¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de mayo, 2015

El reportaje que cambió mi vida, y su segunda parte 32 años después

Un reportaje que hice en abril de 1983 en un pueblo remoto cambió mi vida. Yo tenía entonces 26 años recientes, dos hijos de 7 y 5, dos licenciaturas universitarias –en Ciencias de la Información y en Filología Hispánica-, algunas deudas y ningún empleo estable. Y un futuro profesional confuso. Francamente: no sabía a ciencia cierta a qué dedicarme.
En casa íbamos tirando como podíamos con lo que ganaba Montse, mi mujer, malpagada en una empresa pública, y con mis colaboraciones esporádicas y aún peor pagadas en distintos medios.
Montse, también de Filología, me había regalado el María Moliner y me había animado, un año antes, a que me presentara a unas oposiciones para profesor de Lengua y Literatura de enseñanza media. No sé ahora, pero para opositar en aquel entonces se necesitaba completar un Curso de Adaptación Pedagógica (CAP), y en ello estaba yo aquel abril de 1983. Era el tercer trimestre del curso, y en la parte práctica del CAP había que impartir clase. Me destinaron al Instituto Calderón de la Barca de Madrid, heredé dos grupos nocturnos de COU de Carmen Romero, la entonces mujer de Felipe González, presidente del Gobierno desde pocos meses antes. Carmen acababa de dejar las clases para irse a Moncloa a desempeñar un papel que creo que le gustaba más bien poco: de mujer del presidente, de ‘segunda dama’.
Aquella primavera estaban convocadas las segundas elecciones municipales de la democracia. Iban a celebrarse el 8 de mayo.
No solo yo, muchos jóvenes periodistas de entonces nos abríamos camino en la profesión haciendo por nuestra cuenta y riesgo reportajes o entrevistas y ofreciéndolos después, a puerta más o menos fría, en algún diario o revista con poca redacción interna y proclive a comprar colaboraciones de este tipo.
Con la campaña electoral a punto de empezar, me pregunté cuál sería el municipio independiente –no pedanía, no entidad menor- más pequeño de España, y supe de uno en Burgos, Castil de Carrias, que sólo tenía un habitante. Avisé a mi amigo Toño -Antonio Miguel Niño, el fotógrafo de Aranda de Duero con el que por entonces trabajaba aquellas historias- y viajamos a Castil, probablemente un fin de semana para no faltar yo a mis prácticas de profesor.
La de Florentino González Sáez, el único habitante de Castil de Carrias, alcalde de sí mismo y sólo de sí mismo, era una buena historia. Nos quedó bien, texto y fotos. Se la vendí a El País, al jefe de la sección España. Salió publicada el 27 de abril. Me llamó Julio Llamazares para pedirme prestada la galga Culebra para una novela en la que andaba entonces, quizás Luna de lobos o La lluvia amarilla. Y, cuando por la noche volví del instituto, me encontré en casa una nota de otra llamada al teléfono fijo. Entonces no había móviles, claro. Quien me había llamado era uno de los grandes jefes de El País.
Era ya tarde aquella noche. Al día siguiente, pude llamar o no llamar. Pero llamé.
-Oye, chaval. Tú eres el autor de ese reportaje que hemos publicado hoy del pueblo casi vacío, ¿no? ¡Está muy bien, enhorabuena! Me cuentan que quieres ser profesor de instituto. Yo creo que te equivocas. Tú puedes ser un buen periodista. Si te animas, te encargamos reportajes a menudo.
Renuncié a ser profesor y a las oposiciones. Ni me presenté. Decidí dedicarme por completo a esto, al periodismo.
Hace poco más de un mes, 32 años después de todo aquello, Toño me envió unas viejas fotos que había encontrado revisando carretes polvorientos. Sí, ese de la barba soy yo, con Florentino a la puerta de su casa en el Castil de Carrias de 1983:
 

