Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Loles Vives: la eterna bala de la velocidad española

En Julio de 1973 se inscrustaba en la élite del atletismo nacional una menuda niña prodigio, Loles Vives. La velocista nacida en Manresa había conseguido 12″3 manuales. Sin haber cumplido los dieciséis años era subcampeona de España de cien metros lisos y apuntaba más allá de los 5,20m en salto de longitud. Había buenas expectativas para  una de aquellas atletas bajitas y potentes de la incipiente velocidad española. Después, un parón en una progresión que, en atletismo, no siempre es lineal. Como ella comenta, hubo bajones de forma.  Y es que se mantuvo en competición en categoría absoluta hasta los 28.

El ciclo de apertura del atletismo español estaba en 1979 a punto de dar un paso adelante. España competía en un nivel internacional ‘B’. Los seleccionados de la época competían en las denominadas Universiadas o en la Westathletic, un encuentro deportivo sin los deportistas del Telón de Acero y sin la losa de las locomotoras  estatales en lanzamientos o velocidad. Eran los titanes de la generación del 57/58, gente que hizo de padre espiritual de los chicos de Barcelona’92. Los velocistas Ángel Heras, Javier Moracho y Carlos Sala en las vallas, marchadores de hierro, Benjamín y Jose Luis González y Jose Manuel Abascal en las vueltas a la pista o el saltador Antonio Corgos. Las chicas pugnaban por alcanzar la internacionalidad un peldaño más abajo dado que la herencia del franquismo había mandado a las mujeres a las catacumbas del deporte. ¿Cómo salir del ‘techo ‘?

El dominio de la ex-RDA era evidente.  Muchas velocistas, con posteriores historiales de dopaje masivoEra la época en la que el sprint puro estaba polarizado entre las velocistas americanas y las complejas historias detrás del Telón de Acero. La Europa del Este dominaba desde su concepción del deporte-Estado y empleaba las armas que fueran necesarias para derrotar al enemigo capitalista. Se vivía un apasionante duelo entre la líder mundial, Marlies Gohr, de la República Democrática Alemana, y la estadounidense Evelyn Ashford, una bala bajita con cañones en las piernas.

11.99

En la prueba que determina la mujer más rápida del planeta estaban rompiéndose ya los once segundos. Marlies Gohr lograba en Dresde unos 10,88 eléctricos (en algunas pruebas de los años 70 aún se tenía cronometraje manual) y abría las puertas a las velocidades del futuro, como un 9.90 en hombres. En España la barrera de los doce segundos en cien metros femeninos equivalía al primer partido de Amaya Valdemoro en la WNBA, a un título del circuito LPGA de una golfista como Azahara Muñoz.

En España los títulos nacionales en 100 metros se enjugaban alrededor de ese margen de los doce segundos. Las contendientes eran, por un lado, la longeva sprinter Lourdes Valdor que con 18 años ya ganaría con 12.4 en 1972 y por otro Ela Cifuentes, que consiguió con la ayuda del viento 11.9 o Yolanda Oroz y sus manuales 11.8 ventosos. Todas mordiendo esa barrera. Todas queriendo dar un salto adelante y entrar en el mismo segundo de las inalcanzables y entrenadísimas europas del Este. Quizá la apuesta más cercana por romper la barrera era Valdor, que con condiciones favorables y viento a favor correría el 13 de Agosto por primera vez bajo ese tiempo en el estado Serrahima, en un día de verano tormentoso en esa montaña mágica de Montjüic. Pero el viento es el principal enemigo del velocista puro, irónicamente. Casi cinco metros de velocidad de viento invalidaban la marca. La cántabra confirmaría en años sucesivos la evolución de la prueba y dominaría las tablas de ránking hasta la llegada de la principesca Teresa Rioné.

Vives habla de una barrera mental:

Lo curioso fue que tras hacerlo yo, muy pronto otras lo consiguieron. Fue como romper una barrera psicológica. En aquella época, las atletas españolas estábamos muy poco valoradas y salvo alguna excepción teníamos un gran complejo de inferioridad cuando salíamos a competir por Europa.


Foto: Archivo Loles Vives.

