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Queja ciudadana: «Que se investiguen las 7.291 muertes en residencias de Madrid»

Por mil caminos, me ha llegado una Carta Abierta con la queja de la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias de Madrid. Estremece comprobar, con la firma prestigiosa del magistrado emérito José Luis Martín Pallín, la inhibición (el abandono cómplice) de tantas instituciones judiciales a la hora de investigar la muerte de 7.291 mayores no trasladados a hospitales, durante lo peor de la pandemia del COVID, de acuerdo con los llamados «Protocolos de la vergüenza». Firmo la carta y os la paso sin dudarlo. Un demoledor informe calcula que más de 4.000 mayores muertos en 2020 en residencias de Madrid se podrían haber salvado. Vergüenza para la Justicia. Ayuso justifica su veto al traslado porque «se morían igual»

Conclusión de la Carta abierta de la Comisión Ciudadana por la Verdad.

La cifra de 7.291 muertos persigue a la presidenta de la Comunidad Madrid por doquier. Ella dijo que no se trasladaron a los hospitales porque  «no se salvaban en ningún sitio».

Carta abierta dirigida al fiscal general del Estado (@fiscal_es) y al caducado Consejo General del Poder Judicial (@PoderJudicialEs)

Mi talla, por San Valentín, en el salón de mi casa

Este ha sido el mejor regalo de mi chica (awestley.com) para celebrar el Día de los Enamorados. Me ha concedido el honor de que mi última talla («Quema de libros por la Inquisición») se codee temporalmente con sus óleos, junto a la tele, en el salón de casa.  No es poca cosa. Aun con sus defectos (disimulados con la lija), estoy orgulloso de mi obra de jubilado inspirada en Juan de Juni.

Mil última talla, en el salón de mi casa. Nada menos. Las anteriores siguen en el sótano.

El óleo «Encrucijada» (sobre mi talla) fue catalogado en el Salón de Otoño de la AEPE.

La comencé en tallasmadera.com antes de la pandemia del Covid. Algunos colegas escultores pensaron, seguramente con razón, que estaba loco. Incluso mi gran maestra, Sandra Krysiak, tuvo dudas razonables de que pudiera acabarla algún día. No saben lo cabezón que soy cuando decido iniciar algún proyecto por loco que parezca. Basta con repasar mi libro de memorias («La prensa libre no fue un regalo») para conocer lo pertinaz que soy. No sabía que era… imposible. Varias veces perdí los dedos de algunos inquisidores y los pegué con cola blanca. Ni se nota. «Tengo mis huesos hechos…» al fracaso. A mi provecta, estoy bastante curado de espanto. Por eso, el curso pasado retomé la talla, inspirada en una que me impresionó, en un viaje inolvidable, en el Museo de León.

Lijando la «Quema de libros»

Un poco de tinte para disimular fallos…

Así dejé mi talla cuando me contagié del Covid.

Estoy muy agradecido a mi maestra por su enseñanzas… y por su paciencia conmigo. Gracias a su magisterio la AEPE seleccionó y catalogó la primera obra que presenté al Salón de Otoño del 2023. Y celebro haber elegido madera de cerezo, bastante noble, para la Quema de libros.

Lo hice porque «no sabía que era imposible»

Anteayer presumí de haber acabado mi última talla «Quema de libros»(inspirada en Juan de Juni). Lo celebré con el núcleo duro de tallasmadera.com en Guadarrama (Madrid). Gracias, colegas, por vuestros piropos. Dicen que «el halago debilita», pero ya sabéis que a mí me da alas. La maestra Sandra Krysiak (mano de  hierro en guante de seda) me felicitó. [9/1, 23:01] Sandra Krysiak: «Jose, quiero ver ese relieve expuesto en Casa de Vacas. Te lo merecés por tanto esfuerzo, dedicación y por el resultado final. ¡Te quedó espectacular!» [9/1, 23:42] José A. Martínez Soler: «Gracias, maestra. Sin tu magisterio hubiera sido imposible terminarlo». Os parecerá una minucia presumir de una talla en madera, pero esta obra me ha hecho más feliz que los miles de artículos publicados en el último medio siglo dedicado a la prensa. Y me quedo corto.

