¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Mafalda, Mencía, Muniadona y otros nombres castellanos

La nación inventada. Una historia diferente de Castilla, el libro que he escrito con mi hijo Ignacio, ya está en librerías, desde hace una semana. El próximo viernes, 15 de octubre, a las 18 horas, lo presentaremos en Burgos en la Casa del Cordón, en un acto organizado por la Junta de Castilla y León. El sábado 16, estaremos durante la mañana firmando ejemplares en varias librerías del centro de Burgos.
Esta semana pasada, Toni Garrido nos entrevistó en su programa Asuntos propios, en RNE, puedes oírlo aquí; participamos en 20minutos.es en un encuentro digital; lavanguardia.es publicó un largo reportaje y la agencia Efe difundió una información que fue recogida por muchos otros medios. En los próximos días estaremos en muchos otros: el más cercano en el tiempo, un encuentro digital en rtve.es el miércoles 13 a partir de las 13 horas. Puedes enviarnos ahí tus preguntas.
Como ya os contamos, el libro tiene dos componentes fundamentales, es en realidad un ensayo y un reportaje. El primero recoge y explica de modo pormenorizado la tesis (no nuestra, de muchos historiadores recientes) de que son falsos o exagerados gran parte de los mitos fundacionales castellanos: los dos jueces, la independencia respecto a León, Fernán González, El Cid… El segundo, el reportaje, divulga la historia de Castilla para el gran público, desde la trayectoria de los principales reyes hasta la creación de las ciudades libres de la repoblación, desde el origen de nuestra lengua hasta el fenómeno de la Mesta. Os reproduzco aquí un capítulo creo que representativo de este último componente:

De nombres y lugares
Sancho, Alfonso, Fernando, Rodrigo, Beltrán, Munio, Pedro, Gutierre, Lope, Tello, Suero, Martín, Mendo, Gonzalo, García, Domingo, Ramiro, Nuño, Sancha, Elvira, Jimena, Leonor, Sol, Urraca, Lambra, Teresa, Dulce, Blanca, Berenguela… Todos ellos son nombres propios de persona que se repiten tanto en la Castilla medieval que hoy nos resultan familiares incluso aquellos que han dejado de usarse. Pero la variedad era mucho mayor. El castellano incorporó a su diccionario vocablos del más variado origen lingüístico: ibero, vasco, celta, griego, romano, gótico, árabe; y los castellanos también tomaron como propios muchos nombres de diferentes culturas o tradiciones. Cercanas y lejanas.
La madre de Fernán González se llamaba Muniadona; una de sus suegras, Toda, y una de sus hijas, Fronilde. Aquella Toda, que era reina de Navarra y mujer multicultural y transversal (además de reina navarra y suegra del conde castellano, era abuela del rey leonés Sancho I el Craso y tía del califa cordobés Abderramán III), era a su vez hija de Aznar y de Oneca, y nieta de Fortún, y tuvo entre sus hijos a una Velasquita, a una Orbita, a una Munia y a una Urraca, y entre sus nueras a una Andregoto, hija de Galindo.