blog

blog3

-El tiempo pasa rápido –me dijo Toño por mensaje directo de Twitter-. Florentino murió hace bastante y saquearon el pueblo al quedar abandonado.
-¡Vaya! No tenía ni idea. ¿Y si nos pasamos por allí y hacemos un nuevo reportaje? En breve, con la percha de las municipales.
Fuimos el pasado 11 de mayo, lunes. Aprovechamos el viaje para pasarnos por otro pueblo burgalés, Jaramillo Quemado, que ahora es, oficialmente, el segundo municipio español más pequeño. Cuatro habitantes.
Hacía mucho calor en los páramos y en las sierras de Burgos el pasado día 11. Me quemé, ya sin barba. Pateamos Castil de Carrias con sus ocasionales visitantes y Jaramillo Quemado con uno de sus cuatro habitantes y con el que en otoño será el quinto en el padrón:

Lo que vimos y nos contaron, lo encontrarás en las páginas 22 a 25 del número 33 de El Mensual de 20minutos. Lo hemos repartido hoy. Y aquí la versión online de ambas historias agrupadas en una.

La crisis del PP, en 16 tuits

Ada Colau, en 16 claves dichas por ella

El pasado 13 de enero, le hice una larga entrevista a Ada Colau en las oficinas de la calle Castillejos donde se montaba Guanyem Barcelona, la marca anterior de Barcelona en Comú. La publicamos el 22 de enero, íntegra en 20minutos.es y extractada en las ediciones impresas de 20minutos.
Ya aquel día dijo Colau: «Guanyem aspira a ganar las elecciones municipales en Barcelona».
La entrevista periodística -y especialmente la entrevista política- es por lo general un género perecedero. Se marchita en poco tiempo. Pero Colau dijo en aquella ocasión algunas cosas que creo que aún tienen hoy cierto interés. Te la extracto aquí, para que conozcas un poco mejor a la en breve plazo probable alcaldesa de Barcelona.

1. Qué es política. «La política para mí es ese impulso social que tenemos los humanos de juntarnos con los otros para intentar mejorar nuestras condiciones de vida. Me parece de lo más noble que puede caracterizar a un ser humano, junto con la cultura y el arte. Lamentablemente, la política profesional ha desvirtuado la política con mayúsculas. Hay que recuperar esa política usurpada por la política profesional y por la política corrupta».

2. Los orígenes. «Lo que cambió más mi forma de ver el mundo y mi forma de actuar fue seguramente las movilizaciones antiglobalización. En 2001, se organizan movilizaciones muy grandes aquí, en Barcelona, contra el Banco Mundial. Muchas inquietudes y muchas cosas que no me cuadraban de repente empezaron a tener un relato global alternativo a la globalización neoliberal. Muchas cosas que ahora se están denunciando y que se han generalizado como crítica, por ejemplo la democracia secuestrada, se empiezan a denunciar ahí. El hecho de que hay un poder económico profundamente antidemocrático que está decidiendo, cuando deberíamos estar decidiendo los ciudadanos que vamos a votar en las elecciones».

3. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). «La Plataforma ha sido de los procesos de transformación más profundos e importantes que yo haya vivido en toda mi vida política. Las acciones en los bancos, los escraches, las recogidas de firmas… Pero más allá de todas las acciones, se han conseguido muchas pequeñas grandes victorias. Paralizar miles de desahucios, cuando era impensable al principio de la crisis. Forzar a los bancos a negociar miles de daciones en pago. Alquileres sociales. Movilizar a los jueces, que es un colectivo que habitualmente no se moviliza y no se posiciona. Conseguir el apoyo de instituciones nada antisistema como el Parlamento Europeo. Se han conseguido muchas pequeñas grandes victorias, pero la gran victoria de la Plataforma en realidad ha sido demostrar el poder de la gente. Demostrar que la gente más excluida, la más ninguneada, la más culpabilizada y criminalizada, la gente expulsada del sistema, sin trabajo, sin vivienda y encima criminalizada, tienen un poder absolutamente desconocido y casi sin límites».

