La historia de un embarazo o cómo la espera de un bebé pone a prueba una relación de pareja

Como una perra

Mientras me cepillo los dientes escucho por la radio la siguiente noticia: polémica en Londres porque un conductor de autobús prohíbe a una pareja de estética gótica subirse al transporte público ya que el chico llevaba a su compañera atada del cuello con un collar de perro. Por poco me atraganto con el cepillo.

¿Qué interés puede tener la chica en ir por la calle con una correa? ¿Quizás el novio la obliga? ¿Hasta qué punto es reprobable si ella ha decidido libremente pasearse como una perrita faldera por la ciudad?

Busco más información y me encuentro con esto. Resulta que la idea es de la chica, que había propuesto a sus anteriores novios que le pusieran la correa pero que ellos se habían negado. Su compañero actual cuenta que llevarla atada es un símbolo de confianza y que en casa es él el que limpia, cocina y prepara la ropa.

Está claro que mi sentido de la confianza y del amor va por otros derroteros. Y, a pesar de que me cuesta entenderlo, no puedo dejar de pensar en todas las parejas que pasean con ataduras invisibles, tal vez con collares de perlas que embellecen episodios de humillación mucho peores.

103 comentarios

  1. Dice ser fanythaxx

    ooooooooohhhhh que sadico el loco si fuera mi pololo le saco la xuxa que se a creio

    12 marzo 2010 | 3:19

  2. Dice ser Roko

    no veo el problema. es una desicion de pareja. hay q respetarlo. y basta de estereotipos y criticas si no sabes del tema!

    30 abril 2010 | 20:19

  3. Dice ser Roko

    si encuentro a la persona adecuada, ningun problema en usar el collar. salute.

    30 abril 2010 | 20:21

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