Otra Muniadona, a la que además llamaban también Munia a secas y Mayor, se casó con Sancho III el Mayor de Navarra. Esta Muniadona era hija del conde castellano Sancho García, el de los Buenos Fueros, que a su vez era hijo de Ava de Ribagorza y padre de Trígida, que fue abadesa de San Salvador de Oña. En el panteón real de este monasterio tienen sus sepulturas tanto el citado Sancho García el de los Buenos Fueros y su esposa Urraca como Sancho III el Mayor de Navarra y su esposa Muniadona.
En Oña está también enterrado, entre otra gente muy principal, Sancho II el Fuerte de Castilla, el rey que murió en el cerco de Zamora a manos de Vellido Dolfos. Sancho estuvo casado con una noble inglesa, de nombre Alberta. De Vellido Dolfos dice el romancero que era «hijo de Dolfos Vellido», pero parece que se trataba de una licencia literaria para cuadrar el octosílabo y la rima, y que Dolfos no era nombre de persona, si acaso Adolfo.
De joven, Sancho II de Castilla se había enfrentado a Sancho Garcés IV de Navarra y a Sancho Ramírez de Aragón en la llamada Guerra de los Tres Sanchos. ¡Si sería frecuente el nombre que los tres monarcas de los tres reinos se llamaban igual y eran todos tres nietos de otro Sancho, Sancho III el Mayor de Navarra! Sancho Garcés IV de Navarra, por cierto, fue vilmente asesinado en el precipicio de Peñalén, en una conjura de sus hermanos Ramiro y Ermesinda, y dejó viuda y quizás desconsolada a su esposa Placencia de Normandía.
De Normandía era también Ágata, una princesa con la que estuvo prometido Alfonso VI, el hermano y sucesor de Sancho II. Alfonso se casó cinco veces, y todas ellas con mujeres de fuera de la península, por lo que probablemente incrementó el uso en la onomástica castellana de sus cinco nombres (Inés, Constanza, Berta, Zaida y Beatriz), si es que entonces, como ahora, la gente del común acostumbraba a poner a algunas de sus hijas los nombres que llevaban sus reinas.
A propósito de Ermesinda y de Placencia, que nos las dejábamos atrás. Hubo otra Ermesinda, a la que en algunos documentos se la llama Ormisenda y Ermisenda, que fue hija de don Pelayo y de Gaudiosa, hermana de Favila o Fáfila y madre de una hija, Adosinda, y de dos hijos que acabaron mal, Fruela y Vimarano. Fruela era el rey astur, pero tenía unos enormes celos de Vimarano, que era «omne mui fremoso, et buen caballero, et de grand cuenta, et amado de todos», y como temiera el monarca «quel tomarie el regno, matol con sus manos», o sea, que lo asesinó, tras acusarlo de conspirar contra él. Le sirvió de poco la medida. La nobleza se confabuló y dio muerte al asesino en Cangas de Onís, y pasó el rey difunto a la historia como Fruela I el Cruel.

