¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de mayo, 2011

El paro baja bastante en mayo

¡Buenas noticias económicas, aunque sea con cuentagotas! Esta mañana contaba la vicepresidenta Elena Salgado que las cuentas públicas están mejorando: el déficit del Estado al final del primer cuatrimestre de 2011 se ha reducido un 53% respeto al año pasado.
Pasado mañana jueves, es casi seguro que tengamos nuevos datos esparenzadores, y éstos en algo que preocupa mucho más a los ciudadanos: el empleo. El paro registrado ha bajado bastante en el mes de mayo, y la afiliación a la Seguridad Social ha crecido.
En mayo de 2010, el paro registrado en los servicios públicos de empleo se redujo en 76.223 personas, y la afiliación subió en 113.237. En la Administración se esperan datos aún mejores este mayo que acaba hoy. Una vez más, las exportaciones y el turismo van a ser los artífices del brote verde.
En el turismo, la entrada de viajeros a España y la ocupación hotelera están altas para estas fechas de la temporada, beneficiadas además por la crisis de otros países competidores como Túnez o Egipto.
En la exportación, crisis del pepino aparte, nuestras empresas están vendiendo más que nunca a nuestros principales países clientes: Alemania y el resto de zonas centroeuropeas que ya han salido de la crisis con crecimientos pujantes del consumo.
«¿Sabes dónde lo notamos?», me comentaba hace unos días un alto cargo del Gobierno. «En los transportistas. Con la atonía que hay en el consumo interior y los precios de los carburantes en cifras récord, otros años nos estarían haciendo huelgas. Ahora no nos las hacen porque las flotas de camiones españolas están con una gran carga de trabajo llevando productos nuestros a los mercados centroeuropeos».
Que dure.

La Ley de Pensiones frena las elecciones anticipadas

La semana del dedazo de las élites socialistas ha dejado a Zapatero no ya debilitado políticamente, sino casi terminal. Pero parece que no oiremos voces muy insistentes, ni siquiera en el PP, para que el presidente del Gobierno disuelva las Cortes y convoque elecciones generales anticipadas, sin esperar a marzo de 2012, que es cuando toca.
¿Por qué?
El motivo, me cuentan, es la controvertida ley que va a reformar nuestro sistema de pensiones, que, al tiempo que endurecía la jubilación de las próximas generaciones de españoles, trasmitía a los mercados financieros el mensaje de que España afrontaba sus reformas por impopulares que fueran. Al paso que lleva en su trámite parlamentario, no llegaría al BOE hasta octubre. Dicho de otra manera: si Zapatero adelanta las elecciones para, por ejemplo, otoño, las Cortes se disolverían antes de que esa ley estuviera lista para entrar en vigor, luego no habría nueva Ley de Pensiones.
¿Le interesan al PP y a Mariano Rajoy heredar esa patata caliente si, como es previsible, ganan las elecciones y llegan al Gobierno? Nada de nada. ¿Y le interesa si gana a Rubalcaba, previsible candidato del PSOE a presidente del Gobierno? Tampoco. ¿Y a Zapatero? Pues menos aún: el desgaste de opinión pública que la ley ha causado a los socialistas ya está hecho, y se lo come el presidente, que como se sabe está decidido a pasar a la historia como el estadista que se sacrificó haciendo las reformas necesarias para salvar al país. «Me cueste lo que me cueste», como él mismo dijo hace ya muchos meses.

Primarias de pega en el PSOE

En el PSOE finalmente no ha habido dedazo de Zapatero para elegir a su sucesor. Ha habido algo peor. En vez de preguntarse por qué muchos ciudadanos dieron la espalda a esas siglas el 22-M y abrir un periodo de reflexión y democracia interna, la élite del partido ha decretado el «estado de excepción», en expresión de un dirigente socialista díscolo, José Andrés Torres Mora. Un estado de excepción que ha incluido presiones a Carmen Chacón para que no fuera candidata a suceder de ZP, presiones temerarias al propio Zapatero para que él le presionara a su vez a ella y, finalmente, un dedazo corporativo del núcleo duro de la dirección socialista para que haya un candidato único: Alfredo Pérez Rubalcaba.
Lo llaman primarias, pero son de pega, de mentirijillas: despojan a los militantes socialistas de su derecho a elegir. “Es el candidato que más quiere nuestra gente”, decía José Blanco sobre Rubalcaba al comunicar el dictak de la élite. ¿Por eso no han dejado a la gente que opine?

