Votad lo que os de la gana el 23-J, pero ¡Votad!

Si no votamos, mereceremos lo peor de lo peor…. El que avisa no es traidor.

 

 

 

Yo pensaba que Feijóo era un conservador moderado…

Fui un ingenuo. Pensaba que Feijóo era un conservador moderado, no un VOX con piel de cordero.

MAR, el Rasputin de Aznar y Ayuso, asesora a Feijóo. ¡Qué miedo!

Las 9 grandes mentiras flagrantes del cara a cara con Sánchez (sin citar la fuente) y su presunción, ruin y miserable, del pucherazo en Correos («que trabajen los carteros, con independencia de sus jefes») me han hecho cambiar de opinión.

Como hizo Trump, Feijóo maltrata a una institución pública como Correos con el fantasma del fraude…

Si no gana, Feijóo ya tiene un fantasma para deslegitimar al vencedor en las urnas. No son verdaderos demócratas. No aceptan la alternancia, base de la Democracia. Ya lo hizo Aznar con Zapatero («presidente por accidente») cuando, el 14-M de 2004, el PP perdió las elecciones tras su mentiras de ETA y no Al Qaeda en la masacre del 11-M.

La mentira tiene las patas cortas… pero, a corto plazo, puede emocionar a sus partidarios.

Miguel Ángel Rodríguez (MAR, prestado por Aznar y Ayuso) le ha convertido en un franco-trumpista de tomo y lomo. Seguí de cerca las dos campañas sucias que hizo Trump del brazo de Bannon (su MAR particular) y me asusté.

Conozco a MAR. Sé de lo que es capaz. Una inteligencia astuta al servicio del mal.

Pensé que eso no podrían pasar nunca en España. Me equivoqué. Ahora recuerdo a Albert Camus sobre la guerra civil española: «Puedes tener razón y perder la guerra».

No se les cae la cara de vergüenza al manosear y dividir a las víctimas de ETA (que no mata desde hace años) para ensuciar la campaña electoral.

Pues eso, Pedro Sánchez. No te confíes. No vayas tan sobrado. Feijóo lleva una herradura en su guante. Tómatelo en serio.  Yo me estoy asustando mucho por el túnel oscuro y tenebroso que se avecina para mi patria.

«El cuento de la criada», de Margaret Atwood, siempre me dio miedo. Ahora, mucho más.

Por eso, animo a todo el mundo a votar. Más vale prevenir que lamentar. Más vale votar que llorar.

En Alemania estaría prohibido cantar un himno de Hitler. Algo como el «Cara al Sol, el himno de la Falange, no se podría cantar por estar ligado a una dictadura cruel como fue la de Franco, el dictador felón.

Como respuesta a «Que te vote Chapote», contra Sánchez, en las redes ha surgido este otro contra del pacto PP-VOX

Mensaje en clave de oculista.

 

¡Tongo! Feijóo golpeó con herradura en su guante

Cuando hagamos la digestión de las mentiras de Feijóo, veremos quién ganó el debate de anoche. Hubo tongo porque Feijóo golpeó a Sánchez llevando una herradura en su guante: una sarta de mentiras dichas con aplomo, cinismo, sin inmutarse y con la cara más dura que el cemento. ¿Habrá recibido clases de Aznar o del trío Pinocho de ETA en el 11-M? Sánchez, ingenuo, crecido y confiado, no pudo ganar un debate tan desigual. Perdió su oportunidad. Feijóo le cabreó, le sacó de sus casillas.

Cartel de seguidores de Sumar en las redes

Mi amiga Blanca Vila nos ofrece este sabio mensaje: «Alguien dijo: no discutas sobre verdades con adictos a las mentiras». Si te pones al nivel de un mentiroso, él te gana ya que tiene más costumbre que tú a la hora de mentir con aplomo. Sánchez y la verdad perdieron el debate.

Ana Pastor y Vicente Vallés los presuntos moderadores de la Sexta y Antena3

Lástima no haber estado allí para poner un poco de orden.

Entrevista preelectoral con Aznar en TVE

¡Vuelve Manuel Campo Vidal! Anoche te echamos de menos.

Un mensaje recogido en las redes sociales

Fraga evolucionó desde la Falange y el franquismo a la Democracia. Feijóo y Abascal van hacia atrás como los cangrejos. Me quedo con Fraga.

Minuto de oro de Pedro Sánchez. Lo mejor de su intervención.

 

Nicolás, sobrino rebelde de Franco, fue nuestro salvador

Acabo de leer el El País que Nicolás Franco, sobrino rebelde del tirano, ha donado toda su colección de caza al Museo de Ciencias Naturales.

