El protagonista de hoy viene de Albacete, «es un caso muy especial que necesita llegar al mayor número de gente para que encuentre pronto un hogar».
Un perro cuya raza, cuya apariencia juega en su contra a la hora de encontrar una familia. «Chiquitín de tamaño, pero con un gran corazón, Pepe es buenísimo, muy dulce, obediente y agradecido», pero es un perro de una raza clasificada como potencialmente peligrosa, así que su adopción requiere de la licencia oportuna y de una mirada sin prejuicios.
A pesar de haber sido abandonado atado a su suerte en medio de la nada, sin agua ni comida, es muy sociable, y no guarda nada de rencor al ser humano, siempre está pendiente de nosotros, obedeciendo en todo, tan tranquilo, nos sigue sin correa perfectamente, se sienta cuando se lo pedimos, espera sentado tranquilamente. Se lleva fenomenal con todos. Su mirada es tristísima a la vez que dulce y agradecida.
Le cortaron el rabo, tiene marcas en su piel de maltrato. Por el aspecto que tenía cuando fue rescatado, parece que había estado muchísimo tiempo en una jaula muy pequeña. Calculamos que debe tener entre 7 y 8 años.
Después de haber sufrido el abandono, sigue sufriendo en el albergue. La vida allí es demasiado dura para él, demasiado estrés y ha enfermado.
Sufre de crisis epilépticas, y necesita un lugar tranquilo en el que poder recuperarse, bien sea una adopción definitiva o una casa de acogida hasta que llegue su adopción, cualquier lugar fuera del albergue. Necesita estar tranquilo en una casa y con la medicación controlada. El estrés y el frío, el viento del albergue, el asfixiante calor en verano, hacen que su vida allí sea una auténtica pesadilla.
Pepe es todo dulzura, es tan obediente, bueno, tranquilo, agradecido, se lleva fenomenal con todos, con niños, con gatos… Es muy cariñoso y divertido. Quien le dé una oportunidad quedará enamorado de él.