El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Si solo le importan las pechugas y los muslos… mándalo a KFC

KFCMucha gracia me hizo ver el otro día en mondo twitter este mensaje tal cual que pone de relieve, supongo, la excesiva importancia que suelen dar a la “imagen” de algunas mujeres sus respectivas parejas. Muchas veces, también hay que reconocerlo, la culpa la tenemos nosotros, todos, al hacer descansar sobre esa imagen un valor desorbitado, es decir, esa culpa también podría recaer en no pocas ocasiones en las propias implicadas (recuerda esta entrada: “Thigh gap” o el espacio entre los muslos, como peligrosa tendencia«)

Cambiando de tercio, quería dedicar esta entrada a hablar precisamente de la marca en cuestión, KFC, ya que en mi opinión su imagen carga con uno de los mitos más difundidos y absurdos en el mundillo de las cadenas de restauración. Supongo que ya estrás al corriente de este bulo que dice que esta cadena de restaurantes se vio obligada a cambiar su nombre original de “Kentucky Fried Chicken (Pollo frito de Kentucky) por el de KFC por que resulta que se había comprobado que la comida que ellos servían no procedía de pollos al uso sino de una especie de engendro polleril, una especie de Frankenstein avícola, que carecía de pico (a veces incluso se decía que carecían de cabeza), plumas e incluso de casi, casi de huesos que les impedía sostenerse en pie. De esta forma, continúa el mito, era mucho más económico y rentable, echar entero la especie esta de mutante a la freidora… sin desperdicios, todo aprovechable ya que el negocio así era mucho más rentable. Por lo tanto, según este bulo, a la marca se le urgió a que quitara la palabra chicken (pollo) porque no reflejaba la realidad de su producto. Lo cierto es que esto de los mitos que ponen en la picota a empresas de renombre siempre me ha hecho mucha gracia, supongo que a las empresas implicadas ninguna, pero es lo que hay.

Al parecer, la realidad del cambio de nombre de Kentucky Fried Chicken, por el de solo KFC se debió al interés de la empresa de desvincular su nombre comercial de la palabra “frito”. Término que en los tiempos que corrían (y corren) podría asociarse por parte de los consumidores, consciente o de forma subliminal, a una elección alimentaria poco saludable, a muchas calorías, a fritanga y, así en general, a un producto poco recomendable. Este cambio en la denominación comercial se produjo en 1991 pocos años después de que la empresa pasara a manos de  PepsiCo, quien introdujo diversos cambios en su carta, ampliándola y ofreciendo más opciones (pizzas, hamburguesas…) más allá del pollo frito.

Conste que no soy ningún defensor de la marca, ni detractor tampoco… más allá de lo poco que a título particular me gustan este tipo de opciones (grandes cadenas de hamburgueserías, pizzerías, etcétera), tanto desde el punto de vista organoléptico o como opción frecuente. La verdad es que creo que solo he pisado uno de estos establecimientos en mi vida, creo que en los años 90 y, la verdad ya entonces no me entusiasmó. Igual va siendo hora de volver a probar y de salir de dudas… o de ratificarme.

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Nutrición-área 51: «Ojo de halcón» para adelgazar

Ojo de halcónLo reconozco, este podría ser uno de los temas prototípicos de la mencionada “nutrición-área 51” y, a pesar de que parece broma, no lo es. Tristemente. Se trata de la enésima bobada para adelgazar y se llama “ojo de halcón”.

Reconozco abiertamente que me sorprendió el saber de esto el otro día cuando una compañera (Diana Martínez ‏@gabinetedm) lo puso en Twitter, es más, a resultas solo del cartel, no tenía ni idea de qué podía ser… ¿tendría que ver con algo de jugar a tenis, o con aquello de convertirse en un aguerrido arquero? Al fin y al cabo ambas actividades requieren ejercicio físico y, si de adelgazar se trata, pues la de aquel. Pero va y no. Deja que te cuente que la cosa se pone surrealista.

Algo que por otra parte ya se barruntaba cuando en el mismo anuncio se puede leer lo de que “si no adelgazas te devolvemos el dinero”. Expresiones de este tipo apestan. Posteriores indagaciones (ya digo que andaba más perdido que un supositorio en el oído) me llevaron a saber que se trata de una piedra. Sí, una piedra, pero con poderes claro; de qué si no eso de que te va a ayudar a adelgazar. No he podido averiguar qué tipo de piedra es esta geológicamente hablando (así de lejos parece ónice) o si los múltiples poderes que se le atribuyen proceden de su ubicación geográfica original o si le han sido transmitidos por la acción de algún tipo de chamán.

Es lamentable que a estas alturas de siglo y en nuestro entorno haya gente que se aproveche de la desesperación de terceras personas para hacer su agosto y atracarles con engaño (lo que se llama fraude, vamos). Lo más gracioso de todo es que las fuentes consultadas al respecto de este supuesto remedio gemoterápico coinciden sólo en parte a la hora de atribuirle sus propiedades. Ya te puedes imaginar la calidad de las fuentes consultadas, pero al menos en la que se cita en el anuncio, se pueden contrastar las múltiples aplicaciones de esto llamado “ojo de halcón” que empieza, como cabría esperar, por aquello del adelgazamiento y luego se mete en unos berenjenales chákricos de padre y muy señor nuestro:

Es bueno para adelgazar ya que quita la ansiedad por comer. Angustia. Dislexia. Sistema circulatorio. Intestino. Piernas. Saca del subconsciente lo que hay detrás de un cuello y hombro rígido. Gases. Todas las patologías cardiacas. Disuelve patrones de pensamiento restrictivos y negativos y las conductas arraigadas.

Es una de las piedras que llaman y atraen el poder del chakra base. […] Aplicada en el primer chakra, si la llevas puesta o meditas con ella, infunde paz y curación en las realidades físicas. Es una de las mejores piedras para emplear en la lucha contra esquemas negativos manifestados en enfermedad física.

Cura la energía terrestre y asienta las energías. Estimula y da vigor al cuerpo físico. Fomenta la visión y la intuición. Incrementa las capacidades psíquicas Incrementa la clarividencia

Limpia y energetiza el chacra básico. Puesto en la esquina de la riqueza de una habitación, el ojo de halcón atrae abundancia. Disuelve patrones de pensamiento restrictivos y negativos. Disuelve las conductas arraigadas. Pone los asuntos en perspectiva. Mejora el pesimismo. Mejora el deseo de culpar a los demás por los problemas que uno mismo se ha buscado. Trae a la superficie las emociones encerradas

Trae a la superficie las enfermedades de vidas presentes y pasadas. Sobre el tercer ojo, ayuda a volver a la fuente de un bloqueo emocional. Saca a la superficie las razones psicosomáticas que están detrás de un hombro congelado o un cuello rígido.