Nicolás Franco en El País de hoy.

Celebro su gesto que me ha traído, además, gratos recuerdos de nuestro paso conjunto desde la cruel Dictadura de su tío a la Democracia que él nos ayudo a traer para nuestro hijos y nietos…

Con Nicolás Franco ante mi talla del emir Jayrán, expuesta en el aljibe árabe del siglo XI, en el Hotel Catedral de Almería.

Desde el aljibe del emir Jayrán, nos fuimos paseando a celebrar su visita a mi tierra -¡cómo no!- a Casa Puga. Entrañables recuerdos.

Con Nicolas Franco en Casa Puga

Ojalá que los de VOX (que están engatusando a algunos ingenuos del PP con su discurso retrógrado, machista y xenófobo) sigan el camino liberal y democrático de Nicolás Franco y no el rumbo dictatorial de su tío de tan triste y dramática memoria.

Tras leer el reportaje de El País, te tenido un ataque de nostalgia y me he puesto a leer las páginas que dediqué a Nicolás Franco en mi libro de memorias personales y periodísticas («La prensa libre no fue un regalo») cuya lectura os recomiendo. Copio y pego:

Sobre Nicolás Franco (pag. 240)

Sobre Nicolás Franco (pag. 241)

Sobre Nicolás Franco (Pag. 242)

Sobre Nicolás Franco (Pag. 243)

Sobre Nicolás Franco (Pag. 244)

Sobre Nicolás Franco (Pag. 245)

Sobre Nicolás Franco (Pag. 296)

Sobre Nicolás Franco (Pag. 297)

 

Testigo de la Transición. Así lo conté ayer en Capital Radio

Victor López leyó mi libro «La prensa libre no fue un regalo» y me invitó a Capital Radio para hablar de la Transición de la Dictadura a la Democracia, algo que pasó hace casi medio siglo y que nos conviene no olvidar.

En el estudio de Capital Radio hablando de la Transición.

Si desconocemos u olvidamos nuestro pasado reciente corremos el riesgo de repetir los mismos errores y sufrir traumas semejantes. Por eso, me gustó la entrevista que me hizo Victor para Capital Radio y que podéis escuchar aquí. Hablé como si fuera libre.

Con Víctor López en Capital Radio

Introducción a la entrevista.

Testigos de la Transición – José Antonio Martínez Soler

José Antonio Martínez Soler, JAMS, trabajó en Televisión Española en las décadas 80 y 90. Antes, había dirigido el semanario Doblón -siempre beligerante con la dictadura-, siendo secuestrado en marzo de 1976 para obtener de él información sobre dos generales y algunos jefes prodemocráticos de la Guardia Civil. Fundador de los diarios El Sol y La Gaceta de los Negocios, redactor jefe del diario El País, Cambio 16 y director general del periódico 20 minutos, es cum laude en Ciencias de la Información por la UCM y diplomado por la Nieman Foundation for Journalism de la Universidad de Harvard. En los estudios de Capital Radio (Madrid) nos habla de aquel suceso que pudo costarle la vida, de su etapa como empresario de la comunicación y de lo difícil que resultó conseguir la libertad de prensa en España. Con mirada aguda, voz vívida y vivida. Lo comprobamos en este decimoséptimo episodio de Testigos de la Transición. 50 años de Periodismo.

También tenéis la entrevista en la web de Capital Radio y en plataformas digitales (Spotify, iVoxx, Spreaker…)

A favor de la prensa libre con tres colegas brillantes

¡Qué buena noche de los libros.. en una librería… y defendiendo la prensa libre! Ana Cañil, Ignacio Escolar, Muñoz Soro (colegas de 3 generaciones) y yo hablamos, como si fuéramos libres, a favor de la libertad de expresión y en contra de todas las censuras ya sean en Dictadura como en Democracia. Una mesa redonda que Marcial Pons ha puesto en youtube y que os recomiendo. Aquí está completa. 

Con el profesor Muñoz Soro y mis colegas Ana Cañil e Ignacio Escolar en la librería Marcial Pons.

Carlos Pascual, el primero que creyó en mi manuscrito, presentó a los ponentes.

Isabel Malpica y Ana Westley, en primer plano. Casi al final, adivino a mi compadre, Joaquín Estefanía, que escucha atentamente a la Cañil. Y Manuel Saco, detrás de la Malpica. ¡Menudo público!

Fátima, Ana, Manolo e Ignacio en la librería Marcial Pons.

Cerramos el debate en un bar cercano. ¡Qué gusto debatir con los jóvenes!