Placencia, que viene del latín ‘ut placeat’ y significa «para placer, para agradar», en la Edad Media no sólo era nombre de persona, sino también de lugar, como en la Placencia de las Armas de la hoy Guipúzcoa o la Plasencia de Cáceres o en la Piacenza italiana o en la Plencia en la actual Vizcaya. Plencia fue fundada por Lope Díaz II, señor de Vizcaya y uno de los dirigentes cristianos en la crucial batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212. Este Lope tuvo un montón de hijos, entre ellos una Mencía, un Manrique, una Berenguela y un Álvaro. En Las Navas, donde el ejército cristiano era una coalición de castellanos, navarros y aragoneses, Lope combatió a las órdenes del rey Alfonso VIII de Castilla, que estaba casado con Leonor de Plantagenet, una princesa inglesa hermana de los reyes Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra. Alfonso y Leonor tuvieron al menos diez hijos, uno de ellos Mafalda, que nació, mira por dónde, en Plasencia (Cáceres).

Entre los otros hijos de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet hubo dos reyes de Castilla, Enrique I, que estuvo prometido con otra Mafalda, princesa portuguesa, y Berenguela I, esposa de Alfonso IX de León y madre del rey Fernando III el Santo, y tres reinas consortes: Blanca, que se casó con Luis VIII de Francia; Urraca, que lo hizo con Alfonso II de Portugal, y Leonor, primera esposa de Jaime I de Aragón, quien tras anularse el matrimonio por razones de parentesco se casó después con Violante de Hungría.
Jaime I, el Jaime el Conquistador aragonés que expandió su reino hasta Baleares y Valencia, compitiendo en sus fronteras con Castilla, había nacido casi por casualidad, había llegado al mundo casi a remolque. Su padre, Pedro II el Católico, había celebrado un matrimonio de conveniencia con María de Montpellier, y no hacían vida marital, pero algunos nobles aragoneses, preocupados por la sucesión, le metieron en la cama a su propia esposa haciéndole creer que era una de sus amantes, y lograron que ella quedara embarazada. Cuando Pedro lo supo, rechazó al niño y se lo entregó a un noble, Simón de Monfort, para que lo casara algún día con su hija, de nombre Amicia, y lo tuviera recluido en el castillo de Carcasona hasta que tuviera dieciocho años de edad. Jaime no llegó a cumplir tan injusta y peculiar condena paterna, pues Pedro murió cuando tenía cinco años el niño, que al poco pasó a ser rey en minoría de edad y a vivir en el castillo de Monzón, bajo tutela de los templarios.
Fernando III de Castilla, consuegro de Jaime I porque su hijo Alfonso X el Sabio se casó con una hija del rey aragonés llamada Violante, como su madre, fue padre de quince hijos: diez con su primera esposa, Beatriz de Suabia, y cinco con la segunda, Juana de Sanmartín. Uno de ellos, el segundo, llevaba un nombre relativamente frecuente entonces y casi desaparecido hoy, Fadrique, que quizás procedía de Federico, su abuelo materno. Acabó mal el tal Fadrique, muerto en Burgos por orden de su hermano mayor, Alfonso X, que creía que conspiraba contra él.
Muniadona, Toda, Fronilde, Aznar, Oneca, Fortún, Velasquita, Orbita, Munia, Andregoto, Ava, Trígida, Vellido, Ermesinda, Ágata, Constanza, Zaida, Placencia, Favila, Fruela, Adosinda, Vimarano, Gaudiosa, Manrique, Mencía, Violante, Mafalda, Amicia o Fadrique eran, por tanto, nombres de aquella época, no sabemos si frecuentes o no, que hoy están casi desaparecidos. Había muchos más, sólo diremos un puñado de ellos para que se vea la variedad: Abolmondar, Aldonza, Armentero, Ansuro, Arnaldo, Arpidio, Arroncio, Asur, Atilio, Auria, Biato, Cardiel, Cíxila, Cresconio, Ebón, Eldonza, Elo, Enderquina, Ermegildo, Ermengarda, Esidero, Fabone, Godina, Gomel, Goto, Gudesteo, Guntroda, Ildaria, Iszán, Kíntila, Lebrín, Leodegundia, Lifardo, Moriel, Orenis, Orobio, Placia, Presenzo, Rapinato, Sendino, Simondo, Sona, Teoda, Tote, Ute, Vela, Velita, Vítulo, Zalama…
De entre los nombres más frecuentes en la Edad Media, al menos entre las familias reales, hay dos que hoy prácticamente no usa nadie: Sancho y Urraca. El primero, quizás porque para el imaginario colectivo español Sancho ha pasado a ser sinónimo de hombre obeso, simple, materialista y poco limpio, por el Sancho Panza del Quijote. ¿Y Urraca? Tal vez, por la mala prensa que tiene el pájaro llamado así, alborotador y ladrón, o quizás por la mala huella que dejaron en la historia nuestras dos Urraca más famosas: la de Toro, la «mujer de ánimo feroz» presunta alentadora del asesinato de su hermano el rey Sancho II para favorecer a su otro hermano, Alfonso VI, y la hija de éste, Urraca I, de tormentoso reinado, lleno de guerras civiles y de sobresaltos.