La cosa se explica por sí sola, opino; y a pesar del mucho juego que podrían dar, me voy a ahorrar los comentarios sarcásticos.

Como digo, otras fuentes, además de y con ausencia de, le atribuye las siguientes propiedades:

Se la aplica en el chakra coronario. Nos permite analizar los acontecimientos del diario devenir. Piedra de defensa de los medios negativos, donde los campos vibratorios producen fatiga, malestar o dolores físicos. Ubicada sobre los ojos, nos ayuda a adquirir una visión interior, mayor compostura y equilibrio. Aclara el fino material de nuestros canales de energía. El Ojo de Halcón fortalece nuestros órganos respiratorios y actúa los chakra cardíaco, umbilical y esplénico. También es beneficioso para problemas del bajo vientre, huesos y articulaciones. Tiene un efecto favorable sobre el torrente sanguíneo. […] Contra el mal de ojo. Recomendable cuando se está en campos negativos, ya que da fuerza y estabilidad. Acuario y Géminis: favorece la ampliación de perspectivas en el análisis de los acontecimientos de la vida cotidiana. Protege de los campos vibratorios negativos, etc. [y claro está] Suele reducir la sensación de hambre, por lo que es muy recomendable llevarlo puesto a la hora de hacer dieta.

Que digo yo que, que al menos se podría pedir un poco de coherencia por parte de los gemoterapeutas para estafar a la gente. Es decir, podrían ponerse de acuerdo.

En fin, un vivo ejemplo de porqué funcionan estas cosas… porque es lo que determinadas personas quieren oír. O como decía aquel, mientras haya bobos habrá engañabobos. Una pena.

Nota: Por si te has quedado con la misma duda que yo me quedé al saber de esto, he llegado a conocer que el famoso «ojo de halcón» para que funcione solo hay que llevarlo puesto, es decir no hay que ubicar la piedra en ningún orificio, ni trgársela, ni nada de cosas raras. Solo ponérselo encima.

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Imagen: @gabinetedm

Nuevo libro: Comer sin miedo

Comer sin miedoSé que te hace falta, lo has de leer. A ti que tanto te preocupas por lo que comes y dejas de comer, a ti que realizas tantas elecciones y tantos descartes alimentarios con el motivo que sea, te mereces este libro. No, no te lo mereces, lo necesitas.

¿Eres vegetariano porque no soportas la muerte de animales? Bien, pues cada vez que abres la boca para meter comida, aunque sea para comer un suculento salteado de germinados ecológicos, mueren animales por ese motivo. ¿No me crees? Vale, ya te lo decía yo, tienes que leer el libro.

¿Odias todo lo que lleve química o aditivos? ¿temes el hecho de comer alimentos transgénicos y los genes que estos aportan? Estupendo también, seguro que tienes tus argumentos (o deberías tenerlos) para mantener esas conductas. Pero que sepas que cada vez que te llevas un bocado a la boca, atiende: de lo que sea, estás introduciendo química, con mucha probabilidad aditivos (sean naturales como la mayoría o artificiales) y, 100% seguro, genes ajenos a tu especie. ¿Sorprendido? Lee el libro.

¿Te acuerdas de las bayas de goji? Hace cuatro años hacían furor y todo el mundo las conocía. Las vendían, te lo aseguro porque lo viví, en la farmacia, en la verdulería, la tienda de herbodietética, la de frutos secos a peso y, pásmate, también las vi en una carnicería. Estaban en todas partes. ¿De donde vino aquella fiebre, porque ha desaparecido y ahora la gente ya no sabe de qué les hablas, cuál era su verdadero origen, era el Himalaya a más de 4.000 metros? Más bien no. Tendrás que leer el libro.

¿Sabías que lo de que las zanahorias sean buenas para la vista deriva de una ardid histórica en el marco de la guerra aérea acontecida entre la RAF y la Lutwaffe durante la II Guerra Mundial? Pues sí, pero habrás de hacerte con el libro.

¿Son los antioxidantes buenos, son malos, es mejor el vegetarianismo que otras soluciones dietéticas, qué patrón dietético es mejor para adelgazar, está el bisfenol A dejando estéril a la población varonil…? Y así una larga lista de de cuestiones que son abordadas con mucho sentido común en “Comer sin miedo”… ya se sabe muchas veces el menos común de los sentidos.

Es posible que muchas de tus decisiones alimentarias las tomes completamente convencido, estoy seguro, pero, ¿te has parado a preguntarte si estás equivocado, es decir, completamente equivocado ya que lo que te hayan contado o hayas oído poco o nada tenga que ver con la realidad? Te lo pregunto porque se puede estar plenamente convencido de algo y, al mismo tiempo estar equivocado. Esas cosas pasan (Nota: ya que estamos en tiempo de rebajas, hoy te recomiendo dos libros por el precio de uno: “Convencidos pero equivocados” una guía para reconocer espejismos en la vida cotidiana. De Thomas Gilovich, Ed. Milrazones, 2009. Te adelanto que este no es sencillo de encontrar)

Volviendo al tema que nos ocupa, J. M. Mulet, es el autor del libro al que me refiero hoy: Comer sin miedo, Ed. Destino, 2014. En él se ofrecen una serie de perspectivas mucho más amplias al respecto de decenas de temas alimentarios sobre los que, quizá amplíe tu perspectiva y te ofrezca una serie de puntos de vista que, es posible no tuvieras. En sí mismo, no me digas que no es una buena propuesta: ofrecer más puntos de vista, no solo los que tienes. Luego ya si eso, que cada cual haga lo que quiera, pero que al menos que se tomen decisiones tras haber observado estas cuestiones con todos sus matices. Al menos más matices, no solo unos pocos.

Lo más gracioso del tema es que no se trata de las opiniones del autor, sino que en la mayor parte de las ocasiones esa nueva perspectiva se desprende, simplemente, de analizar la cuestión de cada momento (los alimentos ecológicos, las elecciones dietéticas personales, la química de la cocina, etcétera) con una racional lógica o de ponerla bajo el microscopio de la historia. En muchas ocasiones las dos cosas, lógica más historia. No suele hacer falta más para aportar una visión quizá poco frecuente pero terriblemente racional al mismo tiempo sobre cada uno de los temas. En otras ocasiones, las menos, porque no suele hacer falta, se recurre a estudios científicos como estrategia probatoria de sus argumentos o bien como elemento para sembrar la duda razonable. Lo que no es poca cosa cuando la salud está en juego.