4. La crisis. «Igual que durante la burbuja escuchábamos 24 horas que la vivienda era la mejor y más segura de las inversiones, en cuanto estalla la crisis empezamos a escuchar por todas partes que los españoles siempre han querido vivir por encima de sus posibilidades, que todos quieren ser propietarios. Es la estigmatización de las víctimas de la crisis por parte de los propios responsables, que son evidentemente las entidades financieras y las grandes empresas inmobiliarias. Los responsables públicos, que son los que deberían haber intervenido para corregir esa situación, empiezan a hacer una versión oficial de la crisis donde básicamente la población es la gran culpable. Ahora, después de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, después del 15M, se ha cambiado ese imaginario social y esa versión oficial. Cuando empezó la crisis, lo más difícil de todo fue que las víctimas no se percibieron como víctimas, porque realmente vivían culpabilizadas y, en lugar de pensar en protestar frente a la entidad financiera o frente al responsable gubernamental, estaban pensando en tirarse por el balcón o irse del país».

5. La repolitización de la sociedad. «La crisis también ha traído cosas buenas, ha habido una repolitización de la sociedad después de años de consumismo, de individualismo y de despolitización. La gente se ha dado cuenta de que, efectivamente, solo hay democracia si la ejercemos en el día a día y no solo votando cada cuatro años».

6. El liderazgo. «Apuesto por una forma de liderazgo distribuida y con gestión colectiva. Creo que tiene mucha más potencialidad transformadora y democratizadora».

7. Mujeres. «Estamos en una sociedad que claramente es todavía hoy machista y en la política hay muy pocas mujeres en general. Desgraciadamente es la norma, y efectivamente algo pasa si cuando somos la mitad de la población y ya llevamos décadas de democracia y de educación en paridad, en cambio esa paridad no llega a la participación en la política».

8. La mafia, en las instituciones. «Quienes han gobernado las instituciones a todos los niveles (municipal, autonómico y estatal) han gobernado beneficiando los intereses de la minoría a costa de empobrecer a la mayoría en convivencia con los poderes económicos, que son corruptos». «Quien está hoy en el Gobierno está para mantener unos intereses particulares, muy determinados. Y el bienestar de la gente, la democracia, la justicia, la igualdad les traen sin cuidado y ni siquiera se ven en la necesidad de justificarse». «Una mafia organizada, el crimen organizado, se ha apoderado de nuestras instituciones en general. ¡Hay tantas pruebas ya! Los casos de corrupción no son manzanas aisladas. Son estructurales. Es evidente que hay un problema estructural que forma parte de una forma de hacer sistemática, donde hay una minoría que utiliza los recursos públicos y la capacidad de intervención pública para un beneficio privado».

9. El soberanismo. «Las fronteras nacionales es un horizonte a superar, no a reforzar. Estamos en un mundo globalizado donde las fronteras hoy solo existen para los pobres, literalmente. La valla de Melilla es una gran demostración de eso. Los ricos y las mercancías, el dinero, no tienen fronteras y se mueve de paraíso fiscal en paraíso fiscal, sin ningún límite. Mi horizonte político es superar las fronteras en general, en Cataluña, en España y en Europa». «Está claro que hay un problema con el modelo de Estado español que heredamos de una dictadura y de una transición hecha de una determinada manera. Ese modelo se ha agotado a muchos niveles, en su nivel centralista y en su relación con las periferias y con los diferentes pueblos que componen el Estado».

10. Estado aconfesional. «Un Estado democrático es un Estado laico y aconfesional, donde no haya privilegios a ninguna confesión religiosa. Con todo el respeto por las creencias religiosas, no se trata de atacar a las creencias, pero que haya instituciones que tengan un trato de privilegio y que no paguen impuestos, que reciban un montón de dinero público sin un control democrático sobre cómo se utiliza ese dinero… eso también es un déficit democrático».