Con mis colegas y la maestra en el taller de tallasmadera.com-

«Quema de libros por la Inquisición», relieve inspirado en la obra de Juan de Juni

Mi afición por las obras de Juan de Juni (muy abundantes en León) viene de lejos. Recién casados, a principios de los años 70, mi esposa (awestley.com) y yo visitamos una exposición en la Catedral de Salamanca. Allí vimos, por primera vez, la gran talla de Juan de Juni. «Qué estampa tan española», exclamé. Los visitantes me miraron de una manera rara, poco amistosa.

Quema de libros por la Inquisición, de Pedro Berruguete

Hace unos años, poco antes de la pandemia, me enfrenté de nuevo a las tallas de Juni en un viaje inolvidable a León. Recién jubilado y entregado al tenis y a la talla de madera, me prometí tallar una quema de libros por la Inquisición inspirada en Juan de Juni. No es una copia, sino una interpretación en la que he eliminado los detalles más difíciles (algunas manos y gestos) de la obra gran maestro.

Con Antonio López y Sandra Krysiak, mi maestra, en Bellas Artes Coronado.

Estoy contento por haberle dado, por fin, la cera Luis XIII que me recomendaron en Bellas Artes Coronado, donde coincidimos algunas veces con un cliente ilustrísimo: Antonio López, que compra allí sus pinturas.

Empecé mi talla en madera de cerezo justo antes de la pandemia del Covid. Ante la dificultad de su perspectiva y profundidad, me asusté, pero no me rendí.

La dejé por un tiempo en mi sótano («silenciosa y cubierta de polvo») para mejorar mi técnica con otras obras menores. El año pasado, valiente o soberbio, retomé la Quema de libros. Y el día de mi cumple le di la ultima mano de cera. ¡Y ahí está! El mayor piropo ha venido de mi chica. La Westley me ha prometido retirar uno de sus óleos del salón de casa para que yo pueda presumir de mi talla en un lugar preferente… por un tiempo.

Primera lija, antes del tapaporos.

Tengo la intención de grabar en los márgenes de la talla una frase del poeta romántico judío alemán H. Heine (17797-1856) que me impresionó al visitar con mis hijos el Museo del Holocausto en Washington:

«Allí donde empiezan quemando libros, acaban quemando personas».

Lo escribió un siglo antes de que Adolf Hitler mandara a sus bárbaros a quemar los libros que consideraban contrarios a la ideología nazi. Fue premonitorio: después de quemar los libros, asesinaron a 6 millones de judíos.

«451 fahrenheit», la temperatura a la que arde el papel. Gran obra de Ray Bradbury.

El padre de Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, que aplica ahora sus técnicas genocidas contra los palestinos de Gaza, escribió sobre la influencia de la Inquisición española en el genocidio de los nazis contra los judíos europeos.

La Inquisición aprendió la quema de libros de nuestra herencia árabe. De hecho, la frase de Heine se refiere a la quema de libros en el Califato de Cordoba ordenada por el caudillo Almanzor. El cardenal Cisneros superó a Almanzor al quemar miles de libros tras la toma de Granada por los Reyes Católicos. ¡Qué manía tienen los poderosos contra los libros! No les falta razón. Los libros nos hacen pensar …y desear ser libres. A los poderosos no les conviene.

Mirad al propio general Franco, el tirano felón, que mandó hacer hogueras por toda España para quemar los libros que consideró prohibidos, en especial los del Índice de la Iglesia contrarios al nacional catolicismo.

Quema de libros por el cura, el barbero y el ama de don Quijote (José Segre)

Uno de los capítulos más interesantes de El Quijote es precisamente el de la quema de los libros del ingenioso hidalgo por parte del cura y el barbero. Su ama los odiaba: «Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros». Siempre lo recomiendo.

