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Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

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Las 10 razones por las que el experto de Bankia discrepa de los peritos del BdE

Este lunes llegó a la Audiencia Nacional el esperado contrainforme pericial de Bankia en respuesta a los dos informes de los peritos del Banco de España, que básicamente señalaban que las cuentas de BFA-Bankia presentaban errores tales que hacían que la contabilidad no reflejara la verdadera situación de la entidad. Esta primera contrapericia (vendrán más) está firmada por el catedrático de Economía Financiera y Contabilidad Leandro Cañibano, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Torre Bankia

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En su extenso informe, el profesor Cañibano dice no compartir la opinión de los dos inspectores del Banco de España a pesar de que reconoce su «competencia profesional» y su preparación técnica. En su opinión tanto las cuentas relativas al ejercicio 2011 formuladas en marzo de 2012 (con unos beneficios de 309 millones), como las reformuladas en mayo de 2012 (que arrojaron unas pérdidas de 2.907 millones) eran buenas, y si daban resultados tan dispares fue por la evolución de la economía y la aparición de nueva información. En esencia, este catedrático de contabilidad resume sus divergencias en 10 puntos:

«1) La utilización, inadecuada a nuestro modo de ver, del término error, cuya interpretación no se hace por referencia a la información disponible en el momento en que se formula la información financiera sino que, por el contrario, se refiere a datos obtenidos y a circunstancias conocidas con posterioridad.

2) La, también a nuestro modo de ver, incorrecta interpretación de los motivos que, según el Código de Comercio, pueden llevar a la reformulación de las cuentas anuales, mantenida expresamente por uno de los peritos y subyacente de manera tácita en el informe del segundo de ellos.

3) La ausencia de referencia a la provisión genérica, que cubre el deterioro de valor de varias partidas, especialmente las relativas a la inversión crediticia, y que debería haberse tenido en cuenta si se mantiene (opinión que no compartimos) que los ajustes son correcciones de errores de ejercicios anteriores y no cambios de estimaciones contables, de modo que siendo el importe de los ajustes propuestos por los peritos a causa de pretendidos errores, inferior a las provisiones genéricas existentes, tales ajustes no habrían tenido incidencia ni en el patrimonio ni en el resultado del ejercicio de las dos entidades, Bankia y BFA.

4) La utilización de un crédito lineal por trimestres para la imputación de los deterioros correspondientes a 2011 no es coherente con la evolución real de la economía española durante ese año.

5) La equivocación en que incurren al considerar que los ajustes en BFA tienen efectos patrimoniales en Bankia.

6) El carácter subjetivo de las conclusiones de los peritos, que más parecen basadas en conjeturas y en opiniones personales que en datos obtenidos empíricamente y adecuadamente contrastados.

7) La valoración o clasificación incorrecta de algunas partidas, entre las que merecen especial mención las rúbricas de activos por impuestos diferidos e intereses minoritarios procedentes de BISA.

8) El olvido de alguna norma contable y la incorrecta aplicación de otras, incurriendo incluso en desaciertos conceptuales.

9) La existencia de algún grado de confusión en cuanto a fechas o entidades a las que se refieren los ajustes propuestos por los peritos.

10) La utilización de muestras estadísticamente poco significativas

Este documento crítico con los informes periciales se une así a a varias de las alegaciones presentadas por algunas de las partes (que mencionamos en este blog aquí y aquí) y a un informe interno del Banco de España que aún permanece en secreto pero que presumiblemente será incluido en la causa. Además, por lo que ha podido conocer este periodista, también la CNMV tendría otro documento preparado contradiciendo la versión de los peritos, y asegurando que la salida a Bolsa de Bankia se hizo de acuerdo con la legalidad. La propia CNMV ha preferido no comentar nada al respecto a preguntas de este periodista.

Nuevas alegaciones a los informes de los peritos en Bankia: Las cuentas no podían reflejar «pérdidas esperadas»

A la espera de que se presenten los informes contrapericiales que presumiblemente presentarán casi todas las partes personadas en el caso Bankia, siguen llegando a la Audiencia Nacional alegaciones e informes que tratan de desmontar total o parcialmente algunas de las conclusiones de los dos peritos nombrados por el Banco de España, quienes habían resuelto que las cuentas de la entidad, tanto en su salida a Bolsa como posteriormente hasta la reformulación de mayo de 2012 no reflejaban «la imagen fiel de la entidad».