Ayer Zapatero simulaba en público que era él quien proponía a Rubalcaba y añadía que no tiene duda alguna sobre la lealtad de su vicepresidente. Hoy Chacón elogiaba a su huidizo rival y matador. Ambos gestos, para que las heridas cierren cuanto antes y hacer un simulacro de unidad en el partido. ¡Pura política, probablemente también esta de la que repugna a los ciudadanos!

«Estado de excepción» en el PSOE, dice uno de sus dirigentes

José Andrés Torres Mora, miembro de la Ejecutiva del PSOE, amigo y ex asesor áulico de Zapatero, cree que en su partido se puede estar decretando un «estado de excepción» por el que se le quita a «las bases» su derecho a decidir para dárselo a «las élites», y aboga por negarse a dar el poder al «hombre providencial… sea cual sea la amenaza».
Atención a este párrafo:

«Yo me sentiría fracasado como dirigente de mi partido, si tuviera que decirle a mis compañeros que lo he llevado a tal situación de debilidad que para preservar su unidad es mejor que renuncien a una elección verdadera, y por tanto reñida, del candidato. Me sentiría fracasado si tuviera que decirles que lo he llevado a un estado de excepción en el que es necesario suspender los procedimientos que dan la decisión a las bases, para poner en marcha los procedimientos que dan la decisión a las élites. Y, desde luego no se me ocurriría, después de haber llevado al partido a esa situación, pedir que me dieran todo el poder a mí. Yo no creo que esta sea la situación del PSOE; pero en todo caso, no imagino una situación tan grave en la que el miedo haga a un socialista entregar su decisión a otros. Siempre que aparece un hombre providencial que nos exige que le entreguemos todo el poder para salvarnos debemos negarnos, sea cual sea la amenaza. Este es el precio que se paga por ser libre».

El artículo completo, aquí.

Rubalcaba gana la guerra interna

Lo que hay en el PSOE estos días no es un debate ideológico sobre si volver o no a las esencias del partido o sobre por qué les dan la espalda los ciudadanos, sino una cruenta guerra interna de poder, cargos y empleos en un espacio tan estrecho tras la debacle del 22-M que ya no caben en él todos los dirigentes.
El 2 de abril, cuando Zapatero anunció su retirada como candidato, dijo que no habría dedazo al elegir al nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno. Que sería democrática, mediante primarias. Se perfilaron dos candidatos, aunque no lo hicieran público: Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, y Carmen Chacón, ministra de Defensa. Algunas encuestas decían que ambos están muy bien valorados y tendrían las mismas probabilidades de ganar cuando los militantes socialistas votaran en las primarias.
El 22-M, tras la terrible derrota electoral, Zapatero insistía en las primarias. Pero no las habrá, o al menos no como estaba previsto. Las presiones sobre Chacón para que no se presentara han sido tan fuertes que esta mañana la ministra confirmaba que tenía decidido desde hace tiempo presentarse, que había elaborado un programa, que «quería encabezar un proyecto que recuperara y actualizara las señas de identidad de la socialdemocracia y aplicara la ambición de igualdad y de justicia en un contexto de crisis»… pero que daba un paso atrás y no se presentaba porque había quienes querían «un candidato único» y en los últimos días se había producido «una escalada” que, ha dicho literalmente, «pone en riesgo la unidad del partido, la autoridad del presidente del Gobierno y secretario general», la imagen colectiva del PSOE y «la estabilidad del Gobierno».
Chacón no ha dado nombres, no ha sido más explícita. Pero lo que estaba denunciando es que el otro candidato, Rubalcaba, apoyado por parte de la dirección socialista y por algunos dirigentes territoriales, le habían puesto a Zapatero y a ella en una disyuntiva. Si no se retiraba como candidata, forzarían que el Comité Federal de mañana, en vez de convocar primarias, votara la celebración de un congreso extraordinario, lo que supondría la derrota y caída del ZP secretario general socialista y quizás su caída también como jefe del Gobierno.
«Hay quienes piensan que el futuro se conquista con fuerza, y es verdad. Pero en el Partido Socialista sabemos que el futuro se conquista con fuerza y con generosidad», decía Chacón. No está claro cuáles son su futuro y el de su programa. La guerra la ha ganado Rubalcaba, que sólo podría perder el poder interno si cae por mucho en las generales frente a Rajoy. Solo otras urnas distintas a las que él no ha querido ahora le darían a ella una nueva oportunidad.