Pero tres semanas antes Loles Vives daba un golpe en la mesa en un quince de Julio, durante los campeonatos de Cataluña. El piso recalentado y el tartan ondulante del Serrahima la ven volar con una marca 11.99. Loles es así la primera velocista española que baja de los doce segundos. La grada abarrotada (antes se llenaban los estadios) es testigo de la némesis del trabajo del esprinter. El momento en que todo el entrenamiento recibe una justa recompensa y los tobillos parecen impulsar un poco más, el trabajo del tren superior parece perfecto… Todos tenemos en mente esos momentos de ingravidez que repiten los vídeos de los corredores a cámara lenta. Loles coronaba las listas de la velocidad en 1979.

El duelo entre Vives y Valdor se prolonga durante todo 1980. La primera, en estado de gracia, encadena tres meses excelentes. En Mayo bate el récord de España por tres centésimas. En Junio lo coloca en 11.95 y llega Julio con la temporada lanzada. Es año olímpico y, aunque la mínima para los Juegos de Moscú queda lejos, la del Bagés resta otras catorce centésimas a la mejor marca absoluta. En un año se ha pasado de 12.00 a 11.81. Pero llegan los Campeonatos de España y Loles pasa a ser tercera. La rosada pista del estado Vallehermoso regala en la sesión del Viernes un tiempo sensacional y Lourdes Valdor recupera el trono con 11.80. Un mazazo para Vives, que se queda en discretos 12.2.

La revancha llega con el mágico discurrir del tiempo.

Diez años sin practicar atletismo a alto nivel y una vida enfocada a  completar sus estudios universitarios y el nacimiento de su primer hijo. Casada con Martí Perarnau, periodista y también atleta internacional, era inevitable que el ambiente atlético, las competiciones en televisión y las tertulias deportivas estuvieran demasiado cerca. Vives regresa tras sus últimos 12.0 logrados con 27 años. Comienza con el exigente entrenamiento para salto de longitud con cuarenta años y se planta en 5.40m, su marca con dieciocho.

Un conocimiento excelente del propio cuerpo y el paso de los años lleva a Vives a los primeros lugares del atletismo veterano. En 2013 mantiene el salto por encima de los cinco metros. Ha perdido algo de resistencia pura y en cien metros cuesta mantener los trece segundos pero trabaja a tope en la explosividad pura. Aún así, ha hecho unos magníficos test sobre la recta completa y se convierte en la primera española que baja de 13.00 con cuarenta y nueve años.


Foto: NacioDigital.cat

Tal y como se encarga de recordarle su entrenador, Alexis Sánchez: «no por entrenar más, correrás más rápido».

A mis 55 años esta frase debo tomarla al pie de la letra (no siempre lo he hecho) porque excederse en las cargas de entrenamiento supone un alto riesgo de lesión. Cuando eres mayor los parones y las recuperaciones castigan mucho más y te hacen perder muchas décimas de segundo. Por eso, entreno duro, pero siempre con un punto de prudencia, evitando ejercicios de riesgo y cuidando mucho el descanso. Sin embargo, a pesar de todas las precauciones, las lesiones siempre están al acecho, pero mientras pueda ir superándolas estaré al pie del cañón.

El trabajo da sus frutos. En 2007 bate el récord del mundo femenino de 60 metros en pista cubierta para W50. 8″01 con cincuenta años. Con veintiséis corría en la recta de la pista cubierta solamente una centésima más rápido. La bióloga y especialista en dietética y nutrición busca sus puntos fuertes y los trabaja. Seis años después mantiene una salida pegada al material sintético y unos primeros apoyos magníficos. Pasa el tiempo y conserva los 8″42 que perduran como la mujer más rápida del planeta con más de cincuenta años.

Hace treinta y tres años que se rompía una barrera en el atletismo español. La protagonista está empeñada en que no se olvide la importancia del trabajo metódico y está restando valor a aquellos once segundos. Lo ha sustituido por la fórmula de la eterna juventud.

Larga vida a la chica bajita de Manresa.

Microentrevistas: Nunca correré… (III)

Continuamos. Ya sabéis, queremos comprender qué tiene el correr, tan apasionante para nosotros pero tan aburrido o potencialmente evitable para muchos. Recordemos que la validez científica de estas preguntas es cero coma cinco.