Se trata de un volumen de fácil lectura, que consigue a la perfección los que intuyo serían dos de los objetivos originales de su autor: arrojar luz sobre una de las cuestiones más mundanas y debatidas en nuestras vidas que es aquello que comemos; y entretener ya que las bromas y los guiños irónicos son frecuentes a lo largo de toda la obra.

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Post Data: Me siento profundamente agradecido por la mención expresa que J.M. Mulet hace a este blog “El nutricionista de la general”, entre otros, como una fuente de consulta fiable y precisa. Orgulloso me hallo. No es para menos.

Tabletas, smarphones y demás… un puñado de vídeos entretenidos

La entrada de hoy es de esas light, sin mayor interés que aquel que pueda esperarse de, simplemente, pasar un buen rato. Es posible que la galerna de las fiestas navideñas haya dejado varados en la playa de tus posesiones más tecnológicas uno de esos llamados teléfonos inteligentes, una tableta, o quien sabe, si incluso un ordenador.

Así pues, para pasar la festiva resaca, disfrutar un rato sin mayor malicia y contrastar las posibilidades de tus nuevos gadgets, hoy te propongo un manojo de vídeos más o menos simpáticos con los que pasar este señalado día de relax previo a la vorágine del día a día. Todo ello, ya lo sabes, con contenidos relacionados, más o menos, con aquello del comer y del beber. Vamos allá.

¿Sabes cómo comen los animales?

Esta colección de vídeos ha sido una de las revelaciones del canal youtube. How animals eat their food? es la creación de un grupo de bromistas, Mister Epic Man, que de tiempo en tiempo cuelgan algún contenido gracioso. Esta saga que hoy os traigo no deja de ser una colección de gags en los que sus protagonistas representan con un humor del absurdo… pues eso, como los animales dan cuenta de su comida. Oficialmente el canal ofrece dos versiones sobre este tema, aunque el éxito de la cuestión animal ha dado lugar a una larga secuela de vídeos más o menos apócrifos.

Bebe Evian, vive joven

Más entrañable y bastante más efectista es esta saga de vídeos publicitarios de la marca de agua embotellada Evian. Sabes que las cuestiones publicitarias son una cuestión recurrente en este blog, muchas veces más para cuestionar algunas de estas acciones que para otra cosa. En esta ocasión te traigo un par de vídeos que, más allá de las connotaciones saludables que tenga el beber agua embotellada de una u otra marca, sinceramente, me parece una genial campaña de publicitaria. Habría que ver hasta que punto ese mensaje que queda suspendido en el aire (Evian, live young) se adecúa actual marco de las declaraciones saludables en los alimentos. Pero como digo, hoy no es cuestión de dar mal, sino de disfrutar de tu reciente posesión tecnológica.

Son dos vídeos y, con sinceridad, no sé cuál de ellos fue antes; creo haberlos ordenado cronológicamente, pero al ser una publi que no ha sido conocida en nuestras fronteras, no te sabría decir. Vamos allá, sube el volumen de tu chistofano y, si tienes cascos, dales candela.

Que tengas unos felices Reyes y que todos tus buenos propósitos los hagas realidad.

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El mayor plato del mundo

Jeff Kubina vía Wikimedia Commons

Jeff Kubina vía Wikimedia Commons

Última entrada del año 2013, ligerita en su lectura pero “pesada” en su contenido. Quizá seas de esos que tira la casa por la ventana cuando de celebrar en torno de una mesa se trata, ya sabes que no estoy muy de acuerdo con este tipo de planteamientos. No obstante, para aquellos que insisten en esa poco recomendable línea quiero poner en su conocimiento hasta dónde puede llegar el exceso y lo difícil que lo tienen si quieren superarlo.

Ya he comentado en alguna ocasión la extraña fascinación que me producen los conocidos como libros Guinness de los Récords. Bueno, más en especial las ediciones antiguas cuando no contenían tanto puritanismo como en las actuales ediciones. Me refiero más en especial al plasmar en sus páginas récords de “glotonería”, hoy ya proscritos por su peligrosidad.

Bueno, para todos aquellos que quieran saber dónde está el listón de “el mayor plato del mundo” leo que en la edición de 1981 del conocido almanaque se dice que el mayor plato comestible del mundo corresponde al de:

Camello asado relleno con un cordero también asado que ha sido previamente relleno de pollos cocidos, rellenos a su vez con pescado que se rellenan antes con huevos cocidos.

Creo que los amantes de las dietas hiperpoteicas podrían hacer de este plato la estrella de su recetario. Siguiendo con las bromas y puestos a hacer animaladas creo que se podrían rellenar previamente dos o tres elefantes con uno de estos camellos y luego ponerlos dentro de una ballena azulun perfecto mar y montaña donde los haya. En fin.

Así pues, si aun estás a tiempo de querer dar la campanada en la cena de esta noche ya estás corriendo a preguntar a tu carnicero a ver cómo anda de camellos.

Próspero y feliz 2014

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Nota: Aunque la receta de camello relleno se recoge en diversos recetarios, la propia Wikipedia advierte en este enlace de las sospechas de que esta receta no sea más que una broma o una exageración más o menos irreal.

El ansiado Top-Five de las peores dietas milagro para 2014

Stuart Miles vía freedigitalphotos

Stuart Miles vía freedigitalphotos

Esto empieza a ser un clásico. Me refiero a la clasificación que anualmente hace la Asociación Británica de Dietética (BDA) sobre las dietas milagro que más riesgo tienen de popularizarse entre la población general el próximo año, al menos entre la población británica. Y bueno, como no están tan lejos y conocemos de sobra el comportamiento viral de este tipo de absurdeces dietéticas, es también bastante probable que notemos su influencia por estos lares. Así ocurrió si recuerdas con la dieta OMG que estaba en la clasificación del año pasado (que se abordó convenientemente en el blog en este enlace y en este otro) y que llegó hasta España a bombo y platillo… y poco impacto, afortunadamente.

Pues bien, en esta nueva edición tenemos nuevas y dantescas incorporaciones (aunque algunas sean viejos planteamientos, como ya veremos) y algunos sean viejos conocidos. Vamos allá con este ignominioso y actualizado ranking.