11. Podemos. «Podemos es una muy buena noticia. De todas maneras, no hay que caer en el error del fetichismo de las siglas. Aquí el protagonismo es el ciudadano, aquí quien ha pegado un golpe sobre la mesa es la ciudadanía».

12. Ni revolucionarios ni radicales. «Sin haber matado a una mosca, me han llamado terrorista. Ha habido un intento de criminalización, de demonización, de situarnos como revolucionarios y radicales, cuando en realidad se están defendiendo el Estado de derecho, se está defendiendo la democracia, se está defendiendo que no haya corrupción…».

13. Los socialistas. «Hay muchísima gente honesta que ha dado toda su vida desde dentro del Partido Socialista para hacerlo lo mejor posible y se han hecho cosas bien y se han conseguido conquistas sociales en este país. No se trata de demonizar y de decir que todo es malo, pero está claro que la forma de hacer política del Partido Socialista, en esa alianza fáctica con el Partido Popular de alternancia en el bipartidismo, hoy forma parte del problema y no de la solución». «No pactaría con el PSC. Entiendo que forma parte del problema y no de la solución. No la gente, que hay muchísima gente buena y honrada que participa en el PSC y en otras formaciones. Ahora bien, quienes han diseñado esas instituciones, quienes han protagonizado los grandes casos de corrupción, evidentemente si no hacen cambios profundos no tienen credibilidad para formar parte de la solución».

14. Ciudadanos. «Veo a Ciudadanos como un intento de modernizar la derecha. Ha habido procesos de modernización de la derecha en toda Europa que a España no han llegado, y creo que Ciudadanos es básicamente eso. Es poner a gente joven con otro lenguaje más fresco, con un discurso anticorrupción, pero que, en realidad, si rascas un poco, ves que el discurso económico es exactamente el mismo. Es derecha pura y dura neoliberal. Critica la corrupción, pero aprovecha la crítica a la corrupción para decir que hay que reducir el Estado.

15. El alcalde saliente. «Creo que es un alcalde que, aunque se ofrece como la cara más dialogante y más socialdemócrata de Convergència, es un alcalde de Convergència, y Convergència es un partido del régimen, es un partido corrupto».

Y 16. La probable alcaldesa. «No me había imaginado como alcaldesa hasta hace muy poco, pero en un contexto de revolución democrática como el actual, en un proyecto colectivo como Guanyem Barcelona, donde se han implicado centenares de personas, profesionales de primer nivel de todos los temas, ahí sí me siento perfectamente capaz para liderar ese proceso».

El texto principal de la entrevista puedes verlo aquí. Y en este otro enlace, algunos datos personales de Ada Colau.

