Los piques entre algunas ciudades españolas cercanas –y entre sus respectivos habitantes– son legendarios. La Coruña y Vigo. Oviedo y Gijón. Burgos y Valladolid. Sorprende –para bien- que dos ciudades muy grandes y tradicionalmente enfrentadas como son Sevilla (696.676 habitantes, 1,5 millones con su área metropolitana) y Málaga (566.913 habitantes, casi un millón en la conurbación) acuerden colaborar en vez de enfrentarse, trabajar y promocionarse juntas en el turismo, en las infraestructuras o en el fomento de empresas tecnológicas.
El proyecto lo lideran los respectivos alcaldes: Juan Espadas, el de Sevilla, que ha llegado a la Alcaldía en junio pasado, y Francisco de la Torre, el de Málaga, primer edil de su ciudad desde el año 2000.
Uno de ellos, Espadas, ha esbozado esta mañana en una conferencia en Madrid algunas ideas que barajan para acabar con «el catetismo» de la vieja rivalidad, y ha concluido: “Sevilla y Málaga queremos ser juntas el gran eje de la innovación del sur de Europa”.
Lo más sorprendente de todo, también para bien: Espadas es del PSOE y De la Torre es del PP.