5º puesto

Ocupado por uno de esos viejos conocidos a los que aludía. Me refiero a la dieta o o método Dukan. Un astro que al parecer está en un ocaso anunciado en el mundo de las dietas milagro. Recordemos que sus planteamientos ocuparon el número uno de esta poco honorable clasificación en las tres últimas ediciones. Qué decir que no se conozca ya de este maravilloso método; así que pasemos al cuarto puesto… ¡Ah sí!, se me olvidaba, se puede decir, por ejemplo, el dato sin importancia que recoge la BDA en su clasificación: que a su creador, Pierre Dukan, este año 2013, se le ha prohibido ejercer como médico de cabecera en Francia. Significativo. Sigamos

4º Puesto

Otro “sistema adelgazante” que repite presencia, y puesto, este año con respecto al anterior y que hace dos años ocupaba el 2º puesto. Se trata de de la práctica de la alcorexia o también llamada drunkorexia. Está claro que se me acumula el trabajo, el año pasado anuncié un post dedicado a abordar esta salvaje propuesta dietética y sin embargo ha pasado un año y aún no lo he hecho. Queda pendiente, sin falta, para este 2014. Palabrita. De momento y como avance baste decir lo mismo que transmití el año pasado por estas fechas, se trata  en seguir un patrón de alimentación francamente contenido y restrictivo a lo largo de un día o incluso de la semana con la meta puesta en un próximo, nunca muy lejano,  consumo compulsivo de bebidas alcohólicas. La finalidad es que las calorías de más de las bebidas alcohólicas no te hagan engordar ya que para eso se ha ido creando un balance negativo.

3º Puesto

Nueva a medias, se trata de la dieta exenta de gluten con el fin de adelgazar. ¿Te extraña, te parece que no hay base científica para postularla con esos fines? Pues tienes razón, es una magufada sin mayor sentido que el hacerse popular a base de utilizar el respaldo de personas conocidas, léanse famosillas y famosetes. Entre ellas algunas de las más destacadas Gwyneth Paltrow, una tipa que día sí, día también se despierta con ganas de contarnos su última excentricidad dietética. Acumula ya varias, a cuál más absurda. Gwyneth, bonita, a ver si lo entiendes en español que sé que el rollo spanish te pone (recuerda tu Erasmus o lo que sea en Talavera de la Reina, localidad que, hay que ver, te ha hecho hija adoptiva): ser famosa por lo que haces delante de las cámaras no te convierte en experta en nutrición. Anda maja, déjalo, please. Give up, porfis.

 2º Puesto

Una de las verdaderas novedades. Nueva en la lista y nueva en sus planteamientos, al menos para mí y entrando con fuerza, se trata de un planteamiento mitad (pseudo) médico, mitad (pseudo) morfológico. Es la dieta del biotipo. Por lo que cuenta la BDA se trata de poner en relación seis tipos hormonales diferentes con también seis patrones de distribución de la grasa corporal. Una vez establecida esta bio-tontería que solo sus promotores son capaces de defender, se trataría de hacer listas de alimentos prohibidos, alimentos permitidos y, por supuesto recurrir al tema de los suplementos curalo-todo. Esta claro que he de hacer los deberes y ponerme al día. Queda pendiente el detallar su funcionamiento en una próxima entrada. De momento empieza muy mal ya que reúne una buena parte de todos los rasgos diferenciales de las dietas milagro populares y que puedes consultar en esta entrada.

Y por último, en el primer puesto… la tontería de las tonterías, la reina de las reinas de las dietas milagro más peligrosas para 2014 al tiempo que menos recomendables, en el  number one y por tanto en la cimaaaaaaaa…

1º Puesto para

Una vieja conocida de este blog, que al parecer han sacado del baúl de los recuerdos y la han desempolvado, el respiracionismo (este sí que ha sido tratado en el blog y puedes consultarlo pinchando en el enlace). O sea, alimentarse solo de los rayos del sol (el “solo” es importante y no está puesto a tontas y locas). Es decir, es la propuesta de adelgazar dejando de comer. Nos ha jorobado. En su descargo, he de decir que es la única de esta lista que tiene un sustento científico importante. Es más, llevado a sus últimas consecuencias te termina dejando, muy, pero que muy delgadito o delgadita. Tanto como para que te pongan un pijama de pino y… hala, a criar malvas. Hay que decir que no seríais los primeros, o lo que es lo mismo, hay historias de éxito detrás que garantizan sus resultados (modo irónico: on).

Bien, ahora que ya os las he contado, no me digáis que os pillaron desprevenidos.

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Preparando la Navidad con regalos-dieto-chindogus

El mundo de las dietas es, por definición, un mundo-chindogu. No pienso avanzar sin aclarar, más o menos, que es esto de los chindogus, aunque sea una cuestión que ya ha sido tratada en ocasiones en este blog. Según la Wikipedia un chindogu es:

Un invento que, aparentemente, es la solución ideal a un problema particular pero que en la práctica resulta todo lo contrario.

Chindogus dietéticos (aunque no lo parezcan)

Ya sabes que “la dieta” es, en sí misma, una herramienta a la que atribuyo poca utilidad en esto de aprender a comer mejor o a la hora de adquirir mejores hábitos alimentarios. Al mismo tiempo, más allá de “la dieta” propiamente dicha este mundillo es especialmente proclive a verse influenciado por chistófanos, artilugios y nuevas tecnologías que con toda la aparente buena intención, nos van a ayudar a afrontar el puñetero trance que al parecer implica aquello de hacer dieta o de comer mejor (por cierto, “hacer dieta” nunca, jamás, debiera asociarse al “comer mejor”)

Y ahora en diciembre, en Navidad, estas aparentes soluciones dietéticas hacen su particular agosto más allá de colonias, corbatas, libros, pañuelos, etcétera. Y que más quiere el ciego que ver si, además, ponen en liza a las nuevas tecnologías y se hace preciso tirar de smartphone.

Así pues, si estás pensando en hacer un regalo inútil dónde los haya, o bien si has buscado la utilidad del mismo en fastidiar a esa persona a la que tienes que regalar algo… y todo ello quedando bien (esto último dependerá del cociente intelectual de la persona agasajada) aquí te dejo algunas propuestas para casi todos los bolsillos:

El “tenedor inteligente” es mi primera propuesta en forma de invento absurdo para ayudar a comer mejor, menos o con cabeza. No me voy a entretener demasiado ya que le dediqué hace tiempo una entrada enterita que puedes consultar en este enlace. Se trata, muy en resumen de un artilugio con forma de tenedor que te informa a base de pitidos y vibraciones del ritmo con el que te estás llevando a la boca los bocados. De esta forma, si tu ingesta es demasiado rápida y estás entregado a la comida desaforadamente el tenedor pita y vibra, aconsejándote que disminuyas el ritmo. Como todo iChindogu que se precie podrás volcar a posteriori los datos almacenados en tu PC e incluso compartirlos en las redes sociales (¿de verdad a alguien le puede interesar el ritmo al que te comiste la última tortilla de patatas?)

