Fotografía: foto del griego "phos" (luz) y grafía del griego "graphis" y "graphos" (escribir). Escribir con la luz.

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Cuando te quedas sin palabras

Os presento a Nico. Nico González. Tiene trece años, y se aferra a su vida, que pende de un hilo por un cáncer. Ayer nos regalaba su sonrisa y su historia, para poder ilustrar este reportaje, con una madurez a su edad, difícil de describir.

Andrea tiene once años. También tiene cáncer. Es muy tímida, y no quiere salir en las fotos. Su pubertad no quiere hacer públicos esos preciosos ojos con los que me mira continuamente. Tampoco tiene pelo, y acaba de salir de un aislamiento que le ha impedido mantener contacto alguno con el exterior de su habitación durante cuarenta días.

Y también os presento a Mari Paz, y a Olimpio. Ejemplos de madre y padre coraje respectivamente. Su vida está volcada por completo a sus frágiles hijos, y un día más, como dicen ellos, es un auténtico logro.

Aquí tenemos a Fernando, a Paco, a Lucía, a Luis… que como Nico y Andrea, también tienen cáncer. Están en la escuela del hospital, y mientras repasan la lección con la profesora, reciben su dosis de quimioterapia que les mantiene vivos.

También os presento a Pilar, Pilar Herreros. Es la Jefa de Enfermeras de la Unidad Oncológica del Hospital Niño Jesús. Nos enseña sus instalaciones con la naturalidad con la que un amigo te abre la puerta de su casa. Y la gran familia del hospital se hace patente entre auxiliares, enfermeras y personal del centro.

También os tengo que hablar del doctor Luis, Luis Madero. Es el responsable máximo de la unidad, y nos atiende rompiendo de repente la barrera que suele separar a paciente y médico. Y no me puedo dejar tampoco a Mercedes, Mercedes Hernández, la psicóloga de la unidad. Su mirada inspira confianza, y deja entrever la realidad que se vive ahí dentro.

Te presento también a todos y cada uno de los voluntarios que dan su tiempo gratuitamente, a las entidades, fundaciones y ONG´s: organizan talleres para los chavales, y quedadas para los padres. Han conseguido que su estancia en el centro hospitalario sea más llevadera con wiis y playstation, que llevan a los niños a otra dimensión, y permiten unos segundos de descanso a esos padres; redes inalámbrica para tener internet en las habitaciones, que permiten la comunicación de los chicos y padres con el mundo exterior; terrazas acristaladas junto a las habitaciones, que permiten el desahogo diario de los padres… me dejo tantas cosas…

No me quiero olvidar de Julia. Julia Benito, responsable de prensa. Es quien da la cara cuando nos recibe, quien saluda a todos y cada uno de los que allí residen, quien nos busca a una madre por los rincones del hospital donde se suele echar un cigarro para que podamos hablar con ella… quien vigila desconfiada los movimientos de mi cámara para preservar el anonimato de los inocentes… también te brillan los ojos, como al resto. Qué alegría. Eso dice mucho de una persona. Eso dice mucho de todos vosotros.

Es difícil contar con imágenes las sensaciones. Sólo puedo decir que todos los ojos con los que he hablado, brillan de una manera especial. Es una mezcla de tensión, dolor, sufrimiento y alegría al mismo tiempo. Cada minuto de vida es un éxito. Como en tantos otros hospitales, donde el reloj se para el pasar la puerta de entrada al centro.

Nos habéis abierto las puertas de vuestra casa y vuestra vida, de vuestra improvisada casa e improvisada vida. No tengo palabras de agradecimiento. Me quedo sin palabras.

Mil casos nuevos de cáncer infantil al año en España. Un porcentaje de supervivencia del 70% aproximadamente. No puedo dejar de pensar en esta maldita ruleta rusa: tres de los diez chavales que he visto, no tendrán suerte. O como diría el Doctor Madero, siete de los diez que has visto, si la tendrán.

Salgo del hospital con los pies el suelo, y la cara y el alma sobre la tierra. Solo puedo desearos suerte, mucha suerte en el camino. No tengo palabras.

Jorge París