¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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22-M: Incertidumbre en Baleares

Baleares, donde el PP ha celebrado el viernes y el sábado pasados su convención autonómica, es uno de los más imprevisibles escenarios de batalla de cara a las elecciones del 22 de mayo próximo. Ahora gobierna el socialista Francesc Antich con apoyos muy variados, y está en la oposición el partido más votado en las anteriores autonómicas, el PP. En la formación de Mariano Rajoy creen muy probable volver al Gobierno autonómico en mayo, pero hace pocos días se les cruzó en el camino una dificultad con la que no contaban: una escisión dentro del PP, un Cascos local que se ha ido del partido y ha formado otro, al parecer con cierto tirón electoral.
El Parlamento balear tiene 59 escaños, que se eligen en cuatro circunscripciones: Mallorca, que aporta 33; Menorca, 13; Ibiza, 12; y Formentera, 1. Las islas pequeñas están sobrerrepresentadas, tienen en realidad más escaños que los que les corresponderían por población.
En las anteriores autonómicas, el PP logró 28 diputados, se quedó a 2 de la mayoría absoluta, lo que permitió al socialista Antich hacer un pacto con todo el resto de formaciones y gobernar. Una de ellas es la controvertida Unió Mallorquina, que ha resultado estos años tan salpicada de escándalos de corrupción que recientemente ha decidido disolverse como partido y fundar otro: Convergència per les Illes Balears.
El PP también se ha visto gravemente salpicado por casos de corrupción de cuando gobernaba con su anterior líder, el ex ministro Jaume Matas. Pero el nuevo dirigente popular, José Ramón Bauzá, ha reaccionado limpiando de corruptos el partido y sacando de las listas a todos los imputados (lo que no ha hecho el líder nacional Rajoy, con Camps en Valencia, por ejemplo). Con esas decisiones, Bauzá ha logrado una buena valoración por parte de los ciudadanos baleáricos y un previsión de mayoría absoluta holgada en mayo próximo. En esas estaban, cuando surgió el grano, el problema: Jaume Font, un antiguo conseller de Medio Ambiente del PP de Matas, ha dejado el partido hace un mes, acusándolo de demasiado derechista y españolista, y ha fundado la Lliga Regionalista Balear, a la que algunos estudios recientes le dan viabilidad electoral. Por si fuera poco, se especula con la posibilidad de que la Lliga vaya a las elecciones coaligada con Convergéncia, presentándose como una formación regionalista o nacionalista moderada que le disputaría al PP sus votantes más de centro.
La hipótesis ahora más razonable de que el PP no logre la mayoría absoluta le ha dado un soplo de vida al socialista Antich, que ve ahora más cerca la posibilidad de seguir gobernando.
OTROS ANÁLISIS ELECTORALES ANTE EL 22-M
Batalla clave en Castilla-La Mancha

Batalla clave en Castilla-La Mancha

María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, ha sido nombrada oficialmente el pasado fin de semana como candidata del partido a la Presidencia de Castilla-La Mancha. Era el arranque formal de una de las batallas clave de las elecciones autonómicas y municipales del próximo 22 de mayo, antesala de la madre de todas las batallas, la de las elecciones generales de 2012. «El cambio empieza aquí y luego habrá un cambio en toda España», llegó a decir Mariano Rajoy el sábado en Albacete, en la presentación de su candidata.
El PP nunca ha gobernado en Castilla-La Mancha. El PSOE lleva en el poder casi tres décadas: siete años con José María Barreda, desde 2004 hasta hoy, y 21 años con José Bono, que logró mayoría absoluta en seis elecciones consecutivas. Antes, hubo tras presidentes preautonómicos, uno del PSOE, Jesús Fuentes; y dos de la UCD, Gonzalo Payo y Antonio Fernández-Galiano. Ni el PP ni su antigua marca, AP, han logrado nunca tomar el poder castellano-manchego.
Las encuestas indican ahora que el PSOE y el PP tendrán en Castilla-La Mancha un número muy similar de votos en mayo. Pero no todos los votos valen lo mismo. Hay una explicación técnica: las Cortes de Castilla-La Mancha actuales tienen 47 diputados, de los que 26 son del PSOE y 21 del PP. Por circunscripciones, Ciudad Real y Toledo aportan 11 diputados cada una, Albacete aporta 10, Cuenca 8 y Guadalajara 7. Pero en las Cortes próximas, las que se elegirán en mayo, el número de diputados totales será de 49, dos más, por motivos demográficos, de crecimiento de la población. Y el reparto, también por población, será así: Toledo tendrá 12, Ciudad Real 11, Albacete 10, y Cuenca y Guadalajara 8 cada una. Es decir, cuatro de las provincias aportan un número par de diputados y sólo una provincia aporta un número impar: Ciudad Real. Este reparto es muy relevante: si realmente los dos grandes partidos están muy igualados en apoyo electoral, PSOE y PP se repartirían por mitades los diputados de Toledo (6 para cada uno), Albacete (5 para cada uno), Cuenca (4 para cada uno) y Guadalajara (4 para cada uno) y gobernaría quien gane en Ciudad Real, aunque sea por un solo voto popular. Un solo voto de diferencia en las urnas entre PSOE y PP daría 6 diputados a uno y 5 a otro en esa provincia; y en el total regional, 25 a uno y 24 a otro. La incertidumbre es muy grande. El presidente regional, Barreda, que nació en Ciudad Real, probablemente sea candidato por esa circunscripción. ¿El PP cree que puede ganarle allí?