HAPILABS

HAPILABS

En segundo lugar y el gadget más antiguo de esta relación tenemos a la “baldosa-inquisidora”. Dicha baldosa, instalada frente al frigorífico te habla, te manda mensajes y te informa de las veces que has visitado la nevera entre horas, el tiempo que has permanecido frente a ella… una especie de Pepito grillo de gres del que apuesto renegarás en breve espacio de tiempo (ya que estamos, te sugiero que leas el cuento corto en tres entregas de “Mesura” para que sepas a qué me refiero, en especial el primer capítulo).

Si tu bolsillo te lo permite, este último dieto-gili-invento debiera acompañarse de la “nevera-inteligente” (me temo que hoy mucho inventos irán adornados con el adjetivo “inteligente” en una especie de irónica referencia a las virtudes de sus propietarios). Si bien considero que podría tener alguna aplicación práctica (informando de las fechas de caducidad próximas de su contenido, por ejemplo) otra de sus utilidades vuelve a ser el recomendar una dieta particular a cada uno de sus usuarios. Ya ves, como a los profesionales de la dietética y de la nutrición no se les hace ni caso, pues aquí tienes una nevera para que sí… no sé cómo no se les había ocurrido antes.

Con el tercer chindogu (o cuarto, ya no sé, he perdido la cuenta) la cosa se pone picante. Se trata del “sujetador-dietético” (ya ves, he pasado de llamarle inteligente esta vez) ¡Qué gran idea la de unir una prenda de lencería tan sugerente con el tema dietético! La esencia, la misma de siempre, la previsible, pero esta vez de mano de la prestigiosa Microsoft que pone a nuestro alcance una prenda íntima cargada hasta los aros de sensores de ritmo cardiaco, temperatura, sudoración, distensión… con los que se pueda sacar una conclusión en forma de mensaje contundente: “estás preocupada, no deberías de acercarte a la nevera” o “ya has comido suficiente, frena”. Todo ello conectado a nuestro smartphone, claro. Me queda la duda si Microsoft tiene la intención de investigar en un gadget masculino, porque eso de que los señores vayamos ataviados con sujetador pues como que no lo veo. Yo al menos, y me figuro que unos cuantos varones tampoco. En honor a la verdad es preciso aclarar que se trata de un invento que de momento no se comercializa y sobre el que la propia Microsoft tiene sus dudas.

Y por último, el más novedoso de los chupi-inventos, una especie de espectrómetro de masas portátil que te anunciará, ya no solo cuál es el valor calórico exacto del alimento que tengas delante, sino si contiene algún elemento al que puedas ser alérgico y otra información relevante relacionada (esto me vuelve a recordar, que quieres que te diga, a “Mesura” pero en el capítulo tercero). El aparato en cuestión, apuntando al alimento objeto de análisis, emite una especie de ¿rayo? con el que se supone analiza y recibe la información bromatológica más relevante de ese alimento que, otra vez, se consulta en nuestro chupi-smartphone. Los ideólogos de este, a todas luces increíble, aparato están todavía desarrollándolo, afirman que saldrá a la venta por unos 300 dólares pero gracias a las expectativas en su demanda se confía en que pueda abaratarse hasta los 50 dólares. Con sinceridad, aunque la idea está muy bien, me parece una idea más propia de la ciencia ficción (tal y como se está vendiendo) que de las actuales posibilidades, en especial a los precios que comentan (incluido el más alto).

A modo de despedida, si crees que alguien de tu círculo más cercano necesita ayuda en el terreno dietético y quieres ser útil de verdad, proponle, sugiérele, la visita a un buen dietista-nutricionista; o regálale un bono-consulta hecho por ti mismo y con todo el cariño.

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Nota: quiero agradecer en esta entrada las aportaciones de dos compañeros: @leghosMDR y @EvaCastroDaz

Extravagancias de la publicidad engañosa, ¡gracias Berto!

La publicidad de algunos alimentos ralla lo surrealista: productos que parecen una cosa, pero que en verdad son otra; alimentos procesados con ingredientes anunciados a bombo y platillo que en realidad tienen una presencia anecdótica… y luego las cosas, como digo, surrealistas.

No quiero destripar anticipadamente el contenido de esta fenomenal denuncia-reflexión que explica Berto de manera sublime en el video de a continuación. Así que te dejo con él para que te eches unas risas… o para que llores, porque el asunto tiene tela. (Actualización 24/03/2014: el vídeo ya no está disponible en youtube, lo puedes ver, de momento aquí, en Fangazing)

 

Ya ves pan rallado elaborado con pan recién hecho… sorprendente, cuando menos.

También quiero hoy aportar mi granito de arena en este terreno y sacar a colación por ejemplo la frecuente publicidad engañosa que hace una conocida empresa de sopas y concentrados en al menos dos de sus productos. Al igual que Berto yo tampoco voy a mencionar marcas, baste decir que se trata de un ave, supongo que de las del tipo que son fecundadas por la marca sugerida por Berto, pero en una versión albina, eso sí.

Veamos, en ambos casos se trata de anunciar de forma destacada la presencia de determinados ingredientes en la composición de una sopa y un caldo, y que luego, en la declaración de ingredientes su cantidad es ridícula.

Sopa con pollo de corral

El primer ejemplo alude a un preparado de sopa de sobre con pasta que afirma de manera destacada que el producto está elaborado con pollo de corral. Si se le da la vuelta al envase, se comprueba que ése pollo de corral está presente en un glorioso 0,7%… por si acaso, en la imagen que acompaña a los ingredientes, el pretendido pollo de corral se sitúa en tercer lugar detrás de la pasta “maravilla” y la cebolla. Pero en realidad, según la lista de ingredientes, este preparado para sopa lleva más “potenciador de sabor” (glutamato monosódico) que el susodicho pollo… algo muy, pero que muy “casero” y “natural”.

Pero aún hay más, en otro de los productos de esta marca, un “caldo casero para paella” se afirma que está elaborado con gamba de Huelva, sin embargo es fácil comprobar que la utilización de este tipo de gambas, tal y como se declara en los ingredientes, es de un 0,3% en el caldo utilizado para su elaboración (el producto final está constituido por un 95% de caldo de pescado y un 5% de sofrito). Así, que si las gambas son el 0,3% del 95% del total, tenemos que la cantidad relativa de gamba de Huelva utilizada para la elaboración de este producto es de 0,28%. “Con gambas (en plural) de Huelva”, ya… ¿con cuantas gambas en concreto? ¿De verdad creen señores de la empresa desconocida que fabrica caldos y sopas que esto es como para anunciarlo?

