Winona Ryder regresa a lo grande en ‘Stranger Things’

¿Qué tal esas vacaciones? Unos se habrán ido a la playa, otros a la montaña… Yo he disfrutado el verano poniéndome al día de todas las series que quería ver y nunca me daba tiempo. Como buena nostálgica que soy, era para mí sagrado pasar por Stranger Things (bendito sea Netflix). Tenía el hype por la estratosfera y no me ha defraudado en absoluto: ha sido una inyección de buen rollo, de revivir sensaciones que no sentía desde hacía mucho tiempo, como cuando leía un buen libro de Stephen King. Sí, me recuerda a las mejores obras del Maestro del Terror, como Ojos de Fuego o Cuenta conmigo, pero también inspira muchas otras referencias ochenteras: Los Goonies, Akira, Encuentros en la tercera fase, E.T… No dejo de recomendarla.

Pues bien, una de mis mayores sorpresas es cuando me fijé en la madre de uno de los chicos protagonistas. Me dio un vuelco al corazón. Sí, ¡era ella! Una mamá en toda regla, más mayor, tremendamente delgada, pero sin duda ella: ¡Winona Ryder!!

Tengo que decir que ha sido todo un acierto este fichaje, no solo porque el guiño, ya que Winona despuntó precisamente en los años ochenta, sino porque la actriz demuestra estar en plena forma interpretativa. Y se conserva muy bien, por lo menos sigue siendo ella, lo cual es decir mucho para otras muchas actrices de su edad (44 años).

Al verla en la serie de pronto tuve un déjà vu. No era la primera vez que tenía la sensación de haberla visto mayor, después de tanto tiempo sin saber de ella. Entonces recordé que ya la había visto vieja y muy cambiada hacía unos pocos años: ¡era la mismísima madre de Spock! Fue en el relanzamiento de Star Trek que inuaguró J.J. Abrams en 2009. Fue un papel corto, pero como suele decirse, muy intenso.

Zachary Quinto y Winona Ryder en el papel del Sr. Spock y su señora madre.

En realidad Winona tenía algo más de metraje en la grabación original, incluso protagonizaba una escena especialmente trascendental en la historia de la saga espacial, pero lamentablemente se cortó junto con otras. Dicha escena era el nacimiento de Spock:

Ya entonces me dije: ¡vaya, parece que Winona se ha recuperado de su cleptomanía! Porque tristemente eso es lo último que recordaba de ella, sus episodios de latrocinio en tiendas de alto caché en Beverly Hills, una culminación apoteósica para su espiral de decadencia.

Aquello dio al traste con una fructífera carrera con grandes papeles como el de Lydia en Bitelchús, Mina Murray en Drácula o Kim en Eduardo Manostijeras, además un Globo de Oro por La edad de la inocencia y dos nominaciones al Oscar (por esta última película y Mujercitas).

Winona Ryder y Christian Bale en ‘Mujercitas’.

También destacó especialmente junto a Angelina Jolie  en Inocencia interrumpida, donde se ponía en la piel de la escritora Susanna Kaysen durante su internamiento en un hospital psiquiátrico. Winona declaró que se sentía totalmente identificada con ese papel (¿por sus propios problemas mentales?), y su trabajo auguraba un gran éxito.

Pobre, al final quedó eclipsada por el encumbramiento de Angelina Jolie que ganó un Oscar, un Globo de Oro y otros muchos premios más por su papel secundario.

Eso sí, sin rencores.

También recuerdo a Winona, aunque con menos entusiasmo, en Alien Resurreción, Escuela de jóvenes asesinos, Sirenas, Gran bola de fuego y Reality Bites. Al repasar su filmografía para escribir estas líneas me sorprendí de ver que también había trabajado en Cisne Negro.

O cuando vi esta película estaba muy dormida o he borrado de mi mente el paso de Winona por ella. Afortunadamente ahí está Youtube, nuestra enciclopedia videográfica a un solo click para mentes amnésicas como la mía:

Curiosamente, la película más taquillera de su carrera fue Mr. Deeds, junto a Adam Sandler, una comedia que se estrenó en 2002, justo cuando se hallaba en lo más profundo del pozo, al poco de su arresto por ser amiga de lo ajeno. Previamente tampoco había sido especialmente querida, solo recibía papeles secundarios, después de intervenciones desvaídas como Otoño en Nueva York, con Richard Gere.

Su episodio de cleptomanía sucedió en diciembre de 2001. Se supone que cuando una estrella de Hollywood como ella se lleva alguna cosita de una tienda sin pasar por caja el suceso se entierra bajo tierra.  O, si se comenta, fue «una cortesía».

Pero la cadena Saks Fifth Avenue se plantó con ella y la retuvo en una de sus tiendas después de que intentara marcharse sin pagar. Fue arrestada por la policía y acusada de dos delitos de vandalismo y hurto por valor de 5.5oo dólares. La policía declaró que fue muy educada y cooperativa en todo momento, y la definieron como ‘una chica agradable’.

Sus buenas manera y su simpatía no le sirvieron de mucho. Aquello fue un escándalo de primer orden y Winona acaparó las portadas de medio mundo. Durante el juicio en Los Ángeles intervinieron hasta ocho fiscales, que añadieron otros dos cargos más por consumo de medicinas sin receta, incluyendo oxicodona, diazepam y vicodin.

En el verano de 2002 la actriz fue declarada culpable de uno de los delitos de robo y vandalismo, pero fue absuelta del delito más importante de robo. Fue condenada a tres años de libertad condicional, 480 horas de servicio comunitario, una multa de 3.700 dólares y a pagar 6.355 dólares a la tienda Saks Fifth Avenue. También se le ordenó asistir a un cursillo de terapia psicológica y drogas.

Winona se defendió declarando que aquel incidente ocurrió en un momento de su carrera en el que se hallaba muy deprimida y que su mente estaba nublada a causa de unos potentes analgésicos que le había recetado «un médico charlatán».

Recientemente, en una entrevista con motivo de su trabajo en Stranger Things, restó importancia a ese episodio de su vida, alegando que no fue ni mucho menos «el crimen del siglo».

Desde luego no lo fue pero aquello sin duda supuso un punto de inflexión en su vida. Marcó el final de su exposición mediática, después de haber sido toda una celebridad en Hollywood. Atrás quedaba su tormentosa relación con Johnny Depp y su famoso tatuaje ‘Winona forever’, que el actor transformó en ‘Wino forever’ (borracho para siempre) tras su ruptura.

También quedó para el recuerdo su sonado romance de tres años con Matt Damon, y sus affaires con cantantes como Dave Pirner (Soul Asylum), Julien Rivas (Revolter Routine) y Jay Kay (Jamiroquai).

Desde entonces Winona ha mantenido una discreta vida privada. Estuvo prometida en 2007 con el también actor Blake Soper y poco más se sabe de su vida sentimental.

Ha rehecho su carrera en televisión, donde también participó en 2015 en una miniserie llamada Show Me a Hero. Después de haber trabajado con directores de la talla de Scorsese, Tim Burton y Coppola parece que la vida le ha dado una nueva oportunidad con Stranger Things. Ojalá que sea para largo.

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