La ciudad daba la bienvenida al tan ansiado y odiado frío, al tiempo que daba cobijo a sus pequeñas hormigas… obreras y reinas…
Me habría tirado todo el día observando desde aquel balcón…
Fotografía: foto del griego "phos" (luz) y grafía del griego "graphis" y "graphos" (escribir). Escribir con la luz.
La ciudad daba la bienvenida al tan ansiado y odiado frío, al tiempo que daba cobijo a sus pequeñas hormigas… obreras y reinas…
Me habría tirado todo el día observando desde aquel balcón…
Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos
Joaquín Sabina
Lluvia, amarillo, gran vía, frío, marchito, mantita, sofá, noche, jersey, paraguas, cansancio, estornudo, castaña, sueño, mandarinas y naranjas. Otoño.
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
J.Ramón Jiménez