Hemos enviado nuestras dudas – sibilinas, dice él con humor – a un caballero que vive inmerso en el deporteJavier Cabrerizo es una de las figuras que aparecen en televisión de manera tangencial pero que quizá no reparemos en ellas. Cuando enfocan a un banquillo en un partido de la liga profesional de baloncesto (ACB, ahora Liga Endesa, y así hasta el final de los tiempos) las cámaras enfocan tipos con traje y corbata, rodeados de enormes deportistas que saltan, corren y chocan entre sí con la potencia de los tanques. Cabrerizo es uno de ellos. El pelirrojo de oro del club Asefa Estudiantes es la garantía final del staff de entrenadores del ‘Estu’.

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Delegado y team manager. La pizarra eterna del banquillo. Se encarga de dar brillo al engranaje del banquillo colegial, de coordinar detalles que pasan desapercibidos para los demás, de que esos bestiales cuerpos de más de dos metros puedan colgarse del aro, bombardear la canasta enemiga o encajar un bloqueo de ciento veinte kilos en la ayuda de una defensa.

Vive rodeado de deportistas profesionales. Los ve entrenar, está presente en su preparación física, los ve crecer técnicamente. Pero … tampoco corre (ni pretendemos convencerle de que lo haga).

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Javi, ¿corres?

Sólo cuando es necesario. No es algo que me llame mucho la atención pero cuando hay que hacerlo, se hace.

A tu edad, ¿te consideras ya caso perdido para probar a correr?

No porque suelo practicar deporte habitualmente. No a diario, que es lo que me gustaría, pero no creo que sea un caso perdido. Además estoy rodeado de “runners” en la familia, amigos… Igual un día me da el venazo y me convierto en uno de ellos, aunque lo veo complicado.

¿Crees que esto del running es una moda o un sincero ejercicio de la sociedad para ponerse en forma?

Es una forma de vida que cada vez tiene más adeptos. No te voy a decir que me dé envidia, pero como amante del deporte, me gusta ver “runners” por Madrid. Lo veo muy bien.

¿Una infancia dura en Educación Física en el colegio sería la excusa perfecta para no correr?

No porque mi infancia ha sido muy buena a todos los niveles. En mi colegio, no sólo se hacían los principales deportes si no que además se practicaban algunos alternativos muy chulos. Es sólo que prefiero jugar al baloncesto o practicar otro deporte antes que salir a correr. Donde esté un balón de baloncesto, que se quite todo lo demás.

Algún otro deporte te podría servir como puente… en Estudiantes asistes a todos los entrenamientos de la plantilla ACB

Estudiantes es mi vida, y aunque esté presente en casi todos los entrenamientos, no me pica el gusanillo de ponerme a correr. Me apetece más echarme unos tiros o jugarme una pachanga.

Entonces, ¿no piensas entrar al trapo y salir al trote?

No, casi que prefiero salir en contraataque y dejar una bandeja.

¿Aceptarías una potencial pareja sabiendo que el/ella sí es apasionado seguidor del running?

¿Y por qué no?

¿Qué prefieres leer u oír? ¿’running’ o mejor ‘salir a correr’?

Leer y salir a correr. Si podemos mantener un término de nuestra lengua, no vamos a evitarlo.

Y, claro, ni por esas.

Lo siento, pero te va a ser difícil convencerme. Y mira que algunos lo han intentado más persuasivamente, pero nada.

En esta sociedad tan tonta y esteticista, ¿aceptarías correr como remedio rápido para mejorar tu apariencia física?.

Creo que por suerte, hay muchas otras formas para mejorar tu apariencia física además de correr.

¿Qué te sugiere oír en el rellano de la escalera: “Natividad, cierra la puerta que me voy a correr”?

Jajaja, pues eso, que se va a echar unas carreritas…

¿Abominas de su propaganda o simplemente correr y tú vivís esferas paralelas?

No es que vivamos esferas paralelas, sólo estamos a unos kilómetros de distancia.

Entonces, si tuvieras que ordenar las palabras “cafelito”, “sudar” y “glamour”…

Difícil ordenarlas sobre todo porque los que me conocen saben que no me gusta el café y no soy muy de glamour, pero… me quedo con sudar, cafelito/cervecita y “glamour”.

