Fernando Trueba ha sido galardonado hoy con el Premio Nacional de Cinematografía, y dice el jurado que se reconoce así «su indiscutible trayectoria profesional como director, productor y guionista, además de su labor en defensa de la profesión cinematográfica desde los inicios de su carrera como fundador de la revista Casablanca y como crítico en El País y la Guía del Ocio”.
Muchos creen que la carrera de Trueba en el mundo del cine comenzó y tomó ritmo con Ópera prima, aquella fresca e innovadora comedia de 1980. No, no es así. Rotundamente no. Su carrera había comenzado y acelerado en realidad con un cortísimo diálogo que Fernando escribió mentalmente para sí mismo un año antes, en 1979, y que interpretó de modo impecable y a la fuerza en un descansillo de un edificio de oficinas de Madrid.
Finales de 1978, quizás comienzos de 1979. Cuatro amigos, dos parejas, pasan un fin de semana en París y descubren Pariscope, una publicación de pequeño formato y gran éxito donde se recogían a modo de agenda las principales actividades de ocio y espectáculos de la capital gala.
-Esto no lo hay en Madrid –se dijeron a sí mismos aquellos viajeros-. ¿Y si fundamos algo parecido?
A su vuelta contrataron a un periodista, Juan Carlos Avilés, le montaron una pequeña oficina y le dieron el ejemplar de Pariscope para que se inspirara y lo adaptara a aquel Madrid que estaba a punto de ver nacer la movida.
-No teníamos ni secretaria –ha contado muchas veces Juan Carlos-. Una tarde llamaron al timbre y fui a abrir…
Cambio de plano. Exterior, calle. Una pareja de veinteañeros ha aparcado el viejo coche en doble fila. Ella se ha quedado sentada al volante, impaciente, y él se ha dirigido al ascensor.
-No sé cómo nos habíamos enterado de la dirección y del proyecto. Era quizás la tercera vez que íbamos. Yo no me atrevía a llamar, dejaba pasar unos minutos y bajaba y le mentía a Cristina. No hay nadie, no contestan… Pero esa vez ella me había dado un ultimátum. Baja con ese empleo. Improvisé el diálogo en el ascensor…
Nuevo cambio de plano. Interior. Oficina. Juan Carlos.
-Una tarde llamaron al timbre y fui a abrir. Me encontré enfrente a un tipo alto y desgarbado que con un ojo me miraba a mí y con el otro parecía que miraba al descansillo.
-Buenas. ¿Es aquí la Guía del Ocio?
-Pues… sí.
-Soy el crítico de cine.
-¡Pero si no tenemos!
-¡Por eso!
Y se quedó.
Yo le daría todos los premios a este programa, esto si que tiene mérito: http://goo.gl/55wUVR
14 julio 2015 | 18:31
Un placer leerte de nuevo.
14 julio 2015 | 22:07
debemos felicitar a la alcaldesa de cenicientos por restirar asquerosos simbolos de las religiones de estado que ofenden a los pueblos originarios que abrazaron a las religiones etnicas… en mensaje es claro: si quereis via crucis vete a jerusalem… nuevamente nuestras felicitaciones.
zapatero es el guia,
lenin el salvador.
15 julio 2015 | 01:14