¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de enero, 2014

Gamonal en tres tiempos

Un artículo que escribí en El País con José Ángel Esteban hace casi 22 años, un post en mi blog hace ocho y este análisis de esta misma mañana de mi hijo, Ignacio Escolar, te pueden servir para entender mejor lo que está pasando estos días en Gamonal, el populoso barrio de Burgos que parece que ha dicho basta.

El Gobierno, con nocturnidad y quizá alevosía

El Gobierno de Rajoy acaba de pegarnos -con nocturnidad, ‘navidadidad’ y como se verá probablemente alevosía- otro hachazo fiscal, otro recorte económico severo, otro asalto a BOE armado al bolsillo de los ciudadanos y las empresas. Nada nuevo en este Ejecutivo que iba a llamar al pan pan y al vino vino y que ha acabado siendo el Gobierno del Eufemismo. O sí: lo nuevo es que esta vez ni nos hemos enterado, ni nos resistimos, ni se lo discutimos. Y la oposición… ¿dónde diablos está la oposición, que nos cuelan a los ciudadanos esa subida de impuestos -esta vez, los impuestos al trabajo- y tampoco ellos se enteran?
El pasado 20 de diciembre, el Consejo de Ministros tomó una decisión muy relevante que afectaba directamente a nuestras economías: a las cuentas de las empresas y a la nómina de los asalariados. En la referencia del Consejo, lo llamaba «Real Decreto Ley de medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores», y en un rincón se hablaba de que se «homogeneizaba la normativa reguladora de las bases de cotización de los trabajadores por cuenta ajena con la relativa a los conceptos incluidos y excluidos a efectos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas». En la rueda de prensa tras el Consejo, ni la vicepresidenta Soraya Saenz de Santamaría ni la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que habló durante 17 minutos, aclararon lo que había detrás de tan rimbombante título del Real Decreto o de la referida «homogeneización». Al día siguiente, en el BOE, seguía el humo de la confusión: el larguísimo Real Decreto sólo incluía una inquietante «Disposición final tercera. Conceptos computables en la base de cotización al Régimen General de la Seguridad Social». El misterio se reveló del todo en un boletín electrónico de la Tesorería de la Seguridad Social del 27 de diciembre, ya en plena Navidad: lo que hacía el Gobierno era subir las cotizaciones sociales, al incluir en éstas conceptos extrasalariales hasta ahora exentos, como los cheques de comidas, las ayudas para la guardería o los pluses de transporte, entre otros. Ni las patronales ni los sindicatos fueron avisados.
Con la maniobra, el Gobierno se adueña de al menos 900 millones de euros de empresas y trabajadores. Y seguía disimulando: cuando el miércoles pasado desde la redacción de 20minutos llamamos al Ministerio de Empleo para pedir detalles, nos aseguraron que la subida solo afectaba a las empresas, y no a los trabajadores. No era verdad, afecta a todos. Hoy lo reconoce Tomás Burgos, secretario de Estado de la Seguridad Social, que admite que la medida afectará a entre dos y tres millones de trabajadores, si bien asegura que apenas cobrarán 1 euros menos al mes por esta subida. Otros cálculos son menos tranquilizadores: a algunos trabajadores les costará hasta 600 euros al año. La medida, además, lejos de «favorecer la contratación estable y de mejorar la empleabilidad de los trabajadores» desincentiva la contratación y pone en peligro la recuperación económica, según dice la patronal. Sus asociados, los empresarios, están indignados. La medida les ha cargado en sus presupuestos con un aumento en los costes de personal con el que no contaban.
La subida de las cotizaciones no estaba en el programa electoral del PP. Estaba lo contrario: bajarlas. Quizás por eso el disimulo, las perífrasis y los eufemismos de la «homogeneización» y la «empleabilidad»… El jueves, con el titular «Hachazo fiscal de tapadillo a empresas y quizá a empleados» en la portada de 20minutos, recibí una llamada desde el Ministerio de Empleo. ¿Para argumentar la necesidad de la medida, para alguna explicación sincera? No. Les había molestado el «de tapadillo» de nuestro titular. No solo hacen trampas, sino que incluso se hacen los ofendidos si lo cuentas.