Caldo casero para paella

Si llamativo resulta el comprobar lo que ahora te cuento no menos sorprendente es el constatar el anuncio que esta conocida marca tiene actualmente en la parrilla publicitaria de televisión. En él un conocido presentador hace gala de la cualidad casera de sus productos… Tal y como también se hace destacar en los propios envases.

Pues no señores, su producto no es casero ni porque lo ponga en la caja ni porque lo diga un presentador… y mucho menos si entre los ingredientes encontramos “aromas naturales”, “aromas naturales de marisco” (ambos aromas por separado) y resulta que entre las advertencias se añade que puede contener trazas de huevo y leche. Señores, no sé cómo harán ustedes el caldo para paella en sus propias casas, pero en la mía no disponemos de aromas de nada (por muy naturales que sean) al tiempo que no encontrará trazas ni de huevo, ni de leche en la paella. Y por su parte, el caldo de pollo con el que elaboramos una sopa de pasta en mi casa no contiene ni glutamato monosódico, ni «aromas»; y además les garantizo que esa sopa no contendrá trazas ni de leche, ni de soja, ni de pescado, ni de crustáceos. Ya sé que esa información está ahí para poner sobre aviso a aquellas personas que son alérgicas a esos elementos, pero déjenme decirles que con ello se da muy poca impresión de «casero«.

Si dependiera de mí les propondría para los premios Goldener Windbeutel (“profiterol dorado”) que cada año celebra Foodwatch (una organización alemana que vela por los intereses de los consumidores en aquel país) y que reconoce con ellos “las mentiras más insolentes en cuestiones publicitarias”.

Recordemos que por muy poco menos, al menos así me lo parece a mí, en el año 2002 una conocida marca de patatas fritas sufrió una mediática condena por anunciar que en su receta, el ingrediente “esencial” era el aceite de oliva cuando se demostró (tras la correspondiente denuncia) que tan solo el 2% del aceite presente en aquellas patatas era de oliva.

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Nota: Además de al propio Berto, tengo que agradecer en buena parte esta entrada, una vez más, a mi buen amigo Miguel Justribó (@migueljustribo)

Doña Isabel: su estilo de alimentación es mejorable

Apreciada Señora,

Isabel Preysler (Archivo)

Isabel Preysler (Archivo)

A pesar de no conocernos Sra. Preysler permítame que con todo el respeto me dirija a usted y le ruegue que por favor no se enfade con este escrito, se lo aseguro, bienintencionado. Soy un humilde dietista-nutricionista que trabaja como autónomo y que desde hace algún tiempo me han dado la oportunidad de dotar de contenidos a este blog. El motivo de mi escrito responde a la no pequeña sorpresa de haber leído sus declaraciones en una entrevista concedida al diario El Mundo, en la que el único tema a tratar fue su alimentación y la de su familia.

No creo que le sorprenda si le digo que su persona es para muchas otras un icono a imitarSu figura, su físico, su estilo particular y su saber estar, son como le digo motivo de envidia y modelo a seguir para muchas mujeres hoy en día que no alcanzan a explicarse cómo hace para conservarse tan bien. Desconozco hasta que punto ese físico que se muestra a la opinión pública es fruto del photoshop, del uso del bisturí o de sus hábitos de vida; pero realmente, el caso es que luce usted magnífica.

La sorpresa a la que aludía creo es fácil de entender si me deja que le explique. Puede llamarme extravagante, pero soy de los que opinan que para hablar de un determinado tema en un medio de comunicación hay que saber de ese tema o que sin conocerlo en profundidad se es, por la causa que sea, un ejemplo a imitar. Pero resulta que en su caso, por lo que transciende a la opinión pública usted no es precisamente una experta reconocida en nutrición y de hacerlo bien, nada de nada. En algunas cosas quizá más al contrario, lo hace regulín regulán tirando a mal con, permítame, algunos detalles francamente funestos.

Pero lo peor no es hacerlo mal y ya está (una especie de a mí plín yo duermo en Pikolín) lo malo de este asunto es, como le decía, que en especial su físico es envidiado por no pocas personas que pueden ver en sus hábitos alimentarios no sé si todo el secreto de su belleza o al menos parte de este y por lo tanto verse tentadas a imitarla. Y eso sería un error. Sin ir más lejos, en el título de algunos medios de comunicación que se han hecho eco de la mencionada entrevista se dice textualmente que el secreto de su juventud radica en las pastillas que toma.

Con el fin de que si quiere tenga en cuenta mi opinión profesional me he propuesto comentar algunas de las ideas más estridentes que recogidas en el artículo de forma textual dan fe de sus hábitos alimentarios:

El principal mensaje y la peor conducta que al parecer usted sigue en relación con el comer es la cuestión de recomendar el uso de suplementos alimenticios bien como norma para mejorar determinados aspectos de su físico, bien como medida paliativa para suplir determinados malos hábitos en los que incurre. Afortunadamente ya tengo parte del trabajo hecho; así en cuanto a la necesidad o bondad de tomar suplementos de no importa que vitaminas, minerales y antioxidantes (lo cierto es que le da usted a casi todo en este terreno) le sugiero que visite estas dos entradas que vienen que ni pintadas para estos casos:

Sra. Preysler, más allá de lo innecesario de esta sistemática conducta suplementadora es necesario hacer además una advertencia, tanto para usted como para todos aquellos que espoleados por su ejemplo les de por suplementarse alegremente. Es posible que usted sea de aquellas personas que piensan que tomar más de algo que se sabe que es bueno, es mejor; pues déjeme decirle que está en un error y que con esa conducta es posible que se asuman más riesgos que beneficios al superar los límites máximos tolerables para cualquiera de esas sustancias con las que, con toda la buena intención, complementa su dieta. Otra vez tengo una entrada que creo le puede servir de gran ayuda para ilustrar lo que le comento:

Además de todo esto, Dña. Isabel, hay muchos otros detalles que denotan un escaso conocimiento de cómo funcionan las cosas en nutrición y que a causa de sus declaraciones es posible que no pocas personas sigan (o caigan) en ese estado de estulticia nutricional en el que estamos sumidos. Le comento, por ejemplo, aquello que no es de recibo…

Como me falla la alimentación, consumo vitaminas”

Ya le he comentado este aspecto pero no me resisto. Lo siento, pero esta actitud es similar a “como no sé conducir, me pongo casco”. Mi consejo es que coma mejor, “que aprenda y disfrute a conducir” para que me entienda.