Hoy, por la mañana, camino de Ourense, Isabel Malpica y Manolo Saco nos han traído croissants de Estela a casa y se han llevado dos higueras de Almería. Broche de oro. ¡Cómo no les voy a querer!

Buenos amigos. Me dejaron hablar de mi libro («La prensa libre no fue un regalo») en la sede del editor que leyó y aprobó mi manuscrito. Sin conocer a nadie, el año pasado lo envié al correo de «atención al cliente» de Marcial Pons. Me tocó la lotería. Está a punto de agotarse la primera edición. Eso me dijeron anoche. A mí y a mi ego. Gracias, queridos lectores.

Portada de mi libro de memorias

François, mi mejor amigo francés. Vuelve pronto.

Los demócratas aún no hemos agradecido a la prensa extranjera, como se merece, la ayuda que nos prestó para pasar en paz de la Dictadura a la Democracia. Contaron la verdad al mundo entero y tenemos esa deuda pendiente con ellos. Hoy pude mostrar mi gratitud personal a François Raitberger, mi mejor amigo francés, agasajándole con jamón ibérico (del caro), chuletas, espárragos, tomates raf con aceite de Tabernas (Almería), buen rioja, etc., en la misma terraza de nuestra casa donde solíamos celebrar las paellas de la Transición con la crema de los corresponsales extranjeros. Fueron destinados a cubrir España por si volvíamos a las andadas. Cuando se convencieron que, esta vez, no nos mataríamos a tiros, muchos se fueron con la música a otra parte.

Con mi amigo François Raitberber, hoy, en la terraza de mi casa donde solíamos celebrar las paellas de la Transición. (Lindos colores 14 de abril en mis macetas).

François Raitberger fue el director en España de la oficina de la agencia de noticias Reuter durante los años clave de la Transición. Nos conoce bien y le gusta España. Se maravilla de lo que hemos conseguido en estos 45 años de Democracia. En ocasiones, necesitamos que alguien de fuera nos los diga para darnos cuenta de ello sin caer en la auto complacencia ni en el masoquismo. Tenemos el vicio nacional de hurgar en nuestras heridas históricas, en los males de la patria, sin atender apenas a los progresos conseguidos. Seguramente, no somos los únicos.

Con François Raitberger, paseando hoy por las trincheras de la batalla de Brunete (35.000 muertos en 2 semanas en 1937).

Agradezco su visita y el ataque de nostalgia que me han producido tantos recuerdos entrañables que hemos compartido juntos. Paseando por las trincheras de la batalla de Brunete (35.000 muertos en dos semanas de 1937), que me descubrió Gabriel Jackson, he recordado al poeta Ángel González cuando decía: «La historia de España es como la morcilla de mi pueblo. Se hace con sangre y se repite». Pues, mira por dónde, esta vez no se hizo con sangre. Y tampoco se repitieron las guerras civiles que asolaron nuestro país durante el sigo XIX y tres cuartos del XX. La última guerra civil (1936-1975) terminó cuando murió el dictador y acabó la represión de los vencedores contra los vencidos.

Con François sobre un bunker nazi construido en el camino de Brunete al río Guadarrama.

Naturalmente, hemos recuperado nuestras viejas conversaciones sobre la ilustración francesa (¡Vuelve Voltaire!), los afrancesados españoles (¡Ay, mi Francisco de Goya) y los cien mil hijos de san Luis que nos devolvieron la Inquisición con el rey felón. Yo me declaré entonces afrancesado, y no solo porque tuve una novia francesa, antes de cambiar el francés de París por el inglés de Boston. Con 16 años fui a Francia y, de pronto, allí conocí otro mundo. Me gustó. Los jóvenes se besaban por la calle y podías hablar como si fueras libre y la policía no te detenía ni te torturaba. ¡Quién fuera francés!, pesaba yo entonces.

También hemos recordado que la noche del domingo, 1 de marzo de 1981, nos refugiamos en la casa de François y Marie Christine (corresponsal de Liberation). El miedo volvió a habitar entre nosotros. En este capítulo de mis memorias («La prensa libre no fue un regalo»), que copio y pego, cuento esa anécdota.

«La prensa libre no fue un regalo» Pag. 375

«La prensa libre no fue un regalo» Pag. 376

«La prensa libre no fue un regalo» Pag. 377

«La prensa libre no fue un regalo» Pag. 378

Gracias, mi querido amigo, por tu visita. A mí también me gusta Francia. Vuelve pronto.

Artículo publicado en La Voz de Almería sobre mi primer viaje al extranjero.