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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

¿Qué tal andas de ego?

Fuente:20Minutos.es

¿Corres y lo cuentas?

Es lo que antes se hacía en un bar, después de la ducha y mientras las piernas todavía dolían. El efecto de la cerveza o del vino hacía que aquel corrillo reducido contase y repasase las sensaciones. Ahora no hay corrillo; hay un teclado que lanza tus sensaciones al espacio.

Nada es mejor o peor, vaya por delante.

Ahora entrenas y lo subes inmediatamente a un tweet o a tu muro. Se puede seguir automáticamente tu runtástica sesión o queda colgado en los registros de tus ambits o fores.

Son algunas de las consecuencias de la literalidad de «estar en las redes sociales». Hay una verdad evidente: a nadie le obligan a que cuente con quién se ha juntado a correr, qué ritmo llevó o cosas por el estilo.

Es evidente que Internet nos ha dado la oportunidad de trascender. Poco, mucho, una basura o campeones a capazos, somos alguien. Además corremos. Cosa que algunos interpretarán como un entretenimiento sin más. Y, otros, correrán pensando en que escapamos de la masa sedentaria y somos capaces de cambiar el cosmos.

Ahí entra el ego del corredor (y de cualquier deportista outdoor)

¿Te has encontrado con algún mito con patas? ¿Añoras el tiempo y el coraje de esos héroes del gremio, capaces de embarcarse en cruzar la península itálica en nueve días o encadenar ciento treinta maratones?

Un día me paré a pensar en qué parte de un entrenamiento queda almacenado para tu satisfacción o para el trabajo a largo plazo. También, qué parte de esos minutos extra o ritmos más elevados eran un empujón psicológico que nos daba qué esperarían los lectores cuando lo contase. Os aseguro que, por muy inmune que seamos a ello, estar expuesto al público termina por rondar tus acciones.

Sí, todo esto son elucubraciones de alguien con mucho tiempo de sobra y un megáfono a su servicio.

También el comentario hiriente de un lector gracioso lo es.

Guerra de egos.

2 comentarios

  1. Dice ser Manuwar

    «Incluso mi amor por la gloria en el campo de las letras, pasión dominante en mí, nunca agrió mi temperamento» D. Hume.
    Qué duda cabe, como lo saben los psiquiatras. El narcisismo es un motor de energía infinita y lo mueve todo y a todos, nadie escapa a ello (# Narciso Imperator Mundi).
    Pero quizá hay que hacer análisis comparativo. ¿Qué es mejor, contar tus microazañas corredoras, con falsa humildad y sentido del humor o alimentar el narcisismo, por ejemplo, haciendo el troll por Internet?
    Seguro que andamos bien de ego todos o casi todos, Tampoco vamos a andar pidiendo disculpa a quien le moleste. Con no leernos, arreglaría su problema si le ofendemos.

    16 diciembre 2013 | 09:44

  2. Dice ser Ultraroncero

    Tal y como yo lo veo, no hay nada malo en compartir tus entrenos en redes sociales, no todos los egos se alimentan de eso. La clave de esta cuestión es con qué intención lo compartes, es decir, qué esperas conseguir con ello. Ahí es donde el ego puede sacar tajada.

    Si nos fijamos en la mayoría de las redes sociales el botón para publicar algo dice «Compartir». Cuando pulsas ese botón con tu entrenamiento y lo que realmente debería poner en el botón es «Fardar» o, incluso, «Quejarme», es entonces cuando nuestro ego puede engordar un poquito.

    En el otro lado de la moneda, están los egos de aquellos que leen lo que compartes y ponen en ti una intención que no es la que tú pusiste al compartirlo. Pero eso ya es problema de los egos de los demás 😉

    17 diciembre 2013 | 09:23

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