Dime cómo podría argumentar en tu propia contra. Quizá así el próximo entrevistado…

Si no nos recuperamos de la crisis, la gente va a tener que empezar a dejar el coche en casa y no podrá utilizar tampoco el transporte público debido a su precio. Correr puede ser una buena opción para ir donde uno quiera. Llegará algo sudado, pero es una opción económica.

Sugiéreme con toda la maldad del mundo alguien para la próxima microentrevista.

Mariano Rajoy. Como dicen que cuando uno corre piensa mucho y abre su mente, tal y como está el país igual le viene bien salir a correr para reflexionar sobre todos los problemas que tenemos y a los que no ponen soluciones…

Gracias mil y un placer, señor Cabrerizo.

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 Fotos: Juan Pelegrin.

En España los mejores corredores de montaña del mundo: los Tarahumara

Los corredores de montaña más famosos de la tierra están en España. No son fibrosos keniatas o etíopes acostumbrados a volar por la pista o el asfalto. Un grupo de corredores tarahumara están en nuestro país para participar en el CSP Penyagolosa, de Penyagolosa Trails.

Serán 115 kilómetros por las sierras de Castellón. Se parecen un poco a las barrancas áridas donde las aldeas de estos indígenas mexicanos sobreviven. Se superarán desniveles alucinantes (5.400m de desnivel de ascenso) a los que están acostumbrados por su tradición corredora.

Si quieres saber más sobre su larga historia haz clic en este enlace. Podrás descubrir por qué han inspirado al mundo del trail, se han escrito libros sobre ellos (el famoso Born to Run) o qué son las huarache, las famosísimas sandalias artesanales con las que corren monte arriba y abajo.

En Madrid estuvo el gran Sergio Mayayo entrevistándoles. Aquí está la exclusiva. Es necesario que se difunda la realidad de este pueblo que en vías de la extinción. Las malas cosechas, un medio casi de subsistencia y la pobreza casi extrema hace que estén corriendo para conseguir premios que aporten alimento y dinero a sus aldeas. Y vienen a por todas.

En acción sobre sus barrancas.

Observa cómo se hacen sus propias zapatillas/sandalias artesanales en este vídeo.

Maratón de Barcelona. Quedan pocos días para la gran fiesta

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Luisa piensa que esta semana va a discurrir demasiado despacio. Se mirará las pulsaciones. Cada café le sabrá como si fuera el último. Los pronósticos de tiempo para Barcelona serán siempre ilusionantes pero también sofocantes.

Luisa tiene un dorsal para el Zurich Marató de Barcelona.

La chica de la sonrisa (en la foto, durante su participación en la marató de 2012) corre muchas mañanas por Diagonal hasta el mar, hasta la vela y al llegar ve que todavía no está lleno de gente. Y es que no es Domingo 17. Las simulaciones de cada fin de semana son tristes decorados vacíos. Ella lo conoce de su paso en la segunda parte de la carrera del año pasado en que hizo unos fabulosos 4h30.

Ella no sabe que aquella zona, en los recorridos de los maratones de los años ochenta, era una trasera a la que nadie en su sano juicio acercaba el recorrido. Sí se pasaba de manera tangencial por algunos sectores de Diagonal y se incidía mucho en las ediciones como la que corrimos desde Mataró a la cima olímpica de Montjuïc. Pero puedo asegurar a Luisa que aquello era un erial. Eran los estertores de una relación que terminó con ruptura. Como un mal matrimonio. Por su cabeza podemos asegurar que ni pasaba por su cabeza correr cuarenta y dos kilómetros.

Probablemente en aquellos años ella desconociera que se celebraba uno en la ciudad. La promoción era escasa.

Las mejoras de la ciudad de las eternas mejoras.

El domingo Luisa correrá su segudo maratón. El año pasado se le salía la alegría por los poros porque terminó en su debut sobre el mejor de los guiones posibles. Ni el mejor escritor podía haber regalado a la chica del pelo recogido una película así. Barcelona le ofrecía la posibilidad de una prueba con miles de personas. Lució el sol para templar su cansancio. Porque correr un maratón cansa. Le dolieron las piernas lo justo y a las pocas semanas estaba de nuevo soñando por la carretera de Mongat, soñando con que pasasen los doce meses lo más rápido posible.

