LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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Más chubascos que tormentas

Siguiendo el símil meteorológico que ayer aplicábamos a lo que nos puede deparar el futuro económico -es decir, si la crisis hipotecaria de EE.UU. nos va a traer chubascos débiles o fuertes tormentas- parece ser que hacia marzo del mes que viene el cielo podría empezar a despejarse.

Los ‘hombres del tiempo’ del mundo financiero consideran que los mercados mundiales se están empezando a recuperar ya del vendaval, desatado en verano por la falta de confianza generada tras la crisis de las hipotecas basura, y que es de esperar que en el primer trimestre de 2008 el sol empiece a brillar con fuerza. El papel de los bancos centrales, destacan, ha sido fundamental para evitar una propagación de la psicosis. Y eso a pesar de que países como el Reino Unido o Alemania estaban altamente expuestos a sufrir con fuerza las consecuencias negativas de la crisis.

La clave en el caso español es que el sistema financiero es uno de los más vigilados del mundo, sobre todo gracias al papel del Banco de España, de los más eficientes y de los más rentables. Los resultados de 2008 lo están demostrando. Pese a todo, es de prever que seguirán endureciendo las condiciones para acceder a un crédito hasta que escampe del todo.

Bien, eso y que que nuestra banca no había caído en la tentación de la vorágine desatada por las ganancias fáciles que se conseguían con la compra-venta entre los propios bancos de las hipotecas norteamericanas llamadas subprime. La compensación era, aparentemente, una rentabilidad más elevada que los instrumentos financieros tradicionales. Y lo era hasta que los hipotecados, ahogados por las deudas y por el descenso del precio de sus viviendas en EE.UU., dejan de pagar sus préstamos.

Pero todo eso puede estar muy bien para los bancos y las cajas y sus gestores. ¿Pero que pasará con el resto de la economía? A estas alturas parece claro que el frenazo en la construcción se va traducir en un repunte del desempleo en el sector y que eso, junto a otros factores como la caída del consumo vinculado al encarecimiento de las hipotecas, va a restar potencia al crecimiento económico en 2008.

Nubes en el horizonte económico

El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, ha moderado su optimismo sobre las perspectivas de crecimiento para 2008. Hasta ahora había venido manteniendo su previsión de un incremento del PIB español del 3,3% para el próximo año. Especialmente cada vez que alguien ha rebajado esas cifras oficiales por la crisis financiera mundial desatada por las hipotecas basura en los Estados Unidos.

Pero hoy, como ya hizo en el Senado el pasado 28 de septiembre, ha vuelto a admitir que nuestra economía podría crecer por debajo del 3% el año que viene como consecuencia de las nubes que aparecen en el horizonte económico. Habrá que ver si son fruto de una inestabilidad pasajera y sólo dejan pequeños aguaceros o si, por contra, se transforman en negros nubarrones que acaban descargando crudas tormentas con rayos y truenos incluidos.

En cualquier caso, se trata de un nuevo toque de realismo del responsable económico del Gobierno, en la línea de las predicciones avanzadas por organismos internacionales como el FMI, que prevé un aumento del PIB del 2,7% para 2008, o de expertos analistas como los de Standard & Poors, que incluso lo rebajan al 2,5%.

Nobel a la evidencia

La asignación eficiente de recursos escasos que, según uno de los padres de la ciencia económica, Adam Smith, procuraban el mercado y «la mano invisible» que lo guiaba ha existido siempre más en el papel que en la realidad. Y si no que se lo digan a las tres compañías de móvil que operan en España y a las que Competencia ha abierto un expediente por incrementar a la vez y en el mismo porcentaje sus tarifas con motivo de la entrada en vigor de la ley que prohibía el redondeo en las llamadas.

Pues bien, el premio Nobel de Economía de este año ha decidido reconocer la labor de un economista y dos matemáticos norteamericanos que han dedicado su carrera a desmontar la teoría y demostrar la evidencia: contra lo que dice la teoría clásica, ni la competencia es totalmente libre, ni los consumidores están totalmente informados a la hora de tomar sus decisiones, ni la mayoría de transacciones se dan en mercados abiertos, etc, etc, etc.

Leonid Hurwicz, Eric Maskin y Roger Myerson, los tres premiados, han conseguido proporcionarnos las herramientas -la llamada teoría del diseño de mecanismos- para detectar en qué situaciones los mercados funcionas bien o no como consecuencia del uso estratégico que los agentes económicos hacen de la información privada que poseen.

Sus enseñanzas se pueden aplicar tanto al ámbito específico de la economía -la actividad de las empresas, el comportamiento de los consumidores, el funcionamiento de un sector…-, como a las regulaciones impuestas por los gobiernos en algunos mercados, o incluso al diseño de políticas sociales eficientes que permitan mejorar los niveles de bienestar de la población.

