A los voluntarios de las asociaciones protectoras de animales

Dedican, tiempo, paciencia, dinero, asertividad y esfuerzo. Sacrifican y reciben a cambio, aunque no siempre. Se alegran, se frustran. Lloran de rabia y de alegría. Hacen amigos y descubren animadversiones. Se sienten recompensados e incomprendidos, nada reconocidos. Aprenden sobre la marcha, tropezando y acertando. Es duro y es fácil. Unos días piensan que todo que merece la pena; otros que no, y aún así siguen. A veces no es así, a veces ya no son capaces de seguir  y lo dejan, tal vez para siempre, tal vez solo un tiempo. Son necesarios. Es necesario que se cuiden y que los cuidemos.

Son los voluntarios, que no sé si mueven el mundo, pero de seguro contribuyen a que se escore en una mejor dirección.

En el universo de la protección animal tienen muchos y distintos desempeños.

Acogen animales en su hogar. Puede ser un perro anciano, que precisa escapar del frío del refugio. Tal vez un cachorro de gato que conviene que crezca aprendiendo a comportarse en un hogar.

Los rescatan. Cuando quedan atrapados en un solar en ruinas, cuando vagan por el campo, cargando jaulas trampa, creando rutinas para acostumbrar a los más recelosos a su presencia.

Son sus madres. Se despiertan de noche para alimentarlos a biberón cuando aún no han abierto los ojos, les estimulan y protegen.

Acuden a los refugios a pasear, limpiar, levantar muros, socializar animales temerosos por sus pasadas experiencias… Lo que haga falta.

Ayudan en todo tipo de eventos, desde concursos a mercadillos, pasando por chocolatadas y desfiles, para recaudar fondos.

Hacen fotos y gestionan redes sociales y páginas web: diseñan, publican, contestan, actualizan… para concienciar y lograr acogidas y adopciones.

Reciben a los posibles adoptantes, los filtran, los asesoran, les acompañan en el proceso de adopción.

Acuden a alimentar y atender colonias felinas, capturando, esterilizando, soltando y buscando hogar a aquellos animales que más lo necesitan.

Bregan todo lo que haga falta con las administraciones públicas y los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado con el bienestar animal como objetivo.

Se suben a una furgoneta cargada de perros a los que espera un hogar en Holanda o Alemania.

Aprenden, se forman, se especializan, intentan profesionalizar su labor por el bien de los animales, haciendo suya una responsabilidad que deberían asumir los organismos públicos.

Sois imprescindibles. No desfallezcáis. Os necesitamos.

Una voluntaria de la protectora madrileña ACUNR tranquiliza a un grupo de galgos recién llegados a la protectora. (EDUARDO G. CUASIMODO)

7 comentarios

  1. Dice ser Tere

    Los voluntarios que bregan y luchan cada día por animales diversos, más allá de los perros y los gatos, también son maravillosos y sueñan con el día en el que la sociedad no los olvide.

    05 diciembre 2020 | 18:45

  2. Dice ser Victoria

    Hoy es el día del voluntariado….. Y ya son varias personas las que me han «felicitado».

    Pero no os equivoquéis. Yo no soy voluntaria.

    Yo no he elegido que las perreras se llenen, que los animales vaguen por las calles…

    Yo no he elegido compartir mi casa con unos cuantos bichillos que no tienen dónde ir.

    Yo no he elegido que mi vida social esté entre la sala de espera y la consulta de un veterinario.

    Yo no he elegido llevar siempre un copiloto peludo y de cuatro patas.

    Yo no he elegido viajar para llevar a un perrto a su destino, en lugar de hacer turismo.

    Que nadie se equivoque… No soy un bicho raro. Yo también prefiero irme de copas, viajar de vacaciones, salir al cine, pasear tranquilamente, ver la televisión sentada en el sofá………

    Yo no soy voluntaria. Simplemente no puedo mirar hacia otro lado.

    05 diciembre 2020 | 19:12

  3. Dice ser Patricio

    Esterilización obligatoria, penalización de los abandonos con multas de entre 6.000 y 30.000 euros y el maltrato con cárcel de entre 2 y 6 años, prohibir la cría de especies cinegéticas, restringir la caza al máximo, hacer miles de pasos de fauna en las autovías.

    06 diciembre 2020 | 0:47

  4. Dice ser Egwene

    Recibes caricias. Recibes zarpazos. Ríes cuando te salen a recibir. Lloras cuando no puedes evitar su muerte. Eres feliz cuando encuentran una casa. Pierdes amistades de toda la vida que te consideran un bicho raro. Ganas el afecto de toda esa gente maravillosa y admirable que se deja el pellejo cada día para defender a los que no importan a nadie. Y todo para verlos sanos, felices y protegidos. A ellos, a los más indefensos. A los animales.

    10 diciembre 2020 | 13:43

  5. Dice ser Delia

    Prohibir la caza…..Castigos duros por maltrato animal,multas muy altas(al bolsillo duele más),más ayuda y más interes de parte del estado para ayudar a las adopciones de animales.. protección más a la fauna…prohibir los criadores ..

    11 diciembre 2020 | 15:51

  6. Dice ser Arancha

    No hay nada más precioso y más duro a la vez que ayudar y estar a las buenas y a las malas junto a los animales. Es gratificante conocerlos y sentirte a su lado, hacer lo necesario y posible para sacarlos de una posible muerte. Pero a la vez es duro ese sentimiento que te va envolviendo de incapacidad de estar con todos, de ver cómo se escapan de tus manos y se van, y sobre todo, el dolor de ver la insensibilidad de la mayoría de la humanidad hacia ellos.

    22 diciembre 2020 | 17:10

  7. Dice ser Margarita

    Hay que je endurecer las medidas contra el mal trato y hacer cumplir la ley sin excepción

    26 enero 2021 | 13:07

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