No, el PP cree que puede ganar el poder… en Guadalajara o en Toledo. Considera que su ventaja sobre el PSOE en esas dos provincias -sobre todo en la primera- será tan grande que se romperá el empate en el reparto de escaños, de modo que en Guadalajara sean 5 para el PP y 3 para el PSOE y en Toledo 7 a 5. La confianza le viene al PP de la ‘madrileñización’ de ese electorado: durante el boom inmobiliario, muchas familias de la comunidad de Madrid han pasado a residir en la zona castellano-manchega del corredor del Henares (Azuqueca, Alovera, El Casar, Cabanillas, la propia Guadalajara) y en el norte de la provincia de Toledo (Seseña, Illescas…), pero han seguido trabajando y comprando y divirtiéndose en territorio gobernado por Esperanza Aguirre. Y viendo Telemadrid.

Algunos dirigentes del PP no lo ven tan claro y creen que toman demasiado riesgo en esa batalla mandando a ella a María Dolores de Cospedal. «Podemos ganar otros gobiernos autonómicos importantes, como el de Baleares o el de Aragón, o ciudades como Sevilla, y quedar como perdedores en mayo porque la número 2 del partido pierda en Castilla-La Mancha», dicen.
A tres meses de la batalla, tanto en el alto Estado Mayor del PP como en el del PSOE afinan estrategias para ese territorio. Ambos saben que está en juego mucho más que un Gobierno autonómico.

Un dilema en el PSOE

“Los votantes nos van a castigar, pero a lo mejor podemos elegir dónde nos dan el golpe y dónde no nos lo dan”. En el PSOE andan estos días haciendo cábalas y cálculos electorales. Todas las encuestas propias y ajenas, todos los estudios de que disponen, les auguran un fuerte deterioro electoral y señalan que en amplias áreas de la sociedad española se ha instalado un cierto sentimiento anti PSOE que está deseando castigar a los socialistas en las urnas, sobre todo por los últimos ocho meses de gestión de Zapatero: los de la congelación de las pensiones, la bajada de sueldo a los funcionarios, la supresión del cheque bebé y de las ayudas a los parados de larga duración sin ingresos, la reforma laboral, la reforma de las pensiones, etc. etc.

Pero algunas cabezas andan reflexionando sobre el castigo, sobre si se puede elegir cuándo y dónde recibirlo, sobre si les conviene mejor que sea en la primera gran cita electoral, en las autonómicas y locales del próximo 22 de mayo, o en la segunda, en las elecciones generales previstas para marzo de 2012. ¿Si nos amputan las extremidades salvamos el tronco?, se dicen algunos. ¿Si dejamos que el ciudadano desate su irritación y su decepción sobre los alcaldes y los presidentes autonómicos socialistas se darán por satisfechos y nos salvarán cuando toque votar para el Congreso de los Diputados y, por tanto, para el Gobierno central? ¿Daríamos así la vuelta a las encuestas para las generales, que dicen que también se va a perder La Moncloa? ¿Nos conviene jugar a ese juego?

Desde las baronías territoriales, obviamente, se ve de manera muy diferente. Si la animadversión contra el PSOE –dicen- se debe a las políticas de Zapatero y de su Gobierno, no a la gestión de los Gobiernos autonómicos y locales, no tenemos por qué comernos nosotros ese marrón. Es más, añade alguno, hay una manera muy clara de evitar que ahora, en mayo, se vote contra el PSOE de Zapatero. ¿Cómo? Si Zapatero tiene ya decidido que no será candidato en las elecciones de 2012, que lo anuncie antes del 22 de mayo. Se evitaría así, dicen, que las autonómicas y municipales se conviertan en un plebiscito sobre el propio ZP, en un voto muy negativo para el PSOE.

Algunos dirigentes regionales ya lo han sugerido al cuartel general socialista en Madrid. Los más optimistas creen incluso que quizás les hagan caso.