Por cierto, que otra vez el galardón va a parar a Estados Unidos, y ya van 41 de 61 en la historia de estos premios, que acostumbran a premiar aportaciones que, incluso la de este año, van en la línea de reforzar el establishment sin tomar demasiados riesgos. Para eso está el Nobel de la Paz, supongo, y ahí están Yunus y a sus microcréditos.

Lección sobre la crisis hipotecaria

Hace algunos días que intento escribir algo entendible sobre la crisis hipotecaria desatada en Estados Unidos que ha empezado a contagiar algunos bancos en Alemania y en el Reino Unido. La verdad es que andaba yo un pelín acomplejado por la complicación de traducir al lenguaje llano todo el asunto pero después de leer un interesantísimo análisis hoy en el suplemento económico de La Vanguardia creo que ya no voy a hacerlo. Especialmente después de leer cómo arranca:

«La presente crisis de los mercados de crédito es de difícil comprensión no sólo para la opinión pública y los inversores individuales, sino también para muchos inversores profesionales e, incluso, para un número no pequeño de los reguladores que deben velar por la estabilidad del sistema financiero».

Por eso prefiero que quien esté interesado en entender qué pasa le eche un ojo directamente al artículo. Se titula «El sueño del alquimista» (jpg) y lo ha escrito César Molinas que, entre otros cargos, ha sido directivo de Merrill Lynch y director de planificación del Ministerio de Economía y Hacienda.

En cualquier caso la conclusión es tranquilizadora:

«Es imposible aventurar hoy qué dimensión podrá tener la crisis desatada por las hipotecas ´subprime´, pero no creo que vaya a ser una amenaza grave para la economía global».

Esperemos que su pronóstico sea acertado. Por el bien de todos.

¿El batacazo hipotecario frenará el euribor?

Retomamos el curso económico tras las vacaciones con una sensación agridulce. Por un lado, el batacazo hipotecario en Estados Unidos amenaza la estabilidad de la economía mundial, aunque parece ser que la sangre no llegará al río. Del otro, ese mismo drama que ha dejado a cientos de familias sin casa en aquel país y ha obligado a intervenir al mismísimo Bush, puede acabar siendo decisivo para que el euribor deje de subir. Y con él, las preocupaciones de las muy endeudadas familias españolas.

Lo dicen los políticos responsables del área económica, más por deseo que por convencimiento, pero los expertos también se manifiestan cada vez más en esa línea. El mercado hipotecario europeo se guardará mucho de seguir los pasos del norteamericano y esas subidas imparables del euribor parece que tocan a su fín. Al mismo tiempo, las anunciadas subidas de los tipos oficiales del Banco Central Europeo quedarán previsiblemente para mejor ocasión.

Pero mucho ojo, porque no olvidemos que tras el boom inmobliario de los últimos años que ha derivado en un elevado endeudamiento de las familias, España es uno de los países más vulnerables a cualquier movimiento que se produzca en el mercado hipotecario mundial o eurpeo.

Salarios bajan, beneficios suben

España va bien, o al menos sus grandes cifras económicas. Los españoles, especialmente aquellos que dependemos de un sueldo, no tanto. Los últimos datos revelan que la década de mayor expansión económica de nuestro país no ha beneficiado a todos por igual.

Los que reciben sus rentas del trabajo han perdido un 4% de su salario real y han visto como cada vez su salario valía menos, mientras los que obtienen ingresos gracias al rendimiento de sus propiedades han visto crecer espectacularmente su renta hasta un 73%. Es la conclusión de un detallado informe elaborado a partir de los datos de la OCDE, la organización que agrupa a los 30 países más industrializados del mundo, publicado en El País.

Una de las conclusiones de ese informe es que España ha sido capaz de crear mucho empleo a lo largo de estos años, el problema es la mala calidad de esos nuevos puestos de trabajo, precarios y mal pagados en muchas de las ocasiones. Así cualquiera controla los salarios. No olvidemos el papel fundamental que ha jugado en ese control salarial la llegada de inmigrantes dispuestos a trabajar por bastante menos dinero que los trabajadores autóctonos.

Informes muy sesudos estiman que esa aportación sacrificada de los recién llegados es uno de los aspectos fundamentales del crecimiento económico. O sea, no es que un trabajador que cobraba 600 euros hace 10 años, gane ahora un 4% menos, no. Lo que ha sucedido es que las nuevas incorporaciones al mercado de trabajo se hacen a unos sueldos muy inferiores a los que se están pagando, con lo que la media total baja.

Los tipos suben y suben…y subirán

Como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido subir los tipos de interés oficiales de la zona euro un cuarto de punto hasta situarlos en el 4%. Ninguna sorpresa, pues. Lo importante era ver cuáles son los planes de futuro de la máxima autoridad monetaria europea.

