¿Y quién cuida de mis hijos cuando me voy  a trabajar?

Por Lara ContrerasLara Contreras

La mitad de las mujeres europeas que deciden trabajar a media jornada, lo hacen para poder cuidar de la familia o del hogar. Es la respuesta a una pregunta recurrente: ¿Cómo me organizo, quién se queda con mis hijos para que yo pueda trabajar?

Es difícil hacerse a la idea de cuántas otras preguntas se esconden tras esta. Hay una radiografía muy precisa sobre el trabajo de las mujeres, y la pobreza, en un informe, ‘Voces contra la precariedad: mujeres y pobreza laboral en Europa‘, que no sólo habla de políticas laborales y economía. Habla del trabajo, pero también de los imaginarios y normas sociales que subyacen de una sociedad patriarcal y que obligan a las mujeres a cuestionarse cómo acceder al mercado del trabajo y mantener a la vez su supuesto rol de cuidadoras, educadoras y responsables del trabajo doméstico. Es mucho lo que hay detrás de esta pregunta.

Las mujeres asumen de forma desproporcionada el trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado. Imagen de Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

Muy al contrario de lo que acostumbramos a pensar,  este trabajo aparentemente invisible –o más bien invisibilizado- es uno de los principales sustentos productivos de la economía. Son muchos los estudios que defienden que el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado de las mujeres es una de las industrias más grandes e importantes del mundo: asciende a alrededor de 10 billones de dólares al año, lo que equivale aproximadamente al 13% del PIB mundial. En España, se calcula que este trabajo no remunerado, en conjunto, representa el 41% del PIB.

De hecho, las mujeres dedican en Europa 22 horas de media a la semana al trabajo no remunerado frente a 10 horas que dedican los hombres. Pero viendo el valor que tiene este trabajo no remunerado, no sólo en la parte productiva, sino en la parte afectiva y emocional de la vida, es difícil entender que conlleve tantas consecuencias negativas a la hora de acceder al mercado de trabajo. Por un lado, aboca a las mujeres al trabajo en sectores que son una extensión de este trabajo no remunerado: el trabajo doméstico, de educadoras, cuidadoras, de servicios, que tienen peores salarios y condiciones laborales. En España, algunos de los sectores más precarios son la industria de la hostelería, restauración y turismo, y el sector doméstico y de cuidados. Las mujeres representan el 55.8% de la fuerza de trabajo de la primera y el 87.9% de la segunda.

Por otro lado, las condena a formas de trabajo atípicas, como el trabajo parcial, o a sacrificar o bloquear sus carreras laborales por cuidar a sus hijos. En Europa, casi 4 de cada 5 puestos a tiempo parcial fueron desempeñados por mujeres (parcial voluntario). Además, en el caso de España, 3 de cada 4 personas trabajadoras a tiempo parcial no deseado son mujeres. Y los datos nos dicen, que el 50% de las mujeres que eligen realizar un trabajo parcial lo hacen por cuidar a sus hijos, mientras que sólo el 13% de los hombres toman una decisión similar. ¿Por qué?

Es la sociedad, somos nosotras mismas que sentimos que tenemos que ajustarnos al rol que se nos impone, y son las empresas que piensan que contratar o dejar progresar a una mujer en torno a 30 años no es una buena inversión «porque puede ser madre».

¿Y cuales son las terribles consecuencias de este panorama? El informe Voces contra la precariedad: mujeres y pobreza laboral en Europa lo concluye claramente: las mujeres tienen más probabilidad que los hombres de sufrir pobreza laboral. Es decir, ser pobre a pesar de trabajar. Esto se explica por la combinación de dos factores: Las mujeres están más representadas en la parte baja de la remuneración salarial, es decir, son mayoría con salarios más bajos. Las mujeres tienen el doble de posibilidades que los hombres de tener un trabajo con baja remuneración. De hecho, 7 de cada 10 personas que reciben el salario mínimo en España son mujeres.

Sin embargo, si miramos el lado opuesto, a las personas con remuneraciones más altas, las mujeres representaron solo el 20% de entre el 10% de población trabajadora con mayores ingresos (EU, 2016). De 609 consejeros delegados existentes en Europa dentro de las grandes empresas, solo 36 son mujeres.

Y a esto hay que unirle lo que conocemos como brecha salarial de género. En Europa, las mujeres deben trabajar 59 días más que los hombres para cobrar el mismo salario. En el caso de España, son 52 días más los que tiene que trabajar la mujer para cobrar lo que un hombre. Y hay un 14% de esta brecha salarial que sólo se explica por pura discriminación de género. Básicamente, porque los hombres reciben más complementos salariales en el mismo puesto de trabajo. Y, de nuevo, ¿cómo puede ser que los hombres reciban más complemento?. La razón es que las mujeres aparentemente tienen menos disponibilidad que los hombres y menos capacidad de desplazarse por su rol de cuidados.

Es duro cobrar menos y tener empleos más precarios. Es duro porque nos afecta física, emocional y sicológicamente. Te sientes culpable porque no ves suficiente a tus hijos, vas corriendo a todas partes, no tienes tiempo para ti misma. Y encima si no ganas un salario digno no puedes quedar con amigos, no puedes hacer nada que no sea trabajo remunerado o no remunerado. Esto no es vida. Muchas mujeres condenadas a la precariedad salarial no tienen vida.

Muchas veces pienso que nos han engañado. Entrar en el mercado de trabajo nos iba a dignificar, pero nadie nos contó a qué precio. Queremos cuidar de nuestros hijos y nuestros mayores, pero, por supuesto, queremos, y tenemos derecho a progresar en la vida laboral y tener acceso a empleos con salarios y condiciones dignas. Queremos poder elegir libremente y poder participar equitativamente en el cuidado y disfrute de nuestras familias. Es posible. No hay peros. 

Lara Contreras es responsable del relaciones institucionales en Oxfam Intermón

5 comentarios

  1. Dice ser Azulmarinocasinegro

    Y quien sigue trabajando cuando tu llegas a tu casa?????
    Basta ya de victimismo.
    Censura made in 20min en 3, 2, 1….

    16 octubre 2018 | 16:12

  2. Dice ser Azulmarinocasinegro

    Ja ja ja, sois perores que Franco

    16 octubre 2018 | 16:43

  3. Dice ser huellas de bebe

    Ante todo decir que la mujer que ha estado en casa cuidando de los hijos y llevando adelante una familia y por ese motivo no ha podido desarrollar un futuro laboral debería ser reconocida y por consiguiente recompensada economicamente.Una de las principales injusticias según veo yo es la desigualdad que hoy en dia aun persiste.

    18 octubre 2018 | 12:03

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