El PP necesita un plan de reinserción

Ha perdido casi dos millones y medio de votos respecto a las elecciones municipales de 2011. Uno de cada cuatro votantes se ha ido a otros partidos o se ha abstenido. Y todo indica que va a perder gran parte de su poder territorial y que muchos de sus principales dirigentes se tendrán que ir a la oposición o a su casa: Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal, José Antonio Monago, Luisa Fernanda Rudi, Rita Barberá, Alberto Fabra, José Ramón Bauzá, Juan Ignacio Zoido… El PP entra en crisis. La opinión pública le retira su confianza y le señala como el principal mal ejemplo de la vieja política. Necesita -y con urgencia- una renovación, una refundación, un plan estratégico, quizás un plan intensivo de reinserción en la sociedad.
Esta tarde, a las 17 horas, se reúne el Comité Ejecutivo Nacional del partido, del que forman parte el Comité de Dirección -Rajoy, Cospedal, Arenas, Floriano, Hernando, Barreiro y González Pons- y los ‘barones’ autonómicos: algunos de los arriba citados más Alberto Núñez Feijoo, Juan Manuel Moreno Bonilla, Alicia Sánchez Camacho, Juan Vicente Herrera… ¿Alguno de los asistentes se atreverá a hacer ante Rajoy un diagnóstico realista de lo que pasó ayer? ¿Alguno de los nombres citados puede ser el refundador, tiene trazas de líder y apoyos suficientes y no está tocado por el batacazo de ayer?
Días pasados, cuando se ponían en lo peor ante el 24M, a algunos dirigentes del PP se les arrancaba el nombre de algún delfín para Rajoy: Feijoo, Cospedal… Pero ambos han salido muy malparados de las urnas. Cospedal va a perder la presidencia de Castilla-La Mancha. Y Feijoo, que no tenía autonómicas, ha visto cómo el PP de Galicia, que él preside, pierde ciudades emblemáticas como A Coruña, Santiago o Ferrol, o diputaciones como las de A Coruña o Pontevedra. El PP de Rajoy, como dicen en voz baja alguno de sus críticos internos, es un erial de nuevos talentos políticos.
¿Moverá alguna ficha esta tarde Rajoy? ¿Moverá alguna silla? ¿Se planteará mover incluso la suya como candidato a las generales de otoño? O, como hizo tras el fracaso en las elecciones andaluzas, ¿amagará con hacer algo y apostará después de nuevo por su vieja máxima de supervivencia -«quien aguanta vence»-, para encaminarse a las elecciones generales de otoño a ver si para entonces el temporal antivieja política ha amainado un poco y salva los muebles?

Tarjeta roja al PP y otras claves del 24M

El pulso entre la vieja y la nueva política lo ha ganado claramente la segunda. A los nuevos partidos y a los viejos partidos reseteados les fue regular o bien. Al PP, la formación dominante de los años de la crisis y la corrupción, le fue muy mal. Se dio un enorme batacazo, y vio cómo el renovado PSOE recupera poder territorial y cierto impulso, si bien al tiempo este ve cómo Podemos sigue creciendo a su izquierda y lo desborda incluso en algunas grandes plazas como Madrid. También a los dos grandes partidos nuevos les arroja el 24M un saldo diferente. Para Podemos, bueno. Para Ciudadanos, agridulce. Estas son algunas de las claves que deja el 24M:
Batacazo del PP, que pierde muchos votos y muchísimo poder. En votos, la caída es severísima: en las municipales (las únicas elecciones de ayer que abarcaban toda España) le desaparecen 2,4 millones de votos (pasa de 8,47 millones en 2011 a 6 millones ahora) y más de diez puntos porcentuales (del 37,53% hace cuatro años al 27% ahora). Y pierde sobre todo poder. Cede comunidades autónomas como Extremadura, claramente, y tras los previsibles pactos de la izquierda, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón, quizás Baleares y Cantabria y, también por pactos, probablemente las alcaldías de grandes ciudades como Madrid, Valencia o Sevilla. Al PP le queda el consuelo de ser el partido más votado en las municipales, con dos puntos porcentuales sobre el PSOE, pero el aviso que los ciudadanos le han dado al partido de Rajoy y de Cospedal –que previsiblemente pierde el Gobierno castellano-manchego– es muy contundente. Al PP los españoles le han sacado tarjeta roja, tras las amarillas de las europeas de hace un año y de las andaluzas de hace dos meses. Salvo reacción rápida de Rajoy, las generales de otoño confirmarán el fin del ciclo de dominio del Partido Popular.
El PSOE renovado aguanta el tipo. Respecto a las municipales de hace cuatro años, sigue cayendo (27,8% del voto entonces, 25% ahora), pero cambia por primera vez en cuatro años la tendencia a la baja (en las europeas de hace un año se quedó en el 23%) y recupera poder territorial. En Extremadura, sin necesidad de pactos. Y si logra acuerdos a su izquierda, en todas las comunidades y algunos grandes ayuntamientos en los que el PP no suma mayorías ni con Ciudadanos. La mala noticia para el PSOE es que Podemos le pondrá duras condiciones para esos pactos, como ha hecho en Andalucía, y que en algunos territorios el partido de Pablo Iglesias ya le disputa al de Pedro Sánchez el liderazgo de la izquierda e incluso se lo arrebata.
Podemos exhibe fuerza en Barcelona y Madrid, si bien no con su propia marca, sino impulsando candidaturas populares lideradas por sendos nuevos iconos de la izquierda: Ada Colau y Manuela Carmena. En muchas otras ciudades y comunidades, Podemos tiene la llave si el PSOE quiere gobernar. Sus resultados, por lo demás, son irregulares, con territorios donde logra o ronda el 20% del voto –Aragón, 20,5%; Asturias, 19%, o Comunidad de Madrid, 18,6%– y otros donde no llega al 10%, como Castilla-La Mancha, Extremadura o Cantabria.
Ciudadanos crece más despacio de lo previsto. Hace dos meses, la formación de Albert Rivera se apuntaba un gran éxito con el 9,2% del voto en las andaluzas. Ahora supera esa marca en Barcelona, Madrid ciudad y comunidad, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla y León, Aragón… pero se queda lejos de lo que las encuestas le auguraban (en torno al 15%) y apenas tiene llaves de gobierno para el PP.
CiU es la más votada en Cataluña, pero cede muchos puntos y pierde la primacía en Barcelona, un grave contratiempo para el proyecto soberanista de Artur Mas, que ve, además, como ERC duplica sus resultados de 2011 y se le acerca.
PNV logra una victoria clara en Euskadi.
IU y, sobre todo, UPyD se convierten en formaciones marginales.