 Fue un amigo herbolario quien, hace muchos años, me acercó al mundo de las vitaminas”.

No sé quién es ése amigo herbolario suyo al que se refiere, pero déjeme sugerirle que si le aconsejan de semejante forma, cambie de amigos. O más directamente que, haciendo buena la primera acepción del DRAE, que no tenga amigos herbolarios (“herbolario” = botarate, alocado, sin seso)

Nada más levantarse se toma un vaso de agua caliente y mientras hace su efecto depurador, aprovecha para lavarse la cara y peinarse”.

No Dña. Isabel, no. Jamás me la hubiera imaginado a usted revelando aquellos rituales previos a sus momentos más escatológicos (es posible que para muchos haya caído un mito). Para empezar, lo que usted denomina como “alimentación depurativa” como herramienta y fin dentro de las terapias dietéticas, constituye es cierto, un reclamo habitual, pero carece hasta el momento de la evidencia necesaria en cuanto a su utilidad y hablar de «efecto depurador» en este contexto es lo mismo que decir algo bonito pero que nadie sabe a qué hace referencia. Puede consultarlo si quiere en este enlace. Sin embargo, todo apunta a que usted se refiere a que beber un vaso de agua caliente nada más levantase le ayude, a ver como se lo explico para no resultar grosero… a pasar de lo abstracto a lo concreto una vez sentada en el trono. Se lo digo por que usted misma comenta que espera a que “haga efecto”, es decir, a que se produzca el conocido reflejo gastrocólico que favorece las ganas de… de enviar un fax al Congreso. Pero esas ganas de… de eso, se producirán de igual modo muy probablemente con una taza de té, un café o cualquier otra bebida que ofrezca un contraste de temperatura entre el líquido en cuestión y su medio interno. No hay nada de depurativo en ello y si mucho… mucho de calcular el producto interior bruto de cada uno (mire, llegados a este punto creo que será mejor que se lo explique su actual marido)

No soy macrobiótica, pero desde que estuve en el Sha, intento que las comidas sean alcalinas y no ácidas, excepto con el tomate, que es ácido y los macrobióticos no lo consumen”

Sobre el casi seguimiento de una dieta macrobiótica le diré que, por lo que usted misma dice que consume, no se le debió quedar nada de lo que le explicaron en la clínica esa al respecto de lo que es una dieta macrobiótica. Le sugiero que si quiere incidir en lo que es una verdadera dieta macrobiótica (cosa que no le recomiendo) se ponga al día en este enlace (este evidentemente no es mío). O mejor aún, que ya que está tan alejada de este perfil dietético, que pase olímpicamente de este tipo de planteamientos teniendo en cuenta lo que dice el Ministerio de Sanidad sobre esta propuesta dietética al catalogarla como uno de tantos otros sistemas dietéticos absurdos incluido en el documento de análisis de situación de las terapias naturales. En resumen: La evidencia científica disponible sobre su eficacia es muy escasa y si bien en la mayoría de los casos estas terapias son inocuas, no están completamente exentas de riesgos. Y que sus planteamientos son ridículos (eso lo digo yo). Además, ya que tiene usted una entrada en la Wikipedia, déjeme que le sugiera que le eche un vistazo al apartado «críticas» que la «alimentación macrobiótica» tiene en la enciclopedia de contenido libre.

Pero no se asuste Sra. Preysler, hay cosas que creo hace bien dentro de su alimentación, eso de no tomar azúcar, no comer demasiada carne, preferir productos de origen integral antes que refinados, suena bien. Ahora bien, me tiene que explicar qué es eso de…

Jamás me verás pedir un filete. No soy vegetariana porque como carne en albóndigas, hamburguesas o hot dogs”

Es decir, a pesar de su patente preocupación por hacer las cosas bien en el terreno alimentario (con resultados más que dudosos, todo hay que decirlo) le muestro abiertamente mi sorpresa cuando dice, así, en crudo, que opta por los derivados cárnicos antes que por las carnes… es algo que no consigo entender.

Y por último, le sugiero que trate de descartar de su vocabulario expresiones como:

“Alguna vez la cocinera me dice que tiene que usar azúcar blanco para determinada receta y me niego, aunque quede menos fino el pastel. Cuando hace una tarta la intenta hacer lo más sana posible para que cuando la comamos no sea venenosa

Siento agobiarle con los innumerables enlaces, pero también tengo uno que parece escrito para esta situación. Le sugiero que eche un vistazo a esta otra entrada:

¿Qué, lo vamos pillando? Seguro que sí… porque de otro modo no sé como le sentará el saber que ese suculento producto que usted ha anunciado durante tanto tiempo en televisión, los ferreros, tiene en su composición una importante cantidad de azúcar. De hecho es el ingrediente presente en mayor cantidad, más que las almendras, más que el cacao… más que cualquier otro… el principal ingrediente de esos bombones es el azúcar. Qué, ¿acaso son los ferreros venenosos; acaso de sus palabras en la entrevista se puede concluir que ha incitado a través de la publicidad al consumo de un producto venenoso? Bien, no se agobie, perdone, ya respondo yo: no. Pero sepa, eso sí, que estos bocaditos de chocolate y posiblemente esas tartas a las que alude son productos que se recomiendan no comer en grandes cantidades o muy frecuentemente. Creo que entre esta recomendación y llamar venenosas a sus tartas por llevar azúcar hay una importante diferencia, ¿me entiende?

Me despido Dña. Isabel. No sin antes atreverme a sugerirle que antes de volver salir en cualquier medio para hablar de cuestiones de las que ni entiende ni es modelo a imitar, tenga en cuenta este escrito y se lo piense dos veces. Créame si le digo que su imagen ante las personas que sí entienden se verá favorecida.

Quedo a su disposición. Si quiere puede utilizar el espacio de más abajo reservado los comentarios para hacerme llegar su parecer.