O la cabeza de Chacón o la de Zapatero

Una hipótesis sobre la guerra interna del PSOE que circula a estas horas de la mañana del jueves, víspera de la reunión mañana de Zapatero con los líderes regionales del PSOE y antevíspera del decisivo Comité Federal del sábado:
Rubalcaba y el núcleo duro de la dirección socialista (Blanco, etc.) retirarían los tanques que le han puesto en la puerta a Zapatero (forzar que el Federal del sábado vote la celebración de un congreso extraordinario, lo que supondría la derrota y caída del Zapatero secretario general y quizás su caída también como presidente del Gobierno) si a cambio Zapatero convence a Chacón de que anuncie que no será candidata y se va a unas primarias con un solo candidato: Rubalcaba.

PD. ¿Ya me sigues en twitter? Hace una hora he dicho esto:
«22M Miles d socialistas al paro. Ahora la aristocracia socialista se pelea por quién de ellos se salva, incluso apuñalando a su rey»

Presiones a Chacón para que no haya primarias en el PSOE

No habrá dedazo, la elección del nuevo candidato socialista a la presidencia del Gobierno será democrática, mediante primarias. Lo decía el propio José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 2 de abril ante el Comité Federal del PSOE, al anunciar que él no optaría a un tercer mandato como presidente. En vísperas de aquella decisión, Zapatero había sufrido muchas presiones para que sí hubiera dedazo y designara como sucesor a Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior. Ahora las presiones vuelven. Aunque Zapatero dijo ayer a la Ejecutiva socialista que el próximo sábado llevará al Comité Federal una propuesta de calendario para celebrar las primarias, destacados dirigentes del partido y varios miembros del Gobierno trabajan para que de facto no las haya. ¿Cómo? Intentando convencer a Carmen Chacón, ministra de Defensa y probable candidata, de que no se presente o de que acepte unir sus fuerzas a Rubalcaba, pero como segunda suya.
El argumento es ahora la debacle sufrida por los socialistas anteayer domingo en las elecciones municipales y autonómicas. «No podemos dar a la sociedad una imagen de formación dividida o de un Gobierno que en vez de trabajar para salir de la crisis tiene a dos de sus principales miembros enfrentados», vienen a decir los que presionan. Pero detrás de esa presión puede estar también el miedo de los partidarios de Rubalcaba a que el vicepresidente pierda las primarias. Varias encuestas recientes, hechas para otros fines, indicaban que Chacón tiene tan buena valoración como Rubalcaba en el conjunto de los ciudadanos. ¿Y entre los militantes socialistas, que serán los que voten en las primarias? Es una incógnita.
Tras el hundimiento electoral del domingo, un número creciente de socialistas comienza a hablar de refundar el partido, de recuperar de modo firme el discurso de izquierdas perdido en mayo de 2010, cuando el Gobierno de Zapatero viró de rumbo y, acuciado por la crisis económica y por el acoso de los mercados financieros sobre la deuda española, tomó medidas inequívocamente de derechas. La Ejecutiva socialista no quiso ayer abrir oficialmente ese debate convocando un congreso extraordinario, pero quizás el debate se abra ahora indirectamente por la vía de las primarias. ¿Qué votarían los militantes? ¿A Rubalcaba (varón, cántabro-madrileño, 60 años hará en julio), por seguridad, por arriesgar poco e ir sobre seguro, convencidos de que, si es el rival de Rajoy en las próximas elecciones generales, garantizaría una derrota dulce, no muy severa? ¿O a Chacón (mujer, catalana, 40 años hizo en marzo), que previsiblemente abanderará la causa de la refundación y la regeneración del partido, de la recuperación de la utopía en un mundo resignado a la uniformidad liberal?
En la historia del PSOE ha habido de todo, pero abundan los casos en que entre tradición e innovación, ha ganado lo segundo. Así llegó en 2000 al poder en el partido el joven Zapatero, cuando estaba a punto de cumplir 40 años, batiendo contra todo pronóstico al veterano José Bono, 49 años entonces.
¿Qué hará Zapatero, mantendrá el criterio de que no haya dedazo pese a las presiones de buena parte del aparato socialista a favor de Rubalcaba? ¿Aguantará las presiones Chacón? Y si finalmente hay votación, ¿por cuál de sus dos ministros se inclinará el presidente del Gobierno? «Será neutral para favorecer la integración posterior», contesta otro miembro del Gobierno.