Más de película: Su empresa patrocina la prueba y se propone sacar a Barcelona a la calle. Los ánimos de la joven agencia donde trabaja Luisa saltan por los pasillos, por las salas de reuniones. En cada despacho hay un fan de los maratonianos como ella. Tanto la ciudad como los patrocinadores han entendido que los eventos deportivos de masa dan a la ciudad más que quitan.

Luisa y sus compañeros de aventura tendrán el respaldo de la gente. Ahora sí salen a animar. Se calcula que en 2012 hubo unos 200.000 espectadores. Salen solos, con los niños, a comprar el pan o el periódico, o en grupos organizados y aglutinados por la prueba. El año pasado, por primera vez, hubo gente que se quedó sin posibilidad de ayudar. En 2013 ciento ochenta voluntarios de Zurich Seguros estarán en el recorrido. En el kilómetro treinta, sus compañeros estarán en una carpa propia, justo cuando se nubla la vista y ni siquiera se perciben las viejas chimeneas de Sant Adriá. Si a un corredor le falta más, puestos y charangas y grupos más o menos informales jalonarán los últimos diez kilómetros.

«Hasta el veinte hay bastante público. Es una pasada correr a las diez de la mañana por la ciudad y ya ver público pero, a partir del treinta, ¡es increíble»

Hay que cortar el entusiasmo de Luisa. Porque ni siquiera es Lunes y, de seguir así, llegará a sufrir un colapso emocional antes del Jueves. Y queremos que el Domingo 17 esté en la plaza de España dispuesta a disfrutar como lo hace cuando surge su tema preferido.

Su marató.

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Foto: Marató Barcelona.

Microentrevistas: «Nunca correré…» (II)

Segunda entrega. Sigamos ahondando en comprender qué hay de este mundo que no atrae. Cuanto más conozcamos nuestros defectos… más avergonzados podremos sentirnos. Para los más vitriólicos lectores, sí. Es un formato estándar de preguntas. Haceos a la idea que os habéis drogado profundamente y apenas recordáis si el insulso planteamiento (y plano y sin valor estadístico) de esta microentrevista lo habéis leído ya en la entrevista anterior o si circula como un deja vu en vuestro cerebro.

Sobre las vergüenzas. Es posible también que esta vergüenza propia nos lleve a salir a correr con más espíritu crítico. O presumiendo que el planeta está en nuestra contra. Esto ya sería para que nos adscribiéramos directamente en un blog de psicoterapia.

Que posiblemente también nos haga falta.

Copyright Javier ArcenillasEntrevistamos a Javier Arcenillas, uno de los fotógrafos más nombrados de la nueva hornada. Premios ‘Arts Press Award’, ‘Kodak Young Photographer’ y ‘Premio Mingote de Fotografía 2012’. Ha expuesto su trabajo en PHE11 FotoEspaña. Tampoco corre (endemismo a extinguir, o no).

Pregunta: Javi, ¿corres?

Claro, de la policía en manifestaciones, de los Sicarios en Centroamerica y sobre todo de los problemas, pero al parecer voy siempre mas despacio que ellos…

[P]: A tu edad, ¿te consideras ya caso perdido para probar a correr?

No, pero supongo que no tengo la excitación necesaria para ello, me motivan más otras cosas

[P]: ¿Crees que esto del running es una moda o un sincero ejercicio de la sociedad para ponerse en forma?

Hay de todo, conozco personas que para ellos es mas normal que comer y otras que en sus ideas y planteamientos solo está guardar la línea…

[P]: ¿Una infancia dura en Educación Física en el colegio sería la excusa perfecta para no correr?

No lo creo, a pesar de que personalmente en el colegio (antes claro está) la típica gimnasia era lo mas aburrido del mundo.

[P]: Algún otro deporte te podría servir como puente… fotografiarás un montón de ellos.

Siempre hice Baloncesto, Escalada y diversos deportes de puro riesgo pero mas por la exaltación de las hormonas que por un puro placer de practicarlos. Probados todos, ya no me parecieron tan extraordinarios. Fotograficamente realizo bastantes maratones, cross y actividades deportivas cada año, supongo que ese estrés por trabajar también con el deporte no me hace verlo de la misma forma de los que compiten en él.