Mis parientes de Tabernas (Almería), el pueblo de mi padre, también quemaban libros, pero sin odio. Eran pobres e ignorantes. Lo hacían en su chimenea para luchar contra el frío. Mi padre y yo salvamos de la hoguera varios sacos de libros que estaban en capilla.

Al tallar este relieve, una terapia que os recomiendo, me vinieron todos estos asuntos a la mente. Ellos guiaron mis gubias.  Tallar la «Quema de libros» ha sido una gran experiencia reparadora y un maravilloso recuerdo de mi viaje a León que no nunca olvidaré.

Aplicando el viejo truco del tinte y cera para destacar las luces sobre las sombras.

El año pasado, los Reyes Magos me trajeron una taza. Este año, cera Luis XIII. ¡Qué lujo!

Mi escultura, en el 90 Salón de Otoño (Casa de Vacas, Retiro)

A partir del 26 de octubre y hasta el 26 de noviembre, rodeada de obras mucho más importantes, podréis ver mi escultura en el 90 Salón de Otoño (Casa de Vacas del Retiro de Madrid).

«Sol y sombra juvenil», tallada en madera de ukola.

«Sol y sobra juvenil», la primera obra que he presentado a un concurso nacional de escultura, ha sido seleccionada y catalogada por el Jurado de la AEPE (Asociación Española de Pintores y Escultores). Con lo presumido que soy, os podéis imaginar lo contento que estoy por exponer junto a los grandes, siendo yo aún el becario de tallasmadera.com.

Invitación para la Expo del 90 Salón de Otoño (Casa de Vacas, Retiro, Madrid)

Mi maestra, Sandra Krysiak, me animó a presentar la obra.

Mi maestra, Sandra Krysiak, junto a una de sus obras.

La escultura (que primero la llamé «Niña con coleta» empecé a tallarla poco antes de la pandemia del Covid. No la terminé porque descubrí que la madera de ukola era muy tóxica. Tallar con la gubia y la maza no era tanto problema.

Desbaste de la escultura seleccionada y catalogada por la AEPE.

Sim embargo, lijar resultó peligroso ya que el polvillo de ukola podría envenenarme.

«Sol y sombra juvenil»

Acostumbrado a usar la mascarilla obligatoria por el Covid, decidí acabarla en mi casa.

Lijando madera de ukola con mascarilla. Madera noble y preciosa, pero venenosa. No hay rosas sin espinas.

Ciclo de Conferencias del 90 Salón de Otoño en la en Casa de Vacas del Retiro de Madrid

Emocionado y agradecido recibo el Premio que me dan mis colegas

Mis narcisos aún no han florecido este año, pero yo sí. Hoy recibí uno de los dos premios más importantes de mi vida: el Premio de Honor 2022 de la APM «por toda la trayectoria profesional».

Doble página del folleto de los Premios de la APM con el retrato que me hizo el gran Bernardo Pérez, compañero y amigo de muchos años en El País. (Se nota que me quiere).

Emocionado y agradecido, he recibido el reconocimiento que mis propios colegas, miembros del Jurado, han hecho de mis 54 años de periodista. El acto, iniciado con el discurso de Juan Caño, presidente de la APM,  ha sido fantástico.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, me entregó el Premio de Honor y dio un discurso espléndido, sin un papel, en favor de la libertad de expresión.

El otro premio, como «mejor profesor», me lo concedió hace décadas el tribunal más duro que pueda imaginarse: el de mis alumnos de Economía Aplicada. Colegas, que son maestros consagrados, y alumnos universitarios que votaron a mi favor, sin haber presentado yo mi candidatura, me han hecho muy feliz.

Portada del libro (editado por Marcial Pons) que tanto ayudó a convencer al Jurado de la APM para que votaran a mi favor.

