Fotografía: foto del griego "phos" (luz) y grafía del griego "graphis" y "graphos" (escribir). Escribir con la luz.

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Una subasta muuuuuuy interesante

Esperaban desde primera hora de la mañana en un corral improvisado junto al Palace.

Por la tarde, desfilarían una a una ante la atenta mirada de curiosos y adinerados. La subasta correría a cargo de Cristie´s.

Y no defraudaron. 231.800 euros para fines solidarios, para cinco ONG´s españolas.

Con ello se financiarán un estudio sobre obesidad infantil, otro sobre el melanoma humano, un proyecto de nutrición e información sobre el sida en Malawi, la instalación de unidades de crianza de ganado en comunidades andinas en Perú y la creación en Senegal de un hogar para niños.

La puja, emocionante. Hasta 7.500 euros se llegó a pagar por esta vaca, llamada Midnight runner.

Sus 59 hermanas tampoco quedaron lejos. La media por vaca fue de 3.800 euros, una buena cifra, según los organizadores.

Se dejaron caer por la subasta restauradores, particulares, y algún que otro personaje conocido.

Las vacas del Cow Parade se marchan. Pero seguro que las veremos en poco tiempo en algún restaurante o jardín, apadrinadas por algún afortunado solidario.

Ay, Vaca Paca…

Érase una vez una manada de vacas. Llegaban a la ciudad un quince de enero, cuando el frío y las nieves del invierno asolaban la ciudad.

Rostros alegres, pezuñas impecables, lomos brillantes llenos de colores, mensajes y vestidos… y una de ellas, destacando sobre el resto, rebosante de alegría dentro de una taza de café. Se llamaba Vaca Paca.

La alegría vacuna duró poco… y días más tarde se producía el primer secuestro de vaca. Según cuentan los testigos, un grupo de cinco jóvenes, en estado de embriaguez, pretendían secuestrar a Albertina Pinturina, cuando fueron sorprendidos en el rellano de un quinto piso (sin ascensor) con los cuatrocientos kilos de vacuno en brazos.

Albertina era ingresada en el hospital bovino habilitado al efecto, y volvía a su plaza de Lavapiés junto a Mu Pintada entre aplausos a los pocos días.

Se sucedían los días, y los intentos de secuestro. Algunas vacas jugaban sin quererlo al escondite y aparecían al amanecer en los lugares más insospechados de la ciudad.

Los fines de semana acompañaban a los jóvenes de copas, y la que estaba en la Plaza de Santa Ana apareció al día siguiente en Huertas. El hospital de vacas, público, se colapsaba, y la cita para curar vacas se convirtió en lista de espera.

Los bovinos de colores han sobrevivido estoicamente durante tres meses a roturas de patas, pintadas varias y robos de pajitas, relojes, cubos, pendientes y demás accesorios y adornos.

Turistas y vecinos de la ciudad estaban encantados. Las vacas daban un toque de alegría a la ciudad, además de una excusa perfecta para tomarse una fotografía, o entretener a los más pequeños. Preguntando a algún curioso, nos decía: “yo no las veo tan mal. Cuando estuvieron en Bilbao, acabaron en la ría”.

Vaca Paca aguantaba como una heroína al robo de sus pendientes, a las fracturas de patas traseras y delanteras… un total de siete ataques sufridos y dos ingresos hospitalarios. El pasado jueves, Vaca Paca aparecía decapitada.

Hoy se acaba la exposición de vacas. Serán subastadas con fines benéficos con un precio de salida de 1.500 euros por res. La organización del Cow Parade ha obtenido más de 13 millones de euros para fines benéficos con esta iniciativa en todo el mundo.

Habrá que pensarse muy mucho la siguiente exposición. Quizá los próximos visitantes lleguen acompañados de vigilantes de seguridad, alarmas o jaulas. Nadie contaba con que estos frágiles animales, estaban pastando libremente dentro del gran zoológico de la ciudad.