Fotografía: foto del griego "phos" (luz) y grafía del griego "graphis" y "graphos" (escribir). Escribir con la luz.

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Bienvenidos a la vida

Hemos sido testigos de uno de los momentos más maravillosos que nos regala la vida…

El Hospital 12 de Octubre de Madrid está desarrollando un programa en el cual se permite el acompañamiento a la madre en una cesárea programada, unido al método “piel con piel”, donde el recién nacido entra en contacto directo con sus padres desde su primer minuto de vida.

El reloj se para al entrar en el hospital. Y Jaime esperaba con cierta angustia en el pasillo de quirófano… una cesárea de urgencia retrasaba la intervención… y los nervios se ponían a flor de piel…

Al otro lado del pasillo, Trinidad, su mujer, terminaba de prepararse para el gran momento…

El Doctor Grande y todo su equipo ultimaban los detalles antes de entrar a quirófano. Llegado el momento, sería cuestión de minutos el tan deseado nacimiento de la pequeña Carmen…

Llegaba la hora. Cogidos de la mano, cómplices en sus miradas, Jaime y Trinidad recibían juntos las indicaciones del personal médico. Primero llegaría la anestesia, la epidural, y después el gran momento…

Bienvenidos a la vida… bienvenida a la vida…

Minutos después del parto, Jaime, Trinidad y Carmen descansarían juntos en la sala de reanimación.

Resulta complicado expresar con palabras esta historia. Sin duda, una de las experiencias más bonitas y gratificantes que nos puede ofrecer la vida. Enhorabuena a los papas, a la pequeña Carmen, al personal médico, y al hospital por hacernos partícipes de este momento.

La mejor de las maneras para celebrar que llevamos ya un año juntos contando historias, revelando fotografías, en este blog que a veces me da más de un dolor de cabeza… y donde con momentos como éste, merece la pena seguir adelante fotografiando instantes, congelando momentos y contando historias… donde la vida corriente, es extraordinaria…

Sin escrúpulos, sin vergüenza, sin sentido…

La noticia había llegado a las redacciones a eso de las doce de la mañana. El bebé de Dalila había fallecido por una negligencia médica en el Gregorio Marañón. Todos los medios nos íbamos concentrando a las puertas del hospital. Tras la rueda de prensa, había que esperar la reacción de la familia.

Comenzaban los nervios, las carreras y los rumores. Alguien había visto entrar a los padres de Dalila, pero nadie sabía por dónde habían accedido al hospital.

Por la puerta principal… por la puerta de Materno-Infantil… por la puerta de Infantil… por la puerta de Anatomía Patológica…

Dos horas después, se producía el altercado. Los padres de Dalila salían, y una avalancha de medios nos lanzábamos a grabar, preguntar y fotografiar.

El padre de Dalila perdía los nervios… y agotaba su paciencia…

Periodismo sin escrúpulos, sin vergüenza, sin sentido… mientras éramos increpados, todos callábamos, y volvíamos a ser personas… ¿Y si los protagonistas de esta historia hubiéramos sido nosotros?

Bajamos las cámaras, ya teníamos «la foto»… y nos marchamos…

En ciertas ocasiones, este oficio es una mierda.

La pequeña Matilde

Nos preparamos para realizar un reportaje en el Hospital Doce de Octubre de Madrid. Vamos a visitar la unidad del banco de leche materna y de padres canguro. Antes de empezar, Bea lleva varios días preparando todo el papeleo con la Fiscalía de Menores y el Gabinete de Comunicación del hospital.

Al llegar al hospital, comenzamos a pasar puertas. El olor a hospital me pone “enfermo”, mientras dejamos atrás cada vez más accesos restringidos. Llegamos a la entrada de la UCI de neonatos. Hay que quitarse anillos, relojes… y lavarse las manos.

Charlamos durante un tiempo con una de las responsables de la unidad. Entramos a la UCI. Se hace la penumbra (3.200 ISO, 1/15, f:4)… y llega lo importante…

Os presento a Matilde. Tiene siete semanas de vida. Pesa algo más de un kilo y medio.

Su madre, Beatriz, dio a luz con tan solo 27 semanas de gestación. Entonces Matilde pesaba algo menos de un kilo.

Tras acceder a tomarle fotografías, Beatriz charla unos momentos con nosotros.

Ejerce de “madre canguro”, donde el contacto piel con piel es vital para la mejora de la salud de la pequeña Matilde, que nada más ser acogida por el pecho de su madre, deja de llorar y se queda dormida. Beatriz agradece estos breves momentos.

Por fortuna está de baja maternal, y puede permanecer en el hospital, que ha pasado a ser su improvisado hogar por unos meses.

No podemos romper la frenética actividad de la UCI durante mucho tiempo. Estamos rodeados de incubadoras. Los médicos esperan impacientes nuestra marcha para poder seguir haciendo pruebas a Matilde.