De los nombres medievales castellanos provienen muchos de nuestros apellidos, los patronímicos, los que recoge el nombre del padre. Las lenguas nórdicas lo hacen con sufijos en «-son» (Martinson, Jönsson, Samuelson), las eslavas con sufijos en «-ovich», «-evich», «-ov» o «-ev», entre otros (Petrovich, Pogorevich, Gorbachov, Nureyev), la irlandesa y la escocesa con el prefijo «O’» (O’Neil, O’Brian). La castellana, con el sufijo en «-ez» o directamente en «-z», y de ahí los muchos Sánchez, Fernández, Rodríguez, Muñoz, Pérez, Gutiérrez, López, Téllez, Martínez, Méndez, González, Domínguez, Ramírez o Núñez de nuestras guías telefónicas. Pero, por razones lingüísticas o sociales que se desconocen, algunos nombres medievales son hoy apellidos, y no nombres de pila. Es el caso de García, el apellido más común en España, o de Alonso.
De los nombres de personas de la vieja Castilla nacen también muchos de los topónimos de la zona: Villafruela, Bahabón (de Fabone), Gumiel (de Gomel), Villasandino (de Sandino), Villahizán (de Iszán), Villodrigo (de Rodrigo), Villadiego (de Diego)…
El prefijo «Villa-» o «Villo-» es tan frecuente en la toponimia castellana que ha dado nombre a miles de lugares, muchos de los cuales no tendrían en puridad derecho a llamarse así puesto que, en aquella época, ya lo dijimos, villas sólo eran aquellas poblaciones con capacidad y autonomía para administrar justicia, para detener, juzgar y ajusticiar a quien hubiera cometido un delito.
Compiten con «Villa-» / «Villo-», en número de retoños, otros cuatro prefijos muy frecuentes: «Torre-», «Cast-» o «Castr-», «Fuente-» y «Quintana-». Las tres primeras son obvias. La primera y la segunda indican que en el lugar había o hubo una fortaleza, por pequeña que fuera. La tercera, que había agua. ¿Y la cuarta?
Quintana es de origen romano. En los campamentos de las legiones, la «quinta vía» era aquella en que se instalaba el mercado. De ahí pasó, en los tiempos medievales, a denominarse así a la plaza del mercado, aunque no hubiera tropas a la vista, y luego a aquella plaza cerrada que iba adosada a una iglesia o a una casa de labor y, por fin, se llamó quintas o quintanas o quintanillas a las casas de labor en general. De ahí que Quintana del Pidio, en el sur de Burgos, probablemente fuera la casa de labor de un sujeto que se llamaba Arpidio; y Torrequinto, en Sevilla, un lugar donde había una fortaleza y una casa de labor; y Quintana Martín Galíndez, al norte de Burgos, en los territorios de la primitiva Castilla del abad Vitulo, la casa de labor de un tal Martín, hijo de Galindo.
En todas las culturas y civilizaciones, los apellidos, lógicamente, nacen para diferenciar a personas que llevan el mismo nombre. Muchos se forman con el nombre del padre: son los apellidos patronímicos que antes veíamos. Pero cuando se acentúan las migraciones y las personas abandonan el lugar donde nacieron y se mudan a otro, cosa muy frecuente en la Castilla medieval, que se dedicó durante siglos y siglos a repoblar los territorios que iba tomando a Al-Andalus, los apellidos patronímicos ya no funcionan, no sirven: al padre de un sujeto al que se quiere nombrar no lo conoce nadie, porque vive o ha vivido a muchos kilómetros de distancia. Muchos apellidos patronímicos, los formados con el nombre del padre, son sustituidos por otros que se forman de muy diferentes modos. Por rasgos personales del individuo al que se quiere nombrar: Blanco, Bueno, Calvo, Cano, Casado, Moreno, Rubio… Por el oficio que desempeña: Abad, Cantero, Carnicero, Carretero, Escribano, Herrero, Monje, Notario, Pastor, Sastre, Vaquero… O por el lugar de procedencia, lo que origina los Ávila, Álava, Aranda, Avilés, Bascones, Bilbao, Burgos, Castilla, Castellanos, Gallego, León, Lerma, Navarro, Roa, Santander, Zamora o Zamorano, tan frecuentes entre nosotros.
Las guías telefónicas de las ciudades del centro o del sur de España están llenas de apellidos patronímicos formados con nombres castellanos o leoneses y de apellidos formados a partir de los nombres de ciudades o pueblos del norte peninsular: vascos, cántabros, riojanos, aragoneses, navarros, gallegos, leoneses y castellanos. Fue otros de los rastros que dejó la repoblación en la Castilla la Novísima.