Carmena y Colau, los fenómenos de la campaña

El 19 de junio del pasado año, en la proclamación de Felipe VI, pasé muchos minutos juntó a Xavier Trias, alcalde Barcelona. Hablamos de todo, estáticos en el acto oficial. Incluso de Ada Colau, la impulsora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) que había anunciado, pocos días antes, que intentaría promover una candidatura a la Alcaldía de Barcelona. Trias (CiU) no ocultaba que estaba preocupado con la noticia. Le concedía a su todavía incipiente rival Colau una gran capacidad de recorrido y de movilización.
Once meses después, las encuestas confirman que el alcalde supo calcular a la perfección lo que se le venía encima. Todo indica que Trias y Colau llegan mañana a las urnas prácticamente empatados, y que pueden jugarse la Alcaldía de Barcelona en muy pocos votos.
Me contó hace dos semanas Pablo Iglesias, el líder de Podemos, que cuando empezó la carrera electoral para el Ayuntamiento de Madrid, las encuestas apenas le daban a Manuela Carmena «un 5% o 6%» de los votos. Muchos minimítines de barrio después, la fuerte personalidad y trayectoria personal y profesional de la candidata, el boca a oreja y el error de Esperanza Aguirre, convirtiéndola en el blanco casi exclusivo de sus ataques, han transformado a la hace apenas tres meses desconocida para el gran público Manuela Carmena en un icono popular. Alguno de los últimos sondeos publicados aseguraban ya que los apoyos a Carmena se acercaban al 30%.
Esperanza Aguirre lleva toda la campaña convencida de que su lista, la del PP, será la más votada, pero en los últimos días le ha entrado alguna duda. «No lo descarto», dice en privado cuando se le pregunta por un eventual triunfo de Carmena. Hace pocos días, también en privado, un alto dirigente del PSOE -nada afín con el candidato socialista a Madrid, Antonio Carmona- me confesaba que en la capital muchos ciudadanos están pensando que el voto útil de la izquierda es… Carmena.
Logren o no logren mañana la victoria electoral, Manuela Carmena (71 años, exjueza) y Ada Colau (41 años, «activista por los derechos humanos y la democracia», como ella misma se define) han sido los principales fenómenos de la campaña. Ambas han surgido de los movimientos ciudadanos y del compromiso social no de boquilla sino con hechos. Ambas han hecho campañas basadas en la calle y con voluntarios, y no en marketing político y con dinero. Y ambas llegan al 24M con opciones de lograr el poder en las dos principales ciudades españolas, o al menos de asustar y cambiar sus modos de hacer política a los grandes partidos tradicionales. La solución, en pocas horas.

