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Los abusos en el caso de los maristas no son «cosas de críos»

Por J. Mit Pau

El profesor acusado de abusos sexuales, en la Ciutat de la Justicia (ACN).

El profesor acusado de abusos sexuales. (ACN)

Un tercer hermano Marista de Barcelona ha confesado actos de pederastia, afirmando que entonces lo consideraba “como una cosa de críos”. Es verdad que, incluso durante el franquismo, los toqueteos sexuales entre críos solían ser mirados con indulgencia, como en casi todas las sociedades tradicionales, preocupadas sólo de lo relacionado con la reproducción. Esto llevaba a mirar también con indulgencia –como en Grecia- los contactos sexuales entre adulto y niño, al no ser reproductivos.

Sin embargo, el caso de ese Marista (y de otros 16 maristas docentes ya denunciados, el mayor escándalo al respecto en España) es completamente distinto. Porque él se dedicaba a educar y vivía en una ideología aterrorizadora que condenaba a penas infernales eternas esos actos; y su posición de maestro en la escuela añadía como agravante una fuerte violencia moral, una violación de la libertad del alumno, circunstancias que hacen especialmente repugnante, imperdonable, su abuso, exigiendo que recaiga sobre él todo el peso ejemplarizante de la ley.

 

 

1 comentario

  1. Dice ser Pepe Zarco Cañadillas

    LA SOLUCIÓN: ACABAR CON EL CONTRATO INDEFINIDO DEL DOCENTE PÚBLICO
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    …En efecto, J. Mit Pau. Ese tipo de actos no tienen perdón de Dios. Por todos esos agravantes que usted ha mencionado: 1º) Educar y vivir en una ideología aterradora. 2º) Su posición de maestros. 3º) Violencia moral y violación de la libertad del alumno. Y si me permite, por un cuarto motivo aún más grave que todos los anteriores juntos. Y le digo: 4º) Porque esos sinvergüenzas eran profesores de una escuela concertada. Es decir, de una institución que recibía subvenciones públicas.
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    …Esto significa que la educación pública, no sólo no funciona, sino que está llena de docentes perturbados, poseídos y de tendencias sexuales aberrantes. Lo cual viene a unirse a la ineptitud de muchos muchísimos de ellos para la función docente. Y aquí, cualquiera que haya estado en una institución pública me dará la razón. La mayoría de los docentes de la pública son incompetentes, cenizos, catetos (entendiendo por ‘cateto’ no al dignísimo provinciano, sino al analfabeto en tecnologías, idiomas extranjeros, razonamiento matemático, educación en valores y psicopedagogía), rufianes, violentos, necios y negados para el noble arte de enseñar.
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    …Esta doble característica del docente público (inepto y pervertido) se debe a tres razones: 1ª) Fueron seleccionados o bien por un método que no garantiza la formación del docente (la oposiciones públicas memorísticas) o bien a través de Bolsa e interinato. 2ª) La falta de inspección pública para ser vigilados en sus funciones y 3ª) Su situación profesional excesivamente cómoda y regalada, que les permite desertar de sus funciones y olvidarse de buscar la excelencia cada año como profesores.
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    …Y si me permite le voy a recordar los privilegios de que disfruta este sector, y que supone una de las brechas aún pendientes por eliminar entre la empresa pública y privada. Mientras los docentes de la privada tienen contratos eventuales (como ocurre en las mejores universidades del mundo Yale, Oxford, Princeton, Hardvard, Cambridge…, lo que obliga a sus profesores a superarse día a día para ganarse una nueva renovación de sus contratos) aquí nuestros docentes de la pública tienen:
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    …1) Trabajo vitalicio. 2) 2 pagas extra al año. 3) Buen sueldo revisado periódicamente (sueldo, trienios, quinquenios, retribuciones complementarias), 4) Horario delicioso (35 horas semanales; tardes libres). 5) No existen los despidos. 6) Vacaciones pagadas. 7) 6 días anuales de asuntos propios. 8) Absentismo laboral, fines de semana libres, desayunos prolongados. 9) Faltas fácilmente justificables. 10) Derechos laborales muy muy garantizados (jubilación, cotización en la Seguridad Social, igualdad salarial para hombres y mujeres, flexibilidad en el vestir, etc.)
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    …Sin vigilancias gubernamentales, exento de todo castigo social y envilecido por la falta de incentivos profesionales, el docente público tiende a la dejación de sus funciones y a la degradación neurológica. Dejando de ser persona para convertirse en un ser degradado y sin principios. Así pues, cuando no dispone de una mujer a mano para satisfacer sus instintos, busca a un muchachito, a un menor, para que la sustituya o, si no, a un hombre o a una prostituta. Aunque lo más frecuente son los episodios pederastas con alumnos.
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    …Y si usted me permite he aquí un dato documentado de lo que digo. Marañón distinguía 4 variedades de homosexualidad: la completa y duradera, la latente, la profesional (chaperos) y la de los neuróticos. Pues bien, la de los docentes públicos correspondería a esta última variedad. (Y le transcribo las palabras del inminente médico y neurólogo:) ‘’A la de individuos que, a lo largo de su vida profesional cómoda, desarrollan un comportamiento atípico, inmoral y primitivo, que, en muchas ocasiones, llega al delito sexual con menores, aprovechándose de su grado de superioridad en el colegio, mediante amenazas, extorsiones o chantajes.’’
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    …Esto amigo J. Mit Pau, se podría evitar retirándoles su condición de funcionarios fijos por otra más eventual y mal pagada. Como el resto de los mortales.

    15 marzo 2016 | 11:01

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