Bankia

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Hace apenas una semana hablábamos de las alegaciones de la propia Bankia y de su matriz, BFA. Lógicamente, quieren defender la legalidad de sus actos y librarse de cualquier posible responsabilidad civil por la salida a Bolsa y posterior nacionalización. Así que ambas entidades controladas por el Estado (vía FROB) han presentado recursos razonados que contradicen a los peritos y advierten al juez de las «discrepancias e incoherencias» de sus dos informes: Sus informes expresan «apreciaciones subjetivas que admiten más de una interpretación», obvian la existencia de unas provisiones genéricas de 2.757 millones de euros, uno habla de un ajuste de 1.192 millones en la cartera de inversión crediticia y otro de 653 millones

Otra de las alegaciones que mencionamos en este blog fue la de la exconsejera independiente Araceli Mora, antiguo miembro del Comité de Auditoría y Cumplimiento (CAC) y quien dimitió tras conocer las intenciones de Goirigolzarri de reformular las cuentas de 2011 con la intención de presentar pérdidas no reflejadas en las cuentas formuladas por el anterior equipo gestor. Pues esta antigua consejera, experta internacional en auditoría y contabilidad, ha remitido otro escrito al juez Andreu en el que plantea un buen número de dudas metodológicas sobre los citados informes de los peritos. El documento, al que ha tenido acceso este periodista, consta de 42 densas páginas, y entre otras cosas alega que:

  • Los peritos no han seguido la normativa internacional vigente para evaluar las cuentas consolidadas del grupo Bankia. Según explica, en este caso rigen las Normas Internaciones de Información Financiera (NIC/NIIF), y no las normas del Banco de España, que sin embargo habrían aplicado los peritos para sus trabajos. De esta contradicción entre contabilidad y supervisión y sus consecuencias respecto al sector financiero ya he hablado en otro post. ¿En este caso, en qué se diferencian? En aspectos esenciales para la causa, como son las pérdidas esperadas (que no se han producido efectivamente): «En el caso de la estimación de las pérdidas por deterioro (lo que el BdE denomina provisiones) ambas normas difieren sustancialmente», ya que la primera las «prohíbe expresamente» mientras que el BdE las «incluye expresamente».
  • Los peritos no parecen haber tenido en cuenta que los activos y pasivos de las antiguas cajas de ahorro pasaron a agregarse en BFA después de que unos expertos independientes (AFI, Deloitte, PwC y BDO, entre otros) les aplicaran un descuento sobre su valor en libros del 43%, toda vez que se aplicó un nuevo criterio requerido por ley: El de «valor razonable». Es decir, la normativa obligaba, y así se hizo, a reevaluar los activos de las cajas que iban a formar parte de BFA. Así, «cualquier potencial error en la valoración de estos activos que existiera en las antiguas cajas por no aplicar correctamente los criterios de valoración de deterioro (…) es teóricamente irrelevante para las cuentas de las nuevas entidades que surgen tras el SIP» (BFA y Bankia). Es decir, que si se detectaron errores no fue en ningún caso responsabilidad de BFA-Bankia y sus consejeros, sino en todo caso de los gestores de las antiguas cajas. Y que además, se aplicaron criterios erróneos para analizar las cuentas de BFA y Bankia, toda vez que se aplicaron criterios basados en la normativa del BdE y no en base al criterio de «valor razonable», que era el que según esta exconsejera debía regir. «Cualquier conclusión sobre errores de valoración en 2011, cuando esos acreditados ya están primero en BFA y luego en parte en Bankia, que no tenga en cuenta esa reducción [del 43%] que se produjo en la puesta a valor razonable, es necesariamente incorrecta», alega.
  • Basan su argumento de que había «errores contables» para una reformulación que ellos mismos tildan de «incorrecta». A pesar de que los propios peritos reconocieron en sede judicial que los ajustes llevados a cabo en las cuentas reformuladas eran incorrectos «en su justificación» y «en su imputación temporal», así como discutibles » en su cuatificación», los peritos parecen darlos por buenos finalmente y basan en ellos su conclusión de que existían errores contables del pasado no reflejados en las cuentas de 2011. Con esta operación, justificada sobre hechos sobrevenidos posteriores y recomendaciones de organismos internacionales como el FMI, se pasó de un saldo positivo de 306 millones de euros a un resultado negativo de -2.977 millones de euros tras la reformulación de Goirigolzarri y su equipo. En su opinión, los propios peritos reconocen que se aplicó de forma incorrecta la normativa contable para las cuentas consolidadas de BFA y Bankia, de forma que cualquier hecho sobrevenido tendría que haberse reflejado en las cuentas del ejercicio 2012, y no en las de 2011, ya que «lo único que puede motivar una reformulación es un error», según indican en sus informes. Los inspectores del BdE detectan algunas partidas específicamente erróneas según su criterio, si bien estas cantidades no suman en ningún caso una cantidad como la de la reformulación, que sin embargo dan por buena. «A esta defensa le resulta cuanto menos sorprendente que ambos peritos, que de hecho no cuantifican ese supuesto error inversión por inversión de los acreditados analizados específicamente por ellos de los papeles del auditor, finalmente cuantifiquen el error en el cálculo del deterioro acumulado de inversiones crediticias en 1.859 millones de euros brutos, es decir, exactamente la cifra de la reformulación, esa misma que ellos han calificado de injustificada y discutible», alega la defensa de la exconsejera.
  • Los inmuebles estaban valorados a valor «razonable» necesariamente por lo menos desde diciembre de 2010, como ya se ha explicado. Por tanto, otra de las alegaciones trata de desmentir que hubiera por tanto activos inmobiliarios sin valoraciones actualizadas. Es más, se contraponen el dato de la caída del precio de la vivienda según el INE (7,4%-9,4%) con el deterioro «en el que se supone que incurre en 2011 según la reformulación, que de hecho imputa al ejercicio 2011 una caída del valor de los inmuebles de más del 50%«, argumentan desde la defensa.
  • Imputar «al resultado contable del ejercicio 2011 un error de valoración que se hubiera cometido en ejercicios anteriores a 2011 es contrario a la normativa contable» y eso está reconocido por los propios peritos aunque luego se contradigan, según la representación de Araceli Mora.