Aborto, infanta, ETA y el ágil reportero

Piénselo otra vez, Majestad

Su anuncio de que no abdica -perifrástico, pero contundente: “mi determinación de continuar estimulando la convivencia cívica, en el desempeño fiel del mandato y las competencias que me atribuye el orden constitucional”, dijo- fue uno de los principales mensajes de la alocución navideña del rey, hace sólo dos semanas. Han bastado la vacilante intervención del monarca en el acto de la Pascua Militar, ayer, y la imputación hoy de su hija la infanta Cristina por blanqueo de capitales y delito fiscal, para quitarle fuerza a aquel anuncio.
Sea por razones de salud o por razones de reputación y credibilidad, la figura del rey sigue debilitándose. Pareció que se recuperaba tras la frase de abril de 2012, después del enorme error de la cacería en Botsuana -“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”-, pero fue sólo un paréntesis. Y los sobresaltos que ahora se lleva la Casa Real quizás ya no salpiquen solo al rey. Probablemente lo hagan a la Corona en su conjunto y a la Monarquía como forma de Estado.
Quizá el rey debiera echarle otra pensada a su “determinación” de seguir, y hacerlo a la luz de este otro entrecomillado de su discurso de Nochebuena: “Asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad”.

Paro y empleo, en 7 claves

Los datos que ha hecho públicos esta mañana el Ministerio de Empleo y Seguridad Social están llenos de buenas y de malas noticias. Estas son algunas de las claves:
1. La destrucción de empleo llega a su fin. La caída del paro registrado tanto en diciembre (-107.570 parados menos) como en todo 2013 (-147.385) es alentadora. Indicaría que el larguísimo periodo de seis años de destrucción de empleo ha concluido.
2. El dato de diciembre, sin embargo, hay que tomarlo con prudencia. El desempleo bajó sobre todo en Servicios (-87.253), lo que indicaría que es sobre todo por el efecto de la campaña de Navidad del comercio, mucho mejor este año que los anteriores. Por desgracia, muchos de esos contratados (como veremos luego) lo fueron por pocos días, y en enero volverán previsiblemente a las estadísticas del paro.
3. La fase de creación de empleo aún no parece haber llegado. Lo indica la evolución del número de afiliados a la Seguridad Social en términos anuales. Esta es la secuencia, siempre tomando el mes de diciembre: 19,37 millones (2007), 18,53 (2008), 17,80 (2009), 17,58 (2010), 17,22 (2011), 16,44 (2012), 16,35 (2013). Siempre cayendo, buscando el suelo. Ahora cae muy poco, está en fase de aterrizaje, pero todavía no en la de despegue.
4. El repunte de afiliación a Seguridad Social en diciembre pasado es excelente, pero fue flor de pocos días: el mes comenzó en 16.311.593 afiliados el día 2 (primer día en la estadística), hizo dientes de sierra durante la primera mitad hasta llegar a una cima de 16.413.118 afiliados el día 16 y comenzó a caer después sin freno hasta su peor dato, el día 30, el último a efectos estadísticos: 16.258.042 afiliados. Previsiblemente, enero irá por estos últimos rangos.
5. La calidad de los contratos sigue empeorando. De todos los registrados en diciembre, sólo el 6,49% fueron indefinidos. En diciembre de 2012, fueron el 7,31%. Y un dato aún peor: en todo 2013 se hicieron un 20,80% menos contratos indefinidos que en todo 2012.
6. La cobertura a los parados continúa deteriorándose. En noviembre de 2012, cobraban algún subsidio el 64,29% de los parados registrados. En noviembre de 2013 ya eran solo el 61,43%. Más datos: la cuantía media bruta de lo que se les paga a los que tiene prestación contributiva ha caído en un año de 862,2 euros a 828,2. Lo que el Estado gasta en ellos se ha desplomado: ha caído en un año un 12,5%.
7. La tasa afiliados/pensionistas se agrava aún más. Su evolución ha sido así en los últimos seis años, siempre con los datos de diciembre: 2,71 (2007), 2,66 (2008), 2,62 (2009), 2,56 (2010), 2,47 (2011), 2,34 (2012) y 2,27 (2013). Y no hay indicios en el horizonte de que la tendencia vaya a cambiar.