Madrid, ocho de la mañana. Los trabajadores del servicio de urgencia de los túneles de la M30 se reúnen junto al Vicente Calderón. Tienen prevista una concentración a las diez y media de la mañana frente al Ayuntamiento.

Acuerdan acceder a los túneles andando hasta la salida de Virgen del Puerto para tomar desde allí la Calle Segovia hasta Cibeles.

Como en todas las manifestaciones, donde va uno, van todos… y la prensa delante o detrás. Me sorprende no ver policía. No tienen permiso para acceder caminando por los túneles.

Entran a los túneles. Continúo trabajando.

Llegan dos motocicletas de Policía Municipal. Estoy solo, no ha más medios gráficos que den cobertura a la información. Los cincuenta manifestantes continúan su marcha (no más de 500 metros) por el interior del túnel.

“Documentación”- me indican. Giro la cabeza, y agente de la policía municipal me mira con recelo. Estoy trabajando – le indico, mientras le doy mi carnet de prensa. “¿No sabe que los peatones no pueden caminar por el interior de los túneles?”.

“Estoy trabajando”, insisto. Toma nota de mi documentación. “En unos días le llegará a casa la sanción administrativa. Abandone el túnel inmediatamente”.

Los cincuenta manifestantes continúan caminando (no se les multa, por cierto). Cojo mi acreditación de prensa. Leo en su reverso: Se ruega a las autoridades que faciliten el trabajo informativo del titular. Se solicita a todas las organizaciones periodísticas y autoridades públicas a prestar al poseedor de este documento la ayuda necesaria en el cumplimiento de sus obligaciones profesionales. Salgo del túnel. Tengo que mandar las fotos cuanto antes.

P.D. Señor agente: No me meto en un túnel andando por capricho, ni me salto un cordón policial por gusto en un suceso o atentado… no comparto actitudes fascistas ni antifascistas cuando un medio de prensa me encarga fotografiar una de sus manifestaciones, del mismo modo que no comparto la misma opción política por el hecho de asistir a ruedas de prensa en la Calle Génova, Ferraz u Olimpo…

Conozco mis derechos y mis deberes. Pero la libertad de prensa y el derecho a la información hacen que en ocasiones sea imprescindible cometer cierto tipo de infracciones para que una información pueda llegar hasta el ciudadano..

Asumo mi responsabilidad, y mi “sanción”. «Gajes del oficio». Pero lanzo una pregunta:

¿Hasta qué punto es legítimo poner este tipo de trabas a un periodista o informador gráfico para que éste pueda desarrollar su trabajo?