Broncas, calentones y amores interesados en la casa 11

La casa está revuelta, que si nos lo cuentan hace un par de semanas no se lo cree nadie.

Empecemos por decir que Hans y Ángel han roto. Vamos, que llevan todo el fin de semana de broncas y ya no se dirigen la palabra. El germen fue la pillada que Ángel le hizo a Hans echando al jacuzzi a Rosita.

Y es que Hans se ha transformado. De ser un tío cabal y conciliador ha pasado a ser un tipo insoportable, con cambios de humor y cosas muy raras… La verdad, se ha cargado la oportunidad de llegar a la final.

¡¡¡MI PREFE SIGUE SIENDO ÁNGEL!!!

Gerardo no ha tardado mucho en dejar las cosas claras en la casa 11: Se va a tocar los perendengues como se los tocaba en la casa espía. Vamos, que ya lo ponen verde por las esquinas por vago. Este chaval tiene las venas llenas de sirope.

Eso sí, a Melanie sí le mola la llegada del apoderado, al que quiere hacerse a toda costa. En la fiesta de este fin de semana le ha hecho unos restregones que daban vergüenza (o envidia) ajena. Vamos, reguetón (como se escriba) de lo más sucio y pecaminoso.

Pero no son los únicos que se han calentado. Tatiana, qué casualidad, la semana que está nominada se ha puesto más cariñosa que nunca con Toscano. Vamos, que han vuelto. A mi esto me huele a por interés te quiero Toscanés.

Juan, ese hombre que tiene que pesarse en básculas para camiones de lo pesado que es, sigue dándole vueltas, uuuuuuuuuuuuuna y ooooooooootra vez a la despedida de Rebeca.

Dice que de él no se despidió, y que luego dijo eso de «no os fiéis de nadie» y se siente muy ofendido y desconcertado. No pierde ocasión de hacérselo saber a cualquiera que pille.

Mientras, sigue haciendo cábalas sobre las nominaciones de la semana que viene. Si yo fuera él no me preocuparía.

Ayer en el debate dieron estos porcentajes: 76,5%, 12%, 5,2%, 4,2% y 2,1%.

Me juego la melena a que el más alto es el de Juan. El maño no va a llegar a las fiestas del Pilar de puro milagro…

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