Todo apunta a que va a mantener esa tendencia porque su máximo responsable, Jean Claude Trichet, sigue pensando que estamos en niveles «acomodaticios». Traducción: que hay margen para seguir tirando para arriba del precio del dinero. No sería de extrañar pues que antes del verano el banco tomara una decisión similar a la de hoy y que a finales de año llegáramos al 4,5%.

Eso como mínimo. No olvidemos que los mercados van por delante del BCE y que el euríbor, el índice de referencia de los préstamos hipotecarios, está ya muy cerca de esos niveles.

¿Como se van a ir de casa los jóvenes?

Los jóvenes españoles no se van de casa o lo hacen más bien tarde. Quizá en algunos casos sea por la dificultad de superar el trauma que supone el abandono del nido familiar, pero no hay duda que en la mayoría la culpa es de los precios prohibitivos de la vivienda. Hace un año dedicaban un 56,8% de su sueldo a comprar un piso, ahora necesitan el 69%, según un informa del Consejo de la Juventud.

Claro que eso es sólo una media, porque las chicas y los más jóvenes lo llevan aún peor. A ellas les cuesta casi 78 euros de cada 100 que ganan, a los que tienen entre 25 y 29 años, 71; ya los de entre 18 y 24 años, hasta 93. Quién se puede ir de casa en estas condiciones. Se podrá decir que siempre les quedará irse de alquiler en lugar de comprarse la casa, pero teniendo en cuenta las nuevas condiciones que exigen los propietarios –fianzas de hasta seis meses, avales, y otros pagos por adelantado- y el precio que alquilan sus pisos –muchas veces por encima del coste de una hipoteca- tampoco parece una alternativa demasiado atractiva. Especialmente para los más jóvenes, con empleos precarios y sueldos bajísimos, ni siquiera mileuristas, comprar piso o alquilar casa es una misión imposible a no ser que cuenten, claro, con la ayuda de sus padres. En estas condiciones que el 40% de los jóvenes de 18 y 34 años consiga irse de casa de sus padres constituye todo un récord, pese a que se trata de una de las tasas más bajas de la Unión Europea.

Si a todo ello le sumamos que los bancos cada vez endurecen más las condiciones para acceder a un préstamo hipotecario –lo advertíamos hace algún tiempo, pero el Banco de España lo acaba de confirmar- el panorama se vuelve desalentador. No es raro que en estas condiciones en marzo haya caído un 3,5% el número de hipotecas para la adquisición de vivienda.

Pero China ¿cuenta o no cuenta?

La bolsa de Shangai se ha vuelto a desplomar este jueves por la decisión de las autoridades chinas de triplicar los impuestos sobre las operaciones bursátiles, pero el mundo no parece haberse estremecido como cuando en febrero pasado pasó algo similar. Claro que aquel día coincidió con un negro vaticinio del ex presidente de la Reserva Federal estadounidense y el nerviosismo recorrió los mercados internacionales. Ahora parece que la cosa no irá a más: la capital financiera china se recuperó y su índice bursátil subió un 1,4%.

El hecho es que el Gobierno de Pekín ya no sabe como combatir la tradicional adicción de los chinos por el juego, que los empuja a destinar sus ahorros y sus planes de pensiones a la compra de acciones. Incluso a pedir préstamos para invertir en una bolsa que subió un 130% en 2006 y este año crece a un ritmo del 60%. De ahí que haya decidido subir los impuestos sobre las transacciones en bolsa.

Pero cuando les interesa, las autoridades del país utilizan esa adicción en su provecho. Para combatir la proliferación de dinero negro y conseguir que los consumidores pidan facturas de sus gastos, ha decidido incluir en el reverso de los recibos una especie de «rasca-rasca» que incluye premios de diversa cuantía. Con lo que no hay cliente que se vaya sin factura de ningún sitio y lo primero que hace es mirar a ver qué le ha tocado.

Más sobre el globo que se desinfla

Nuevos datos reafirman el lento pero sostenido descenso del mercado de la vivienda en España. El globo, pues, sigue desinflándose. En esta ocasión se trata de las cifras de la Asociación Hipotecaria Española (AHE): en 2006 el esfuerzo de las familias para la compra de su primera casa fue de 68,9% de su renta disponible, tres puntos menos que un año antes.

Mientras, un estudio de Morgan Stanley ha venido a restar dramatismo a las consecuencias para las familias españolas del aumento de los tipos de interés de las hipotecas. Como conclusión, destacan que los que se firmaron antes de 2003 –que suponen un 82% de los hogares– se contrataron con un tipo de interés igual o superior al actual. Por eso, dicen, «sólo» el 18% de las familias se vería seriamente afectado por el aumento imparable del euribor en los últimos tres años.