Esto es parte de lo que mis hijos, que conocen mis debilidades, llaman «vanity tour», que comenzó con la publicación reciente de mis memorias periodísticas («La prensa libre no fue un regalo»), la presentación del libro en el Ateneo de Madrid, en el Teatro Apolo de Almería y seguirá, pronto, en el Foro de La Región en Ourense y Vigo…

Con Karmentxu Marín (de Doblón y El País) y Miguel Ángel Noceda (de La Gaceta de los Negocios y El País), miembros del Jurado de la APM.

Este libro, leído por dos amigos muy queridos, miembros del Jurado de la APM, ha sido clave, a mi juicio, para la obtención del Premio de Honor «por toda una vida de periodista» frente a otros candidatos, mejores que yo, que aún no han publicado sus memorias. Les animo a que lo hagan en cuanto se jubilen. Yo aproveché el confinamiento por el Covid para contar mi vida. Me alegro de haberlo hecho.

Con los demás premiados: Nieves Herrero, Laura de Chiclana, Luis de Vega y Félix Madero.

La Asociación de la Prensa de Madrid ha premiado también a otros notables colegas, más jóvenes que yo, que siguen triunfando en activo: Nieves Herrero, Laura de Chiclana, Luis de Vega y Félix Madero.

Dos de los premiados (Laura y Luis) han ganado el reconocimiento del Jurado por su cobertura, arriesgada y valiente, de la invasión ilegal rusa de Ucrania. El embajador de Kiev en España agradeció el trabajo de la prensa para contar la verdad de esta guerra tan bárbara. Y el acto concluyó con la actuación, emocionante, del coro infantil ucraniano en Madrid.

Coro de niños de Ucrania.

La dulzura de sus voces (niños desde 5 años años hasta adolescentes) contrastaba con la dureza de las imágenes que nos llegan de su patria herida por los crímenes de un dictador como Putin. Compatriotas de estos niños cantores mueren a diario violentamente en su patria. Imposible no cruzar canciones y sonrisas tan dulces con imágenes tan terribles y profundamente tristes de la guerra. ¡Es bárbara la guerra!

Texto de mi página en el folleto de la APM repartido en el acto de hoy en el Centro Cultural Conde Duque

Mi hija, Andrea Martínez Westley, acudió a darme su abrazo. Gracias, princesa. Erik y David estaban fuera de Madrid.

Con Andrea Martínez Westley. ¡Qué más puedo pedir!

 

 

En Canal Sur… fui alguien

Facebook me envía hoy un recuerdo bonito de hace ¡tres años! Yo pensaba que fue ayer… Es un reportaje de Canal Sur sobre mi vida y milagros (de jubilado) en el que ya anticipaba que «la libertad no nos tocó en una tómbola».

En Canal Sur, poco antes del confinamiento por el COVID que me permitió escribir «La prensa libre no fue un regalo».

Durante la pandemia y el confinamiento le fui dando forma de libro a aquella idea, más orientada al periodismo en la Dictadura y en la Democracia, y se convirtió en «La prensa libre no fue un regalo» que presentamos en el Ateneo de Madrid el pasado 27 de septiembre y en el Teatro Apolo de Almería el pasado 18 de octubre.

¡Qué lejos queda aquel reportaje anterior a la pandemia! Pero aún me gusta. En Canal Sur, la tele de mi tierra, fui alguien.

Portada del libro, editado por Marcial Pons

 

 

Noche de emociones y abrazos en el Ateneo

Dicen que el halago debilita, pero a mí me da alas. Ayer lo comprobamos mi ego y yo, en la presentación de mi libro «La prensa libre no fue un regalo» en el Ateneo de Madrid.

mesa de presentadores

Glosaron mi libro el teniente general Andrés Cassinello, los periodistas Manuel Saco, Nativel Preciado y Joaquín Estefanía e hizo de moderador mi paisano Antonio Cantón. Ricardo Urías (Junta de Gobierno del Ateneo) presidió la sesión.