26 comentarios

  1. Dice ser ieur

    Mira, Mencía, igual que la hija mayor del principe

    10 octubre 2010 | 11:25

  2. Dice ser yo

    La antroponimia es maravillosa. Así como también la toponimia, hidronimia, etc…

    10 octubre 2010 | 11:28

  3. Dice ser pelopincho

    Ahora toca, pues, «La nación inventada 2», para explicar que Cataluña NO es nación, ni que tampoco los mitos y leyendas que nos están imponiendo son verdades intrínsecas.

    Quizás en el mismo volumen podría incluirse la nación Gallega, la nación Andaluza y así con todas las «naciones» que configuran el mapa de España.

    No lo tengo tan claro como en el caso de Vascongadas o también el actual «Pais Vasco».
    La connotación «País Vasco» podría hacerse extensiva hasta el país vecino, Francia, sin embargo, Vascongadas se refiere al conjunto de provincias, en territorio español, cuyo nexo común fue la lenguna vasca.

    En fin, este tipo de argumentación está dentro de lo «políticamente incorrecto» puesto que hoy en día se pugna por defender los nacionalismos de las autonomías frente a la unidad nacional del país que hoy aún se llama España.

    Flaco favor para todos, puesto que en la unión radica la fuerza y la división hará que nos coman trocito a trocito cada una de las potencias colindantes.

    10 octubre 2010 | 11:57

  4. Dice ser sdfs

    67789Para aquellos que les interesa el futuro, les recomiendo dos libros que en Internet son gratuitos. Me refiero a:

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    10 octubre 2010 | 12:12

  5. Dice ser OcioGratisMadrid

    Creo que compraré su libro.

    El idioma castellano es uno de los más abiertos del mundo a palabras de otras lenguas, esta flexibilidad -transversalidad y multiculaturalidad dirán hoy- no es esencia de muchas lenguas.

    En cuanto a la multiculturalidad y transversalidad de una de las muchas reinas de las que nos habla, la cultura es cultura; no necesita ni apellidos ni pre-nombres para saber que es amplia y abarca todo: todo lo comprende.

    Cuando le pone algún apellido o pre-nombre están preparando el engaño. ¿Por qué decimos multiculturalidad? ¿Por qué no decimos multihumanidad? ¿Multigente? o ¿multipersonas? Porque es una obviedad y persona comprende a todo el género humano. Lo mismo que cultura. Todas las personas son iguales; todas las culturas, también.

    Con la cultura, en mi opinión sucede otro tanto… pero han puesto joroba a la palabra con el «multi» y en esas multi nos meten «supuestas» culturas que no admiten el progreso tecnológico; que no respetan a otras culturas como sus iguales y terminan por no respetar los derechos humanos.

    Para terminar, el tema de los apellidos, sobre el que pasa en el artículo de manera rápida. El castellano es una lengua de cultura -que devora terminología de otras lenguas sin límite en cuanto la ciencia o el pueblo así lo requiere-. Castilla es un reino o una nación de cultura, que ha asumido la cultura de muchos otros pueblos y naciones.

    Y en cuanto a los apellidos, muchos de los apellidos comunes del castellano, como González, Pérez, García, Fernández… son los apellidos más comunes de la guía de teléfonos de Barcelona, Vizcaya o Guipúzcoa… y son tan vascos o catalanes como el que más… aunque dichos apellidos brillen por su ausencia en las planchas o listas electorales de los partidos de estas tierras y dichos apellidos se atribuyan a la emigración de los años sesenta.

    Terminanado en el tema de los apellidos, solo una pregunta ¿los nuevos apellidos castellanos estaban relacionados con los judíos o los árabes? Todo el mundo tiene padre y madre para añadirle un -ez y formar su apellido, ¿por qué el apellido Zamora, Bilbao, Melero, Cantero, etc? ¿Tiene algo de árabe, o judío, quizá?