El PSOE, refundación o riesgo de liquidación

Los detalles de la debacle electoral del domingo, barrio a barrio, mesa a mesa, han llevado hoy un desánimo aún mayor a las filas del PSOE. “El resultado tiene clarísima relación con la crisis económica tan profunda que ha tenido efectos en el estado de ánimo de los españoles”, decía Zapatero anoche. ¿Con la crisis, o con las recetas liberales anticrisis despachadas por nosotros mismos?, se preguntan algunos socialistas.
ZP descartó que vaya a anticipar elecciones, la Ejecutiva socialista ha decidido esta mañana no convocar un congreso extraordinario y sí refrendar su calendario de primarias para buscar un nuevo cabeza de cartel para las generales de 2012, pero la presión interna va a ser muy fuerte.
Hay quien sostiene que, si no hay una reacción mucho más rápida y contundente, con una refundación del partido y una vuelta a sus raíces socialdemócratas señeras, se corren incluso riesgos de supervivencia.
Con el PSOE gravemente herido y sin reaccionar y el PP tomando casi todo el poder municipal y autonómico y a las puertas de lograr el poder central, España se encaminaría a un modelo de un solo gran partido, el Partido Popular, que controlaría casi todas las instituciones y representaría a la población desde la extrema derecha hasta el centro, algunos grupos nacionalistas locales y una izquierda tan atomizada como en Italia. Allí había hace relativamente poco un centenario Partito Socialista Italiano (PSI) que en 1994 acabó disolviéndose.
Un observador me hacía ayer un paralelismo económico. “El domingo la empresa PSOE entró en concurso de acreedores. Si no se la hace reaccionar, tras las próximas generales puede entrar en liquidación”.
La empresa, por cierto, tenía varios miles de empleados trabajando en consejerías, diputaciones, ayuntamientos… Muchos pueden perder en breve el empleo, lo que complicará aún más la grave situación interna socialista.