Iglesias, Rivera y el estallido de las burbujas

Con pocos días de diferencia, los jóvenes líderes de los dos jóvenes formaciones políticas emergentes -Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos)- han cometido lo que los viejos políticos consideran un monumental error de principiante, y más en vísperas electorales: decir lo que realmente piensan.
Rivera dijo hace pocas semanas que cree que sobran proyectos de líneas de AVE, y le han llovido críticas incluso en su propio partido. Iglesias dijo ayer que hay demasiadas universidades, y le están cayendo palos sobre todo de su gremio profesional, el de la enseñanza universitaria. En ambos casos, los partidos tradicionales se regodean con el presunto error de los bisoños adversarios y lo convierten en polémica y escándalo para intentar sacarle rédito electoral.
Las críticas a decir en público lo que se piensa en privado demuestran hasta qué punto se ha falseado y envilecido nuestra vida pública y el debate político. La política tradicional, la mayor parte de los viejos partidos, han hecho de la mentira y de la impostación una práctica frecuente, central, capital. ¿No es eso «populismo», decirle al público lo que quiere oír? ¡Y además llaman «populistas» a los nuevos, que son los que, en ocasiones, le dicen al público lo que no quiere oír!
PD. Los políticos y los medios empezamos a hablar de la burbuja inmobiliaria apenas media hora antes de que estallara. Estad atentos a otras posibles burbujas grandes, medianas y pequeñas -la de las autopistas de peaje, la de los parques tecnológicos, la de los parques temáticos, la de los centros de de arte, la de los aeropuertos, la de los palacios de congresos, la de los complejos olímpicos, la de las universidades, la de las líneas de AVE…-, que algunas de ellas acabarán estallándonos en la cara por más que la vieja política mire para otro lado.

¿Qué aportó el 15M?

Anteayer, pregunté en Twitter:

Y estas fueron algunas de las respuestas:

Añade tu opinión en los comentarios

Hasta el 40% sin decidir el voto del todo

He hablado en los últimos días con dirigentes de prácticamente todos los partidos políticos con opciones de lograr representación en los ayuntamientos y comunidades autónomas que celebran elecciones en dos domingos, el próximo 24 de mayo. Todos dicen lo mismo, los que salen bien en las encuestas y los que salen menos bien o directamente mal o muy mal: «Prudencia». «El voto está muy volátil». «El volátil es el elector, que no acaba de decidirse». «El xx% está aún indeciso, sin tomar una decisión definitiva sobre el sentido de su voto». «La cocina de las encuestas está más confusa y con más humo que nunca, con tanto partido nuevo del que no hay recuerdo de voto». Y en el xx% de indecisos algunos dicen el 30% e incluso hasta el 40%. Mucho parece…
Todos coinciden, además, en su percepción de que serán pequeñas, medianas o grandes noticias de última hora que salten durante la campaña y afecten a la reputación de alguno de los candidatos o de las marcas lo que decidirá muchos miles de votos. Un escándalo o un escandalillo, una frase afortunada o una desafortunada, una metedura de pata, un rasgo de soberbia o de ostentación, un acierto, un gesto, una foto…
Rus, Aznalcóllar, Monedero, los pisos patera… Asuntos importantes o menos importantes, anecdóticos o sustanciales, estructurales o circunstanciales… van a decidir papeletas de última hora como nunca antes.
Y por si todo fuera poco, el fallo clamoroso de las encuestas en las recientes elecciones en Reino Unido como un aliento de esperanza para los que en las de aquí salen mal retratados y de toma de tierra para los que salen altos y guapos.