Como Beatriz, muchos padres y madres observan impacientes, e impotentes, a sus frágiles hijos. El tiempo se detiene al pasar las puertas rojas de un hospital. Unos gramos de más, es mucho. Recuerdo entonces a Nico y a Andrea, y a sus padres Mari Paz y Olimpo… y recuerdo cuando me decían que cada minuto más de vida es un éxito…

Salimos de la UCI, y observamos dos murales con fotografías de los pequeños que han salido adelante. Bebés con 24 o 26 semanas de vida, con 600, 700 gramos de peso… Nos interrumpe un emocionado abuelo, que espera a lavarse las manos: -“mi nieta pesaba tan sólo 500 gramos, con 24 semanas, y ha engordado ya 700”…

El Hospital Doce de Octubre es el primero en España en realizar un programa de banco de leche materna. Existe otro centro en Baleares. Aquellas mamás sanas que lo deseen, pueden donar su leche, que será congelada y empleada después para ayudar a salir adelante a estos pequeños.

El tiempo se detiene al pasar las puertas rojas de un hospital.

Cuando te quedas sin palabras

Os presento a Nico. Nico González. Tiene trece años, y se aferra a su vida, que pende de un hilo por un cáncer. Ayer nos regalaba su sonrisa y su historia, para poder ilustrar este reportaje, con una madurez a su edad, difícil de describir.

Andrea tiene once años. También tiene cáncer. Es muy tímida, y no quiere salir en las fotos. Su pubertad no quiere hacer públicos esos preciosos ojos con los que me mira continuamente. Tampoco tiene pelo, y acaba de salir de un aislamiento que le ha impedido mantener contacto alguno con el exterior de su habitación durante cuarenta días.

Y también os presento a Mari Paz, y a Olimpio. Ejemplos de madre y padre coraje respectivamente. Su vida está volcada por completo a sus frágiles hijos, y un día más, como dicen ellos, es un auténtico logro.

Aquí tenemos a Fernando, a Paco, a Lucía, a Luis… que como Nico y Andrea, también tienen cáncer. Están en la escuela del hospital, y mientras repasan la lección con la profesora, reciben su dosis de quimioterapia que les mantiene vivos.

También os presento a Pilar, Pilar Herreros. Es la Jefa de Enfermeras de la Unidad Oncológica del Hospital Niño Jesús. Nos enseña sus instalaciones con la naturalidad con la que un amigo te abre la puerta de su casa. Y la gran familia del hospital se hace patente entre auxiliares, enfermeras y personal del centro.

También os tengo que hablar del doctor Luis, Luis Madero. Es el responsable máximo de la unidad, y nos atiende rompiendo de repente la barrera que suele separar a paciente y médico. Y no me puedo dejar tampoco a Mercedes, Mercedes Hernández, la psicóloga de la unidad. Su mirada inspira confianza, y deja entrever la realidad que se vive ahí dentro.

Te presento también a todos y cada uno de los voluntarios que dan su tiempo gratuitamente, a las entidades, fundaciones y ONG´s: organizan talleres para los chavales, y quedadas para los padres. Han conseguido que su estancia en el centro hospitalario sea más llevadera con wiis y playstation, que llevan a los niños a otra dimensión, y permiten unos segundos de descanso a esos padres; redes inalámbrica para tener internet en las habitaciones, que permiten la comunicación de los chicos y padres con el mundo exterior; terrazas acristaladas junto a las habitaciones, que permiten el desahogo diario de los padres… me dejo tantas cosas…

No me quiero olvidar de Julia. Julia Benito, responsable de prensa. Es quien da la cara cuando nos recibe, quien saluda a todos y cada uno de los que allí residen, quien nos busca a una madre por los rincones del hospital donde se suele echar un cigarro para que podamos hablar con ella… quien vigila desconfiada los movimientos de mi cámara para preservar el anonimato de los inocentes… también te brillan los ojos, como al resto. Qué alegría. Eso dice mucho de una persona. Eso dice mucho de todos vosotros.

Es difícil contar con imágenes las sensaciones. Sólo puedo decir que todos los ojos con los que he hablado, brillan de una manera especial. Es una mezcla de tensión, dolor, sufrimiento y alegría al mismo tiempo. Cada minuto de vida es un éxito. Como en tantos otros hospitales, donde el reloj se para el pasar la puerta de entrada al centro.

Nos habéis abierto las puertas de vuestra casa y vuestra vida, de vuestra improvisada casa e improvisada vida. No tengo palabras de agradecimiento. Me quedo sin palabras.

Mil casos nuevos de cáncer infantil al año en España. Un porcentaje de supervivencia del 70% aproximadamente. No puedo dejar de pensar en esta maldita ruleta rusa: tres de los diez chavales que he visto, no tendrán suerte. O como diría el Doctor Madero, siete de los diez que has visto, si la tendrán.

Salgo del hospital con los pies el suelo, y la cara y el alma sobre la tierra. Solo puedo desearos suerte, mucha suerte en el camino. No tengo palabras.

Jorge París