El documento continúa con otras apreciaciones de este mismo tenor. Será el juez el que tenga que dar credibilidad a unos o a otros. Entiendo que son temas complejos y asuntos muy técnicos, pero creo que merece la pena atender a unos y otros argumentos. Hay mucho dinero público en juego. Seguiremos informando.

Llegan las primeras alegaciones al informe de los peritos sobre Bankia: Las cuentas eran «perfectamente coherentes»

Apenas un mes después de que el informe de los peritos del Banco de España sobre las cuentas de BFA-Bankia diera un vuelco a la causa judicial que instruye el magistrado Fernando Andreu, llegan a la Audiencia Nacional las primeras alegaciones sobre el mismo. La verdad es que plantean serias y razonables dudas metodológicas y de fondo sobre muchas de las interpretaciones y conclusiones de los dos expertos independientes. No lo tendrá nada fácil el juez para tomar una decisión.

Torre Bankia

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Especialmente interesante me parece la alegación presentada por la exconsejera de Bankia Araceli Mora, algo de que lo ya se ha hecho también eco Jorge Zuloaga en Expansión. Interesante porque ella fue la única consejera que se negó a avalar la reformulación de cuentas aprobada por Goirigolzarri el 25 de mayo de 2012 (que pasaba las cuentas de 2011 de un beneficio de unos 300 millones a pérdidas por más de 3.000) y porque es una de las mayores expertas españolas y europeas sobre materia contable (es catedrática universitaria en esta materia). El texto que sus abogados han solicitado que se incluya a la instrucción es por tanto el de una especialista con tanto conocimiento sobre la materia (o más) que los propios inspectores.

Ya existían unas cuentas previas: Para empezar, esta exconsejera sitúa lo que ella considera que es la responsabilidad de cada uno. Así, explica que cuando llegó a la entidad (el 16 de junio de 2011) ya existían unas primeras cuentas auditadas previamente por Deloitte (correspondientes al primer trimestres de 2011) y, presumiblemente, avaladas tanto por los órganos de control internos, como por expertos independientes y los propios reguladores. Estas primeras cuentas ya habían servido además «para la conformación de los estados contables incorporados al folleto de emisión previo a la salida a Bolsa de Bankia», argumenta. Es decir, que los nuevos administradores independientes llegados a Bankia con la salida a Bolsa ya debían trabajar sobre unas cuentas, en teoría, sólidas y visadas, y todas las cuentas que habrían de llegar posteriormente a la fuerza deberían guardar una cierta coherencia con las mismas. No olvidemos que para conformar estas primeras cuentas se contó con la ayuda de dos entidades independientes como Analistas Financieros (AFI) y BDO, además de la propia Deloitte.