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    10 octubre 2010 | 13:33

  6. Dice ser uno

    Muy curioso como el autor se salta el interesante y rico asunto de los apellidos de conversos.Los cristianos nuevos o sea los convertidos no tenían un padre con nombre adecuado por lo tanto usaron los oficios como apellido,Maestro y Zapatero son dos de ellos, otros para mostrar fidelidad a la nueva fé o por sugerencia de sus ‘bautizantes’ usaron nombres de materias religiosas, Cruz, Santa Maria, Iglesias etc..
    En fin , atrapante tema.

    10 octubre 2010 | 15:33

  7. Dice ser uno

    La crema de la judería no trabajaba y mal podían nombrarse con un oficio, un Santangel financió el viaje de Colón, los Santamaría son otros personajes gordos emparentados con la nobleza y al fin nobles ellos…

    10 octubre 2010 | 16:22

  8. Dice ser ...

    como castellana he de decir que por lo que parece se toman los mitos que todos sabemos ya que son leyendas (como toda la literatura hasta el siglo XV) para hacer ver que son las creencias de muchos españoles y entonces ridiculizarles… es un ejercicio tan pobre que da buen nombre a lo de escolar…
    Ese afán por ridiculizar a lo castellano para q se sientan felices los periféricos no se comprende, los mesetarios como se nos llama despectivamente no tenemos ninguna historia que reelaborar, está bien clara la actual: despoblación y diputados al son del partido nacional.

    10 octubre 2010 | 16:43

  9. Dice ser Todo esto está muy bien pero....

    Luego llega un juez fascista y no puedes poner a tu hija Julieta, a una niña Ángel, y un niño SOL, AMOR, MAR, Rocio, Alba, Andrea, Socorro, Peligros, Pilar y miles de nombres que son masculinos.

    Muy bonito el articulo pero la realidad siempre supera a la ficción.

    10 octubre 2010 | 17:01

  10. Dice ser Una escéptica

    Siguiendo con el tema de los apellidos que bien han apuntado el resto de lectores, me llama la atención el apellido García. Es de los pocos que no adoptó el -ez para pasar de nombre a apellido y me encantaría saber, si alguien tiene la respuesta, el porqué.

    Sé que los apellidos de familias nobles de antaño, se conservaban sin modificar… pero un apellido tan extenso como garcía, es improbable.

    10 octubre 2010 | 17:03

  11. Dice ser atp

    ¿Cómo que García no tiene patronímico?: García -> Garcés

    10 octubre 2010 | 19:18

  12. Dice ser ....

    Pelopincho, eres un perfecto ejemplo del facha español.

    10 octubre 2010 | 20:40

  13. Dice ser matilda

    pues mi apellido es Beltran, y me encanta!

    10 octubre 2010 | 21:02

  14. Dice ser matilda

    Todo esto está muy bien pero….

    En Sudamérica, nombres como Trinidad, Rosario y Montserrat son también masculinos

    10 octubre 2010 | 21:03

  15. Dice ser Tomás de Torquemada

    El autor se apellida Escolar , en mis tiempos ya hubiéremos advertido a las autoridades civiles de ir a por leña, nuestros autos no se detenían por falta de combustible.
    De vivir en el presente vería que tal sienta a los nefandos, hartos tienen, eso que llaman electricidad.

    10 octubre 2010 | 21:40

  16. Dice ser Zamora

    solo una cosa » Vellido Dofos» no se escribe con v se escribe con b es decir es «Bellido Dolfos» …

    10 octubre 2010 | 22:52

  17. Dice ser Vellido Dolfos

    ¿Alguien preguntaba por mí?…

    http://es.wikipedia.org/wiki/Vellido_Dolfos

    11 octubre 2010 | 00:42

  18. Dice ser ali

    Qué bueno!!! Qué montón de cosas aprendí con esta página…..