[P]: Entonces, ¿no piensas entrar al trapo y salir al trote?

Creo que no, jajajaja.

[P]: ¿Aceptarías una potencial pareja sabiendo que el/ella sí es apasionado seguidor del running?

Claro que sí, sin duda.

[P]: ¿Qué prefieres leer u oir? ¿’running’ o mejor ‘salir a correr’?

Salir a correr y running significan lo mismo si sabes inglés.

[P]: Y, claro, ni por esas.

(Carcajadas) Ni por esas.

[P]: En esta sociedad tan tonta y esteticista, ¿aceptarías correr como remedio rápido para mejorar tu apariencia física?.

Me importa la capacidad de pensar y de hacer mas que la de aparentar. Pero los grandes deportistas suelen, digo suelen, ser grandes personas. El deporte es una de las extensiones del alma que se acepta, se comparte o se practica

[P]: ¿Qué te sugiere oir en el rellano de la escalera: «Natividad, cierra la puerta que me voy a correr»?

(Decir que esta pregunta está siendo muy aplaudida por los entrevistados. Javier se monda) Jaja, algo muy español…

[P]: ¿Abominas de su propaganda o simplemente correr y tú vivís esferas paralelas?

Esa es la palabra exacta, vivimos en realidades paralelas.

[P]: Entonces, si tuvieras que ordenar las palabras «cafelito», «sudar» y «glamour»…

Acepto las tres sin dudas ni remordimientos, todo a su justo tiempo y medida.

[P]: Dime cómo podría argumentar en tu propia contra. Quizá así el próximo entrevistado…

Mira, yo por solidaridad, empatía y rebeldía me pongo a correr.

[P]: Sugiéreme con toda la maldad del mundo alguien para la próxima microentrevista.

Alguien de letras que corra…. esa sí es una gran entrevista.

Microentrevistas: «Nunca correré…» (I)

Reconciliémonos con quien no nos comprende, ni comparte o apenas muestra simpatía por correr. Hay gente que no y es que no. Pero ¿qué les lleva a no plantearse siquiera probar? Aprendamos de sus disensiones para pillarles desprevenidos algún día o, al menos, tener argumentos para discutir con ese compañero de oficina o amiga.

De este gremio es David Vivancos, un prometedor escritor de microficciones (de su Blog Grimas y Leyendas surgió Cruentos Ejemplares, 2012, Ed. Seleer) y que tuvo el honor de ser escogido como conejillo de indias para la primera microentrevista. La verdad sea dicha, un poco al azar, entre mis amistades. Y que no corre ni trota ni se confiesa pro- o anti-correr. Cosas de literatos.

En este sentido tengo que decir que sí, que también tengo amigos que me ven como un emplasto caído de otra constelación. Tiro de él para ametrallarle con esta entrevista que ha salido de mi cabeza mientras otros discutían sobre si la San Silvestre Vallecana es un negocio o no. O sea, corriendo.

Miedo me da.

Pregunta: David, ¿corres?

Ni hablar.

[P]: A tu edad, ¿te consideras ya caso perdido para probar a correr?

Un caso perdido. No habría sabido expresarlo de mejor manera.

[P]: ¿Crees que esto del running es una moda o un sincero ejercicio de la sociedad para
ponerse en forma?

No, no creo que sea una moda. Entiendo que es demasiado sacrificado. Tampoco pienso que sea un sincero ejercicio de la sociedad. Dejémoslo en que es un ejercicio de una parte de la sociedad para ponerse en forma. Una parte minoritaria, a mi entender.

[P]: ¿Una infancia dura en Educación Física en el colegio?

