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Hace unas semanas tuvo lugar la ceremonia de entrega de los Oscar y durante la misma se proyectó el ya clásico In Memorian, una pieza audiovisual en la que se rinde homenaje a las personas fallecidas durante el año anterior que tenían relación con la industria cinematográfica. Y entre ellas apareció Matthew Perry, el mítico actor que interpretó a Chandler Bing en la serie Friends.
Una de las características físicas de este personaje es que tenía una tercera tetilla. En ocasiones, cuando veo a un niño recién nacido que viene con un pezón extra, suelo comentar a los padres, para rebajar la tensión y la preocupación, que Chandler también tenía uno de más y eso no le impidió ser una persona exitosa, graciosa y que al final se llevaba a la guapa de la serie (porque todos sabemos, no lo neguéis, que Monica le da mil vueltas a Rachel).
En el post de hoy os contamos por qué se produce un pezón supernumerario y si tiene alguna importancia médica.
¿Cómo se desarrollan las mamas a nivel embrionario?
Una de las cosas que deben formar los mamíferos, es decir, todos aquellos animales que alimentan a sus crías con leche durante los primeros meses de vida, durante el periodo embrionario son las mamas. En la especie humana esto ocurre tan pronto como en la semana 5 de gestación, gracias a lo que se conoce como líneas mamarias.
Estas líneas mamarias se forman en todos los mamíferos y se extienden desde la raíz de los miembros superiores a los inferiores, es decir, recorren el tórax, el abdomen y las ingles. A medida que el embrión crece, en estas líneas mamarias se produce una acumulación de células que acabarán especializándose hasta formar la mama y el pezón propiamente dichos y que permanecerán en reposo hasta la llegada de la pubertad.
Lo que es curioso es que en las etapas iniciales del desarrollo embrionario no se forman solo dos mamas/pezón en el caso de los seres humanos, si no que se producen algunas más que luego involucionan y desaparecen dejando las dos que estamos acostumbrados a ver tanto en varones como en mujeres.
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En el caso de otras especies, dependiendo de las camadas que suelen tener, el número de mamas finales es distinto. De hecho, se ha calculado que el número de mamas de una especie corresponde al numero máximo de crías que suelen tener por camada, mientras que el número de mamas habitual dividido entre dos nos daría lugar al numero de crías más frecuente por manada.
De esta forma, los humanos solemos tener una sola cría (aunque a veces tenemos dos), y para poder alimentarla nuestro cuerpo da lugar a dos mamas. Esto también sucede en los elefantes, ya que solo suelen tener una cría por camada. Diferente es el caso de los perros, que suelen tener ocho mamas (cuatro a cada lado), y sus camadas suelen variar de cuatro a ocho crías, o de los gatos, que suelen tener tres crías a las que pueden alimentar mediante las seis mamas que tiene su cuerpo.
Otro dato curioso es la localización final de las mamas. En el caso de los humanos se sitúan a cada lado del tórax, mientras que en otras especies lo pueden hacer en el abdomen, como las ubres de las vacas, o en las ingles, como en el caso de las cerdas.
En definitiva, las mamas de los mamíferos varían en número y localización en función del numero de crías que suelen tener por especie y se localizan anatómicamente en el lugar más cómodo para luego dar de mamar.
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¿Qué aspecto tiene un pezón supernumerario?
Como decíamos, las líneas mamarias que se forman a nivel embrionario dan lugar a diferentes mamas/pezón que con el paso de las semanas de embarazo involucionan hasta el número habitual de cada especie. Cuando este proceso falla da lugar a un pezón supernumerario, es decir, que ese individuo nazca con un pezón/mama de más.
Lo más habitual es que solo sea un vestigio del pezón, a veces una manchita o un hoyuelo, y en casos más raros y poco frecuentes una protuberancia.
En las fotos de abajo podéis ver el aspecto de un pezón supernumerario en niños.
Es habitual que en recién nacidos cueste diagnosticarlos, ya que la piel de los bebés es muy cambiante durante las pimeras semanas de vida. Sin embargo, el paso del tiempo y la no desaparición de esa lesión es lo que suele ayudarnos a realizar un diagnóstico definitivo.
En las fotos de abajo podéis ver el aspecto de un pezón supernumerario en adultos.
Las imágenes de este post han sido obtenidas de DermNet bao una licencia CC BY-NC-ND 3.0 NZ DEED.
¿Tiene alguna importancia médica?
El nombre técnico para un pezón extra es politelia y está presente en el 6% de la población y suele haber antecedentes en los padres.
En la mayoría de los casos no tiene ninguna importancia, más allá de la parte estética que, dependiendo del tamaño, pueda llegar a afectar a quien lo sufre, pero, como decíamos, en la mayoría de los casos no es más que una manchita un poco más oscura que la piel y que resulta casi imperceptible salvo para el ojo entrenado.
Solo en algunos casos, debajo de ese pezón supernumerario puede haber tejido mamario, lo que, llegada la pubertad o el momento de dar el pecho a un bebé, produzca un desarrollo mamario al que estamos acostumbrados, aunque normalmente en mucha menor medida.
Debido a esto, la mayoría de los pezones supernumerarios no se suelen tratar, ya que la exéreris quirúrgica sustituiría una manchita por una cicatriz, por lo que, salvo en casos en lo que el paciente esté realmente afectado, no parece que merezca la pena. Caso diferente es el de aquellas politelias en las que se produce un verdadero desarrollo mamario durante la pubertad, caso que, aunque poco frecuente, parece más justificada la cirugía.
Para finalizar, y como homenaje a los buenos momentos que nos regaló Matthew Perry, os dejamos con la escena completa de Friends en la que el grupo se entera de la tetilla extra de Chandler.