Atentamente

Juan Revenga. Dietista-nutricionista, nº Col ARA00027

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PD: Por cierto, si tiene la ocasión de volver a hablar con la autora del artículo en cuestión, Dña. Carmen Duerto, periodista supongo, dígale de mi parte que su labor en esta ocasión (no tengo más referencias de ella) me parece cuestionable. O bien ha prescindido de todo asesoramiento profesional para saber reconocer en los hábitos alimentarios de su persona importantes errores que lo último que se debe hacer es orearlos en un medio de comunicación; o bien, lo ha hecho y le ha importado un bledo. Mal en cualquier caso. También tengo un par de enlaces para ella, le agradecería que hiciera lo posible por hacérselos llegar, gracias:

Poner coto a la “infoxicación” alimentaria: decálogo ANIS-FIAB

La responsabilidad de famosillos y medios en la salud: el mal ejemplo de casi siempre

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Nota: quiero reconocer a Jesús Soria (@JesusSoriaD) y a Gominolas de Petroleo (@gominolasdpetro) el saber «pincharme» como ellos saben hacerlo con estos temas. Y ya que estamos, el pasado domingo comenté estas cuestiones en el programa de SER Consumidor junto al primero. Aquí tienes el enlace para escucharlo, el tema comienza en el minuto 14:50

Mujer consigue adelgazar porque la comida le huele a mierda y vende su sistema

ApestosoHoy no es 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, no. De otro modo ya me hubiera ganado una buena reprimenda por parte de “mis jefes” (en este medio no ven con buenos ojos las inocentadas ni tan siquiera en tan señalado día).

La regañina hubiera sido directa probablemente porque el titular se las trae. Pero hubiera sido inmerecida ya que este es rigurosamente cierto. Sí, ya sé que parece de la familia de los geniales y falsos titulares de, por ejemplo, “El Mundo Today” o de los increíbles y reales en este caso de mi vecino “El blog del becario”. Pero resulta que el mío también es auténtico. Sin engaño ni doble sentido que medie. Increíble, sí… pero cierto. Te cuento.

Resulta que a Alex Fontaine, una mujer del Reino Unido con más experiencia en dietas milagro que Dukan, Montignac y el Dr. Oz  juntos ha puesto en práctica (y a la venta) un «procedimiento revolucionario» para dejar de comer, más en especial para evitar comer tus comidas favoritas y que al mismo tiempo sabes que “no te conviene” comer. Se llama Stink Yourself Slim (algo así como “apesta tu propia [comida] y adelgaza”)

La idea es tan simple como el cagar (para quien no ande estreñido, claro). Y antes de que te enfades por la expresión, no se trata de una frase hecha. Me vas a entender a la primera: se trata de que tú dispongas de un spray con esencia a culo de mofeta (sic) con el que (ahora es cuando te has de sentar) rociar el entorno donde guardas aquellos alimentos que más te tientan. ¿No lo entiendes? Es bien sencillo, quizá tan sencillo que se nos terminan por escapar los detalles. Se te escapan esos detalles como se escapan esos pedetes que salen cuando estás sentado en el trono, y que si no terminaran de salir es como si no hubieras acabado la faena. (Nota: siento mucho el nivel de las comparaciones pero te ruego que hoy, al menos hoy, no me lo tengas en cuenta: el tema lo está pidiendo a gritos… o a pedos). En este caso, la sola percepción de un olor asquerosamente nauseabundo en aquella comida que más te tienta y que sabedor/a de ello tú te has encargado de rociar pestilentemente, obrará el milagro de terminar por rechazarla y que por tanto no vaya directamente a intalarse en el “haber” de tus cartucheras, barriga, glúteos…

Sigues pensando que estoy de cachondeo, seguro. Afortunadamente hay un video y una página web. Estos enlaces sirven para aportar la indubitable prueba de aquello que te estoy contando: una mujer anuncia que llegó a perder 10 kilos a base de rociar el entorno de alimentos más tentadores con un spray pestilente, de tal forma que, una vez “aromatizada” la comida le resultó tan repulsiva como para no comérsela y de ahí su pérdida de peso. Y más aun, está tan convencida de las virtudes de su método que va y decide comercializarlo.

Sí, lo comercializa. Y lo hace al poco escatológico precio, pero sí muy crematístico, de “tan solo” 30 libras el spray de 50 ml de aroma a culo de mofeta (no pocas colonias de marca son bastante más económicas y no huelen mucho mejor) es decir, 35,14€ céntimo arriba, céntimo abajo.

Alternativas a Stink Yourself Slim

Bien, bien; conocedor como sé que eres de la política de servicio de este blog, sabes que no puedo dejar pasar la oportunidad de comentar algunas alternativas al hecho de que te dejes cerca de 35€ en la compra del pestilente spray. Bueno, antes de las alternativas déjame decirte que aquello que a continuación voy a proponer solo es válido si perteneces al selecto club de aquellas estúpidas personas que se creen las bases intrínsecas del proceso, resumido como:

Me dejo una pasta en el carro de la compra – llego a casa – rocío la despensa, frigorífico… con el pestilente spray de culo de mofeta – no como alimentos por que me terminan resultando repulsivos – los tiro – adelgazo – vuelta a empezar (por que «sin comer» no voy a estar XD)

Pues eso, si crees en la validez de este proceso te propongo que te ahorres 35€ en este producto con una simple acción (si eres de estómago sensible te urjo a que llegados a este punto abandones la lectura de este post). Se trataría de que dos veces por semana cojas un tupper, fiambrera u orinal y hagas tus necesidades más sólidas en él, luego vas y depositas sendos recipientes (abiertos) en tu despensa y en tu frigorífico. Cada semana puedes deshacerte del producto depositado en los recipientes y sustituirlos por una versión actualizada de tus deposiciones. Soy de la opinión que esta sencilla, absurda y altamente desaconsejable medida, te ayudará a que termines por obviar cualquier alternativa que pase por comer cualquier alimento guardado en tu nevera o despensa. (Nota: guardar los alimentos en otras estancias de tu domicilio, mientras se sigua la estrategia de la fiambrera fétida se considera hacer trampa y termina por echar al traste todo el sistema: no adelgazarás)

Pero no todo van a ser propuestas de mejora para mis lectores. Ecuánime como pocos, este blog también tiene propuestas de mejora para la creadora de tan fantástica herramienta. Por ejemplo, en vez de “apesta tu propia comida y adelgaza” como eslogan de venta, le sugiero a Alex Fontaine que haga suyo el manido y elocuente: “¿Quieres ser ligero como una mosca?: come mierda, 100.000 millones de moscas no pueden estar equivocadas”.

Bueno, no nos pongamos nerviosos, yo sigo pensando a ver si se me ocurre algo mejor y más palatable. O mejor aun, igual a los lectores de este post les gustaría animarse y aportar algunas sugerencias que le puedan ayudar a Alex Fontaine a escoger un eslogan para su pestilente solución adelgzante.

Dios qué mundo… qué mundo…

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Nota: Quiero agradecer a mi compañero Raúl de la Fuente García (@rdlfg) el haberme puesto al corriente de esta poco creíble, pero real proposición a partir de este artículo)

Imagen: David Castillo Dominici vía freedigitalphotos.net