Recibí tantos piropos y abrazos que la emoción impidió que mi vanidad se elevara como un globo de feria.

Lleno

El venerable salón de actos del Ateneo de Madrid se llenó de amigos.

Muchas gracias a tantos amigos que nos acompañaron y gratitud eterna a quienes glosaron mis memorias profesionales y personales con tanto cariño y análisis profundo de la Transición: el teniente general Andrés Cassinello Pérez, autor del prólogo, Manuel Saco, editor del manuscrito junto con mi hijo Erik, y autor del preámbulo, Nativel Preciado, cofundadora del semanario Doblón, cuando pensé que iba a morir, Joaquín Estefanía, ex director de El País y padrino de mi hijo David, y Antonio Cantón, hermano adoptivo, maestro de ceremonias y moderador del coloquio.

Manel Saco, Joaquín Estefanía y Andrés Cassinello.

Menudo grupo de amigos. Todos a favor, incluso con críticas justas que me fortalecen y agradezco.

Con Nativel

Con Nativel Preciado, cofundadora del semanario Doblón donde publiqué el artículo sobre la Guardia Civil del general Campano que casi me cuesta la vida.

Firmé varias docenas de libros que Marcial Pons vendió en el venerable salón de actos del Ateneo.

Marcial Pons vendió varias docenas de libros que pude firmar con dedicatoria al término de la sesión.

Una tarde memorable que no olvidaré fácilmente.

Entre Francisco Ros y Fernando Martínez, al salir del Ateneo para compartir tertulia y copa.

Con Fernando Martínez, ex alcalde de Almería y actual secretario de Estado de Memoria Democrática, Francisco Ros, ex secretario de Estado con el Gobierno Zapatero, Manuel Saco y otros amigos del núcleo duro disfrutamos de una rica tertulia en un bar típico de la zona. Aun tengo que asimilar tantas emociones y abrazos.

Jon Rico, Julio Ruiz y Alberto Ruiz, compañeros de tenis. Y vino hasta Gregorio García Arranz, que me gana siempre, y no salió en la foto.

Necesito perder mañana al tenis para rebajar mi ego. Lo digo en serio. No faltaron los principales colegas del tenis y la talla de madera. La maestra de talla tenía clase en la Escuela de Arte La Palma. Lástima. Y el historiador Ángel Viñas, principal impulsor desde hace años de mi libro, junto con nuestro común amigo Gabriel Jackson, siguió el acto desde la primera fila pero no pudo quedarse a la copa. En vísperas de la pandemia celebramos en Barcelona un homenaje póstumo al historiador Jackson y allí fue donde Viñas me dio el empujón final para que concluyera mi manuscrito. Dos semanas después, nos confinaron. Este libro es, pues, un «daño» colateral del Covid. Con los ojos cerrados, firmaría ahora mismo que no hubiera existido el Covid aunque nunca hubiera terminado este libro fruto del confinamiento. Puto Covid.

 

Emoción máxima en la Feria del Libro

Este libro («La prensa libre no fue un regalo»), que presenté ayer en la caseta 67 de Marcial Pons en la Feria del Libro de Madrid, lo escribí pensando en mis tres hijos y mis dos nietos. Con todo mi amor, a ellos lo dedico. Los cinco nacieron y están creciendo en libertad. Afortunadamente, no saben lo que es vivir bajo una dictadura tan cruel como la del general Franco, el amigo de Hitler y Mussolini, que sufrimos sus padres y abuelos.

Portada de mi último libro, ya a la venta.

Debido al confinamiento por tan larga pandemia del Covid, he tenido la oportunidad de escribir esas memorias profesionales y, en parte, personales de un mundo que casi no existe. Hablo de una época de lucha por conquistar la libertad, arrebatada por un golpe de Estado en 1936, una guerra civil (1936-1939) y una larga postguerra de represión violenta por parte de a Dictadura franquista hasta que, muerto el tirano en 1975, recuperamos la libertad por la que habíamos luchado en la clandestinidad.

