¿Por qué hay mujeres que visten con ropa ligera todo el año a pesar de pelarse de frío? Es una pregunta que me planteo cada invierno cuando, escondida bajo mi abrigo y mi bufanda, veo pasar el mundo.
Pienso en ello en un bar mientras caliento mis manos con una taza de té humeante y escucho la conversación de una pareja sentada en la mesa de al lado. Ella no para de quejarse que el termostato del local no funciona; que hace mucho frío, mientras él, arremangado, dice que se encuentra fenomenal.
Previsión del tiempo de «20 minutos» para el 1 de febrero de 2008
Analizo cómo visten. Ella vaqueros bajos, tanga insinuante, camisa ligera ceñida al cuerpo y ruidosos zapatos de tacón. Él vaqueros, deportivas con calcetines, camiseta color teja y chaqueta de lana.
Doy un sorbo a mi taza. Sin querer ¡huy! me quemo la lengua. Me imagino la pareja en su casa; después en su cama. Él sudando debajo de un plumón comprado en Carrefour. Ella perdida en un pijama polar y diciéndole “No me toques con esas manos frías…”. Con toda certeza, una imagen muy poco sexy.
El invierno es duro para muchas parejas. Suerte que la primavera está a la vuelta de la esquina y el termómetro descompensado entre hombres calurosos y mujeres frioleras hallará su término medio. Mientras tanto, paciencia y ¡más madera!