Diez títulos originales que podrían haber arruinado películas míticas

George Lucas es de los pocos que se han atrevido a variar los títulos de sus obras. Star Wars, en 1977 y aquí, fue traducido con un maravilloso La guerra de las galaxias, para luego descubrir que era Star Wars (cuestión de idiomas y traducciones, claro). Luego, con el lanzamiento de las precuelas a partir de 1999, Lucas decidió que había que renombrar la trilogía original para que las películas siguieran una secuencia temporal lógica y más coherente con el argumento. Así, nuestra Star wars/La guerra de las galaxias pasó a llamarse La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza; aunque el título que eligió para esa cuarta entrega, que en verdad era la primera, cronológicamente, el de The Phantom Menace (La amenaza fantasma), no era precisamente un prodigio que invitara a la ilusión.

Muchas de las películas más icónicas de la historia del cine no es que tengan títulos especialmente llamativos o impresionantes, pero funcionaron y sobre todo teniendo en cuenta los que se barajaron inicialmente o antes de ponerle el definitivo. Más de una igual habría pasado completamente desapercibida si sus responsables hubieran mantenido el que tenían en mente o de primeras.

Entre los casos más llamativos, una selección de diez títulos (ordenados de manera totalmente aleatoria) y que podrían haber dado al traste con las expectativas de sus autores de ganarse la atención (y el precio de la entrada) de los potenciales espectadores.

 

Titanic (1997)

Podría haberse titulado… The Ship of Dreams

Titanic

( ©Fox )

¡Vale! Sí. La historia de amor entre Rose (Kate Winslet) y Jack (Leonardo DiCaprio) es de las más recordadas de la historia del cine, pero con eso de «El barco de los sueños» seguramente resultaba demasiado acaramelado, y como fondo estaba la tragedia del famoso transatlántico hundido en 1912. Además, The Ship of Dreams es un título más bien mediocre, de telefilme de domingo por la tarde. Mucho mejor limitarse a decir que se trataba del «Titanic» y listos.

 

Regreso al futuro (1985)

Alguien sugirió que podría titularse… Spaceman from Pluto

Regreso al futuro 1985

( ©Paramount )

En una de las escenas más divertidas, Marty McFly (Michael J. Fox) tiene la ocurrencia de hacerse pasar por extraterrestre, pero de allí a que la película pudiera llamarse «Astronauta de Plutón»… Curioso, original, sugerente le debió parecer a uno de los productores ejecutivos, Sidney Sheinberg, al que no le gustaba la inclusión de la palabra «futuro» en el título. Por suerte, a otro de los mandamases de la producción, Spielberg, no le pareció tan buena idea y se tomó la propuesta de Sheinberg como una broma. Elogió su buen sentido del humor, pero declinó la propuesta.

 

El caballero oscuro (2008)

Llegó a titularse… Rory’s First Kiss

El caballero oscuro

( ©Warner Bros. )

¿»El primer beso de Rory»? Que no cunda el pánico. Que no llegue la sangre al río… Primero decir que Rory es el nombre del hijo de Christopher Nolan, pero este fue el título, digamos, en código que se utilizó durante el rodaje para evitar filtraciones y curiosos no deseados. Nunca hubo intención de que se titulara así. En la anterior Batman Begins, también se recurrió al nombre en clave de Intimidation Game (en cuanto a Rory, el auténtico, el hijo de Chris Nolan, aparece brevemente en El caballero oscuro en la escena del bus en el puente).

 

Toy Story

Posibles títulos… The Cowboy & The Spaceman / To Infinity and Beyond

Toy Story

( ©Pixar/Disney )

«El cowboy y el astronauta» o «Hacia el infinito y más allá» formaban parte de una larga lista. En total se llegaron a proponer más de 200 posibles títulos (Toyz in the Hood, Moving Buddies…). Finalmente, se constató que muchas veces lo más sencillo es lo mejor, y esto era una «historia de juguetes».

 

Casablanca

Debería haberse titulado… Everybody Comes to Rick’s

Casablanca 1942

( ©Warner Bros. )

Aunque simplemente Casablanca queda perfecto, lo cierto es que debería haberse titulado Todos vienen al café de Rick, por la sencilla razón de que ese era el título original de la obra teatral en la que se basaba, escrita por Murray Burnett y Joan Alison. Vista con el tiempo, ese título para la inolvidable película protagonizada por Ingrid Bergman y Humphrey Bogart nos sonaría a chiste. Como mucho aceptaríamos un Play It Again, Sam (Tócala otra vez, Sam).