Durísima. Todavía no he podido escapar al olor del gimnasio, ya sabes, del cuero del potro y de las colchonetas. Me persigue, lo tengo aquí metido. Cuando veo un plinto o unas espalderas me estremezco. Oír esos nombres me pone los pelos de punta. En mi colegio se estilaba lo que se llamaba la hoja de disciplina, donde el profesor anotaba diariamente los desmanes de los alumnos. No presentar las tareas, cosas así. Tuve el honor de ser uno de los pocos mencionados por el profesor de gimnasia, un tipo sañudo
con pasado benemérito. “Ojo, bajísimo rendimiento”, decía la nota. ¿Cómo olvidarla?
Todo eso acabó al llegar al instituto, donde nos hacían tirar a canasta, dar volteretas, saltar a la comba y poco más y dejé atrás, definitivamente, todas aquellas prácticas sádicas que me ocasionaron unos cuantos suspensos en el colegio.

[P]: Algún otro deporte te podría servir como puente… Eres fan del fútbol de base.

Más que del fútbol base, al que yo asocio a equipos cadetes, infantiles o juveniles, soy seguidor del fútbol territorial o, digamos, más modesto. Soy socio y aficionado incondicional del Club Esportiu Júpiter, un club de Barcelona de historia centenaria al cual he seguido durante los diez últimos años por campos de tierra y categorías que ni siquiera sabía que existían, hasta su retorno a la Tercera División. No, amigo, el fútbol o el baloncesto o la pelota están muy bien para verlos confortablemente sentado pero no para practicarlos.

[P]: Entonces, ¿no piensas entrar al trapo y salir al trote?

Yo al trote no salgo jamás de ninguna parte. Y menos de una entrevista.

[P]: ¿Pedirías salir a una potencial pareja sabiendo que sí es apasionada seguidora del running?

No veo por qué no.

[P]: Como escritor, ¿aceptarías ‘running’ o mejor ‘salir a correr’?

Salir a correr, obviamente. Y más desde que me enteré de que running se pronuncia algo así como raning. Qué despropósito. El otro día un amigo me comentó que en el gimnasio hacía spinning. Le pregunté qué demontre era eso y, para mi sorpresa, me contestó que bicicleta estática. Imagínate. No entiendo qué puede empujar a alguien que pedalea encima de una bicicleta estática a decir que hace spinning. Para qué engañarte, tampoco entiendo, dicho sea de paso, qué puede empujar a alguien a pedalear encima de una bicicleta estática.

[P]: Y, claro, ni por ésas.

Ni por todo el oro del mundo, que suele decirse.

[P]: En esta sociedad tan tonta y esteticista, ¿aceptarías correr como remedio rápido para mejorar tu apariencia física?

Desde luego que no. Si así lo creyera ya habría empezado, ¿no crees? Porque aunque me hayas presentado como a un joven y prometedor escritor, algo que agradezco a pesar de que considero que contiene un par de inexactitudes, años tengo unos cuantos.

[P]: ¿Qué te sugiere oír en el rellano de la escalera: «Natividad, cierra la puerta que me voy a correr»?

Por lo que tengo entendido, quienes suelen pronunciar ese tipo de frases lo hacen a unas horas en las que yo acostumbro a estar durmiendo. Espero no encontrarme jamás en esa situación de pesadilla que describes.

[P]: ¿Abominas de su propaganda o simplemente correr y tú vivís esferas paralelas?

Paralelas no lo sé pero sí en esferas diferentes. No abomino en absoluto. Que no comulgue con ello no quiere decir, de ninguna manera, que tenga nada en contra de quien practica eso del correr. Faltaría más. Entiéndaseme: que no corra no quiere decir tampoco que tenga la actividad física de una anémona. Lo que pasa es que yo soy más de caminatas.

[P]: Entonces, si tuvieras que ordenar las palabras «cafelito», «sudar» y «glamour»…

Ya están bien en el orden en que las has enunciado. No es que me apasione el sudar pero se me ocurre alguna que otra manera satisfactoria de hacerlo. Definitivamente, sí, el glamour cerraría la lista. Quien me conozca un poco no se sorprenderá al leer mi respuesta.

[P]: Dime cómo podría argumentar en tu propia contra. Quizá así el próximo entrevistado…

La crisis obliga a suprimir el transporte público. Y me hacen entrar al trabajo una hora antes. Ahí tienes el argumento definitivo que podría acabar obligándome a correr.

[P]: Sugiéreme con toda la maldad del mundo alguien para la próxima microentrevista.

Fernando Romay. Ah, ¿con toda la maldad, dices? Mejor, entonces, el Rey.