El rey, mejor valorado entre mujeres y mayores

Tras muchos Barómetros del CIS de silencio, el de ayer volvía a preguntar por la Monarquía y por el Rey. La institución empieza a remontar en el grado de confianza que genera, después de varios años de caída. Aún no llega al aprobado, logra una nota de 4,34 sobre 10, pero esa primera calificación de la institución con Felipe VI es meritoria dado que con Juan Carlos I la última nota cosechada fue un 3,73.
En el Barómetro hay una pregunta muy directa sobre el nuevo rey. Dice así: «A punto de cumplirse un año de su proclamación, ¿cómo valora Ud., positiva o negativamente, la forma en la que realiza su labor el Rey Felipe VI?». El 57,4% contesta que positivamente, el 17,8% que negativamente, el 17,6% no sabe y el 7,2% no contesta.
Entre los que valoran la labor de Felipe VI hay matices y diferencias muy diversas. Por ejemplo, estas:
-El rey sale mucho mejor valorado por las mujeres que por los hombres. Media de valoración positiva, 57,4%. Hombres, 53,7%. Mujeres, 60,9%. ¡Más de siete puntos porcentuales de diferencia!
-Sale muchísimo mejor entre mayores que entre jóvenes. Media general, 57,4%. Media entre población de 18 a 24 años, 45,0%. Entre población de 25 a 34 años, 48,3%. Entre población de 35 a 44 años, 54,4%. Entre población de 45 a 54 años, 56,4%. Entre población de 55 a 64 años, 61,7%. Y entre los de 65 años y más, 70,3%. Entre los dos extremos, los más jóvenes y los más mayores, más de 25 puntos porcentuales de diferencia.
-Estudiantes, agricultores y profesionales y técnicos por cuenta ajena, menos entusiastas. El CIS agrupa a la población en categorías socioeconómicas. La valoración más baja la tiene el rey ente los estudiantes (41,7% lo valoran positivamente, frente al 57,4% de media total), entre los agricultores/as -empresarios/as sin asalariados/as y miembros de cooperativas- (44,4%) y entre profesionales y técnicos/as por cuenta ajena, y cuadros medios (46,7%). Las más altas, entre población con trabajo doméstico no remunerado (74,7%) y entre jubilados y pensionistas (68,4%).
-La clase alta y media alta, también más fría con Felipe VI. El 51,4% de ellos valora positivamente al rey. (Entre el total de población, recuerda, es el 57,4%). Es el porcentaje más bajo entre las diferentes clases sociales. El más alto lo logra en las viejas clases medias (63,7%). El resto es así: Nuevas clases medias, 54,8%. Obreros/as cualificados/as, 59,6%. Obreros/as no cualificados/as, 60,9%.
-Muy bien valorado entre votantes del PP y muy mal entre los de CiU. Es el epígrafe donde se aprecian mayores diferencias de valoración de la labor de Felipe VI. La valora positivamente -recuerda- el 57,4% de la población total. La más alta, entre los que recuerdan que votaron al PP: el 81,0%. La más baja, entre los de CiU: 19,7% (¿por el proceso soberanista?). En medio, los de UPyD (69,9%), PSOE (64,2%) e IU (24,0%).
-Muy bien valorado en la derecha y mal valorado en la izquierda. En sus Barómetros, el CIS pregunta a los encuestados dónde se ubican ideológicamente en una escala en la que el 1 representa la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha. Entre los del 1 (extrema izquierda) el rey es valorado positivamente por el 30,6% y negativamente por el 46,3%. En el otro extremo, los del 10 (extrema derecha), valoración positiva del 87,1% y negativa del 3,2%. Así quedan los otros puntos. En la izquierda: En la posición 2, 35,5% positivos y 32,2% negativos. En la 3, 42,0%/30,5%. En la 4, 55,5%/16,5%. En el centro: En la posición 5, 60,9%/16,0%. En la 6, 81,9%/6,2%. En la derecha: En la posición 7, 80,0%/4,5%. En la 8, 77,1%/7,2%. En la 9, 81,5%/7,4%.
El informe completo del CIS puedes verlo aquí.