Así quedó mi cara quemada, tras el secuestro y las torturas que sufrí tras la muerte del dictador Francisco Franco

La prensa ayudó como pudo a esa transición a la Democracia. Lo cuento en estas páginas. Es un libro en el que pueden reconocerse muchos padres y abuelos para los que la libertad, como el oxígeno, se valora más cuando falta. Por eso, pienso también que podría ser un buen regalo para la lectura veraniega de hijos y nietos a los que nunca les faltó la libertad en España. Ayer tuve la suerte de que mi nieto Leo viniera a la Feria del Libro a darme un abrazo, cuando solo quedaban ya dos ejemplares por vender. Anuncié la presentación del libro hace unos días en las redes, pero nunca imaginé que sería algo tan emocionante.

Con mi nieto Leo y los dos últimos ejemplares del sábado 4, en la Feria del Libro

Poco antes, Miguel Iceta, ministro de Cultura, de quien soy fan, pasó a saludarnos por nuestra caseta de la Feria. Visita que agradezco. Aunque es mucho más joven que yo, el ministro aprobó y compartió conmigo el título del libro.

Con Miguel Iceta, ministro de Cultura, en la caseta 67 de Marcial Pons en la Feria del Libro y mi libro «La prensa libre no fue un regalo».

Tuve, además, la fortuna de compartir la caseta 67 con el gran Juan Eslava Galán, cuyas obras tanto he disfrutado. En la foto, con Pedro Pons, Juan Eslava y mi hijo Erik Martinez Westley, un trío de ases.

MIguel Iceta, ministro de Cultura y Deportes, se fue inmediatamente a Paris para acompañar al rey Felipe VI en la final gloriosa de Roland Garros que ganó -¡cómo no!- nuestro gran Rafa Nadal.

Hoy he disfrutado con la victoria de Nadal (14 copas de Roland Garros) y ayer, con las visitas inesperadas a la caseta de la Feria del Libro de amigos y colegas de Cambio 16, Doblón, El Pais, TVE, 20 minutos, etc, que no había visto en años, y de colegas de tallasmadera.com, mi actual audiencia cautiva favorita, con quienes, gubia en mano, he compartido muchas anécdotas que ahora verán en el libro que generosamente compraron. A todos ellos, muchas muchas gracias.

 

El sábado 4-J por la tarde, a la Feria del Libro (caseta 67)

Ya he visto mi libro (LA PRENSA LIBRE NO FUE UN REGALO) y lo he tocado. ¡Qué emoción! Concebido durante el confinamiento por la pandemia del COVID, ha tenido un parto feliz. Soy un hombre con suerte ya que el papel para imprimir libros, por la guerra de Putin y la crisis del COVID, es hoy muy escaso y caro. Mañana estará en las librerías y el sábado 4 de Junio (y no el 11) lo presentaremos al público de la Feria del Libro de Madrid, en la  caseta 67 (de Marcial Pons) de 19.00 a 21.00 horas. Allí me encontraréis para repartir firmas y abrazos, si se tercia.

Hace unos días anuncié precipitadamente en las redes la salida de mi libro con un video muy profesional, producido por Goat Knight. Al escribir el rótulo, cometí una errata imperdonable en el apellido de mi chica (awestley.com), Después de convivir con ella  53 años casado por la iglesia y 1 en pecado, ¿cómo es posible que cometiera yo esa errata?. Lo siento. Los de Goat Knight me lo han arreglado, con primor, antes de que ella se enterara. Por eso, copio y pego aquí el video bueno que ya he puesto en mi canal de youtube y que pasaré a mis amigos por whatsapp. Desde luego, como decimos en mi hermoso oficio, «las erratas son las últimas que abandonan el barco».

Ahí va el enlace al video de presentación del libro de un minuto y pico.

https://www.youtube.com/watch?v=64r1qNI-HZ8

Si te interesa, por favor, ¡pásalo! Gracias, amiga o amigo.