¿Quién hizo las cuentas y quién debió haber detectado los errores? Especialmente interesante es también la alegación que la exconsejera Mora desarrolla sobre las posibles responsabilidades de unos y otros acerca de la elaboración de las cuentas y la posible detección de errores en las mismas. Los peritos apuntaban a que los administradores y gestores tenían la experiencia y capacidad de detectar si los deterioros crediticios eran mayores de los realmente reflejados. Sin embargo, tal como explica esta antigua administradora de Bankia, no estaba entre sus atribuciones «clasificar los créditos ni calcular su potencial deterioro, ni por supuesto hacer tasaciones de inmuebles». Era esta una responsabilidad en todo caso de los departamentos de Auditoría Interna, Intervención General y Seguimiento y Recuperaciones. Curiosamente, y tal y como resalta esta académica en su escrito, estos departamentos internos no sufrieron cambio alguno* entre la formulación de cuentas del 28 de marzo y la reformulación del 25 de mayo. El único cambio entonces fue en el comité de dirección, con la llegada del presidente José Ignacio Goirigolzarri y su mano derecha, José Sevilla. En todo caso, dice, los errores en las cuentas los cometerían estos departamentos, y era responsabilidad de los consejeros el comprobar si las cuentas en su conjunto guardaban coherencia con los datos, en relación a las cuentas presentadas anteriormente y después de haber conocido las conclusiones de los auditores. «Muy sorprendente» en este sentido es a su entender, además, que los peritos en su informe no mencionen entre quienes presuntamente podrían no haber detectado los errores contables que ellos sí detectaron a los miembros del equipo de inspección del Banco de España empotrado en Bankia. Y es que tal como muestran los informes de entonces y tal y como declararon sus responsables ya en sede judicial, los inspectores que trabajaban diariamente en una planta del banco consideraban que las cuentas presentadas y formuladas por la entidad eran fundamentalmente correctas y estaban ajustadas a la normativa. De esto mismo más o menos hablé yo en un anterior post; y es que el BdE ha estado detrás de todo lo ocurrido en BFA-Bankia desde el principio, lo que provoca una especial sorpresa si de lo que hablamos es de unas cuentas falseadas.

Según Deloitte, la entidad estaba «¡sobreprovisionada!». Uno de estos misterios que no sé si llegaré a entender algún día. Resulta que en las alegaciones presentadas por Deloitte en relación al expediente abierto por el ICAC ante su supuesta falta de independencia en BFA-Bankia (ya que auditaba y a la vez hacía labores de asesoría), la firma auditora explica que las carteras de créditos de Bankia a 31 de marzo de 2011 y a 30 de junio de 2011 no solo no estaban mal contabilizadas, sino que a la luz de las exigencias regulatorias de entonces y de los datos que se conocían, estaban incluso «sobreprovisionadas». Es decir, que al contrario que lo que concluyeron los peritos en sus informes, entonces el ladrillo de Bankia estaba valorado incluso por debajo de lo que era estrictamente legal. Otra de las afirmaciones que se ponen en cuestión es la de que las valoraciones de las carteras inmobiliarias en Bankia no estaban actualizadas, lo que según los peritos llevó a que estuvieran sobrevaloradas. Pues bien, según consta en la alegación de la propia Deloitte (que curiosamente luego suscribió la reformulación) los «activos correspondientes a inmuebles se habían valorado en un periodo de tres a seis meses anteriores» y por tanto provisionados o reclasificados de acuerdo a estas valoraciones.

