Un petardo, un niño con autismo, un perro, otro ejemplo de animales que curan #AnimalesQueCuran

Antes de nada, os voy a pedir que leáis a esta madre, a la que conozco hace bastante por redes sociales, y que veáis el vídeo:

A continuación voy a hacer un inciso sobre algo que os he comentado muchas veces: los petardos no son sólo estresantes e incluso peligrosos para los animales domésticos y fauna silvestre, también pueden resultar terroríficos para personas con discapacidad, ancianos y convalecientes. La diversión de unos no vale más que el malestar de otros. Por eso hay cada vez más ciudades que los prohíben en su término municipal, más reglamentación y más peticiones de civismo en su uso.

Volvamos al vídeo. Emocionante, ¿verdad? Tampoco nos sorprende. Lo hemos visto más veces en distintas manifestaciones.

Este vídeo de Belén es otra pequeña muestra de que los animales nos curan, que entre todo lo que hacen por nosotros también se encuentra el mejorar nuestro bienestar.

Nos acompañan incondicionalmente; son un apoyo emocional, una compañía que de nada depende; nos impulsan a movernos, a salir a la calle, a no permanecer encerrados entre cuatro paredes; acariciarlos reduce la tensión arterial, reduce el estrés en general; cuidarlos nos hacer sentirnos útiles, necesarios, algo vital para seguir avanzando, porque ningún ser humano puede vivir como una isla.

Y pagamos esa devoción, con frecuencia cotidiana, con abandono y malos tratos. Aunque ese sea otro tema, el que asoma casi cada día en este blog.

(GTRES)

Precisamente este año la Fundación Affinity se está dedicando a concienciar sobre los #AnimalesQueCuran, centrándose en las Terapias Asistidas con Animales (TAA). Intervenciones en aumento que no pueden convertirse en una nueva vía de instrumentalización de los animales, de maltrato.

Y es algo que está pasando. Por eso las imágenes que cierran este post y estos dos textos: No es terapia con animales todo lo que reluce y ¿Cuómo elegir una buena intervención asistida con perros? ¿Y con caballos?.

Así lo cuentan desde la Fundación Affinity:

Las Terapias Asistidas con Animales de Compañía son intervenciones en las que un animal es incorporado como parte del tratamiento, con el objetivo directo de promover la mejora en las funciones físicas, psicosociales y/o cognitivas, y la integración social de las personas a las que se dirigen. Según recogen diversos estudios realizados a nivel nacional e internacional, está demostrado que estas terapias pueden ser muy efectivas en determinados colectivos.

Como programas destacados desarrollados recientemente por la Fundación cabe mencionar Buddies, dirigido a menores tutelados por la administración pública para mejorar aspectos emocionales, comunicativos y de convivencia; Perro Judicial, un proyecto piloto para acompañar a declarar al juzgado a mujeres que han sufrido violencia de género, ayudándolas a reducir su nivel de ansiedad y estrés; y un programa pionero en el mundo en prisiones, para ayudar a los presos en materia de socialización y reinserción en la sociedad.

Según Maribel Vila, Responsable de los Programas de Terapias Asistidas con Animales de la Fundación “estas terapias aportan innumerables beneficios al usuario como la reducción de la ansiedad, la mejora de la autoestima, facilita la expresión de sentimientos o la socialización, por citar algunos de ellos”.

En España, las terapias con animales no están bien reguladas por la administración y es un sector poco profesionalizado. Esto puede tener un impacto en la calidad de las intervenciones terapéuticas, en los resultados o incluso en el bienestar de los animales que participan.

Según Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity – UAB, “para que la interacción con animales pueda llamarse terapia los profesionales de la salud y/o educación deben fijar unos objetivos medibles, guiar la interacción entre el usuario y el animal y cuantificar los progresos de forma objetiva y científica. Todos los pacientes deben disponer de un Plan Terapéutico Individual, que incorpore la interacción con los animales y cuantifique los resultados.”

Arriba otro vídeo, uno en el que la Fundación recoge el caso real de una adolescente que superó una depresión severa gracias a un programa de Terapias Asistidas con Animales.

8 comentarios

  1. Dice ser Uno

    Pero aún hay humanos, a los que les divierte su sufrimiento y muerte ( de loa animales), y todavía, hay prácticas aberrantes y crueles a modo de espectáculo, que se defienden y justifican abanderando la «tradición». Para hacérselo mirar. Es vergonxzoso !

    22 marzo 2018 | 9:28

  2. Dice ser Luismi

    Mientras existan tarugos que vean gracioso hacer ruido de forma gratuita en la calle pasarán estas cosas y provocarán sufrimiento a animales y personas.

    22 marzo 2018 | 15:42

  3. Dice ser Ya

    Niño en estado grabe, al ser mordido por un, pastor Aleman

    22 marzo 2018 | 18:02

  4. Dice ser john doe

    Niño asesinado a manos de la novia de su padre… los animales no conocen la maldad, de eso nos encargamos los humanos

    22 marzo 2018 | 19:52

  5. Dice ser Micaé

    También se desencadenan crisis por oír ladrar al perro de arriba, día y noche.
    Los perros se lo hacen pasar muy mal a la gente con sus ladridos.

    22 marzo 2018 | 21:02

  6. Dice ser David

    Un perro que no para de ladrar y molesta es un perro seguramente desatendido y poco cuidado. Los mios en casa son completamente dos alfombras. Son buenos pero no son robots, tienen sus necesidades como todos.

    23 marzo 2018 | 1:34

  7. Dice ser olpi

    Me gustan los animales muchísimos, algo menos los congéneres. Odio los ruidos estruendosos durante el día o la noche y cualquier ruido en horas de descanso, odio también la violencia, procedan de donde procedan, ya sea de origen humano, canino, gatuno…..

    23 marzo 2018 | 11:15

  8. Dice ser Currito Matagatos

    Menos mal que ahora hay protectoras de animales y animalistas y todo eso. Me acuerdo cuando era pequeño que la gente iba al retiro y le echaba perritos recién nacidos a los leones. Los leones como no son veganos se comían a los perritos. Era horrible oír sus huesecillos haciendo tras tras. La sangre y las vísceras chorreaban de las fauces del león. Ahora ya no vemos tan horrorosas escenas gracias a que hay protectoras de animales y animalistas.,, mira que bien!

    23 marzo 2018 | 22:22

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