    11 octubre 2010 | 02:47

  19. Dice ser Miguel & Ángela

    Tuvimos en mi calle (de una ciudad catalana) muchos años una taverna llamada «Doña Mencía» aunque entre los vecinos era conocida como «El Bar de Pepe»

    11 octubre 2010 | 09:00

  20. Dice ser caraderoca

    Sr. Arsenio,

    Entiendo que al ser el medio que dirige usted de caracter gratuito, se siente con la libertad y el derecho de usarlo como plataforma gratuita de publicidad de su nuevo libro. ¿No sería esto incompatible con el cargo que uested ostenta? Es decir, ¿le parece éticamente correcto usar el puesto por el que tan bien le pagan para lograr tener más ingresos por una actividad privada? Parece que usted peca de la misma caradura que toda la clase dirigente de este país.

    Suyo afectísimo
    Un ex lector

    11 octubre 2010 | 11:06

  21. Dice ser Jaimito.

    Pelopincho, en la tercera edición de la nación inventada podríamos incluir a España, ¿no te parece?

    11 octubre 2010 | 12:01

  22. Dice ser Pamps

    Bien, en líneas generales, pero se podrían hacer muchas matizaciones, demasiadas, porque no se puede simplificar de la manera que se hace en este pasaje.

    Nombres como García, Aznar, Belasco y otros muchos que se citan no son de origen castellano, sino vasco-navarro, y se dan en Castilla de la misma forma que se dan en el área francesa.

    Y se utilizan tal cual como apellidos, al igual que Beltrán, Alonso o Alfonso (apellidos que siguen usándose como nombres), porque los patronímicos se forman de diversas maneras: 1) sufijados (Juan, Ivan > «Ibáñez»), 2) con la partícula «de» (Juan > «de Juan») o 3) tal cual (Juan > «Juan»).

    Porque, sin ir más lejos, García, Aznar o Belasco han generado apellidos como «García», «Aznar» o «Velasco», pero también otros como «Garcés», «Aznárez» o «Velázquez», que siguen usándose hoy en día, y otros muchos, que encontramos en la documentación, como: Gartianis, Garseanis, Garseains, Garseani, Garsianis, Garseanes, Garsianes, Garzeitz, Garzeiz, Garzeize, Gerzeiz, Karzeiz, Garzeis, Arzeitz, Arzeiz, Grazeiz, Garzesi, Garziiz, Garziz, Garzis, Arziz, Garzetz, Garzez, Arzetz, Arzez, Garzes, Garses, Gazez, Garzeaiz, Arzeaiz, Garzeaz, Arzeatz, Garziaiz, Garziaz, Garsiaz, Garsias, Gartias, Garziez, Garzies, Arziez, Garsiez, Garsies, Garzitz, Garziz, Garsiz, Garsis, Garzoiz… Y esto sólo en las provincias vasco-navarras !!

    11 octubre 2010 | 13:07

  23. Dice ser Manuela

    En Tórteles, ya queda poca gente don esos nombres,
    Manoli

    11 octubre 2010 | 19:21

  24. Dice ser Jack Frost

    ¿Elvira es un nombre castellano? ¿No procede del antiguo nombre andaluz de Ilbira, Granada?

    11 octubre 2010 | 22:11

  25. Dice ser Jack Frost

    Otra cosita más: ¿Por qué se suele utilizar el nombre árabe para designar a Andalucía y sin embargo se le llama Castilla a todo el territorio conquistado por los castellanos?

    Andalucía llegó hasta Zaragoza, lo mismo que Castilla llegó hasta Sevilla.

    Así que no comprendo por qué la distinción Al-Andalus/Andalucía y no la de hispania/españa

    Para #pelopincho:

    La nación andaluza es de las más antiguas que existen, lo que nunca ha existido es la nación española, payaso.

    11 octubre 2010 | 22:15

  26. Dice ser Cultura libre gratis para todos

    ¿Donde se puede descargar?

    12 octubre 2010 | 00:23

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