Estoy tan contento por la primera crítica recibida hoy nada menos de que mi comadre, y enorme periodista, Ana Cañil, que voy a copiar y pegar el tweet que ha publicado tras recibir el libro. Quien lea el libro comprobará lo presumido que soy. Por algo, Manuel Saco, mi hermano por adopción, ha pulido mis borradores y ha desinflado mi vanidad a límites que espero sean soportables por el lector comprensivo y benevolente. Por algo, digo yo,  el narciso es mi flor favorita.

 

Mi comadre Ana Cañil celebra mi libro

Naturalmente, he corrido a darle las gracias.

Mi comadre no es objetiva, pero ¡gracias!

También la Asociación de la Prensa de Almería me anima en las redes. Gracias.

Mis paisanos de la prensa me animan.

Esta es la portada del libro

Esta es la información que Marcial Pons, una editorial boutique de muchas campanillas, ha distribuido sobre mi libro de memorias profesionales (y algunas personales)

¿Qué fue de mi Vargas Llosa?

No gana uno para sobresaltos. Ahora resulta que mi admirado Varas Llosa, el de Conversaciones en la Catedral o La fiesta del Chivo, se ha convertido en un carcamal de la extrema derecha que pone en duda el resultado de las elecciones libres. Ha dicho esta barbaridad: «Lo importante no es que haya libertad sino votar bien».

Vargas Llosa ya no es lo que era. ¡Vaya por Dios!

¿Será cosa de la edad, que no perdona, de sus deudas a Hacienda, que tampoco perdona, o de su proximidad Isabel Preysler, quien hizo carca a Julio Iglesias, al marqués de Griñón y al ex socialista Boyer en un santiamén? O será que últimamente se junta mucho con José María Aznar, con Ayuso o quizás con Vox. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños ha puesto un poco de sal en la herida. Ha acusado a Vargas Llosa de «no reconocer el resultado electoral».

Aznar lee la cartilla a Casado en la convención del PP.

¡Pobre Casado! Tampoco él -entre el PP de Feijó/Rajoy y el de Ayuso/Aznar- gana para sobresaltos. Desde luego, el lenguaje paternalista, soberbio, ruin y barrio bajero de Aznar (dice que «ni la madre que le parió») no le ayuda mucho a llegar al centro que su partido lleva tantos años buscando… sin éxito.

Imposible olvidar una pregunta, ya clásica, de «Conversaciones en la Catedral» que hizo fortuna: «¿Cuándo se jodió el Perú? Pues eso me pregunto yo ahora: ¿Cuándo se jodió Vargas Llosa? Peor aún: ¿Cuándo se jodió el PP?

Para colmo, Aznar, Ayuso y Casado, más papistas que el Papa, se meten ahora con Francisco, su Sumo Pontífice, por sus declaraciones a favor de pedir perdón por los excesos en la conquista de América. Vivir para ver. La derecha ataca al Papa y la izquierda le defiende. Claro que también hay incluso cardenales que no son muy devotos del Papa. Que me perdonen los creyentes y quienes sufren por los efectos terribles del volcán de La Palma ya que las comparaciones son odiosas. Se trata de esta foto espectacular que circula por las redes.

El cardenal Cañizares entra en erupción con su Capa Magna que algunos llaman ahora «Caspa Magma»

El cardenal Cañizares, uno de ellos, entra en erupción. La lava amenaza con engullir nuestra inteligencia. Un amigo me ilustra: la lava del volcán Cañizares se llama «Capa Magna» y  ya solo la usan los clérigos ultramontanos. Como el más querido por Cañizares, el cardenal enemigo del papa Francisco, Raymond Leo Burke, que llamó a los católicos a la insumisión por negarse a dar la comunión a los católicos divorciados. Es también anti vacunas, propagador de que las vacunas tienen un chip para controlarnos. Hace unos meses enfermó gravemente de COVID. Otro amigo matiza:  la «Capa Magna» es ahora «Caspa Magma».