Parece mentira, pero hace ya diez años que se estrenó la película La red social, esa en la que Jesse Eisenberg interpretaba a Mark Zuckerberg en lo que se suponía que era un biopic pero que, a una década de distancia, parece más un washing (algún tipo de washing) que otra cosa. Lo cual no deja de ser tremendamente llamativo, habida cuenta de que Facebook (ahora Meta Platforms) se fundó en 2004 en Cambridge. Seis años desde la fundación de tu empresa hasta la película de tu vida debe ser un récord.

Página de acceso a ‘The Facebook’
Facebook, que en un primer momento se llamó The Facebook (lo sabrán quienes hayan visto la película o leído al respecto), comenzó con un pequeño portal para interconectar a alumnos universitarios, como una suerte de anuario (yearbook) interactivo. Y fue, de hecho, a través de los estudiantes de varias universidades de diferentes países (en varios continentes) como consiguió crecer y expandirse.
Pero en su creación hubo más implicados, y no solo Zuckerberg, que es la cara visible y quien finalmente se quedó con el pastel. De hecho, son cuatro los nombres que se vinculan a la creación de la start up más exitosa del siglo. ¿Qué fue de esos cuatro fundadores invisibles?
Eduardo Saverin «El brasileño»
La película centra el eje de acción entre la relación de Zuckerberg y su mejor -y único- amigo, Eduardo Saverin, estudiante de económicas de origen brasileño que fue en un primer momento el director financiero de Facebook y que acabó apartado, artimañas mediantes, de la emperesa que él mismo ayudó a fundar. En 2005 (lo cuenta la película) Saverin denunció a Zuckerberg (y a facebook) por haber reducido su participación en las acciones de un 34 a un 0,3%. Después de ganar el juicio, se quedó con un pequeño porcentaje de las acciones de la empresa (fue el tercer mayor accionista).
En 2012 se mudó a Singapur (renunciando a su nacionalidad estadounidense) y en 2015 se casó, fundó B Capital (una empresa de inversión de capital de riesgo, multinacional desde un principio) y la revista Forbes le dedicó un espléndido artículo sobre «la vida después de Facebook».
Dustin Moskovitz «El destructor»
Moskovitz fue el vicepresidente de ingeniería hasta que dejó Facebook en 2008 para fundar Asana, un software de gestión de proyectos que en 2019 estaba valorada en más de 1.500 millones de dólares. Asana sentó un precedente y, en la actualidad, son muchos los portales que se presentan como «la alternativa gratuita de Asana». En 2011, aún propietario de un 6% de las acciones de Facebook, se convirtió en el multimillonario más joven del mundo, ya que es unos días más joven que el propio Zuckerberg. Según Forbes, su fortuna ronda los 10.000 millones de dólares.
Chris Hughes, «El chico de la prensa»
Por si no se nota por su mote, era el portavoz. Es conocido porque no participó en la creación de código de la aplicación ni se ocupó de los patrocinadores (o de que aquello diera dinero de ningún tipo), pero sí fue el responsable de algunas de las ideas que hicieron que la plataforma se extendiera como la pólvora entre los estudiantes. Aunque acompañó a Moskovitz y a Zuckerberg en el «famoso» viaje durante las vacaciones a Palo Alto (del que los otros dos ya no volvieron), Hughes sí volvió a la universidad para terminar sus estudios.
En 2007, dejó Facebook para ser el coordinador de redes para la campaña presidencial de Barack Obama de 2008. Consecuente con sus ideas, en 2018 publicó un libro sobre la desigualdad económica, Fair Shot: Rethinking Inequality and How We Earn, en el que anima a los millonarios (como él) a pagar más impuestos.
Andrew McCollum, «La caja fuerte»
McCollum era estudiante de informática y, al igual que Hughes, también terminó su carrera, a pesar de estar haciendo una fortuna con su participación en Facebook. McCollum fue el responsable del primer logo de la empresa y la abandonó en 2007.
De los cuatro cofundadores de Facebook es, probablemente, quien ha tenido una carrera más modesta. Fundó varias start ups como Job Spice y en 2014 se incorporó como CEO a Philo, una cadena de tv por internet que pretende funcionar como una especie de red social para compartir contenidos audiovisuales.
Por cierto, si os estáis preguntando a qué vienen los motes detrás de cada uno de ellos, aquí la respuesta: eran sus descripciones en la página «About» de The Facebook, tal como la diseñó Mark Zuckerberg «Fundador».