Fotografía: foto del griego "phos" (luz) y grafía del griego "graphis" y "graphos" (escribir). Escribir con la luz.

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¡Cotilla!

Asomabas la cabeza, inquieto, queriendo llamar la atención, entre tanta obra…

En busca del tesoro

Si el regreso al trabajo ya resulta complicado, hacerlo en Madrid… aún más. El alcalde sigue buscando su tesoro sin éxito, dejando un mapa de obras imposible de sortear.

Menudo turrón, del duro, al volver a casa.

Quedamos en el chirimbolo, cascarón, caleido…

El domingo será el gran día. Tras seis años en obras, la nueva Estación de Cercanías de la Puerta del Sol está lista.

155 millones de euros para recibir a más de 70.000 usuarios al día.

En marzo de este año visitamos las instalaciones de lo que sería la futura estación. Ayer lunes, la estación era ya una realidad.

La entrada a la nueva estación….

El vestíbulo…

Los accesos…

La gran caverna…

Los andenes…

El Oso y el madroño y el kilómetro cero de la Puerta del Sol ya tienen rival. A partir de ahora también quedaremos en el nuevo chirimbolo, cascarón o caleidoscopio… de la nueva Estación de Cercanías.

Habrá que ponerle nombre…

Los atascos de los políticos

Madrid respiraba. Tras el huracán obrero que tuneló parte de la ciudad hace un par de años, madrileños, no madrileños y turistas volvían a la calma en una ciudad que mejor o peor, volvía a respirar…

hasta que regresaron de nuevo las obras del Ayuntamiento, y luego las del Plan E de ZP.

El ciudadano agradece el esfuerzo de las Administraciones, puesto que hay muchas cosas que mejorar, pero volvemos a la eterna pregunta… ¿Por qué todo a la vez?

Llegaron primero las obras de Sol, Fuencarral, Sta. María de la Cabeza, O´Donell, General Ricardos, Serrano, Canillejas, Plaza de las Cortes, Plaza Castilla, Bravo Murillo y así un largo etcétera.

Y desde hace un par de semanas, las máquinas ocuparon lo que quedaba de ciudad. Lo han hecho en Colón, Recoletos, Cibeles, Neptuno, Jacometrezzo, Atocha…

Las obras, por fortuna, suelen tener fecha de caducidad. Hasta entonces, madrileños, no madrileños y turistas se habrán vuelto a acostumbrar al caos de la ciudad, que no da ni un respiro.

Lo de pasear por la ciudad, conducir o aparcar el coche, moto o bicicleta, lo dejamos para otro día…