 

Psicosis (1960)

Y durante un tiempo se tituló… Wimpy

Psicosis 1960

( ®Paramount )

Bueno, es el mismo caso que El caballero oscuro. Hitchcock quería ocultar que estaba rodando la adaptación de la famosa novela de Robert Bloch. «Wimper» puede significar «insensible», pero se refería a uno de los personajes de Popeye, adicto a las hamburguesas. Teniendo en cuenta lo icónica que es esta obra maestra de Hitchcock tampoco no nos hubiera extrañado si se hubiera titulado Norman Bates o Shower.

 

Alien (1979)

Y podria haberse titulado… Star Beast

Alien 1979

( ®Fox )

El guión original escrito por Dan O’Bannon y Ronald Shusett se llamaba así, «Bestia del espacio» (o de las estrellas, o de las galaxias, y de paso aprovecharía en su título el tirón de Star Wars)». Pero a O’Bannon no le terminaba de convencer. La idea de rebautizarla le sobrevino al fijarse en el número de veces que se repetía la palabra «alien» en el guión. Ambos estuvieron de acuerdo en que era mucho mejor (y aquí se le añadió la coletilla de «El octavo pasajero», título que no tenía en cuenta a un noveno pasajero: el gato).

 

Pretty Woman (1990)

Y estuvo a un paso de titularse… 3.000

Pretty Woman 1990

( ®Disney )

Concretamente, «3.000 pavos», que es la cantidad de pasta que cobraría la prostituta interpetada por Julia Roberts por sus servicios, aunque su cliente fuera el mismísimo Richard Gere. El tratamiento original era mucho más oscuro y deprimente, hasta que Jeffrey Katzenberg, por entonces el presidente de los estudios Disney, decidió que el asunto requería un tono más romántico, desenfadado y de cuento de hadas (e incluyó que la Vivian de Julia Roberts no fuera una meretriz experimentada, sino una debutante). La jugada les salió redonda, su éxito en taquilla superó las previsiones más optimistas y de largo. Sin embargo, en su momento el título de «3.000» se eliminó temiendo que el público pensara que se trataba de una película de ciencia-ficción. Lo d e»mujer bonita» quedaba perfecto, y además conjuntaba con la canción de Roy Orbison.

 

Fiebre del sábado noche (1977)

Y fácilmente podría haberse alargado a… The Tribal Rites of the New Saturday Nights

Fiebre del sábado noche

( ®Paramount )

De hecho, «Los ritos tribales de los nuevos sábados por la noche» era el título del artículo del New York Magazine en el que se basaba la mítica película protagonizada por Tony Manero (John Travolta). Hay que reconocer que el título definitivo para la película resultaba menos antropológico y más directo al grano. Una invitación a unirse a la ansiada llegada del fin de semana para entregarse a la fiebre por la música disco.

 

Annie Hall (1977)

Y el título inicial era… Anhedonia

Annie Hall 1977

( ©Fox )

Como todos los cinéfilos, o al menos los amantes del cine de Woody Allen, saben, éste había rodado una cantidad tan generosa como incoherente de metraje, plagada de chistes, diálogos ingeniosos, buenas intepretaciones y todo lo que quieran, pero sin un puñetero hilo argumental al que aferrarse. O así lo explicó su montador, Ralph Rosenblum, que cuando vio el resultado (y nada menos que ¡unas cuarenta horas de metraje!) aseguró que aquello era «una caótica colección de planos y escenas que parecían desafiar la continuidad». Le sugirió a Allen que tal vez sería interesante que añadiera nuevas escenas y se centrara en la historia de amor de Alvy Singer con Annie Hall (Diane Keaton). En esos momentos, ella todavía era un personaje secundario. La propuesta le valió el Oscar al mejor director y al mejor guión a Woody Allen.

Sin embargo, su título inicial era aún el de Anhedonia (que es la incapacidad para sentir placer), y solo tres semanas antes del estreno, la productora obligó a cambiar un título que les parecía (con toda la razón del mundo) totalmente anticomercial. Se barajaron otros nombres como It Had to Be Jew (Tenía que ser judío), Me and My Goy («Goy» es una palabra hebrea que se utiliza para referirse a alguien que pertenece a otro pueblo que no sea el judío) o A Rollercoaster Named Desire (Una montaña rusa/turbulencia llamada deseo). Finalmente, Annie Hall (Keaton también se llevaría el Oscar, al igual que la película), volvió a imponerse, en esta ocasión como título definitivo.

 

Fuente: Hollywood.com

 

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