Las cuentas que ahora se cuestionan eran «perfectamente coherentes». La antigua consejera independiente de Bankia asegura que tanto el auditor como la propia Comisión de Auditoría y Cumplimiento (CAC) a la que pertenecía consideraban que las cuentas relativas al ejercicio 2011 (que posteriormente fueron reformuladas por Goirigolzarri) eran «perfectamente coherentes con la información auditada de partida». Esto puede parecer una chorrada, pero es básico que las cuentas, los deterioros y las provisiones de una entidad financiera guarden cierta coherencia y una evolución lógica (por muy negativa que sea) en el tiempo. Por ejemplo: es lógico y coherente que el deterioro (y por lo tanto las pérdidas) de una cartera crediticia tan grande como la de Bankia evoluciones más o menos en paralelo a la del conjunto del sector bancario, o de sus principales competidores. Una evolución muy distinta, tanto para un lado como para el otro podrían ser signos de un exceso de optimismo o de pesimismo en las valoraciones de esos créditos. Por contra, Araceli Mora explica que, tal como la propia Deloitte señaló ante el ICAC, «el incremento de activos dudosos de Bankia-Bancaja durante el segundo trimestre de 2011 se encontraba alineado con el crecimiento de activos dudosos experimentado por el sistema financiero español en dicho periodo».

En resumen, la conclusión es similar a la que mantuve yo desde que conocimos los informes de los peritos: Que si lo damos por bueno, es gravísimo lo que afirman, ya que no se trataría tan solo de un falseamiento de las cuentas de BFA-Bankia desde su misma creación, sino que implicaría necesariamente la colaboración por acción y omisión de decenas de organismos y entidades independientes, así como de cientos de personas. Queda poco para que los peritos comparezcan ante el juez y puedan testificar, ratificar sus argumentos y ser sometidos a preguntas de las partes. Ese sí que será un momento decisivo en esta instrucción (me temo).

*EDITO: En realidad, con la llegada de Goirigolzarri sí que hubo cambios en departamentos internos de BFA-Bankia. En concreto, los directores de Auditoría Interna y de Riesgos fueron cesados el 16 de mayo de 2012. Además, cabe aclarar que el interventor de Bankia llegó a la entidad en agosto de 2011, después de la salida a Bolsa. Es decir, que las cuentas visadas por éste no tenían relación con las anteriores.

Dos años de rescate (I): El consejo de Bankia supo solo dos meses antes de la intervención que Bancaja era una ‘bomba de relojería’

Esta semana se cumplen dos años desde que el Gobierno pidiera el rescate a nuestros socios europeos con el fin de sufragar el coste de la reestructuración del sistema financiero. La nacionalización de BFA-Bankia y la posterior reformulación de cuentas dieron como resultado unas necesidades de capital de más de 19.000 millones de euros, un coste entonces inasumible para España, que entonces se encontraba en el centro de todas las miradas por parte de inversores y autoridades internacionales.

Dos años tras los que seguimos sin conocer qué ocurrió realmente en BFA-Bankia, entidad que ahora, tras las inyecciones de capital público y tras provisionar todo lo provisionable, está instalada en los beneficios. La versión oficial, la que se ha generalizado en la opinión pública, apunta a la politización de sus administradores como la principal problema, con Caja Madrid, Blesa y Rato como máximos exponentes. Según esta versión, fue su codicia y su falta de pericia y conocimiento las que llenaron el balance de la caja de activos tóxicos, que acabaron por volver a la entidad insolvente. Pero, ¿es esta versión la verdad?

Unos documentos internos de BFA-Bankia a los que ha tenido acceso este periodista muestran una realidad que matiza mucho esta versión. Se trata del Informe de Morosidad a 29 de febrero, elaborado por la Dirección General Financiera y Riesgos y remitido al Consejo de Administración el 16 de marzo de 2012. Es decir, apenas dos meses después el Ministerio de Economía intervendría la entidad, forzando la marcha del hasta entonces presidente, Rodrigo Rato, y apoyando en su lugar a José Ignacio Goirigolzarri, que posteriormente reformularía las cuentas y nombraría a un nuevo equipo gestor y administrador.