Del bipartidismo al partido y medio

La victoria del PP en las elecciones autonómicas y municipales es contundente, mucho más de lo que vaticinaban las encuestas, y previsiblemente abre en el PSOE una crisis de alcance incalculable. Ya no hay dos grandes partidos en España. Hay uno y medio. El PSOE entonó anoche el final de uno de sus ciclos históricos, el del zapaterismo. Aunque quizás no fue ayer cuando se produjo el final, quizás fue hace un año, cuando, acuciado por la crisis económica generalizada y por el acoso de los mercados financieros, el líder socialista y su Gobierno emprendieron un viraje de sus políticas económicas y sociales que su electorado no le han perdonado. 
La victoria del PP es por aplastamiento. La derrota del PSOE es severísima. En las municipales, que se celebraban en toda España, el partido de Mariano Rajoy le saca 9,5 puntos porcentuales y más de 2 millones de votos al partido de Zapatero, y arrebata a los socialistas algunas de las pocas grandes ciudades que aún les quedaban: Sevilla, Palma de Mallorca, A Coruña, quizás Zaragoza… En las autonómicas, el PP mantiene de modo holgado sus grandes feudos (Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Murcia, La Rioja…), le quita al PSOE los gobiernos de Baleares y Castilla-La Mancha, y puede arrebatarle con pactos también el de Aragón. A los socialistas, así, sólo les queda el Gobierno de tres autonomías, Euskadi y Andalucía, que no celebraban ayer comicios, y Extremadura, con pacto. Los socialistas es más que probable que pierdan Asturias y ceden también su principal ayuntamiento, el de Barcelona, que gobernará CiU.
Con esta debacle socialista, el PP previsiblemente insitirá a Zapatero que disuelva de inmediato las Cortes y adelante las elecciones generales, previstas en principio para marzo del 2012. ¿Cederá el presidente del Gobierno? Es improbable, esta misma noche ha descartado el adelanto electoral. Tiene razones para intentar aguantar.
Por un lado, los socialistas aún no cuentan con su candidato para esa cita, después de que a primeros de abril pasado anunciara el propio Zapatero que él no lo será. Los socialistas aún no han decidido formalmente cuándo celebrarán las primarias de las que saldrá su candidato, previsiblemente lo harán el próximo sábado, 28 de mayo.
Por otra parte, los dirigentes socialistas creen que, recibido ayer el durísimo castigo del electorado por sus pecados antisociales, sus posibilidades de no salir derrotados en las generales aumentarán cuanto más tarde se celebren. Creen que, si llegan a marzo de 2012, la economía y el empleo habrán mejorado, y sus expectativas aumentarán.
¿El que gana las municipales gana las generales siguientes? Pues durante tres ciclos seguidos así fue. En 1995, el PP ganó las municipales y se impuso después en las generales de 1996. En 1999/2000, pasó lo mismo: ambas las ganó el PP. En el siguiente ciclo, el PSOE ganó también ambas: las municipales de 2003 y las generales de 2004. Pero la serie se quebró en el último ciclo: el PP ganó al PSOE por 156.000 votos las municipales de 2007, pero el PSOE ganó al PP las generales de 2008 por casi 900.000 votos. ¿Qué ocurrirá en las próximas generales? Todo apunta a favor del PP, aunque mejore la economía: los 2 millones de votos de diferencia que las listas de Rajoy sobre las listas de Zapatero son mucha distancia.
Además del PP, hay otros ganadores en las elecciones de ayer. El principal, Bildu, que logra en el País Vasco casi tantos votos como el PNV e irrumpe con fuerza en las instituciones municipales y forales vascas y en las navarras. También UPyD, que entra tanto en el ayuntamiento de la ciudad de Madrid como en la Asamblea regional madrileña. CiU, que se hace con Barcelona tras 32 años de alcalde socialista. Francisco Álvarez Cascos, que consigue más votos y escaños en las autonómicas de Asturias que su ex partido, el PP, y tiene la llave del Gobierno del Principado. Y en menor medida IU, que sube en votos, pero pierde Córdoba, su mayor alcaldía.
Hay también otros ganadores. Los ciudadanos que fueron a votar en blanco, más de 555.000; y en menor medida, porque no se sabe cuántos eran intencionados, los más de 362.000 votos nulos. Un mar de ciudadanos que quieren intervenir en la vida pública, pero que no han encontrado partidos o políticos a los que confiar su voto.

22M. Hay partido en los sitios clave

Los datos de participación de las 18 horas indican lo mismo que los de las 14: hay partido, hay batalla en los sitios claves donde los electores están decidiendo si el poder cambia de manos, del PSOE al PP, o no lo hace: Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura, Asturias… La participación es, en general, mayor que en 2007. Hay movilización.
En algunos, sospecho que el resultado parece que va a ser muy estrecho.
«Hace una semana, hubiera apostado por un hundimiento del PSOE. Ahora no tanto», me dice un experto.
Veremos.