Este año ha cumplido setenta y cinco primaveras y, en activo desde la década de los ’70, es especialmente recordado por Vírgenes suicidas, Vampiros de John Carpenter y Videodrome, aunque ha estado nominado en dos ocasiones al Oscar a mejor actor y no ha sido por ninguna de estas: su primera nominación, a mejor actor principal, fue por Salvador, de 1986; la segunda, a mejor actor de reparto, por su interpretación de Byron De La Beckwith en Fantasmas del pasado.
Títulos de culto como Érase una vez en américa (1984), El especialista (1994) o El corredor de la muerte (1996) contaron también con él en su reparto principal.
Cuando pasaron los ’90 parecía terminada su mejor época. Seguramente John Q., protagonizada por Denzel Washington, haya sido su último éxito en cine. End Game (Conspiración Descubierta), de 2006 junto a Cuba Gooding Jr., casi aparentaba querer ser un último coletazo de acción, pero fue un estrepitoso fracaso de crítica y de taquilla.
Tal vez por eso consiguió sorprender con su último as en la manga: entre 2006 y 2008 triunfó en televisión interpretando a Sebastian Stark en Shark: un «tiburón» de la abogacía de Los Ángeles. Es decir: volvió como «maduro de éxito implacable», un arquetipo que no pocas veces ha funcionado en actores de su trayectoria.
Después de cancelarse Shark, podemos ver sus apariciones en pantalla en contadas ocasiones. Ha tenido varios proyectos como actor de doblaje (tanto para televisión como para videojuegos), y en carne y hueso lo vimos, por ejemplo, con papeles secundarios en Jobs o Asalto al poder (2013). En Dice, de Andrew Dice Clay para Showtime, hizo un cameo en un par de episodios en 2017, y esa fue su última aparición en pantalla.
En los últimos años la polémica política y social lo ha estado rodeando de manera casi permanente: después de ser señalado por la actriz Elizabeth Perkins en el movimiento #metoo, Woods pone especial ahínco en contar a través de sus redes sociales, especialmente Twitter, a sus casi tres millones de seguidores todo lo bueno que piensa de Trump y todo lo malo que opina contra en el feminismo y la comunidad LGTBIQ+-
Últimamente está en plena campaña de acoso y derribo contra Sam Brinton, ingeniero nuclear y activista LGTBQ que, entre otras cosas, es el subsecretario adjunto de de desechos en la Oficina de Energía Nuclear.
This is a man in a dress. Facts are fun. pic.twitter.com/ftDVvqTTdF
— James Woods (@RealJamesWoods) November 29, 2022
Al identificarse como persona de género fluido utiliza el pronombre «they» (ellos), algo que el actor ha ridiculizado también en redes.
¿Por qué perpetuamos esta locura suscribiéndonos a sus tonterías? Deja de complacer a estos imbéciles. Ningún individuo es un "ellos". Es simplemente estúpido. Detened la locura.