El documento no tiene desperdicio y muestra cómo en apenas unos meses el aumento de la morosidad se disparaba en Bancaja, muy por encima del resto, lo que obligaba a la entidad a un consumo de capital cada vez mayor. Según este informe secreto, la morosidad de BFA-Bankia entre diciembre de 2010 y diciembre de 2011 se había incrementado en 4.094 millones de euros, alrededor de un 30% en apenas un año. De este montante total, más de 3.155 millones de morosidad (el 77%) procedían exclusivamente de la caja valenciana dirigida por José Luis Olivas (ver gráfico inferior). En Caja Madrid, que tenía un balance de más del doble, la morosidad aportada a BFA-Bankia apenas alcanzaba los 292 millones de euros, y había crecido un 6,8% en un año. Una cifra más o menos en sintonía con el resto del sector.

bancaja morosidad

En 2012 España regresó de lleno a la recesión económica y aquello tuvo su repercusión en las cifras de morosidad del sector financiero, que aceleraba el deterioro de sus balances. Así, entre el 31 de diciembre de 2011 y el 29 de febrero de 2012 la mora de BFA-Bankia se incrementó en otros 641 millones de euros. Y de nuevo, Bancaja acumulaba más del 70% del deterioro: Unos 450 millones del agujero procedían de las inversiones de la caja dominada por el PP valenciano.

bancaja mora

En total, más de 3.500 millones de euros de morosidad en apenas 14 meses. Por mucho que la situación económica se hubiera deteriorado en el sector financiero, que lo hizo, este incremento brutal de la morosidad es difícil de explicar. ¿Qué diferencia había entre Bancaja y el resto de cajas? Pues algunas, asociadas sobre todo a su ámbito geográfico: En su balance pesaba mucho más aún la inversión inmobiliaria de sol y playa, no solo en hipotecas de segunda vivienda (que suelen tener más morosidad que las primeras), sino en créditos a promotores. Precisamente el sector de la promoción inmobiliaria fue uno de los que presentó antes concursos de acreedores y se vieron obligados a cerrar el negocio. En resumen, el balance de Bancaja era más frágil, comparativamente, que el del conjunto.

Se trata de una mora que, curiosamente, comenzó a aflorar solo una vez que la fusión de Bancaja con Caja Madrid y las otras cinco entidades, así como la salida a Bolsa, fueron un hecho. Conviene recordar que la integración de Bancaja en el SIP que acabaría formando Bankia fue una medida impulsada por el mismísimo MAFO, gobernador del Banco de España, que reunió de urgencia a Rato y a Olivas, les prestó su propio despacho y les forzó a llegar a un acuerdo. ¿Eran las cuentas de entonces fiables?

Tanto el BdE como la auditora (Deloitte) dieron su visto bueno a las cuentas de Bancaja con las que ésta procedió a integrarse en BFA y con las que posteriormente se embarcó en la salida a Bolsa. El supervisor incluso alabó las competencias del equipo directivo de la entidad. Meses después afloraba una morosidad muy por encima de la media del sector. ¿Casualidad? ¿Conocían los estos problemas los encargados de velar por que las cuentas reflejaran el verdadero estado de la entidad? ¿No los detectaron por falta de diligencia? ¿Los ocultaron fiando su solución a la futura entrada de inversores y capital? No es por sospechar, pero algo parecido YA PASÓ con el Banco de Valencia, entidad presidida también por Olivas, y el auditor y el banco acabaron imputados.

Este descubrimiento de morosidad oculta en apenas unos meses provocó en su momento todo un cataclismo en BFA-Bankia. Tanto que el entonces presidente, Rodrigo Rato, envió a uno de sus hombres de más confianza (José Manuel Fernández Norniella) a Valencia con el fin de que investigara a fondo el origen y las causas de estos inesperados problemas. De lo que descubrió allí no se ha conocido gran cosa, ya que la intervención pública de la caja forzó el cambio de gestores antes de que se resolviera nada. Eso sí, las desavenencias entre los dirigentes de la caja madrileña y la valenciana provocaron la dimisión de Olivas en mayo de 2012, quien anteriormente ya había dimitido también a finales de 2011 por el escándalo de Banco de Valencia.

El nuevo equipo dirigido por Goirigolzarri también ha visto cosas raras en Bancaja, toda vez que ha remitido más de una docena de posibles prácticas delictivas practicadas en la entidad, algunas de ellas relacionadas con su expresidente. Así, la Audiencia Nacional sospecha que el quebranto de las mismas para BFA-Bankia podría haber superado los 330 millones de euros. En este mismo periodo, que se sepa, no está siendo tramitada por la Fiscalía ninguna denuncia contra los antiguos gestores de Caja Madrid. No se trata de buscar culpables, se trata de analizar cuáles fueron los verdaderos problemas, con el fin de que no se vuelvan a repetir.